Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, por videoconferencia, en el Segundo Encuentro Federal de Estudiantes de Derecho de todo el país.
PRESIDENTE. - Antes que nada, gracias a ustedes y gracias por dejarme participar de este espacio, de estudiantes de Derecho, que creo yo es una gran iniciativa. Cuando me propusieron formar parte de este encuentro federal de estudiantes de Derecho rápidamente dije que sí. Dije que sí por dos motivos: primero porque tengo la certeza, la convicción que tenemos que impulsar con mucha fuerza la educación pública. Yo creo que algo que hizo distinta a la Argentina fue la educación pública, en todos sus niveles; también en el nivel universitario.
Fuimos primero con la reforma universitaria, cuando garantizamos la libertad de pensamiento, la libertad de cátedra y eso fue un avance significativo, en aquella época, pero fue definitivamente una revolución cuando la universidad pública se hizo gratuita y permitió que accedan a ella – allí por el año 49 – los hijos de los que trabajaban y allí se hizo, en verdad, aquella idea por la que nosotros tanto pugnamos, de que existan, en la Argentina, una escala social ascendente, que no haya hombres, mujeres que solamente por nacer en cierta condición social queden estancados, en ese lugar, y que el Estado le dé las condiciones de progreso y desarrollo para poder crecer y poder servir también a la sociedad. Por eso cuando me dijeron de participar rápidamente dije que sí, a mí me resulta muy cómodo hablar con estudiantes. Yo hace muchos años que enseño, fui estudiante también, fui dirigente universitario, como ustedes y para mí es muy cómodo hablar con ustedes y es muy interesante poder escucharlos. A mí me sirve mucho poder ver sus opiniones, sus ideas, en una Argentina que realmente está tratando de poder terminar con un tiempo muy desgraciado, donde primero como consecuencia de políticas impuestas, después como consecuencia de la pandemia muchos argentinos y argentinas se vieron postergadas, en su posibilidad de desarrollo y de poder crecer, en la sociedad en la que viven.
Celebro, también, que sea una reunión federal, porque nosotros debemos llevar universidades a todos los rincones del país; está visto que cuando uno acerca universidades a los pueblos, quienes habitan, en esos pueblos, tienen muchas más facilidades para estudiar que si dejamos concentradas la educación en las grandes ciudades, como ocurrió, durante muchos años, con la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de La Plata, la Universidad de Córdoba, donde venían muchos alumnos del interior, a un enorme costo personal y como era muy costoso pensar en que un hijo se traslade, alquilarle un departamento, los que en mejores condiciones estaban podían alquilarle un departamento pero muchos otros debían vivir en pensiones y todo eso significaba un enorme esfuerzo para las familias del interior del país. Entonces, poder abrir y poder llevar y acerca la universidad a los alumnos está visto que es una gran solución.
Ahí veía que alguien introducía un mensaje, de la Universidad de José C Paz, que es una universidad del Gran Buenos Aires; como todas las universidades del Gran Buenos Aires tienen alrededor de un 90 por ciento de alumnos que son primera generación de estudiantes universitarios, en sus familias y eso demuestra la importancia que tiene que la universidad vaya a sus alumnos, porque no es fácil que el alumno vaya a la universidad, cuando esto supone dejar su casa, dejar su familia, trasladarse por ahí a cientos de kilómetros y exigirle un gasto a sus familias que muchas veces las familias les cuesta soportar.
Entonces, para mí es muy grato poder encontrarme con ustedes, es muy grato ver que este encuentro tiene esta naturaleza federal y es muy grato ver que existan tantos jóvenes – hombres, mujeres – que les preocupa el Derecho, en la Argentina, que les preocupa ver cómo funciona la educación del Derecho, la enseñanza del Derecho y les preocupa cómo funciona el Derecho, en la Argentina, porque yo soy – por sobre todas las cosas – un hombre criado en la cultura de un estado de derecho y el vivir en un estado de derecho nos impone muchas cosas. tal vez, cuando recién Julia hablaba, una de las cosas que nos debemos plantearnos y replantearnos es cuál es la filosofía del Derecho, que va a regir las carreras de la Abogacía, porque muchos de los temas que Julia planteaba, que son temas como nuevos, modernos, lo que tiene que ver con la diversidad, lo que tiene que ver con el medioambiente, son temas que tienen que ver esencialmente en determinar cuál es la filosofía jurídica que nos rige, cuál es la filosofía que nos gobierna como abogados y cuando uno mira – lo digo yo como experiencia – cuando uno ve cómo funciona la enseñanza de la filosofía del Derecho es casi una materia marginal de la carrera y es una materia que debiera ser troncal en la carrera, porque – según nosotros asumamos una u otra filosofía del Derecho –veremos las cosas de un modo o de otro. Por lo tanto, me parece que esos son temas centrales.
Las currículas, en todas las universidades de ha ido abriendo, a medida que la sociedad fue exigiendo. Yo me acuerdo, allá en los años 80, cuando comenzaron a darse las primeras cátedras de derechos humanos, era algo que nunca era tratado de ese modo, sino que además era tratado como una materia de Derecho Constitucional o de Derecho Político, pero nunca era tratado con la autonomía que hoy tiene, y hoy veo como poco a poco en la currícula avanzan los derechos de las minorías, los derechos de la mujer, el derecho ambiental. Son todas cosas que me parecen que tiene que ver con la evolución social, que la Argentina está teniendo.
