PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI DURANTE EL ENCUENTRO CON MIEMBROS DE LA COLECTIVIDAD JUDÍA, EN LA SINAGOGA TEFILA L’ MOISES, EN BASAVILBASO, PROVINCIA DE ENTRE RÍOS.

Buenos días a todos: agradecerles realmente que me reciban, acá, en su casa, que para nosotros es muy importante. Estos años que hemos trabajando en la comunidad, empezando desde la Ciudad de Buenos Aires, donde también se expresa la enorme diversidad cultural y religiosa, que tenemos en nuestro país. La verdad que la comunión con que hemos trabajado, la solidaridad y el esfuerzo compartido que siempre hemos encontrado en la colectividad judía ha sido espectacular.

Y apuntamos a eso – como decía quién nos iluminó con sus palabras – trabajo que lleve a la felicidad, ese es el desafío en un momento, en el cual, justamente, estamos debatiendo cuál es el camino, que tenemos que seguir los argentinos para poder crecer, para poder encontrarnos con ese futuro mejor, que todos soñamos, hace tanto tiempo y que hoy empezamos a entender que depende de nosotros y de nadie más y que se construye desde la verdad; se construye desde enfrentar la realidad y ponerla sobre la mesa sin maquillaje para poder resolver los problemas y no queriendo ocultar, queriendo echarle la culpa a otros, queriendo reivindicar otros tiempos pasados que no necesariamente fueron mejores cuando tenemos hoy un desafío de futuro por nosotros y especialmente por nuestros hijos, que tenemos que asumir, que soñamos y creemos que, desde Basavilbaso, podemos ir al mundo y vender lo que sabemos hacer, intercambiar culturalmente, tecnológicamente, crecer, desarrollarnos en paz, vivir en paz y, sobre todo, lo más importante en libertad. Porque la libertad es de donde se construye todo, absolutamente todo y eso significa convivir con el que piensa distinto y respetar.

Así que muchas gracias por recibirme. Shaná Tová y lejaim. (APLAUSOS). Gracias.