Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en su visita a una empresa de calzado e indumentaria deportiva, en El Dorado, provincia de Misiones
Buen día a todos y todas.
Es muy grato estar para mí hoy en el Dorado, que este lugar tiene alguna historia personal para mí, ¿no? No es que he venido a una fábrica de calzado deportivo, he venido a un lugar que conocí, cuando visitando Misiones en la campaña la diputada Cristina me dijo “hay compañeros de una fábrica de calzado deportivo y hay compañeros de la industria de la madera que quieren verte porque no la están pasando bien”. Y así, recibí por primera vez a trabajadoras de esta empresa, que como consecuencia de la apertura de la economía, se mostraban víctimas de las importaciones que en aquel entonces existían. Y claro, esas importaciones les hacía muy difícil competir en el mercado interno y a la empresa les hacía muy difícil poder continuar en el mercado interno. Algo parecido pasaba con los productores de maderas y los fabricantes de madera, los que participan de la industria maderera, porque fueron años aquellos en que se había caído la construcción, se había caído la obra pública, que los muebles también se importaban y se vendían en grandes centros comerciales. Y los escuché a los dos, y les dije la frase que decimos en las tribunas, cuando vamos a las canchas de fútbol, “aguantemos que esto lo vamos a ir arreglando”. Y yo les agradezco mucho a los responsables del Grupo Dass porque aguantaron, porque creyeron, porque se dieron cuenta que no les estábamos mintiendo. Se dieron cuenta que nosotros veníamos a proteger al que invierte, al que da trabajo, al que produce, al que permite el desarrollo que una sociedad necesita.
Daniel estuvo, Daniel es mi amigo querido, la política uno no le deja muchos amigos, Daniel es uno de los amigos que la política me ha dejado. Ustedes saben que Daniel es un ser, voy a contar en privado aprovechando que no escuchan, es un ser hiperquinético, hiperquinético. Vino hace unos días de Brasil y me dijo “mirá, me quedo dos días, pero en dos días tenemos que ir al Dorado, a Mar del Plata”. Y me armó cinco reuniones que no sé, lo único que atiné a decirles es, “¿cuándo volvés a Brasil, Daniel? Porque no tengo forma de seguirte en ese rumbo, pero me habló de que había que venir al Dorado porque acá estaba la fábrica aquella que yo había conocido, cuando la gente se estaba quedando sin trabajo en el Dorado, porque no podían competir. Bueno, la verdad es que me lo planteó Daniel aquel día y le dije, bueno, la próxima vamos al Dorado, vamos al Dorado. Daniel, además de ser un gran amigo que quiero entrañablemente, resultó ser un gran Embajador, que me ayuda a resolver muchos problemas que Argentina y Brasil enfrentan, y muchos desafíos, porque la verdad es que Argentina y Brasil son un espacio geográfico y económico común. Y entonces, tenemos que hacer un gran esfuerzo para complementarnos, para poder crecer y para poder llevar adelante el desarrollo que queremos llevar. Y poder hacer que los amigos brasileros de Veiga Río confíen en la Argentina, inviertan en la Argentina, den trabajo en la Argentina. En esta fábrica, pero allá en Buenos Aires, hacen la camiseta del mejor club de fútbol de la Argentina. Con lo cual, por las dudas de que alguien no haya entendido, es Argentinos Juniors de quien estoy hablando.
