Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, durante el acto: “Desafíos para la reconstrucción bonaerense”, desde el Estadio Único de La Plata.
Muchas gracias a todos y todas; gracias Axel por esta idea maravillosa, de verdad, de juntarnos, poder hablar y poder escucharnos también, de que todos nos escuchen. Es muy lindo darnos cuenta, que a un año después, todos podemos suscribir las palabras que el otro día, ese fue el milagro de la unidad, y es lo que nunca debemos olvidar.
Estamos aquí porque, en un momento, dijimos esto de estar separados sólo le permite a los picaros llegar al Gobierno de la Nación y eso es un error, porque el mayor error es que esos pícaros lastiman a la gente y eso es imperdonable; estamos aquí porque hace más de un año decidimos estar juntos y un año después estamos tan juntos como siempre y convencidos de lo que hay que hacer.
Yo me acuerdo muy bien, de aquel 10 de diciembre, en que tuvimos que asumir. Si hay una imagen que tengo grabada, en mi memoria, es una imagen – donde Cristina hablando, a la Plaza – me mira y me dice: “Presidente, no le preste atención a lo que escriban en los diarios o digan en los medios, mire los ojos de su pueblo, y háblele al corazón de cada argentino, de cada argentina”. Yo hice lo que me mandaste, fue el mejor consejo que me diste. (APLAUSOS). Porque – como todos dijeron aquí – efectivamente vivimos lo que nadie esperaba, que nos toque vivir: una pandemia, que no estaba en los planes de nadie. Con Axel bromeamos y decimos: “che, busquemos en la letra chica a ver si eso estaba en algún lado”. No lo vimos, nadie pensó que eso podía pasarnos.
Sabíamos, que recibíamos un país en terapia intensiva, pero sobre llovido mojado; además del país en terapia intensiva, estando en terapia, nos contagiamos el coronavirus. Y allí fuimos – como siempre hicimos – nos arremangamos y nos pusimos a dar pelea. Y allí nos dimos cuenta de muchas de las cosas que había pasado; recuerdo dos, ahí está Fernando que no me deja mentir, había allí – en la Matanza – dos hospitales, que había terminado Cristina, en el año 2015, y que nadie puso en marcha, solamente por el riesgo de que alguien se atienda en un hospital y piense que lo terminó Cristina Fernández de Kirchner. ¿Quién perdió ahí? ¿Perdió Cristina? No, perdieron miles de hombres y mujeres que necesitaban ese hospital, y había que terminarlo y lo terminamos, ¿en cuánto, Kato? En 120 días, en 120 días se terminaron y lo hicimos trabajando juntos, ahí lo veo a Daniel Ollán, que trabajó codo a codo con nosotros, con Eduardo Ginés, que hoy no está porque está en el interior; también con Axel. Todos nos arremangamos, vino un día Kato y me dijo: “che, tenemos un problema con las camas de terapia”, pero puede ser que hagamos hospitales modulares porque esos hospitales modulares pueden ayudar a que pongamos allí camas de terapia y por las dudas, de que el contagio crezca. Y yo dije: “hagámoslo” y lo hicimos, Kato.
Y no lo hicimos sólo en Buenos Aires, lo hicimos en todo el país y había un problema, acuérdense, qué íbamos a hacer con los respiradores, no hay respiradores, de dónde sacamos respiradores y descubrimos que en Córdoba, habían dos hermanos: uno médico y el otro ingeniero, que hacían 40 respiradores al mes, le dijimos: “te compramos toda la producción, no puedes exportar ni uno más, pero necesitamos que hagan 400 respiradores por mes” y los hicieron.