Finalmente – quienes hemos estudiado Derecho – y alguna vez hemos leído la teoría de las normas de Mayer, por ejemplo, sabemos que el derecho es como un gran árbol y que en verdad siempre detrás de cada norma del Derecho hay una norma implícita cultural. El Derecho premio o castiga normas de cultura, según la cultura lo impone y si la cultura va cambiando entonces el derecho tiene que ir adecuándose a la nueva cultura. Si la cultura dice que no se debe robar el derecho va a escribir que castigamos al que roba y así se construyen las normas en el Derecho. Siempre hay, antes de una norma escrita, o una norma establecida por el Estado, una norma que surge de nuestra cultura. Y muchas veces nuestra cultura cambia y cambian las normas del Derecho. Y alguna vez fue ilegal el aborto y alguna vez se legalizó y cambió la tipología del aborto, porque culturalmente se fue cambiando. Y alguna vez el Derecho Penal, a la hora de tipificar conductas, hablaba de mujer honesta y el concepto de mujer honesta fue cambiando permanentemente con el correr del tiempo y alguna vez el Derecho Penal castigó de un modo muy machista, muy patriarcal el delito del adulterio. Entonces para que una mujer fuera adúltera bastaba con que una vez le fuera infiel a su pareja y para que un hombre fuera adúltero necesitaba tener maceba fuera del hogar, que era lo mismo que decir una familia paralela. Dense cuenta la diferencia que había en la definición, pero después – con el correr del tiempo – nos dimos cuenta que la fidelidad entre un hombre y una mujer o la fidelidad entre cualquier pareja, sean o no del mismo sexo, tiene que ver con una decisión de la pareja, no tiene que ver con una cuestión que el Estado deba resolver penalmente y ese delito fue anulado.
¿Por qué lo planteo? Porque me parece que es un buen tema para que nos empecemos a poner en la cabeza es darle a la filosofía jurídica el lugar que – objetivamente – merece, porque la filosofía jurídica, la filosofía del Derecho tiene que ver con la lógica con la que se construye, después, las normas. Digo esto a modo de introducción, porque me parece que es mucho más valioso que podamos hablar, intercambiar opiniones y escucharnos y desde ya le agradezco enormemente que me hayan invitado a participar de este encuentro y les propongo que hablemos, no que me escuchen. Muchas gracias, de verdad.
PANELISTA. - Buenas tardes a todos lo que están presenciando este zoom y muchas gracias, Alberto, por la participación, expresar el honor que tenemos todos de estar juntos, en este panel de cierre, a través de la virtualidad, como nos toca hoy en día. Y hablar un poco también, que hoy, 31 de julio se conmemora el Día del Abogado Militante, debido al asesinato de Ortega Peña, por la Triple A, en 1965. ¿Queríamos saber qué es lo que te genera la figura de ortiga Peña?
PRESIDENTE.- Ortega Peña fue uno de los muchos abogados que se comprometieron mucho con los derechos del hombre; lo conocí desde muy chico y leía una revista, que en aquellos años, él dirigía con Eduardo Luis Duhalde, que después fue secretario de Derechos Humanos, durante la gestión de Néstor Kirchner. Ortega Peña fue un hombre muy comprometido, fue un abogado muy comprometido con los derechos del hombre, fue un abogado que, en los años 70, decíamos eran abogados de presos políticos, pero en verdad por lo que más bregaba Ortega Peña era por la vigencia del estado de derecho y yo creo que es por lo que debemos bregar todos los abogados, todos los que estudiamos Derecho.
A veces, cuando yo escucho a alguien que me dice: “¿para qué estudiaste Derecho si fíjate lo que hacen los tribunales, y el Derecho no existe?” No, nosotros estudiamos Derecho porque partimos de la base de que hay un mundo que nos dice… nosotros estudiamos eso que se llamaría el deber ser, cómo debería ser la sociedad justa e igualitaria, donde los derechos rijan plenamente. Y nosotros trabajamos para que ese mundo del deber ser sea y debemos trabajar incansablemente. A veces eso nos pone frente a disyuntivas, frente a decisiones que son difíciles de resolver, porque muchas veces esas decisiones nos ponen en riesgo. Nadie más que Ortega Peña sabe y supo cuál era el riesgo de defender presos políticos, en una dictadura, y de también alzarse contra grupos parapoliciales, que en aquel entonces existieron – como la Triple A- que terminaron con la vida de gente tan valiosa como Rodolfo Ortega Peña o como el Padre Mugica, gente que había dedicado su vida a los otros.
Está bien que se recuerde el día de la muerte de Rodolfo Ortega Peña, murieron otros. Hubo una “Noche de las Corbatas”, donde murieron muchos abogados defensores de presos políticos y todos ellos merecen ser reconocidos. Ahora, el concepto de abogado militante me confunde, porque no eran – ni Ortega Peña ni los que murieron – militantes de una causa política, eran militantes del estado de derecho y militantes del estado de derecho debe ser todo aquel que se precie de ser abogado. Todos los que abrazamos la carrera del Derecho debemos ser militantes del estado de derecho, por sobre todas las cosas, más allá de la pertenencia política. Por eso está muy bien que se recuerde a un hombre que dio su vida para que el estado de derecho funcione y que murió – insisto – en un tiempo donde la democracia existía, acribillado por balas de un grupo parapolicial tremendo, que se llamó la Triple A, que determinó la muerte de muchos otros y entre ellos el exilio de muchos más. Entre ellos mi querido y siempre recordado Esteban Righi, que amenazado por la Triple A, debió dejar el país y se exilió en México, durante toda la dictadura.
Entonces, los que somos abogados debemos ser eternos militantes del estado de derecho y no debemos claudicar en eso, aun cuando hayan otros abogados que dejan el estado de derecho en un segundo plano para defender intereses. Los abogados – como los que hacemos política – defendemos intereses, claramente, y enfrentamos otros intereses claramente, pero nosotros siempre hagamos lo que hagamos en defensa o enfrentando otros intereses, que se contraponen a nuestras posiciones debemos hacerlo en el marco del estado de derecho y debemos exigir el estado de derecho. Si el estado de derecho hubiera existido plenamente, en aquellos momentos, no hubieran existido grupo parapoliciales y Ortega Peña no estuviera muerto y si no hubiera existido una dictadura no hubiera existido una “Noche de las Corbatas”. Nosotros debemos homenajear a esos hombres, a esos abogados, no sé si- tal vez – había abogadas, en aquel momento, tan comprometidas en la defensa del derecho; era otros años, eran otros tiempos, simplemente por eso, porque las habría, no tengo ninguna duda, pero siempre hay que recodarlos porque tuvieron el coraje de mantener los principios y los derechos, que un estado democrático y en una república, definitivamente, existen.
