Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, por el anuncio de inversiones en la Refinería Raízen, en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires
Muchísimas gracias, muchas gracias, muchas gracias. Gracias a todos, gracias Axel, gracias querido Intendente. Solo para su dato no más, en este escenario el 20 por ciento es de Argentinos Juniors, quiero que usted lo sepa porque nunca vamos a lograr un porcentaje igual. Bromas aparte.
De verdad gracias, nos conocimos hace unos meses atrás cuando en la Argentina empezaba la pandemia y veníamos de un momento muy difícil, que era el momento de recibir al Gobierno en una situación crítica, muy muy crítica, donde entre aquellas Primarias y el día de la elección, se había fugado del país 23 mil millones de dólares, solamente en ese lapso. 23 mil millones de dólares que salieron y sumieron al país en una situación de extrema emergencia. Recibimos el país con 36 por ciento de pobreza, con mucha gente con hambre, como bien decía el Intendente recién. Y en verdad en ese clima, vino a verme el presidente de Cosan a decirme que querían hacer una inversión importante aquí en Dock Sud, en Avellaneda, y que quería tener alguna certeza de mi palabra, de mi propia palabra, sobre cuál era el horizonte que nosotros vislumbramos. Y le expliqué todas las dificultades que teníamos, de cómo se habían retrasado por motivos electorales, tarifas, precios de combustibles, del estado en que habían dejado a YPF. Yo realmente creía que después de la Dictadura militar, que dejó a YPF en una crisis enorme, era imposible dejar a YPF en la crisis en la que la han dejado, pero pudieron hacerlo, pudieron hacerlo. Y le expliqué cuál era nuestro objetivo, que era fijar un sendero de precios, que dé tranquilidad al que invierte y dé tranquilidad al que consume naftas, a los que usan los combustibles para transportar mercaderías, a los que usan los combustibles para trabajar también.
Y les expliqué cuál era el sentido de nuestras políticas, y gracias porque usted confió, y nosotros no vamos a fallarle, porque para nosotros es muy importante la palabra. Yo siempre digo lo mismo, lo dije el día que asumí como Presidente y siempre lo planteo nuevamente. La palabra ha sido algo que se ha desvalorizado mucho en la política argentina, porque en los últimos cuatro años la mentira fue una constante, hubo presupuestos que se presentaron y siete días después se alteraron totalmente, hubo planes cambiarios que se presentaron y a los cinco días estaban estallados. Y nosotros lo que buscamos es darle seriedad a todo eso, y la seriedad empieza por asumir compromiso que empiezan por la palabra que uno empeña. Y yo le agradezco porque ustedes confiaron, y lo que estamos viendo acá es una inversión de más de 700 millones de dólares a desarrollarse en los próximos tres años. Y eso es muy importante porque es el trabajo de todos ustedes y el trabajo de muchos otros, que serán necesarios para generar más producción. Esa inversión también nos permite que estos combustibles fósiles, que aquí se elaboran y se refinan, sean de mejor calidad y menos contaminantes. Y eso en un mundo que exige parar con la contaminación es muy importante, y eso también tiene una consecuencia económica, que vamos a tener que dejar de importar ese Euro Diesel, esos combustibles de alta calidad, que nosotros hoy en día importamos de Europa para mezclarlo con nuestros combustibles, y vamos a poder producirlos enteramente en Argentina. Y como bien decía Axel, todo esto lo que hace es que el petróleo que sale de las entrañas de la tierra acá se elabore y se convierta en combustible para el uso cotidiano de nuestros autos, de nuestros caminos, de nuestros colectivos, y eso es agregarle valor.
Y además esta planta tiene un propósito más importante, además, que no quiero dejar pasar por alto, tiene la pretensión de exportar combustibles a Uruguay, a Paraguay y al sur de Brasil. Y esas son exportaciones que la Argentina necesita, es producción en pesos que se convierte en dólar y que la Argentina necesita. Cuando uno mira todo eso, y además le suma que todo esto ocurre en el Gran Buenos Aires, en Dock Sud, déjeme contarle una historia. De este lugar, un 17 de octubre salieron decenas de miles de personas y fueron a reclamar a Plaza de Mayo por la libertad de un hombre. Eso ocurrió un 17 de octubre, en el año 45. Y los que fueron a reclamar, fueron a reclamar para que alguien le reconozca los derechos que tenían como trabajadores, y eso ocurrió aquí. Pasaron setenta y cinco años de aquel 17 de octubre y todavía discutimos cómo hacemos para que este Gran Buenos Aires le demos la igualdad que merece, le demos lo que merece. Los números que dio el Intendente demuestran la asimetría entre la Ciudad y el Gran Buenos Aires, y eso no nos puede dejar en paz con nosotros mismos. Porque aquellas decenas de miles de argentinos y argentinas, que se fueron trepados en camiones, en colectivo o caminando, cruzando el puente, para que le liberen a su coronel del pueblo, y para que le reconozcan sus derechos, hoy siguen clamando lo mismo, hoy siguen reclamando más derechos. Muchos derechos ya los tienen, pero hay que mejorar las condiciones de vida de todo este Gran Buenos Aires, que durante todo este tiempo, además, durante todo este tiempo fue absolutamente olvidado.
Yo he inaugurado hospitales en La Matanza que estaban terminados en el año 2015, y alguien decidió no hacer más hospitales, y los hospitales levantados y listos para empezar a funcionar estaban cerrados, sin ser usados. Estoy entregando casas terminadas de construir en el año 2015, que durante cuatro años alguien decidió no entregárselas a argentinos, que necesitaban una vivienda. Esos cuatro años para mí son inexplicables, son la metáfora del olvido, hablan de un tiempo donde el Gobierno se olvidó de la gente, y eso es imperdonable. Tenía razón, Cristina, cuando asumimos y me dijo “presidente, escuche a la gente, no escuche lo que escriban, no preste atención a los poderosos, préstele atención a la gente”. Y ahí me encuentro con la gente que sigue buscando trabajo, que sigue necesitando trabajo, que sigue necesitando las casas, que sigue necesitando salud, que hubo que multiplicar dos veces y media la cantidad de camas para que la Provincia y el Gran Buenos Aires este tranquila, frente a la pandemia. Que toda esta inversión ocurra en el Gran Buenos Aires, a mí me llena de alegría, porque indirectamente estamos dando trabajo, estamos dando recursos al -Municipio, estamos dando recursos a la Provincia y a la Nación, para que acá se viva mejor y para que el desarrollo ocurra de otro modo.
Yo le quiero dar las gracias. Veíamos recién juntas las banderas de Argentina y Brasil, y yo les dije “nosotros tenemos un destino común inexorable del que no solo no debemos renegar, sino que debemos explotar al máximo, al máximo”. Y tenemos que hacerlo juntos. Y ustedes en Argentina son hermanos, que con los brazos abiertos los recibimos, les agradecemos la confianza que depositan en nos y así vamos a seguir trabajando, y usted nunca va a poder decir “me fallaste”, porque voy a cumplir con cada palabra que le doy. Y yo confío y yo confío. Así que celebremos, celebremos en tiempos que dicen que las fábricas se van, que las empresas se van, que los capitales se van, acá hay una empresa que pone 700 millones de dólares, confiando en una Argentina que crece.
Gracias, gracias Intendente, gracias Gobernador, gracias. Y bueno, los abrazo con mucha fuerza y con más ganas que nunca. Estoy convencido que estamos caminando por el camino correcto. Les agradezco a todos y todas. Muchas gracias. (APLAUSOS)