Buenos días a todos, especialmente a los queridos familiares de nuestros héroes, efectivos, Ministra, secretarios y autoridades de la Prefectura Naval, de la Gendarmería Nacional, de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Hoy nos unimos con las cuatro Fuerzas Federales de Seguridad para rendir homenaje a los caídos. Y no es casual que lo hagamos en este lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos.
Porque si hay algo que los miembros de estas fuerzas tienen en común es que se dedican a cuidarnos a todos; a velar por una Argentina en paz y segura, con respeto y en orden.
Hoy recordamos a los que, en ese camino de compromiso tan profundo, perdieron la vida en cumplimiento del deber.
Recordamos a las mujeres y a los hombres con vocación de servicio, héroes de los que estamos orgullosos y con los que vamos a estar siempre agradecidos.
A cada uno de ellos que eligió dedicarse con total entrega y honor a cuidar a sus compatriotas.
Eligieron estar ahí donde se los necesita, haciendo la diferencia, ayudando al de al lado, salvando vidas.
Sé que no hay palabras que pueda decirles que calmen el dolor que están sintiendo ustedes y sus familias. Pero quiero expresarles no sólo mis condolencias, sino también toda mi admiración.
Hay que tener un corazón muy grande para asumir un compromiso tan importante, incluso sabiendo que sus propias vidas están en juego.
Hay que ser muy valiente para decir “presente” cuando se los convoca a entrar en un barrio para derribar un búnker de droga, cuando hay que enfrentarse con delincuentes armados o custodiar las calles para que los argentinos vivamos sin miedo y en paz.
Esa es la valentía que conmemoramos hoy.
Esa es la vocación de servicio y el patriotismo de los que vamos a estar siempre orgullosos, y que sabemos que es una inspiración para sus compañeros de las fuerzas, que tienen un trabajo que no da descanso.
Queridos Prefectos, gendarmes, policías de la Federal y de la Seguridad Aeroportuaria, ustedes siguen dando la batalla contra las mafias y el crimen organizado, cuidando a nuestros jóvenes del narcotráfico, defendiendo y llevando tranquilidad a millones de familias en sus barrios.
Tienen un trabajo valioso, se juegan la vida por nosotros y merecen toda nuestra admiración y cuidado.
Porque, ¿cómo podemos pensar en vivir en una Argentina más segura si no cuidamos a quienes nos cuidan?
Ese cuidado y esa admiración es el mejor homenaje que les podemos hacer a cada uno de los hombres que hoy recordamos.
Sé que esa va a ser la mejor manera de honrar sus vidas y de cuidar su memoria.
Como Presidente, y en nombre de todos los argentinos, les digo: gracias, gracias. De corazón. Muchas gracias