PANELISTA. - ¿Y qué podrías decir de la profesión de abogado, desde una perspectiva militante?
PRESIDENTE. - Yo el problema que tengo con el concepto militantes, es que definitivamente lo asocio a la política y a mí me parece que los abogados hacen política, como cualquier ciudadano y está muy bien que la hagan, a mí me preocupan los que niegan la política. La política es un instrumento maravilloso para cambiar la sociedad. Ahora ¿cuál debe ser nuestra militancia como abogado? Ahora, si el concepto militante suena como me suena a mí, vinculado directamente a la política, entonces los abogados peronistas defendemos solamente a los peronistas, los abogados radicales defienden solamente a los radicales. Los abogados militamos el estado de derecho y lo que creo yo que, como militante del estado de derecho, debemos militar las causas justas, debemos hacer todo lo necesario para que prevalezca el principio de justicia.
Decía Carrara que si “el derecho no es justo, no es derecho, es torcido”. Y nosotros, en los últimos años, hemos visto cómo el derecho fue dejado de lado y fue pervertido, lastimado, confundido con pretensas teorías, pretensas interpretaciones que hicieron un enorme daño a la credibilidad de la Justicia, pero le hicieron un enorme daño al estado de derecho, porque muchos padecieron cárceles innecesariamente, detenciones preventivas innecesariamente, muchos soportaron causas inventadas, al sólo fin de perseguirlos, muchos fueron perseguidos para expropiarle sus bienes de modo irregular y la verdad eso no tiene que ver con un estado de derecho. Y para que eso ocurra hicieron falta abogados que – como decía Julia – en el ejercicio liberal de su profesión actuaban en desmedro de esas víctimas, hicieron falta fiscales y jueces que avalaran esos procedimientos. Y eso no es bueno, eso – definitivamente – es muy malo.
Yo he reclamado siempre, aún en tiempos en que por ahí yo no me había vuelto a reencontrar con Cristina y andaba solitario por los canales de televisión diciendo que, en la Justicia, se estaban haciendo las cosas mal, con las teorías inventadas para que las prisiones preventivas se hicieran efectivas, cuando no eran necesarias. Y eso determinó la detención de mucha gente innecesariamente, durante muchos años. Aquella teoría que hablaban que los ex funcionarios tenían un poder residual y que por eso no había que dejarlos libres porque podían interferir en la acción de la justicia fue una teoría disparatada y vergonzosa. Y eso sirvió para detener a un montón de gente, que, en cualquier otra situación, no necesariamente debería haber estado detenida. Entonces, me parece que esas cosas son las que nos obligan a militar el estado de derecho; eso no tiene que ver con la ideología. Uno no dice estás cosas porque es peronistas y en todo caso estaban afectando a peronistas con estas decisiones; estas mismas cosas las dice, en Brasil, cuando detuvieron a Lula, del modo que lo hicieron, cuando le inventaron una causa y lo condenaron porque, allí en Brasil, existe el principio de las libres convicciones de los magistrados y hubo un juez, que después quedó demostrado cuál era su criterio de justicia, se le ocurrió decir que en sus íntimas convicciones Lula había recibido un departamento como coima y no había una sola prueba que diera cuenta de ello. Nosotros los abogados lo que debemos militar es en el estado de derecho y si nosotros vemos que el estado de derecho se vulnera con un ciudadano, debemos militar el estado de derecho y no preguntarle al ciudadano qué es lo que piensa, eso es lo que debemos hacer, porque además, los que nacimos en el peronismo, como nací yo, no sé cuánto somos acá, pero los que nacimos en el peronismo, además de ser cultores del estado de derecho, somos profundamente democráticos, nunca avalamos un golpe militar, los padecimos; nunca avalamos una detención ilegal, las padecimos. Por lo tanto, ese padecimiento, que vivimos nosotros, no debemos dejar que nadie lo padezca, en nuestra tierra, sea peronista o no, que nadie lo padezca. Y por eso yo insisto que nuestra militancia es una militancia – como abogado estoy hablando – extra partidaria. Es una militancia que nos compromete éticamente con la plena vigencia del estado de derecho.
PANELISTA. - Aprovecho para saludar a todos y todas las que nos están acompañando por el zoom o lo miran por YouTube. En esto que vos marcás un poco y justo esta pregunta te la podemos hacer ahora porque la charla viene para esta pregunta, que es el tema de la responsabilidad que hoy tenemos nosotros, como estudiantes de Derecho, que hoy son dos poderes del estado y el Poder Legislativo deben tener muchos abogados también, pero tenemos un poder del Estado exclusivamente para abogados, que es el Poder Judicial, sumado a que coyunturalmente nuestro presidente y nuestra vicepresidenta son abogados y sumado a que hay muchos legisladores que también lo son, creo que esto tiene que llevarnos a mirar qué responsabilidad, tenemos desde el Derecho, cuando nos ponemos a estudiar esto. Y ahí viene una pregunta, que ha salido en muchos paneles y que nos gustaría saber qué pensás vos de esto: ¿qué es forma en la Facultad de Derecho, en la UBA, en la UNR, en todas las unidades académicas, hacía dónde va el plan de estudio porque lo que percibimos es, que muchas veces, se prepara a un abogado litigante y tal vez no se lo nutre tanto de un profesional del Derecho con una perspectiva social, o sea se apunta más al abogado litigante que a formar a profesionales del Derecho que no solamente tengan como fin último litigar y quiero saber tu opinión respecto a esto y quiero saber si este tipo de formación, que recibimos en nuestras unidades académicas impacta también, con lo que hablamos antes, como – por ejemplo – la doctrina Irurzun y otras que han surgido, entre los años 2015 y 2019 bastante, pero si impacta esa formación que nos dan en la Facultad, a la hora después de cumplimentar con estos lugares, en el Poder Judicial.