Y pudimos repartir los respiradores, en todos los rincones de la Argentina. Allí, donde había un argentino o una argentina, que pudiera necesitar de la atención médica, allí fuimos a poner un hospital, fuimos a poner un hospital ambulatorio, como los que nos prestó, también, el Ejército, fuimos a llevar también estos hospitales modulares. En todos lados llevamos respiradores y – lamentablemente – nos dejaron 40 mil argentinos y argentinas, pero tenemos la tranquilidad de que ningún argentino o argentina se quedó sin la atención médica. (APLAUSOS)
Todos los argentinos y todas las argentinas que necesitaron ser atendidos todos fueron atendidos, todos, todos. Y fuimos tan precavidos que pusimos en marcha instalaciones para aquellos, que nos anunciaban – en un escenario de mucho desconocimiento – que podía haber gente contagiada que no necesitara estar internado, sino que tenía que llevar una suerte de aislamiento leve y ahí nos arremangamos todos y todos, en cada intendencia, convertimos una escuela en un lugar de aislamiento y hasta convertimos a Tecnópolis en un lugar de aislamiento, que gracias a Dios, no llegamos a utilizar completamente.
El otro día me llamó la atención, porque esos que no debo leer ni prestarle tanta atención, decían. “qué barbaridad, para qué hicieron esto, si nunca terminó de usarse”. Saben por qué lo hicimos. Porque miramos el corazón de la gente, miramos el ojo de la gente y supimos que podían necesitarlos. No lo hicimos para salir en los diarios, lo hicimos porque podían necesitarlos, lo hicimos porque miramos el corazón de la gente.
Uno podría tomarse este tiempo para aburrirlos de las cosas que fuimos capaces de hacer. Fue increíble cómo movilizamos la obra pública, fue increíble cómo llevamos agua, donde hacía falta, fue increíble como, con Luana, pudimos cumplir, a los dos meses, de estar en funciones nuestra promesa de que los jubilados no paguen más medicamentos, pudimos cumplirlo. Pudimos cumplir la promesa de que nuestros jubilados no iban a ver caer sus ingresos y con Fernanda trabajamos permanentemente para garantizar que la inflación no le gane al ingreso de los jubilados y lo logramos.
Y el otro día miraba las paritarias, la mayor paritaria – bueno, allá lo veo a Hugo, lo veo a Plaini y lo veo al amigo Caló – la mayor paritaria la tuvieron los trabajadores del azúcar y la segunda paritaria la tuvieron los jubilados. (APLAUSOS). Siento, que hemos podido en el medio de semejante crisis ir cumpliendo las promesas y los compromisos que habíamos asumido en campaña.
Les dijimos a las mujeres, que íbamos a seguir ampliando derechos, creamos un ministerio y seguimos trabajando en la ampliación de los derechos de las mujeres. Necesitamos que la movilización ciudadana y todas las organizaciones sociales se movieron rápidamente, prontamente para ir allí a los lugares más humildes a prestar atención y garantizar que a cada uno le llegue los recursos y la ración de comida necesaria para que a nadie le falte. Hoy a la mañana estuve con Mariela, allí en Moreno, reconociendo a todas esas mujeres que como Ramona, que se murió dándole de comer a otros, contagiándose del coronavirus, a todas esas mujeres que abren sus casas para habilitar comedores populares y para que sus vecinos nos e queden sin comida. Y hoy a la mañana reflexionaba que es muy impactante ver eso en nuestro país, es muy impresionante ver que los que menos tienen son los más solidarios, que tienen poquito, pero lo poquito lo comparten, que no hacen asistencialismo, abrazan y abren el corazón, y eso nos salvó, tener ese pueblo, tener ese pueblo nos salvó, porque allí donde hacía falta solidaridad la encontramos, claro que sí, y avanzamos.
