Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, por la entrega de viviendas y créditos para la construcción, en Merlo, Provincia de Buenos Aires
Muchas gracias a todos y a todas.
A mí me causa particular alegría participar de estos actos, donde les damos a las familias una casa, que como bien dijo Axel, no se la damos, la están comprando con el esfuerzo de ellos, pagándola en cuotas. Lo único que hacemos es que el Estado haga accesible para todos ustedes el acceso a estas viviendas, porque esto en el mercado no lo hacen, el mercado no hace esto, el mercado no piensa en esto, piensa en otras cosas. Algunos creyeron que esto lo resolvía el mercado, entonces crearon los créditos UVA, y lo único que hicieron es traerle un enorme problema a la gente, que tuvieron esos créditos. Nosotros creemos que el Estado tiene que estar muy presente, acompañando a los que necesitan una cosa, porque en los tiempos en los que vivimos tener un techo donde cobijar a la familia es un derecho humano, no es otra cosa. Son derechos que no damos, son derechos que merecen, son derechos que tienen.
Yo tengo aquí una Evita que me regaló ‘Juanchi’, y tengo por Evita una admiración inmensa. Evita fue una mujer enorme en la historia argentina. Piensen ustedes que estuvo en el escenario púbico solamente siete años, y siete años le bastaron para pasar a la eternidad, para que nunca más nadie la olvide, y para que todos levantemos su bandera, levantemos sus discursos, sus palabras, sus compromisos, y los hagamos propios, siete años estuvo solamente en el escenario público. Y esa frase que todos repetimos, donde hay una necesidad hay un derecho, lo que está diciendo es que los derechos no se dan, los derechos existen, y simplemente se reconocen, lo que estamos haciendo ahora es reconociendo esos derechos. Los derechos que tienen todos los argentinos que no tienen una vivienda y el mercado les hace muy difíciles acceder a esas viviendas, porque todo esto que estamos hablando tiene que ver con algo más profundo que días atrás con Cristina quisimos invitarlos a pensar, no todo es lo mido en política, no todo es lo mismo. Hay quienes creemos en esto que les estoy diciendo, en que el Estado debe estar muy presente para acercarle posibilidades de desarrollo a los que tienen menos posibilidades. Están los que piensan de otro modo, están los que creen que eso es un problema que el mercado lo arregla, están los que creen que el Estado no está para hacer hospitales, y allí nos dejaron hospitales a medio hacer, y nos vino la pandemia, ¿qué esperaban, que eso lo resolviera el mercado? El mercado terminó pidiendo al hospital público que atiendan a sus socios de prepagas, porque no tenían más camas. Están los que creen que sobran universidades, porque la gente sin recursos o con menos recursos no llega a la universidad, y eso es falso, porque las universidades del Gran Buenos Aires están repletas de chicos que estudian. Hombres, mujeres, jóvenes que acceden a esa universidad, porque le hemos hecho accesible el derecho al estudio. El 95 por ciento de esos alumnos son en sus familias primera generación de estudiantes.
A mí me impresiona, a mí no me gusta mirar para atrás pero me impresiona cuando miro para atrás lo que nos pasó, cómo ocurrieron las cosas, porque además fueron votados dos veces, esto es otra realidad. Y me pregunto cómo fue que todo eso pasó, me lo pregunto porque como este barrio, quedaron 11 mil viviendas sin entregar, casi hechas, casi terminadas, pero decidieron no entregar las viviendas. Siempre me pregunto, ¿por qué alguien querrá privar a 11 mil familias de tener una casa? ¿Por qué motivo? Porque en realidad la casa estaba hecha ¿Por qué motivo? Siempre pienso que deben haber creído que los que habiten esas casas, iban a recordar que esas eran las casas que hizo Cristina, y antes de que alguien tenga ese recuerdo, prefirieron que nadie tenga esa casa. La verdad esta casa, esa casa, esa casa, la hizo el pueblo argentino, para que otros argentinos la habiten, para que miles de argentinos y familias argentinas tengan un techo donde acoger a sus familias. Qué me importa quién la hizo, yo no estoy dando derechos, ni estoy dando casas, estoy reconociendo derechos de ustedes, y estoy permitiéndoles acceder al derecho que tienen, no es la casa de Cristina, no es la casa de Alberto, es la casa de ustedes, pero no todos piensan como todos.
