Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, por el acto central del Día del Camionero, en la Sede de la Federación Nacional de Camioneros, CABA
Gracias a todos y todas por invitarme, y feliz día del Camionero y de las Camioneras porque veo mujeres, participando de este evento y me pone muy contento que así sea.
Algunas cosas para pensar en este día, y a partir de las cosas de las que ustedes hablaron. Miren que yo esté en el sindicato y que yo esté en los sindicatos con Axel, no debe llamar la atención de nadie, porque en política uno asume compromisos, y entre los compromisos que asume, asume el compromiso de qué derechos quiere representar, a quién quiere representar dentro de la sociedad. Y cuando hicimos el Frente de Todos con Cristina, con Axel, con Sergio, con Máximo, con Hugo, con Pablo, con todos los que formaron parte del Frente de Todos, nosotros tuvimos en claro que a quienes debíamos representar eran a los que peor estaban y a los que trabajan. Nosotros sabemos cuáles son los intereses que nosotros queremos representar, y nosotros tenemos muy en claro qué queremos representar a los intereses de los que la están pasando muy mal y han quedado sumidos en el pozo de la pobreza, y sabemos que con ellos tenemos un deber ético de sacarlos de ese lugar y volverlos al escenario de la sociedad productiva, y que tenemos una responsabilidad histórica que es representar los intereses de los trabajadores.
Yo hoy estoy acá como Presidente, pero no quiero dejar de ser nunca un compañero, nunca. Yo, antes que nada, soy un compañero, y quiero seguir siendo siempre un compañero. Y, por lo tanto, acá hay un compañero, Axel es un compañero, Cristina es una compañera. Estamos acá para ayudarlos, para ponernos de su lado, para ver de qué manera volvemos a reconstruir una Argentina que de verdad fue tierra arrasada el 10 de diciembre cuando llegamos, y esa Argentina estaba en terapia intensiva, sobre llovido mojado, en marzo se enfermó con la pandemia. Pero, en todo ese tiempo, ninguno de los que gobernamos dejamos de tener en cuenta a quienes nosotros estábamos representando. Nosotros estamos representando a quienes están más caídos y estamos representando a los que trabajan.
Y por eso nos preocupamos de lo que nos preocupamos, por eso nos preocupamos que los trabajadores formales puedan mantener su trabajo, y para eso hicimos el ATP, y por eso comprometimos al Estado a mantener el empleo formal. Y muchas de las empresas, donde ustedes trabajan, seguramente deben haber recibido el ATP. Y yo estoy muy feliz que eso haya pasado, porque la idea era que ninguna empresa cayera, para que el día que la pesadilla pasara todo volviera rápidamente a rencausarse en el trabajo. También pensamos en los trabajadores independientes, muchos monotributistas que estaban quedando afuera del sistema y para eso creamos el IFE, y con el IFE le dimos una pequeña ayuda. Y también pensamos en un montón de trabajadores de clase media, que son trabajadores independientes, autónomos, y para ellos fuimos en socorro con créditos muy baratos, créditos a tasa cero, que empiezan a pagar recién en enero del año entrante, que le dimos el dinero con un plazo de espera enorme.
Y en verdad todo lo hicimos por lo que dijo Axel, básicamente nosotros, como dijo Adolfo en su primer discurso, Adolfo Velázquez, “nosotros tenemos alma de peronistas, y para los peronistas no hay nada más importante que el trabajo y la producción”. Para nosotros lo importante es que alguien invierta, produzca, y por eso vía de trabajo, y con el trabajo dignifique la condición de ser humano que cada uno de nosotros tenemos. Si la pandemia nos puso a prueba de algo, es que nos puso a prueba de nuestras convicciones, y para nosotros en nuestras convicciones, primero está la vida de los argentinos, después está el trabajo y después está la producción. Y frente al dilema, que algunos quisieron plantearnos, nosotros no tuvimos ningún dilema: primero preservar la vida, segundo preservar el trabajo, tercero garantizar la producción. Y así lo hicimos. Y si la vida quiso hacernos pasar la prueba de peronistas, la aprobamos Axel, la aprobamos, aprobamos. No hemos claudicado en ninguno de los objetivos que teníamos el día que asumimos, sí tuvimos que adaptarnos a un escenario que no era el que esperábamos. Esperábamos otro escenario, pero el virus nos puso un escenario complejo, muy complejo, muy complejo. Como somos peronistas, y creemos en los que trabajan, y creemos en una comunidad organizada, pudimos verificar la importancia de la organización de quienes trabajan, una y otra vez.
