Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, por la presentación del entorno digital del MICA, desde la Residencia Presidencial de Olivos
Buenos días a todos y todas.
La verdad es que tenía muchas ganas de poder participar físicamente de ese encuentro, que están llevando adelante allí en el Centro Cultural Kirchner, pero llegamos ayer de Perú, la situación de pandemia todavía existe, y es conveniente que todos los que viajamos nos mantengamos aislados durante unos días, para preservar a los otros, para no arriesgarnos que alguno de nosotros pueda haber traído el virus y de ese modo contagiar al resto de nuestra gente. Con lo cual, ante la necesidad del aislamiento, no me queda más opción que acompañarlos de este modo, pero sepan que aunque estoy en la distancia y me ven en una pantalla, estoy con mi corazón allí con ustedes y con mi cabeza allí con ustedes. Con mi corazón porque tengo un enorme respeto por el arte, tengo una enorme necesidad de arte. Yo no soy un artista, me hubiera encantado serlo, a penas toco la guitarra y canto un poco, y a veces pinto de tanto en tanto, pero admiro a los que saben hacer música, a los que entonan as mejores canciones, a los que llenan de color e imágenes las telas. Amo a los que hacen a mejor música, amo a los actores, a las actrices, a los que en el cine o en el teatro me cuentan historias que de uno u otro modo me hacen pensar, me obligan a revisar. Siempre digo que el arte es a la vida humana tan importante, como es el alimento. El alimento lo necesitamos para nutrirnos, pero el arte lo necesitamos para nutrir el alma, para eso lo necesitamos, esa es nuestra cultura. La cultura es el arte precisamente expresado de diferentes modos por nuestra gente y que la necesitamos para que nuestra alma viva.
Pasamos una pandemia muy compleja, muy compleja, que precisamente muchas de estas actividades se vieron postergadas, me animaría a decir a decir que casi todos, porque los set de filmación se cerraron, porque los teatros no pudieron funcionar, porque los cines no funcionaban, porque los músicos aprendieron a hacer sus recitales por streaming y no es lo mismo, definitivamente. Todos padecimos, en algunos casos como los hombres y mujeres del arte padecieron no poder expresarse, no poder mostrar lo que hacían, y nosotros padecimos su ausencia, su silencio. Fueron tiempos muy difíciles, muy difíciles. En ese tiempo, muchos de ustedes me vinieron a ver aquí a Olivos, a Casa Rosada, a plantearme las inquietudes. Muchas veces estuvo aquí Carlos Rottemberg, Alejandra Darín, El Chueco Darín, De la Peña, todos preocupados para ver de qué modo podíamos volver a poner en funcionamiento el arte en Argentina. La verdad es que la pandemia nos impedía mucho, nos impedía mucho.
Pasó el tiempo, gracias a Dios llegaron las vacunas, y con las vacunas volvimos a recuperar la posibilidad de lograr la inmunidad frente a un virus muy cruel, que nos ataca impiadosamente. Después de cuidarnos, diciendo no nos acerquemos, guardemos distancia, aislémonos en nuestras casas, como hoy me estoy aislando yo. Vino la vacuna, la vacuna nos dio inmunidad, y con la inmunidad nos dio y nos da poco a poco la posibilidad de volver a disfrutar en lugares públicos del arte. Poco a poco empezó el teatro con aforos, empezó el cine con aforos, vuelve la música con aforos, y vuelve la creación televisa, la creación cinematográfica. Todo eso lo necesitamos porque el corazón nuestro lo necesita, necesitamos que todo ese arte fluya, que todo ese arte tan maravilloso que tiene la Argentina vuelva a estar en la vida cotidiana de cada uno de nosotros. También desde la cabeza, el arte es una gran oportunidad en términos económicos, es una gran oportunidad porque moviliza mucha gente. No solamente moviliza a quien actúa en una película, moviliza a los que manejan a luz en la filmación, a los que manejan el sonido, a los que manejan las cámaras, movilizan la contratación de lugares para poder desarrollar las escenas. En el teatro pasa otro tanto, en la música pasa otro tanto, no moviliza solo a quien canta, moviliza a los músicos que los acompañan, movilizan a los sonidistas, movilizan a los dueños de los teatros, movilizan a todos los que trabajan en el teatro, en la televisión pasa otro tanto. Esto lo que da cuenta es que, más allá de lo importante que es el arte y la cultura para un pueblo, es también una gran oportunidad de desarrollo, de dar trabajo, de crecimiento, es un trabajo maravilloso que no solamente deja expresar a los que saben expresarse, dándonos mucho de su alma y mucha cultura, es también un instrumento para la sociedad para poder crecer.
Días atrás, ayer, antes de ayer, estuve con el Presidente de Colombia, Colombia es un gran productor de contenidos y él sabía lo que nosotros veníamos haciendo desde la Ley de Economía del Conocimiento en materia de promover las industrias culturales. Y me propuso que avancemos en un acuerdo para lograr coproducciones colombianas y argentinas para venderle al mundo y en seguida pensé en todas esas series, en todas esas ficciones maravillosas que en la Argentina se hacen y que a veces tienen problema de financiamiento, y pensé en cómo podemos hacer el esfuerzo de Colombia y Argentina para que eso se potencie. Y si lo hacemos con Colombia también lo podemos hacer con otros, alguna vez lo hablé con el Presidente de España. Yo sé que nosotros tenemos un capital humano increíble para dar cultura, increíble, músicos maravillosos, actores y actrices maravillosos, directores de cine y de teatro maravillosos, solo tenemos que ponerle potencia a todo eso. Y este mercado de industria culturales que se presentan y esta plataforma que ha de servirles a muchos para poder llevar adelante todas sus ideas y proyectos, es una buena noticia, es una buena noticia, que debemos darle el lugar que merece. La Argentina tiene un capital a desarrollar en las industrias culturales enorme y es necesario que lo aprovechemos, no solamente porque la cabeza nos dice que nos conviene económicamente también porque el corazón nuestro lo necesita, porque debemos nutrirnos de cultura al alma de nuestro pueblo.
Así que lamentando no poder estar allí solo quiero sumarme a los anuncios que Tristán ha hecho tan detallado y cuidadosamente con un discurso tan lindo como el que dio recordando los 200 años de la independencia de Perú. Y también me hubiera encantado estar allí, estrecharles un abrazo o tan solo golpear un puño para decirles no aflojen, estamos cada vez más cerca de la salida, hemos vivido un tiempo muy difícil, donde todos ustedes se preocuparon por ustedes y por sus compañeros. Por eso, recordé los nombres que recordé, que vinieron a hablarme de la necesidad de volver a poner en marcha el trabajo de los artistas. Les mando toda mi gratitud como consumidor de arte, a todos, a todas. Les pido el compromiso de que lo hagamos, hagamos de Argentina una potencia industrial en materia cultural y cuenten conmigo. Merecemos vivir otra vida, una vida donde disfrutemos de la música, de la pintura, de las esculturas, del cine, del teatro. Una vida donde podamos reírnos sin barbijo, una vida donde abrazar a los que queremos, esa es la vida que queremos, está ahí nomás, muy cerca. No aflojemos ahora, el futuro es nuestro.
Gracias a todos y todas (APLAUSOS).