Ahí lo tengo a ‘Kato’, cuando ‘Kato’ llegó, ‘Kato’ es el Ministro Katopodis, mi querido amigo Gabi, cuando él llegó, nos encontramos que el 70 por ciento de la obra estaba paralizada, el 70 por ciento de la mano pública estaba paralizada, y había 70 mil millones de deuda que quedó impaga. Habían paralizado todo y habían dejado de pagar todo. Habían inventado un sistema que es de Participación Pública Privada que, cuando lo desmontamos y llamamos a licitación esas obras, descubrimos que estaban gastando tres veces lo que las obras objetivamente costaban. Dejaron a la Argentina sin infraestructura en los barrios, sin rutas, sin puentes. Ahí lo vi a Enrique Cresto, a la Argentina sin agua. Llegamos al Gobierno y nos encontramos que en Salta había un problema de desnutrición por falta de agua para los chicos. No dijimos nada, no denunciamos a nadie, nos arremangamos y nos pusimos a trabajar, y pusimos en marcha la obra pública. La obra pública es la construcción de viviendas, cosas que había dicho yo en campaña, junto con Cristina. Dijimos vamos a poner a la obra pública y a la construcción de viviendas como un gran motorizador de la economía, porque cuando una vivienda se construye, miren ahí hay ladrillos argentinos, cemento argentino, vidrios argentinos, hay acero argentino, hay hierro argentino. Y detrás de todo eso hay argentino que trabajan, como bien decía Jorge, cada una de esas casas generan tres puestos de trabajo, pero detrás hay una infinidad de trabajadores que han permitido que esa casa se construya. Me acuerdo en la campaña cuando visité Misiones y el Presidente de la Federación de la Industria Maderera me dijo “estamos listos porque no se construye nada, no vendemos muebles, no construimos casas, no sabemos qué hacer”. Y ahora todos ellos están activos, pujantes, en gran medida porque la construcción de viviendas y la obra pública los ha convocado a trabajar.
Hay formas de ver la política, hay formas de encarar el futuro, después de una tragedia tan enorme como la que hemos vivido, que es la tragedia de la pandemia. Algunos casi celebraban las muertes, nosotros hacemos lo imposible por impedirlas, y trabajamos incansablemente. Si ustedes me preguntan, ¿cómo fue este año y medio? Yo digo que tuvimos que sortear un montón de problemas, que se potenciaban como problemas porque habían dejado todo a medio hacer, o las habían dejado de hacer, o no les había importado ayer. Por eso tuvimos que construir hospitales, por eso tuvimos que construir hospitales móviles en toda la Argentina, y por eso tuvimos que salir a buscar 4 mil respiradores, y por eso tuvimos que poner 4 mil cámaras de terapia intensiva, pero no les importaba, simplemente no les importaba. Y fuimos con urgencia, y un día en el medio de todo esto, tuvimos que resolver el problema de los acreedores, porque además nos habían dejado una deuda en torno con los acreedores privados, en torno a los 70 mil millones de dólares, y fuimos y negociamos, y negociamos con firmeza, y logramos que al cabo de diez años la Argentina se ahorre más de 30 mil millones de dólares, como consecuencia de ese acuerdo ¿Y por qué negociamos con firmeza? Porque negociamos pensando en los argentinos.
Con la misma firmeza negociamos la contratación de vacunas, y fuimos de los primeros países en el mundo en empezar a vacunar. Somos de los países que con más velocidad están vacunando hoy en día, y peleamos cada vacuna que llega a la Argentina, ¿está mal? No, está bien es por ustedes que peleamos. Estamos quedando mal con los laboratorios me dicen, a mí me daría vergüenza quedar mal con los argentinos, eso me daría vergüenza a mí. Prendo cada dos por tres la tele y siempre hay uno que estuvo, que contrajo la deuda y me explica que rápidamente tengo que acordar con el Fondo. Un Fondo que no era un problema en el año 2015, no era un problema, no lo teníamos ese problema. En un minuto y medio nos anunciaron que nos endeudaban 57 mil millones de dólares, salieron, nos dijeron bueno tenemos algunos problemitas, así que vamos al Fondo y el Fondo nos va a dar 57 mil millones, y después de una velada memorable nos recomendaron que nos enamoremos de Christine Lagarde ¿Y eso que significó? Significaron 25 mil pymes cerradas, pérdida de trabajo, pobreza, hambre, postergación, que estas casas nadie las termine, que las rutas nadie las termine. No todos vemos la Argentina del mismo modo, esto no pasó hace 50 años, pasó hace dos. Piensen ustedes que este año nosotros tenemos que hacer frente de acá a lo que queda del año a una deuda de 5 mil millones de dólares que contrajeron hace dos, los que ahora me dicen como tengo que negociar con el Fondo.