PRESIDENTE. - Mira, Lucas, la culpa de lo que le pasa a la Justicia argentina no es de las universidades, es de la Justicia, vamos a empezar por ahí, porque la verdad es que yo nunca leí un libro de Derecho, y ustedes tampoco, donde alguien se hubiera animado a escribir como teoría del Derecho Procesal, la teoría de ese resabio de responsabilidad que tiene alguien que fue funcionario. Nadie se hubiera animado a escribir que uno debe quedar detenido, porque como se supone que fue funcionario, tiene cierto poder para influir en un trámite judicial, nadie se hubiera animado a escribir semejante cosa, nadie. Estas cosas se practican en la Justicia, que es otra cosa, porque en la Justicia claramente tenemos un problema donde los factores de poder influyen muchísimo. Nosotros por ahí nos concentramos mucho en el Derecho Penal y en la Justicia Federal, pero uno podría ir a otros campos, uno podría ver cómo las corporaciones económicas influyen en el Derecho Comercial, en la Justicia Comercial, y en la Justicia Laboral, uno podría verlo con mucha facilitad todo esto. Y cuando hay cuestiones ambientales uno puede encontrarse las dificultades que hay para reclamarle a una empresa porque está contaminando, porque la presión de esas corporaciones económicas es enorme sobre los jueces para que no fallen en contra de sus intereses. Eso no es un problema de enseñanza del Derecho, eso es un problema de aplicación concreta de un derecho, y del predominio de los intereses económicos sobre los criterios de justicia. Y eso es muy grave, porque eso es lo que más aleja a los ciudadanos de la Justicia. Ahora: ¿es un problema del currículo del Derecho? Yo me atrevería a decir que no, porque nosotros en todas nuestras universidades tenemos primero libertad de cátedra, o sea podemos elegir la cátedra que más afín sea a nuestro pensamiento. Podemos asumir distintas posiciones en materia de filosofía jurídica, como decía antes, lo que sí les garantizo, yo estudié Derecho y sigo estudiando porque sigo enseñándolo, y yo por ejemplo nunca vi, mejor dicho, he leído un libro, lamentablemente lo he leído, ahí es al revés, por ejemplo, alguien ha escrito y ha desarrollado una teoría sobre lo que llaman la Cosa Juzgada Írrita, que permite suponer que el principio de cosa juzgada puede caer cuando un hecho se supone mal juzgado, y entonces la inseguridad jurídica es infinita. Fue una teoría que surgió en Argentina exclusivamente para poder reabrir causas donde concretamente Cristina o exfuncionarios de Cristina habían sido ya juzgados. Ahora: la teoría de la Cosa Juzgada Írrita nunca se aplació, a pesar de que hubo casos donde fue planteado judicialmente, nunca se aplicó, y allí la Justicia puso un límite y dio una certeza básica, porque el principio de Cosa Juzgada tiene mucho que ver con eso que llaman seguridad jurídica, ¿cuántas veces me van a juzgar?
Voy a este caso excepcional que yo veo, yo no veo que en la curricular de las demás carreras aparezcan estas teorías como objeto destruido, en todo caso parecen como desviaciones penosas de la aplicación de la justicia, y me parece que nuestra carrera la peor parte que tiene es la ausencia de una -estoy buscando la palabra exacta-, de una práctica, de un tipo de práctica preciso en la Carrera de Abogacía. Los prácticos suelen ser más formales que reales, y en verdad los que más práctica logran en la carrera del Derecho son los que trabajan en Tribunales. Ahora, esa práctica judicial también tiene estas cualidades de las que hablaba yo antes, uno puede trabajar en un juzgado donde el principio de justicia se pervierte, y termina muy confundido, o puede trabajar en un juzgado donde el principio de justicia se preserva, y entonces ahí puede aprender mucho. Yo creo que los que fueron empleados de Bonadío en verdad fueron intoxicados con las cosas que vi que escribieron; y los que trabajaron con Irurzun, yo creo que fueron intoxicados con las barrabasadas jurídicas que ahí se escribieron, y ellos no tienen la culpa, ninguna universidad, ninguna facultad, esas son teorías que se aplicaron porque en determinado momento predominó el poder y respondieron a ese poder. Había alguien que dice que los mismos jueces que enseñan la ley son los que enseñan Derecho, eso es relativamente cierto, pero no necesariamente cierto, porque lo que tampoco podemos decir es que todos los jueces son como Bonadío o como Irurzun, eso no es verdad. Lo que pasa es que son tan llamativas las cosas que dicen esos pocos jueces, y son tan injustas las cosas que dicen esos pocos jueces, que en verdad a uno lo conmueve, pero eso no es la integridad de los jueces, no es toda la Justicia.
Después tenemos otro tema a resolver que es cómo funciona la Justicia en la Argentina, no hay una Justicia en la Argentina, hay 24 sistemas judiciales, cada justicia tiene sus propia justicia local, tiene su propios procedimientos locales, y esto también es un tema analizar, porque da impresión…, allá en el año 85, 86, me invitaron a dar una charla, en un sistema republicano cómo debe funcionar la Justicia, me acuerdo que la conferencia se convirtió en un librito de sesenta páginas, muy chiquito, que se llamaba La Justicia Penal en la Democracia Republicana, y yo ahí planteaba mi preocupación, y yo creo que esas formas no han variado sustancialmente, y que cuando en el año 94 se crea la figura del Consejo de la Magistratura en la jurisdicción nacional.