Con Wado recordábamos días atrás alguien que vino a vernos cuando la pandemia se inició, y nos proyectaba resultados estadísticos hechos en las universidades inglesas, y nos advirtió, “miren, si le va muy bien a la Argentina se van a morir 60 mil personas, y si le va muy mal se van a morir 250 mil”. Gracias a Dios no alcanzamos ni el mínimo, y trabajemos todos los días para no alcanzarlo, porque cada argentino que nos deja es una espina que se nos clava, y esto no ha terminado, esto todavía sigue. Lo único que nos demuestra aquel dato que recordábamos con Wado, es que efectivamente es que ese dado parece darnos la razón de que las cosas que hicimos sirvieron para salvar muchas vidas humanas. Y sirvió también porque lo que hicimos fue afianzar nuestros más elementales conceptos éticos, déjame que te diga algo Cristian: Axel ganó, fue ministro de economía, pero hay economistas y economistas, Axel ganó porque es un economista que como todos nosotros lo primero que tiene en su corazón es compromiso con el pueblo, por eso ganó. Y nosotros tenemos ese mismo compromiso, tenemos ese mismo compromiso, y no vamos a ceder. Y ahora vamos a ponernos a trabajar para vacunar a todos y a todas, y estamos trabajando para lograr eso, y ahí veo páginas que se escriben diciendo por qué solamente contrataron la vacuna rusa, falso, contratamos la vacuna de Oxford, de AstraZenica, contratamos la vacuna rusa, también esperamos contratar la vacuna Pfizer si es que acceder a nosotros, pero escuché decir a alguien que sospechaba que detrás de esto había un acto de corrupción, corrupción fue dejar de vencer miles de vacunas en los galpones de la aduana eso era corrupción, y no lo escuché al Presidente del radicalismo hablar de esa corrupción. No lo escuché. Cornejo, venga que le doy cuenta las veces que quiera porque nosotros no le robamos a la gente, venga todas las veces que quiera. (APLAUSOS)
Y con esa idea vamos a seguir trabajando, yo siento que poco a poco está terminado esta pesadilla que fue el año 2020, que fue una pesadilla realmente, y estoy seguro que vamos a entrar a otro tiempo que ya se vislumbra, un tiempo de crecimiento, días atrás con Hugo hablamos de cómo el transporte está funcionando mucho más, y hoy Antonio Caló me contaba que la industria mecánica no solo no han perdido puestos de trabajo sino que han incrementado en siete mil los puestos de trabajo, y eso fue porque estuvimos presentes cuidando a cada pyme, cuidando a las grandes empresa también, básicamente cuidando el trabajo de los que trabajan, eso fue lo que hicimos. Para eso llegamos, y así vamos a seguir trabajando.
Y claro que nos quedan temas pendientes, claro que sí, nos queda de una vez por todas, si queremos hacer una república, hacer que uno de los tres poderes de la república funcione como debe funcionar, que es la Justicia, nos queda eso. (APLAUSOS)
Algunos piensan que el problema y el malestar con el tema de la Justicia es un tema puntual de alguno de nosotros, es un problema conceptual de todos nosotros, que lo que queremos es tener jueces dignos, honestos, probos, que hagan justicia, y no que corran detrás del poder de turno. Eso es lo que queremos, no queremos otra cosa. Y queremos también una Corte Suprema que nos diga cómo entiende las cosas, que me explique por qué hay gravedad institucional cuando se trasladan a tres jueces desconocidos, y no hay gravedad institucional en procesos abiertos contra el Gobernador de Buenos Aires, contra la Vicepresidenta, contra el Presidente del Banco Centra, contra el Ministro de Desarrollo de la Producción de Buenos Aires, ¿eso no es gravedad institucional?, explíquemelo porque no lo entiendo, no me lo van a explicar porque no tiene explicación. Por eso esas son deudas que siento que tenemos pendientes estoy seguro que tenemos deudas pendientes, y las vamos a ir poco a poco cumpliendo, porque si hay algo que tenemos es palabra, porque si hay algo de lo que me jacto es de no mentir; si hay algo de lo que me enorgullezco es haber abrazado la política con la convicción de que la palabra en política vale mucho, y es nuestro principal patrimonio, y lo vamos a hacer, entre todos y todas, una vez más, como lo hizo Néstor, como lo hizo Cristina, como me toca a hacerlo a mí. Vamos a poner a la Argentina de pie, vamos a reconstruir este país, porque al fin de cuentas todavía está pendiente la Argentina que nos merecemos.
Gracias a todos y todas. (APLAUSOS)