Digo todas estas cosas, solo para convocarlos a la épica del día después porque estamos vacunando a todos y a todas, empezamos por los que eran más frágiles, los adultos mayores, vacunamos prácticamente al cien por ciento de los adultos mayores. Si ustedes ven hoy cuando ven los fallecimientos que le coronavirus causa, que prácticamente no hay adultos mayores porque los cuidamos, los cuidamos cuando les pedimos que se queden en sus casas, los cuidamos cuando empezó el proceso de vacunación, los cuidamos cuando hicimos gratis sus medicamentos, los cuidamos. Nos decía hace un mes atrás los más jóvenes van a tener que esperar mucho para ser vacunados y empiezan a vacunarse ahora. Nos preocupan también los jóvenes porque todos queremos vivir la vida que queremos, todos soñamos vivir la vida que queremos, esa vida que nos permita hacernos, esa vida que nos permite compartir con un amigo, con una amiga, con nuestras familias, padres, hijos, abuelos, abuelas, volver al colegio, volver a las guitarreadas, volver al asado, volver al fútbol. Pero cuando tengamos la oportunidad porque la vacuna nos lo permita cruzar esa puerta de salida que esta tan cerca, ¿cuál es la vida que vamos a querer? ¿Vamos a querer la vida que un Estado o que tenga un Estado que a todos cuiden, que tenga un Estado que a todos nos ampare, o vamos a tener la vida que nos propone otros que nos dicen que sobran 20 millones de argentinos en el país? ¿Vamos a querer la vida de un Estado que entre los bancos y la gente elija a la gente o las que eligen a los bancos? ¿Que entre lo industrial que invierte y produce este el Estado ayudándolo o que ese Estado siga promoviendo como se promovió durante muchos años la especulación financiera?¿Qué Estado vamos a querer? ¿El Estado que se arrodille y pide que nos enamoremos de los funcionarios del Fondo o el Estado que se plante, se ponga de pie y le diga al Fondo a los argentinos no los hago sufrir? ¿Qué Estado vamos a querer? ¿Qué país vamos a querer? ¿Vamos a querer un país donde la educación pública para algunos sea caer en la desgracia o vamos a vivir en un país donde la educación pública vuelva a ser y es el orgullo que siempre ha sido? Todos somos hijos de la educación pública, los que estamos acá, y fue uno de los mayores logros que tuvo la Argentina ¿Qué vamos a hacer? ¿Cerrar universidades o seguir abriéndolas? ¿Qué vamos a hacer? ¿Cerrar colegios o seguir abriéndolos? ¿Qué vamos a hacer? ¿Cerrar jardines o seguir abriéndolos? Nosotros vamos a seguir abriendo la educación para que todos y todas las argentinas sigan educándose, porque en los tiempos en los que vivimos la educación y la inteligencia es lo que hace rico a las sociedades. Las sociedades más ricas son las que dan promovido la educación, la ciencia y la tecnología y nosotros estamos haciendo eso. Cuidando a cada uno y a cada una de ustedes.
No es que lo hacemos por una campaña, así nos han criado, somos los hijos de Perón y de Evita, somos los hijos de los que salieron a las calles a reclamar por ese coronel del pueblo que solo estaba encerrado en la Isla Martín García, porque se le había ocurrido reconocerles derechos a los que trabajaba. Somos los hijos de esa Evita que reclamaba aquellos derechos nunca dejen de reconocerse, somos los hijos de ese Perón y de esa Evita que dijeron que el Estado debía estar presente para arbitrar donde la desigualdad existe. El mérito tiene mucho que ver en el desarrollo en todos nosotros, pero para que el mérito pueda desarrollarse todos debemos tener condiciones iguales para poder obtener los logros, porque no le cuesta lo mismo al hijo de un trabajador convertirse en médico que convertirse en médico al hijo de un banquero, no le cuesta los mismo, no es igual. Y no me venga a hablar de méritos, hablo de oportunidades. Y nosotros necesitamos un Estado que iguale oportunidades, que les dé a todos las oportunidades de crecer y de poder desarrollarse.
Y yo humildemente les recordé el sábado pasado cuando Néstor llegó al Gobierno, mi querido Néstor, solía abrir los brazos en actos multitudinarios como hoy no podemos hacer y decía ayuden a este pobre pingüino, la Argentina estaba dada vuelta, y estamos en default y teníamos una deuda que era el 150 por ciento del producto bruto argentino. Y un día que terminó uno de esos actos le dije Néstor vos no le podés pedir a la gente que te ayude, vos sos el Presidente, pero yo necesito que me ayuden. Tenía razón, yo necesito que me ayuden todos y todas con mucha fuerza, con la certeza que tenemos una salida, con la certeza que podemos hacer un país justo, con la convicción de que pueden tener todos condiciones de igualdad para crecer, para desarrollarse.
Por favor, todos y todas, sin excepción, hagamos de una vez y para siempre la Argentina que nos merecemos. Hay un futuro cercano, hay una vida que sabemos que existe, esa vida la queremos, hagámosla entre todos y todas. Muchas gracias. (APLAUSOS)