En la organización de la Justicia trabamos muchos, en algunas provincias del país, con argumentos realmente insólitos. Me parece que allí hay mucho trabajar y para discutir quienes queremos realmente vivir en estado de derecho. Pero no me animaría a cargar las tintas a la educación que recibimos en las facultades, en las facultades por supuesto, como en todos lados, hay diferentes pensamientos y hay cátedras más conservadoras y cátedras más progresistas hay miradas del Derecho más progresistas y más conservadoras, pero nosotros podemos seguir eligiendo a qué cátedra acceder de acuerdo cómo pensamos y cómo queremos ser formados, esa es la importancia de la libertad de cátedra. Lo de la Justicia es un tema aparte, alguien marcaba ahí la Justicia no se somete al escrutinio público, y tienen razón, los jueces no se eligen, ahora también es una enorme dificultad pensar en elegir jueces, piensen ustedes lo que serían jueces pensando en su elección, también miren ustedes lo que puede ser complicad entre un legislador pensando en su relección, lo que puede ser un juez pensando en su relección, puede cometer atrocidades de todo tipo. No me preocupa que los jueces se sigan eligiendo como se eligen, lo que tal vez podríamos ver son algunos conceptos, por ejemplo el concepto que está en discusión en el Senado, y que se está discutiendo sobre el Jefe de los Fiscales, sobre la Procuración. El procurador tiene un cargo vitalicio o debe durar un tiempo, y alguna pregunta deberíamos hacernos respecto a esos jueces. No quiero tener una polémica, no debería decirlo, porque sé abriría una polémica, pero estoy hablando con estudiantes de Derecho, y como estoy hablando con estudiantes de Derecho en verdad la mejor forma de enseñar es sembrar dudas. En verdad la Constitución dice que un juez debe durar en su cargo mientras dure su buena conducta; lo mismo dicen del Presidente de la República, de la Vicepresidenta en nuestro caso, de los diputados y senadores, y de los ministros. Ahora todos ellos, es verdad, de algún tiempo de vigencia de su mandato. Así como podemos decir nosotros que el procurador debe durar en su mandato equis cantidad de años y después deberá renovar su designación, lo mismo podríamos decir de los jueces, uno podría decir que un juez es designado por diez años, y que al cabo de diez años deberá revalidar su condición de juez. Porque eso es algo no reglamentado, y no está prohibido, porque lo que no está dicho en la Constitución es que los jueces son jueces hasta el día de su muerte, eso no está ahí, han dicho simplemente que durarán en sus cargos mientras dure su buena conducta, lo mismo que han dicho del procurador. Si al procurador se le puede poner un término, ¿por qué no se le puede poner un término a la duración de los jueces en sus funciones? Es un tema de debate, yo sé que un debate difícil, complejo, pero como hemos visto jueces que perduran y se mantienen en sus cargos, y además que siempre están ajenos no solamente al escrutinio popular como alguien escribió ahí, sino a cualquier tipo de escrutinio, el dictar un mal fallo no hace de eso una conducta reprobable, pero sí nos podría hacer pensar en renovarle la designación a un juez que lo hace. Yo no puedo decir que las conductas de un juez que aplica la teoría de la responsabilidad remanente del exfuncionario por aplicar esa teoría solo tienen una conducta réproba para ser echado, pero la verdad es que lo pensaría dos veces para volver a designar a ese juez, si es capaz de decir semejante cosa pensaría dos veces antes de decir algo. Entonces me parece que todo eso es un tema de debate, de discusión, que yo vuelvo a repetir, no estoy proponiendo hacerlo ahora, estoy reaccionando ante una pregunta que hice por qué no elegimos a los jueces. Pero creo que son dos temas para pensar, para que repensemos, para que debatamos, cómo poder construir un mejor servicio de Justicia que es realmente lo que debería preocuparnos como abogados que somos, un mejor servicio de justicia redunda en mejor calidad de vida de los ciudadanos, es eso lo que tenemos que hacer, no otra cosa.
PANELISTA. -Yo completo antes de la pregunta, me quedó en el tintero lo que dijo el Presidente, estoy completando algo de un presidente y profesor de Derecho, así que me resulta extraño al nivel que llegué, pero ya que estoy acá aprovecho. Pero me parece que también que parte de la discusión tiene que ser que no sea un tema tan reservado, sino que lo podemos empezar a discutir, yo creo que la democratización del Poder Judicial tal vez -como decía Alberto- no es votar a los jueces, pero sí que empecemos a hablar de ciertos temas y que se empiece a instalar el debate en la sociedad, que no esté tan -como dijiste Alberto- tan alejado, me parece que es bastante interesante.
PRESIDENTE. - Pero eso creo que es una buena reflexión tuya, no es ninguna pavada, es una buena reflexión, porque muchas veces se ofenden cuando uno cuestiona los fallos de algún juez, pero en verdad en un sistema republicando los actos de gobierno son públicos, ¿cuáles son los actos de gobierno? Los actos de gobierno del Poder Legislativo son las leyes, los actos de gobierno del Poder Judicial son las sentencias, por lo tanto, sin un decreto puede ser debate de un debate público, no han dicho nada, la república dice que cuando el juez habló, habló, una cosa es el fallo judicial, que hay que hacerlo, y otra cosa es discutir la honestidad con que ese fallo judicial ha sido dictado, son cosas distintas, y eso tiene que ver con ese escrutinio público del que hablaba.