En este punto, todos ustedes saben cuánto yo valoro y quiero a Hugo. Hugo es un gran dirigente gremial, nos hicimos amigos en año en que él ya era dirigente gremial y buscaba y peleaba por los derechos de sus representados, y yo era Jefe de Gabinete. Y la verdad es que no hubiéramos podido hacer lo que hicimos con Néstor, si Hugo no hubiera estado al frente de la CGT en aquellos años, pero no porque fue concesivo con nosotros, sino porque fue comprensivo de lo que le pasaba a la Argentina. Por eso. Y pudimos crecer, pudimos aumentar la producción, pudimos crear más de cuatro millones de empleos, y pudimos mejorar en términos reales el salario de los que trabajaban, con Hugo como un tábano exigiéndonos y nosotros con el compromiso que teníamos, que es el mismo compromiso que tenemos hoy, el mismo.
Porque cuando ustedes miran cuánto cayó en términos reales el salario en la Argentina, y lo comparan en los últimos tres años, en medio de la pandemia fue la menor caída en términos reales en los últimos tres años ¿Estoy contento con eso? No, yo hubiera querido que el salario en términos reales creciera, pero estamos en la pandemia. Lo irónico es que con nosotros cayó alrededor de un 2 por ciento en términos reales el salario real, pero en los años anteriores cayó el 4.5 y el 6 por ciento, cuando la pandemia no existía, y cuando lo que existía eran los pícaros que se llevaban los dólares afuera, que endeudaban a la Argentina, que no sabían cómo poner de pie una Argentina, que veían caer el consumo día tras día, que dejaron caer 25 mil pymes, son los mismos que ahora nos explican lo que debemos hacer.
Pero nosotros somos peronistas, y frente a la adversidad nos arremangamos, nos ponemos a trabajar y ponemos el pecho, y sacamos a relucir lo mejor que nos enseñaron Perón y Eva, que es la solidaridad. Esa solidaridad que muchos niegan, que muchos quieren que no exista, que muchos quieren hacerle creer a la gente que no tienen los sindicalistas argentinos. Pero por esa solidaridad, el sindicato de Camioneros, la Federación de Camioneros dio de comer a 3 millones de argentinos, cuando no era su obligación. Y por esa solidaridad se abrieron la puerta de los hospitales, de los sanatorios, de los camioneros en todo el país. Y por esa solidaridad allá en Jujuy, algo que estaba llamado a ser una escuela, se convirtió en un lugar para contener gente contagiada y darles una salida de tratamiento médico. Y por esa solidaridad, cuando la urgencia lo impuso, pudimos inaugurar aquí en la Ciudad de Buenos Aires, reinaugurar el Hospital Antártida. Reinaugurar porque yo nací en el sanatorio Antártida. Estuvo cerrado muchos años, estuvo en quiebra y un día Hugo se puso al frente, pero la verdad es que hizo falta una pandemia y la necesidad de que eso se ponga en marcha, para que se apruebe el funcionamiento de ese hospital, en un lugar estratégico de la Ciudad de Buenos Aires, porque es el centro geográfico de Buenos Aires, un lugar con muy fáciles accesos. Y allí sépanlo ustedes, porque por ahí están en el interior y no lo han vivido, pero tienen un sanatorio lujoso, como merecen los trabajadores, un sanatorio que tiene las instalaciones que tienen los mejores sanatorios privados de la Argentina, o mejores. Ahora, en ese sanatorio, que generosamente, cuando en el comiendo de la pandemia y nadie sabía lo que nos iba pasar, no sabíamos si íbamos a tener barbijos suficientes para taparnos la boca y la nariz, en ese contexto vino un día Hugo, lo llamó a Axel, me llamó a mí, y nos dijo “miren yo tengo todo esto listo, lo puedo terminar en seguida, no consigo que la Ciudad de Buenos Aires me lo autorice, pero si conseguimos que lo autorice está al servicio de la Provincia de Buenos Aires”, que en ese momento todos vislumbrábamos una situación dificilísima y lo pusimos en marcha. La ironía quiso que, en ese hospital de los camioneros, en ese sanatorio de los camioneros, la verdad es que no solamente se atendieran gente del Gran Buenos Aires, se atendieron muchos, me contó Axel. En ese sanatorio nació un hijo del COVID, porque nació el hijo de una madre enferma de COVID y hubo que enfrentar el parto de na madre enferma de COVID, que daba a luz a un hijo. En ese hospital se atendió a gente de Mar del Plata, en ese hospital se atendió gente de Santa Fe, en ese hospital se atendió gente del interior del país, que lo necesitaba y estuvo abierto para ellos.
