Palabras del presidente Mauricio Macri al encabezar un encuentro por los 10 años del programa de Centros de Primera Infancia
Buen día, buen día a todas y a todos los que nos acompañan. La verdad es que qué lindo estar acá reunidos, viendo a las madres, a los padres, las docentes, y todos unidos por lo que más nos importa en este mundo, por lo que estamos dispuestos a poner todo que son los chicos.
Y, adhiriendo a lo que decían Horacio y María Eugenia y todos los que nos acompañan en este gran equipo, son 10 años en que empezamos, 11 diría yo, cuando viajamos a Uruguay a ver cómo funcionaba. No me acuerdo quiénes fuimos a ese viaje. Las dos fueron, yo tengo más memoria que ellas que son más jóvenes. Fuimos hace 11 años a Montevideo a ver, porque ahí empezaron los primeros Centros de Primera Infancia impulsados por el BID. Y me enamoré de esa idea, me enamoré de la posibilidad de estos espacios que para mí, claramente, debo confesar, que siento que es el logro más trascendente que he hecho como servidor público, porque no hay nada más importante que todos estos chicos tengan acceso a las mismas oportunidades que cualquier otro, no hay nada más importante que que estos chicos puedan elegir en libertad, y eso es lo que yo siento que estos Espacios de Primera Infancia, como los llamamos ahora, siento que son espacios que fabrican libertad, libertad que empieza por los padres porque, gracias al afecto, al amor con que los cuidan los docentes, las líderes de cada uno de estos espacios, los padres pueden ir a estudiar, a trabajar, a proyectar su vida tranquilos, porque ustedes están cuidándolos. Y los chicos, en esos años tan vitales, como aprendí, que tienen que tener esa estimulación necesaria, esa prevención en la salud, esa nutrición, es ahí donde se fortalecen para llegar al sistema de educación con las mismas capacidades que cualquier chico. Y, así, adquirir todas las herramientas que necesitan para el día de mañana poder ser libres y elegir, algo tan importante en la vida, poder elegir, porque eligiendo ya estás en el camino del desarrollo personal, de la felicidad personal.
Y acá quiero confesarle a Juliana, que hoy me acompaña, la hechicera, que en esos diez años yo he tenido muchos amores que están acá. Yo quiero decírtelo porque no quiero que te enteres por alguna de estas revistas del amor, que están todas ahí. Las ves a María, Nidia, Susana, Ana. Han sido pasiones que, en muchos casos, arrancaron del prejuicio porque al principio tenían miedo, pero viste que lo que te trae miedo también te genera cierta atracción, entonces, ahí pudimos enganchar y en serio hacer estos proyectos que, sin ellas, mas allá de todo el trabajo que hacía Horacio como jefe de Gabinete, María Eugenia como ministra, Caro, ahora Guadalupe, no hubiese sido nada de esto posible porque ellas están ahí, todos los días, poniendo su corazón, poniendo su liderazgo en función del amor por estos chicos, en función del futuro de cada uno de ellos que es el futuro de todos los argentinos.
Y esto lo hemos logrado y esto no es relato, esto no es sarasa, esto es verdad. Son 112.500 chicos en todo el país, en las 24 provincias de la Argentina, todos yendo por este programa que les genera futuro. Son más de 1.634 Espacios de Primera Infancia. Y la verdad es que esto sí es dar igualdad de oportunidades, esto de verdad es ayudar a que cada uno de ellos pueda encontrar su futuro.
Pero esto no es lo único que hemos hecho en combatir la pobreza y la desigualdad. Lo hacemos todos los días, como hablábamos de los barrios carenciados de la Ciudad, o ahora con Villa Itatí, o Carlos Gardel. Cuando llegamos con el asfalto para que cada uno de estos chicos con sus padres puedan llegar, llueva o truene, a dejar a los chicos en el Espacio de Primera Infancia, que ellos puedan salir a trabajar. Lo hacemos cuando el Estado en tu Barrio ha llegado a cientos de miles de argentinos donde antes el Estado no llegaba, llegaba el puntero que lo obligaba a hacer las cosas que no correspondían. Y llegamos ahí para que ellos puedan ejercer sus derechos. Y lo hacemos cuando llegamos con el agua potable y con la cloaca, que ya llegamos a más de un millón de personas en agua potable y más de un millón y medio con cloacas.
Hay que seguir, claro que hay que seguir, porque todavía hay muchos argentinos esperando esa oportunidad que estos chicos ya están teniendo. Por eso, los invito a que sigamos trabajando como hemos trabajado hasta hoy, en equipo, juntos, sumándonos gobierno y sociedad civil, y venciendo miedos como los vencimos al principio. Sí, claro que sí, porque la política puede estar al servicio de la gente. Realmente estamos cambiando la forma de hacer política en la Argentina y lo estamos cambiando juntos.
Por eso, gracias a todos, gracias por el futuro de todos estos chicos, por haber confiado y por seguir confiando en que vamos a conseguir cada vez mejores cosas para ellos. Un cariño grande para todos.