Tiene que haber un nivel de transparencia mayor, no diego que no vayan a dar a conocer sus declaraciones juradas de bienes, pero es lo que pasa, y me parece que nosotros, por ejemplo con Néstor, cuando fue presiente, Gustavo Beliz y yo propusimos un decreto en el año 2003, que donde Néstor Kirchner como presidente se autolimitó el poder que tenía para designar miembros de la Corte, y sometió los nombres que proponía al debate público, y desde entonces, cuando uno propone, salvo los que los nombran por decreto, no es nuestro caso, pero cuando uno sigue la agenda de estado de derecho, uno tiene que poner en el debate público yo propongo a Joaquín, lo propongo a Joaquín como miembro de la Corte, y durante equis días todos los que tienen algo para decir sobre Joaquín, a favor o en contra, tienen la posibilidad de hablar para cuestionar, y ese fue un gran acierto, ya el ministro de la corte ya basta con ser amigo del presidente, tiene que someterse al escrutinio público, de otro modo pero tiene que someterse, ahí abrimos un gran paso. Ahora, eso que hacemos con los jueces de la Corte, con el Procurador y con le Defensor de la Corte, no es lo que hacemos ante todos los jueces, lo hacemos solo con esos casos, que son en total siete o nueve personas. En todo lo que sea transparentar lo que los jueces deciden, lo que la Justicia resuelva, y someterla al debate público, me parece que es algo bueno, mientras esté en el marco del respeto que debe hacerse cualquier cuestionamiento en un estado de derecho.
PANELISTA. – Soy Jaqueline, son de la Universidad de la Patagonia, Facultad de Ciencias Jurídicas, quería saludar a mis compañeras de todas las universidades del país presentes en este momento. Con mis compañeros queríamos hacerle la siguiente pregunta, en el marco del debate por la despenalización y la legación del aborto, que tuvo como resultado, más allá de la gran militancia que impulsó el hecho de la movilización popular a favor de la despenalización. En ese sentido otra de las grandes demandas de la juventud, y de la sociedad, vemos que es la legalización del cannabis para el uso recreativo, queremos saber cuál es su mirada y si es posible que suceda durante la presente gestión.
PRESIDENTE. – Hasta acá venían fáciles las preguntas, esta me la complica, pero vamos a tratar de dar respuesta a la preocupación de Jaqueline. Recién explicaba, cuando ustedes me permitieron hacer una especie de introducción que el derecho va corriendo siempre detrás de la cultura, esto es así, lo que Jaqueline marca como movilizaciones del feminismo de las mujeres, donde reclamaban el derecho a que la interrupción voluntaria del embarazo no sea un crimen, fue determinando al Estado a que construya la ley que diga eso. Pero ahora sale otro debate, que es sobre el uso de la marihuana, concretamente, con fines recreativos. El debate ahí es un poco más confuso, y también tenemos que vencer y poner en debate una discusión que tiene que ver con la hipocresía social en la que vivimos, hay una parte nuestra que soporta cierta hipocresía. Finalmente, que la marihuana es tóxica no está puesto en tela de juicio, pero también el tabaco es tóxico y también el alcohol es tóxico, y sin embargo hay toda una industria montada detrás del tabaco y del alcohol donde lo tóxico pasa a un segundo plano. El mayor problema que sufre nuestra juventud hoy en día en materia de adicciones, no es precisamente por la marihuana, es por el alcohol. Y nuestros jóvenes se dañan y dan su físico antes que nada por el alcohol, pero ahí está montada toda una industria que es muy difícil de cuestionar, porque también hay una misión social en favor de que el alcohol se venda y se consuma. Esta misión social no existe respeto a las drogas, de las drogas duras no hay ninguna duda que nadie quiere habilitarlas, porque el daño que ellas causan es enorme. La marihuana está nominada como una droga blanda, una droga que no genera es un daño menor o equivalente al tabaco, no lo sé, acá estoy repitiendo. Lo que digo es que es un debate que en un momento va a llegar. También cuando los mercados desaparecen, los negocios desaparecen, y por ahí dejan de ser negocios, fue lo que pasó con la Ley Seca en Estados Unidos, cuando la Ley Seca funcionó comprar un litro de whisky era costosísimo, cuando la Ley Seca desapareció dejó de ser negocio, hacer whisky, y tal vez pase lo mismo cuando se legalice una droga como la marihuana, nosotros hemos dado un primer paso legalizando el cannabis con fines de uso medicinal, porque dicen que quienes conocen que efectivamente la planta tiene esa virtud, y el cáñamo, que es una variante del cannabis, la producción de cáñamo podría ayudar en mucho a la industria textil, porque durante muchos años cuentan que las velas que movían las carabelas en el siglo XV eran echas con hilos de cáñamo, que parece ser un hilo muy resistente. Creo que poco a poco el tabú del cáñamo, el tabú del cannabis va como cediendo, y hay que dar tiempo, hay que ser cuidadosos, yo en verdad cuando digo todo esto también diría que tratemos de no volcarnos al consumo de ningún estupefaciente y al consumo de ninguna cosa que nos haga daño físicamente, y también alguien me acota ahí, desde el punto de vista del Estado, lo que nosotros debemos hacer como Estado no es perseguir al consumidor de un porro, es perseguir al traficante, que es que hace el verdadero negocio. En todo caso el que consume la marihuana se está dañando, se está haciendo un daño a la salud, como el que consume alcohol o como el que consume tabaco, se está haciendo un daño a la salud, en algunos casos ese daño lo acepta más, y en otros casos no, y ese es el gesto de hipocresía del que hablaba. Pero debemos ser cuidadosos, porque lo que está claro es que es una sustancia que algún daño genera, de eso no cabe dudas, usada con fines recreativos genera un daño a la salud, de eso no cabe dudas, lo que no estoy convencido es que la solución sea prohibirla, y lo que sí estoy seguro es que el consumidor es en todo caso una víctima, no es el culpable de nada,
DISERTANTE. - Decía presidente que con los chicos estuvimos pensando una idea que vamos a desarrollar y que tiene que ver con la gran campaña de vacunación que se está llevando adelante en todo el país, que es la más importante de la historia, de la Argentina.
