Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, con motivo de su visita a la provincia, de Entre Ríos, desde el Centro Provincial de Convenciones.

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Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, con motivo de su visita a la provincia, de Entre Ríos, desde el Centro Provincial de Convenciones.

Muchas gracias a todos y todas, me invitaron a subir al atril, pero prefiero hablarles, desde aquí, acompañados por quienes están junto a mí, en esta mesa. Primero gracias a todos y a todas, yo estoy convencido que la Argentina es un país, que tiene 24 distritos, provincias, pero es un país y como es un país no hay argentinos de primera ni argentinos de segunda y como es un país no hay una Argentina central y Argentinas periféricas, hay una Argentina. Y en cada rincón de ese país, que es uno lo que viven son argentinos y lo que el Gobierno Nacional debe hacer es atender a todos los argentinos y a todas las argentinas.

Sé también que –con el correr de los años – nosotros no construimos un país que haya tenido en cuenta esto, construimos un país donde se centralizó toda la atención comercial y toda la riqueza, en el centro del país, y puntualmente en la zona más cercana al puerto, porque hace muchos años atrás una generación creyó que la Argentina tenía un epicentro, que era el Puerto de Buenos Aires y que de allí debían salir la producción de todo el resto de la Argentina y así se fue concentrando riquezas en torno a esa ciudad. Cuando yo hablo de esa ciudad opulenta no le echo la culpa a nadie, así fue construida por todos, por distintas generaciones.

Lo que tenemos que poner, ahora, a pensar si esa Argentina es una Argentina justa, si esa es una Argentina que les sirve a todos los argentinos o es una Argentina que le sirve a unos pocos, que vivimos, en la Ciudad de Buenos Aires. Y yo estoy convencido que no es una Argentina que le sirva a todos los argentinos, estoy convencido de eso. Y por eso, durante toda la campaña, dije algo que francamente siento, aunque mis amigos porteños, muchas veces, reniegan de lo que digo, pero la verdad yo me siento el más federal de los porteños y porque quiero vivir en la hermosa ciudad, en la que vivo, sin sentir vergüenza cuando salgo al interior y veo la inequidad que existe, más allá de la Avenida General Paz. Porque, además, no es que hay que andar 1000 kilómetros, 1.500 kilómetros para descubrir esa inequidad, hay que cruzar una avenida para darse cuenta la desigualdad que se ha generado.

Y con ese fin nos pusimos a trabajar en el Gobierno para distribuir de otro modo los ingresos de la Nación. Efectivamente cada provincia tiene una cuota de coparticipación y efectivamente la Nación se queda hoy en números porcentuales con la mitad de lo que se recauda, en concepto de impuestos coparticipables. Ahora esa mitad tiene que estar destinada al desarrollo de todo el país, porque la Nación es eso: es el país. La Nación no es la provincia 25, es el país la Nación; entonces muchos de esos recursos tiene que ponerlos en la provincia y en el interior porque de allí vienen esos recursos, simplemente; a veces suelo decir yo que veo no sé si con alegría o con cierto pesar que pareciera ser que la historia me ha predestinado a terminar lo que empezó Néstor, lo que siguió Cristina y que después – inexplicablemente – se interrumpió.

Hoy, sobrevolábamos, con el Gobernador un hospital, que me contaba que se quedó hecho, en el año 2015, y sin funcionar, hasta que Gustavo asumió su segundo mandato, y en el medio totalmente olvidado por la Nación, abandonado por la Nación y menos mal que se reactivó ese hospital, porque si no Paraná hubiera saturado su capacidad sanitaria, si ese hospital no se hubiera terminado, y celebro que lo hayamos terminado a la velocidad que lo terminamos, con la urgencia que lo terminamos, porque los que fueron a atenderse allí son argentinos, de Paraná y del distrito Paraná, argentinos, simplemente argentinos, a los que debíamos prestarle la misma atención, que a cualquier otro argentino.

Y con esa vocación también estamos lanzando las otras obras, que hoy lanzamos, con la misma vocación. Acá lo tengo al “Chino” Busti, a mi querido amigo el “Chino”, ex Gobernador Jorge Busti, que todos lo queremos mucho. Yo me acuerdo cuando Jorge era Gobernador y yo era Jefe de Gabinete como me enloqueció con la “ruta de la muerte”, para que terminemos la Ruta 14 y hoy tenemos la Ruta 14, pero la hicimos en esos años y pudimos terminarla, en esos años y siempre escuchamos esas demandas, como las demandas, que hoy tenemos sobre la Ruta 18 o sobre la Ruta 12 y esta avenida de circunvalación, que está necesitando la Ciudad de Paraná. Me acuerdo, también, cuando se inauguró la Planta Potabilizadora de Agua, para Paraná, y pensamos que eso iba a funcionar con la cantidad de agua que recibía para cubrir las necesidades de Paraná, hasta el año 2030, pero resulta que 10 años antes, las necesidades fueron otras y estoy feliz, que podamos hacer ese acueducto, que le dé a Paraná el agua que necesita y a todo el distrito de Paraná el agua que necesita.

Y yo cada vez que hago estas cosas o participo de estas cosas, con mi querido amigo Gustavo, que además lo quiero como persona y como dirigente, buen dirigente y buen Gobernador que es, la verdad, que yo lo disfruto mucho porque siento que estamos dando pasos importantes en favor de la vida de la gente; estamos acá resolviendo problemas de entrerrianos y de argentinos. Por qué cuánta falta hace que de una vez por toda haya una buena autovía, que una a Concordia con Paraná, mucha falta hace.