Cuento esto porque esto que pasa con un hospital o un sanatorio de las obras sociales, ha pasado prácticamente con todos los sanatorios de las obras sociales. Y cuántos detractores uno encuentra en la Argentina contra el sistema sindical y contra el sistema de obras sociales. Bueno, sépanlo, sépanlo. Cuando hizo falta, los sindicatos se pusieron todos juntos, unidos, a trabajar con nosotros. Y un gremio como el Camionero nos dejó inaugurar un hospital maravilloso que queda en el centro geográfico de Buenos Aires, donde se atendieron porteños, bonaerenses, gente de Mar del Plata, gente de Santa Fe, gente de todos los lados donde lo requirieron, y a nadie se le pidió otra condición que no sea la de estar enfermos, a nadie.
Por eso, yo creo que ustedes hoy que celebran el Día del Camionero tiene que estar orgullosos del gremio que han sabido formar. Y mal que me critiquen, y mal que me protesten, tienen que estar orgullosos de los dirigentes que hicieron este gremio, tienen que estar orgullosos. Como dije el día que fui a la inauguración de ese sanatorio, y le dije a Pablo, y le dije a Facundo, y el dije a Gerónimo, tienen que estar orgullosos del padre que tienen porque fue él quien construyó todo esto, todo eso que ustedes cuentan se construyó con la política y la gestión de Hugo. Todos lo que ustedes cuentan, los hospitales que abrieron, las escuelas que abrieron, los campings que abrieron, las ollas populares que abrieron, todo eso es mérito de una gestión que lleva muchos años y que uno debe reconocer. Por eso, cuando Hugo me dijo, “¿podrás acompañarnos?”. Claro que quiero, no puedo, quiero, no es que quiero, debo acompañarlos, debo acompañarlos, debo estar solidariamente al lado de ustedes como solidariamente ustedes se pusieron al lado de cada argentino cuando lo necesitamos, que proteste quién proteste, que le guste a quién le guste, y que se enoje el que se enoje. Esto fue lo que fuimos. Y gracias a dios que pudimos contar con Hugo, con Pablo, con todos ustedes que pusieron todo el esfuerzo que pusieron para ayudarnos a pasar la peor de las pesadillas que la Argentina ha vivido, que es pelear contra un virus que no conocemos, que hasta el día de hoy no sabemos cómo matarlo y que hasta el día de hoy no sabemos cómo prevenirlo. Y si no hubiera sido por el esfuerzo solidario de todos ustedes, todo hubiera sido difícil.
Así que estoy acá como un compañero más, es lo que soy, lo que fui, lo que soy y lo que siempre seré. Y sepan que tienen en mí a un compañero comprometido, tan peronista como ustedes, tan convencido de que no quiere volver a la normalidad que conocimos, queremos construir otra normalidad con más Justicia, con más igualdad, con más equidad social, y que eso lo tenemos que hacer entre todos. Tan convencidos como un 17 de octubre que fuimos a una plaza a buscar un coronel, que sabíamos que iba a defender los intereses de los que menos tienen. Con la misma convicción hagamos otro país, la Argentina que nos merecemos depende de nosotros, no dudemos, hagámosla.
Muchas gracias por haberme invitado hoy. Muchas gracias. (APLAUSOS).