DISERTANTE. – Tengo 25 años, la semana pasada me he podido vacunar con la primera dosis de la Sinopharm, así que esos mensajes de miedo, de dónde viene la vacuna qué efectos produce, aprovechando que acá somos todos jóvenes que nos dé su mensaje, que les dé su mensaje a los jóvenes sobre la campaña de vacunación, y de estoy de la vacuna, que se pierda un poco el miedo tal vez.
PRESIDENTE. - La pandemia ha dejado al descubierto muchos gestos miserables de las sociedades, eso es lo que yo percibo. Me acuerdo que Willy Caballero, que fue un arquero de la Selección que juega en Inglaterra, lo escuché una vez en un reportaje que le hacían, le preguntaron cómo pensaba que iba a ser el día después de la pandemia. Y yo creí que la pandemia terminara después de tanto error íbamos a ser mucho mejor, pero cuando ahora que la pandemia está terminando me he dado cuenta que los que eran buenos salieron buenísimos, pero que los que eran malos salieron malísimos. La verdad que me parece una gran definición, porque la pandemia dejó al descubierto la miserabilidad humana de muchos, quedó muy al descubierto, y parte de esa miserabilidad de descubrió cuando llegaron las vacunas, empezaron a llegar vacunas. Las vacunas son vacunas, como estamos en el medio de la pandemia, una vacuna tarda muchos años en desarrollarse, porque una vez que uno tiene uno hace los primeros ensayos clínicos, eso llaman la fase tres, hay un periodo previo que demanda un año más, por lo menos dos años más, con lo cual hacer una vacuna tarda alrededor de cuatro años, y estas son vacunas que se hicieron en menos de un año, y se llegó a la fase tres en menos de un año. Y por eso todas las vacunas han sido aprobadas en emergencia, porque faltaba una etapa del proceso de elaboración de la vacuna que la estamos salteando, para ir a ganarle al virus. De repente empezaron a aparecer vacunas, donde aparecían vacunas ahí íbamos a buscarlas, lo he hablado con los presidente de muchos laboratorios, yo, personalmente yo buscando vacunas, hablé con el Presidente de Moderna, de Pfizer, buscando vacunas, porque lo que más me preocupaba era que nos podamos vacunar, porque la única forma de parar la pandemia es logrando la inmunización. Algunos creyeron que la inmunización de la sociedad la íbamos logrando dejando que todo el mundo este libre, camine y circule, que se contagien antes los más y que de ese modo íbamos a generar anticuerpos, alguien nos propuso, cuando esto empezó, y obviamente yo lo saqué carpiendo, porque me parecía un riesgo enorme. Algunos lo hicieron, los ingleses lo empezaron a hacer y se dieron cuenta lo que estaban generando. Entonces volvieron marcha atrás e hicieron muy bien después. Y muchos en la Argentina sembraron dudas sobre las vacunas, ahora, las vacunas que circulan en el mundo son todas vacunas desarrolladas por institutos y por laboratorios de primera calidad en el mundo. Cuando nosotros accedimos a la Sputnik V trataron de sembrar de que era una vacuna comprada por motivos ideológicos, y presentaron a Rusia como un país oscuro que no nos daba ninguna garantía, y Rusia es uno -estoy seguro- de los tres países, no sé en qué lugar ubicarlo, que han desarrollado la ciencia y la tecnología con más eficiencia, no tengo dudas, si no me equivoco, tiene más de treinta premios Nóbel, creo que 28 premios Nóbel. El Instituto Gamaleya es un Instituto reconocido en el mundo entero, ellos quieren sembrar la duda de que nosotros somos comunistas que estamos haciendo un acuerdo con Rusia, como si en Rusia gobernara Stalin, y siembran el miedo que siembran, me denunciaron de envenenar gente, y a mí no me importó, busqué las vacunas, conseguí las vacunas. Cuando fui a Rusia me acusaron de comunista y de otras cosas, pero cuando fui a Oxford no me acusaron de pro-monárquico, no me llamaron monárquico, y traje vacunas de Oxford también, hicimos un acuerdo para que la vacuna de Oxford, y de Suecia, AstraZeneca y Oxford, se hiciera en Argentina el principio activo, y acordamos con México un sistema de elaboración conjunta de vacunas. Cuando vino la vacuna de Oxford nadie me llamó. Cuando traje las vacunas chinas empezaron otra vez, que en verdad había un eje soviético-chino-argentino que quería plantarse frente al mundo como un desarrollo geopolítico. Y después finalmente terminamos comprando vacunas a los Estados Unidos, y todo bien, porque lo que necesitamos son vacunas, porque como alguien escribió recién, acá lo que poner es el hombro para vacunarse, lo que necesitamos es vacunarnos cuanto antes, ese es el sistema. Cuanto antes nos vacunemos más rápido vamos a estar inmunizados, y cuándo más rápido concretemos la inmunidad de todos los argentinos y argentinas entonces las posibilidades de que la pandemia se expanda será menor.