Y además esto ocurre en un Entre Ríos pujante, que he podido verla, no me la han contado. He estado en una producción avícola, de alguien a quien conozco, hace muchos años, que sé que todo lo que gana lo invierte en esta provincia, es un entrerriano orgulloso de serlo y hace crecer a esta provincia y me estaba contando, que ahora, se estaba yendo con una producción, al Norte de Entre Ríos, que él dice que es el Norte más abandonado, allá cerca de Federal, cerca de Concordia y yo celebro que estás cosas pasen porque así se construye una mejor Argentina.
Y vengo de ver una planta de laboratorio que exporta prácticamente todo lo que produce, y habla de la pujanza que tiene toda esta zona y todo lo que pude hacer, más allá de la pujanza natural que uno ve cuando con el helicóptero va volando y yo le preguntaba a Gustavo: “¿y en este campo qué tenemos?”, y en este campo tenemos trigo, acá se está sembrando soja, acá se está sembrando maíz, el maíz se produce y lo convertimos en proteínas animales dándoles de comer a los pollos, que después exportamos en gran cantidad a muchos países del mundo, eso es Entre Ríos, una provincia con una pujanza enorme y con una posibilidad inmensa, que además ayuda mucho al crecimiento de la Argentina. Que tiene una historia riquísima, he leído por la mitad y sigo leyendo un libro que mandó el Chino sobre Pancho Ramírez, que fue un hombre magnifico, que estoy seguro que no era que quería independizar a Entre Ríos de la Argentina, como algunos quieren hacer con Mendoza en estos últimos años, estoy seguro que no, estoy seguro que su lógica era una lógica muy federal, de pedir que se respete esta región de la Argentina. Y yo creo que esa impronta que Ramírez dejó a muchos entrerrianos es una impronta que se mantiene hasta el día de hoy, que no solamente aparece simbolizada en la Bandera Cruzada, está en el espíritu de cada uno de los entrerrianos, estoy convencido de eso.
Y estoy convencido también, yo siempre recuerdo, cada vez que me toca hablar de San Martín, de una carta que San Martín le mandó a Pancho Ramírez, y Pancho Ramírez le contaba sus pesares por la Argentina dividida, y por lo que costaba unir al país. Y San Martín en una de sus frases le dice “no bajes los brazos, téngalo por seguro, unidos venceremos”. Si esa frase fuera una frase constante en la cabeza de cada argentino, nuestra suerte está echada y gracias a Dios se hará maravillosa. Si de una vez por todas dejamos de lado los temas que nos dividen, que nos hacen hablar y nos meten en discusiones innecesarias, nuestro futuro será maravilloso. Si nosotros entendemos que unidos podemos hacer un país distinto, que es el país que nos merecemos, que nos merecemos nosotros como generación y que mucho más merecen nuestros hijos y nuestros nietos, estoy seguro que si lo hiciéramos como San Martín le dijo a Pancho Ramírez sería formidable. Si dejáramos de lado discusiones ociosas y viéramos verdaderamente lo importante, si no convirtiéramos cada problema que tenemos un problema político, sería una sociedad formidable y tendríamos un futuro brillante. Si muchos se dieran cuenta que este virus que está asolando al mundo, que ha enfermado a millones de personas y que ha matado a millones de personas, si ese virus, si todos entendieran que no tiene ideología y que nos ataca a todos por igual, tendríamos mucha mejores oportunidades, muchas mejores formas de combatirlo y de sobrellevar este tiempo. Si se entendiera con franqueza y si querer revisar el pasado ni cargar culpas, que uno recibió un país en terapia intensiva y que en terapia intensiva encima le entró el virus, todo sería más comprensible. Y si uno entendiera de una vez por todas que la Argentina tiene que hacer un ejercicio como sociedad para entender que tenemos que fortalecer nuestra moneda, tenemos que cuidar nuestro peso, tenemos que acostumbrarnos a ahorrar en pesos y dejar los dólares para la producción, para que esa industria farmacológica que vimos pueda comprar los insumos que después vende como productos elaborados afuera del país, y cada vez que compra ese insumos paga dólares por esto pero después vende pastillas, cápsulas medicación elaborada, los dólares que entran son mucho más que los que los debió pagar, y eso es lo que necesitamos para desarrollar la industria, todo sería más fácil.
Yo creo que vivimos un tiempo único, porque somos parte de una generación que tiene una experiencia única en la historia de muchos siglos, y somos la única generación que vivió una pandemia. Somos la única generación que se está acostumbrando a vivir con su nariz y su boca tapada para poder sobrevivir y no arriesgarse al virus. Somos la única generación que ha entendido la importancia de la salud pública y lo que nos pasa cuando la salud pública desaparece, y cómo podemos dejar desamparados a millones de personas si es que el Estado no está presente para atenderlos. Somos la única generación que entendió que la solidaridad es la regla, no puede ser la excepción, que cuando se dice la Patria es el otro es entender que el otro está padeciendo y tenemos que ir y tenderle la mano para poder salir adelante. De eso se trata. Somos la única generación que padece la pandemia y somos la única generación que pude aprender de la pandemia. Aprendamos, hagámoslo, vale la pena, dejemos de lado los debates estériles, corrijamos lo que se ha hecho mal, pongámonos a hacer rápido lo que hay que hacer, porque hay una sociedad que no tiene tiempo y que lo necesita, porque cuatro de cada diez argentinos está sumido en el pozo de la pobreza, y eso no nos puede dejar en paz a ninguno de nosotros. Entendámoslo, dejemos de los debates estériles, dejemos las disputas que nos plantean, y pongámonos a trabajar en lo importante, que es hacer feliz a los argentinos.
Muy feliz de haber colaborado en algo, a hacer un poco más feliz hoy a los entrerrianos. Gracias a todos y todas. (APLAUSOS)