Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la presentación de un proyecto de ley para la formación y desarrollo de la enfermería, en el Museo de Casa Rosada
Buen día, gracias a todos y todas por estar aquí. Queridos diputados y diputadas, mi querida Vicepresidenta partidaria, Carlín, Héctor, bienvenidos a todos los enfermeros y enfermeras que nos acompañan, a todos os funcionarios que nos acompañan, a los ministros que nos están acompañando virtualmente desde sus provincias.
Hoy creo que estamos dando un paso muy importante, estamos poniendo en marcha el tratamiento de un proyecto que fue presentado y que Pablo consensuó como Presidente de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, y que tiene dos efectos. El primero es un efecto de mejorar la salud en la Argentina, preparar y capacitar como enfermeros y enfermeras, día a día ayudan en la atención médica, eso hace a una mejora en lo que reciben los argentinos como tratamiento. Pero es un acto de reparación también, de enorme reparación, porque tal vez hizo falta una pandemia para que nos demos cuenta lo esencial que es cada hombre y cada mujer que trabajaba en el sistema de salud argentino. Médicos, médicas, enfermeros, enfermeras. Pablo dio recién dio una cifra que para un abogado llama a la reflexión, el 70 por ciento de la atención médica queda en manos de la enfermería. Dense cuenta lo trascendente que es la enfermería entonces. Y decía yo que hizo falta una pandemia para que nos demos cuenta de la importancia de la enfermería y de la importancia del sistema de salud, porque no hace mucho tiempo el Ministerio de Salud dejó de ser Ministerio, el Ministerio de Educación quedó desfinanciado, y todos pensaron, todos no, algunos pensaron que todo esto podía quedar en manos de un mercado que resolvía las cosas que los mercados no resuelven. Porque hay un punto donde deja de ser negocio atender a alguien, y es allí donde el Estado tiene que estar presente, es allí. Y hay un momento en donde necesitamos tener a nuestros mejores hombres y nuestras mejores mujeres con vocación de auxiliar en la tarea de la enfermería, preparados, capacitados, y hay que decirlo también, y hay que trabajar en eso, bien pagos. Y también hay que entender que los enfermeros y enfermeras a los que nos toca nos sometemos como seres humanos a sus cuidados y a su protección, y a todo su trabajo, y a todo su compromiso, y que trabajan en el sector público no son empleados administrativos, son mucho más que eso. Son personas muy importantes para la salud de todos nosotros, y que se han preparado para realizar una tarea que no todos sabemos hacer, para lo que hay que prepararse.
Hace un año atrás en el Congreso que hicimos cerca de La Falda, dos años, dos años, poco menos. En aquella ocasión Héctor y Carlín me contaron lo que estaban haciendo para formar enfermeros y enfermeras, y me acuerdo que en aquel momento supe que había personas de tu provincia, de pueblos originarios, que estaban allí capacitándose. Bueno, hoy los tengo acá recibidos, preparados y capacitados. Felicitaciones a ustedes y felicitaciones a ustedes por haberlo hecho. Y junto a ellos seguramente se habrán recibido muchos otros, y habrán recibido muchos otros y otras a atención necesaria para la preparación y la capacitación. Bueno, eso que hizo el sindicato y hace el sindicato, nosotros queremos multiplicarlo por mil, porque las estadísticas de las que Pablo recién nos habló, que muestra la falta que hace el personal de enfermería que auxilia a los médicos y médicas es muy grande. Estamos lejos todavía de alcanzar el número razonable que la lógica médica indica, hay que trabajar para eso. Y por eso, yo valoro tanto este proyecto que multiplica el trabajo de este sindicato, lo multiplica y lo pone al Estado como actor central de este tema, y yo quiero que el Estado sea un actor central en este tema. La Argentina tiene un sistema de salud singular en el mundo, donde convive lo público, lo parapúblico y lo privado. Y que en un momento tan difícil como la pandemia ha sabido afrontar el desafío y ha funcionado, y en todo caso lo que nos ha dejado en evidencia es la necesidad que tenemos de coordinar el funcionamiento de todo esto, pero uno no puede dejar de reconocer el esfuerzo inmenso que han hechos los médicos y las médicas del sistema público, del sistema parapúblico, del sistema privado, no puede dejar de reconocerlo. Y en todo caso, como bien dijo Pablo, tendremos que ver cómo utilizamos el funcionamiento de todo esto, cómo lo coordinamos, de lo que habló Cristina días atrás en La Plata, ver cómo todo esto lo podemos mejorar a partir de la experiencia de vida y debemos hacerlo, ¿saben por qué? Porque un Estado que no se preocupa de la salud de sus hombres y mujeres es un Estado que no merece existir, porque el Estado somos nosotros, todo, el Estado no es una institución sobrehumana, somos el conjunto de todos nosotros y todas nosotras, eso somos, y un Estado que no se ocupa de aquello que le da vida, es una Estado que no merece existir y hay muchas razones para que el Estado exista, muchas. Porque si el Estado no estuviera, si muchos de ustedes no estuvieran trabajando en el sector público, atendiendo a los que menos tienen, a los que más difícil la pasan, la verdad, es que esos corrían otra suerte y el Estado debe estar presente. El Estado debe estar presente preparando médicos y médicas, preparando a los enfermeros y enfermeras, preparando a los médicos de distintas especialidades, para que cada argentino que lo necesite encuentre una respuesta que el Estado haya realizado para darle.
Este Programa nacional de Formación de Enfermeros tiene ese objetivo, como dije al comienzo, tiene un interés social, tener mejores enfermeros y mejores enfermeras más capacitados, más preparados, y tiene un acto de reparación que en este momento no puedo dejar de mencionar, porque en la pandemia llevamos quinientos días de pandemia o más, alrededor de quinientos días, hemos pasados momentos muy difíciles y muchos de ustedes lo deben haber pasado, particularmente, mal y fueron siempre los que estuvieron al frente de la batalla poniéndole el pecho al virus. Y yo a cada uno y a cada una de los enfermeros y enfermeras de esta patria, gracias de corazón. Lo dijo recién Pablo, hay doscientos enfermeros que dejaron su vida en este tiempo y dejaron su vida cumpliendo con su vocación de servir al otro, ¿hay una muerte más noble que esa? Solo me queda mi reconocimiento. En memoria de todos ellos y porque merecemos ser una sociedad mejor, demos un paso más Pablo, y avancemos en esta Ley.
Gracias a todos y todas. (APLAUSOS)