Y la verdad que a mí me pone muy contento ver esta planta trabajando, como está trabajando hoy. Y me pone muy contento, que hoy me comentaban, y en esta zona que ahora está vacía ya la hemos delineado y ya están los caños tirados porque ahora vamos a poner acá otro espacio de producción para producir otra marca, para producir. Cada vez que me hablan de la palabra producir, yo escucho para dar trabajo. Y cuando yo escucho para dar trabajo, digo, bueno, es otra familia que se levanta, es otra familia que puede crecer, es otra familia que tiene otra oportunidad. Y esa es la mejor música para mis oídos. La música de las maquinas funcionando, de ver hombres y mujeres terminando de armar esas zapatillas, eso es lo mejor que me puede tocar ver. Y en eso tenemos mucho por delante por hacer, mucho por delante. Venía con Inés Arrondo, Inés Arrondo es la Secretaria de Deportes, nos está acompañando. Y de todo el trabajo que hay que hacer para garantizar la indumentaria deportiva en chicos y chicas, que están en los colegios y lo necesitan, y donde el Estado está apoyándolos en procesos de competencia, como las Olimpiadas que se vienen de Tokio, la Copa América. Todo lo que mueve el deporte y todo lo que mueve en materia de indumentaria. Y nosotros tenemos que ser ahí, tenemos que poner todo el esfuerzo porque ya está visto que cuando importamos camisetas, pantalones, medias, botines, zapatillas, lo que hacemos es dejar sin trabajo a argentinos, hacemos que estas plantas se cierren, que algunos hagan un maravilloso, una maravillosa diferencia con la importación, pero que arruinemos la vida de muchas comunidades. Porque lo que yo aquel día vi era que la comunidad del Dorado se estaba deteriorando porque se estaban perdiendo fuentes de trabajo. Y lo que yo veo hoy es a muchas familias del Dorado vigorizar, fortalecer su espíritu, porque ha vuelto el trabajo al Dorado. Y cuando escucho decir que quienes quieren crear más puestos de trabajo porque van a producir más, todo eso es música para mis oídos, pero por sobre todas las cosas que sea desarrollo para la Argentina, es desarrollo este hermoso el Dorado, es desarrollo para esta queridísima Misiones y es desarrollo para la Argentina.
Por eso, cuando escucho algunos que me dicen no la soluciones es bajar aranceles, importar. Bajar aranceles e importar es terminar con el esfuerzo de los empresarios que invierten y arriesgan, es terminar con el futuro de los que viene acá cada día a trabajar. Y yo pienso porque lo acabamos de vivir, no es que esto pasó hace 50 años en la Argentina. Esto pasó hace un año y medio donde era mucho más negocio especular financieramente que venir a invertir para hacer zapatillas, botines, camisetas, remeras. No, mucho más importante es que se invierta, se arriesga y se dé trabajo, se produzca y se gane porque así es el capitalismo. Se gane, que los que inviertan ganen también, eso es mucho más importante. Y así como me pasó aquel día que me quedó muy grabado porque fue una tarde de campaña en el Partido Justicialista en Posadas, fue una tarde que me quedó un sabor amargo porque vi pena, vi pena, en los que trabajaban y perdían el trabajo, vi pena en los que invertían en la industria maderera y ya no sabían cómo seguir. Y me fui apenado, pero obligado, obligado a cumplir con mi palabra. Y yo cumplí mi palabra y tuvo sentido. La verdad que lo único que hice fue hacer lo que racionalmente debíamos hacer, proteger a los que invierten, proteger a los que dan trabajo, favorecer que el trabajo crezca y hace así que una comunidad como la comunidad del Dorado se desarrolle.
Estoy muy feliz de estar acá, quiero que lo sepan, y agradecido porque me han invitado a participar de este acto. Y le agradezco también a Maribel que está mirándonos desde Brasil, la confianza de nuestros hermanos brasileros en la Argentina. Nosotros, Brasil y Argentina, somos un pueblo indisoluble, estamos absolutamente unidos y nada nos debe separar. En tiempos además donde la pandemia nos castiga tantos, más unidos que nunca. Crean más en nosotros, como nosotros creemos más en ustedes, porque es la oportunidad que tenemos. Tienen allí, sépanlo, un Embajador que es mi hermano, es mi alter ego, cuando hablan con él, hablan conmigo. Confíen en él porque él tiene exactamente las mismas miradas que tengo yo. Lamento que en aquel 2015 los argentinos no lo hayan oídos mayoritariamente, porque no hubiéramos tenido que pasar las penurias que pasamos en los cuatros años que siguieron aquel 2015.
Así que con estas palabras gracias a todos y todas. Feliz de estar acá. A seguir trabajando, hacer más zapatillas, hacer muchas más camisetas del mejor equipo de fútbol y, bueno, lo mejor para todos y todas. Muchas gracias. (APLAUSOS)