Es cierto que las vacunas no garantizan al cien por ciento la posibilidad de contagio, pero minimizan enormemente la posibilidad de la muerte, y minimizan muchísimo la posibilidad de internación. Fíjense ustedes que cuanto ustedes miran el año pasado, el promedio de las víctimas de la pandemia fue de setenta y cuatro años, cuando miran ahora el promedio está alrededor de los cincuenta y cinco. ¿Y qué fue lo que pasó? Que las primeras vacunas, los primeros en vacunarse, fueron los mayores de 60 años y esos rápidamente se inmunizaron, y seguimos avanzando con esa gente para inmunizarlos plenamente, en un mundo que también ha demostrado cómo funciona, el noventa por ciento de las vacunas quedaron en manos del diez por ciento de los países, dense cuenta lo que le cuesta a un país como Argentina hacerse de vacunas. En verdad que seamos hoy Argentina el 75 por ciento de los mayores 18 por lo menos ha recibido una dosis, una dosis es tener una inmunidad superior al 80 por ciento, y más del 30 por ciento del total de argentinos ya por lo menos recibió una dosis. Estamos entre los 20 países que más vacunó en el mundo, con mucha dificultad, yendo a buscar vacunas por todos lados, en forma de broma les digo a los amigos, yo iba hasta a los subtes buscando vacunas, busqué por todos lados vacunas, y es lo que debería hacer, y ahora cuando veo hoy, Juancho…me mandó de Paraná, una foto de un hospital que nosotros pusimos en marcha en Paraná porque estuvo cuatro años abandonado, y vi las colas de chicos de menos de 18 años que eran tres cuadras de colas para vacunarse, sentí una alegría tan grande, cuando empezó este encuentro él estaba escribiendo un twitt que retwittiaba lo que de Pancho de Paraná, esa foto que es muy impactante y muy reconfortante, y la verdad que me puso muy contento, claro que me pone muy contento, y la verdad que tenemos que vacunarnos cuanto antes, si nosotros nos vacunamos tenemos muchas menos posibilidades de contagiarnos, y si tenemos muchas menos posibilidades de contagiarnos tenemos muchas más posibilidades de no contagiar al otro, no hay que contagiarse no solamente por uno, para ser solidario con el otro.
Yo esperaba que la pandemia nos volviera más solidarios, nos hiciera repensar un montón de cosas, y creo que tenemos la oportunidad de que muchas de esas cosas que se presentan ante nosotros como gestas de egoísmo, como gestas de individualismo, que todo esto lo desterremos y volvamos a poner sobre la mesa el valor de ser solidarios. Los que somos peronistas sabemos que nadie se desarrolla en una comunidad que no se desarrolla, y adscribimos en ese contexto de organizar la comunidad para que la comunidad crezca, y si crece la comunidad nosotros podemos crecer. Pero nadie es feliz en una sociedad empobrecida, en una sociedad desigual, por eso tenemos ese compromiso, tenemos nuestro compromiso de origen, genéticamente somos eso, genéticamente somos solidarios, genéticamente nos preocupan los que menos tienen, genéticamente nos preocupa que el postergado tenga la oportunidad de crecer y desarrollarse. Cuando cuestioné la meritocracia, cuestioné la meritocracia hueca, la idea que dice la idea llega por mérito, eso es falso, llega por mérito y porque tienen oportunidades, porque no es lo mismo recibirse de médico siendo el hijo de un banquero, que recibirse de médico siendo hijo de un obrero, no es lo mismo, uno de ellos la tiene mucho más difícil, el médico aparece cuando todos tienen las mismas condiciones, y algunos hacen más méritos para llegar que otros, pero no le echemos la culpa al médico, a los que viven olvidados y viven maltratados por una sociedad, no es un problema de méritos, es un problema de oportunidades, y el dar oportunidades e igualar es materia esencial del Estado. Por eso nosotros trabajamos tanto en ese sentido. Lo que hay que hacer, como decía recién un compañero, es un vacunarse, vacunarse y vacunarse, y convencer a todos a que hay que vacunarse, porque hace falta que todos lo en tendeamos. Ahí vamos a vencer a la pandemia, cuando estemos vacunados, y ahí el virus será menos fuerte, e inclusive vamos a tratar de vacunarnos con las dos dosis y seguramente con más dosis y seguramente año a año, porque es un virus que muta y que se va adaptando para seguir lastimándonos. Así que hoy por hoy tenemos que convencer a todos de la necesidad de que se cuiden, porque cuidarlos a ellos nos cuidan a todos los demás también.
DISERTANTE.- Muchas gracias a Alberto, muchas gracias a todos y todas que estuvieron escuchando, para nosotros ya estaría, la verdad que fue un gran edición de este Encuentro de Estudiantes de Derecho, y no podíamos no cerrarlo con un encuentro de estas características, así que muchas gracias por el intercambio y la seguimos la próxima.
PRESIDENTE.- Muchas gracias a todos y a todas, la verdad para mí ha sido muy gratificante poder hablar, escucharlos, poder transmitirles mis miradas sobre este tiempo que vivimos, poder pedirles por favor sigan tan comprometidos como hasta ahora, van a abrazar una carrera hermosa, que es el Derecho, que es una carrera por sobre todas las cosas profundamente humanista, nosotros elegimos el derecho por que nos preocupan los hombres y las mujeres, nos preocupan los seres humanos que viven en esta comunidad. Nosotros estudiamos el Derecho para generar igualdad, nosotros en general estudiamos derecho porque creemos en la solidaridad de las comunidades, que nadie los confunda, que ningún fallo que pueda salir por consecuencia de otros intereses los confunda, hemos abrazado una carrera maravillosa, nos hemos comprometido con la ley. Yo los felicito porque promuevan estos encuentros, los felicito porque sean federales, porque la Argentina es profundamente desigual, el otro día fue a inaugurar una ruta en el Chaco, no sé si hay algún chaqueño entre nosotros, y de repente una señora que viven a la vera de la ruta decía sorprendida que por primera vez en su vida- una señora de mi edad- había visto pasar un colectivo, y a mí me llenó de asombro. En esa Argentina vivimos, esa no es una Argentina igualitaria, es una Argentina profundamente desigual, y los que estudiamos derecho estamos convocados a hacerla igualitaria, para que la igualdad reine entre nosotros, y para que nos respetemos en la diversidad, porque en la democracia no todos pensamos igual, también entre nosotros mismos no todos pensemos igual, y debemos respetarnos en la diversidad, pero lo que debemos dejar de lado son discusiones que no deben ser discutidas más, hay cuestiones sobre las que no debemos discutir, los derechos del hombre, la igualdad, el derecho de género, el respeto a la diversidad, el cuidado del ambiente, sobre esas cosas no hay discusión.
Les doy las gracias y a la distancia los abrazo a todos y todas. Muchas gracias por el tiempo que me han dado, de corazón.