Palabras del presidente de la Nación, Mauricio Macri, en la 16° Cena Anual de CIPPEC

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PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN LA 16° CENA ANUAL DEL CIPPEC, EN EL PREDIO DE LA RURAL, CABA

Buenas noches.

Agradecerle a la gente de CIPPEC por esta nueva invitación, felicitarlos por esta decoración audaz que han hecho para esta noche, y por la enorme convocatoria que se multiplica año tras año.

Felicitarla a Julia por sus palabras, la verdad que encuentro muchísimas coincidencias con lo que había preparado para esta noche en esta comida tan importante, con líderes tan importantes y que creo que es importante que compartamos, porque justamente este tipo de reunión nos permite salir de la coyuntura, una coyuntura difícil que estamos viviendo, y hablar de por qué estamos haciendo las transformaciones que estamos llevando a cabo, y por qué hay que seguir y acelerar en ese sentido del tiempo que marcaba Julia.

Pero quiero arrancar leyéndoles algunas cosas. “La situación económica del país es dramática, el Tesoro Nacional está exhausto y los recursos normales que deben concurrir a sufragar las expensas de la Administración Pública no alcanzan en forma alguna a cubrir los enormes gastos comprometidos. A esos dos desequilibrios básicos hay que agregar, con sus complejas derivaciones económicas y sociales, la vigencia de un proceso inflacionario para cuyo aceleramiento se han dado todas las condiciones requeridas. Si mantuviéramos la política económica seguida hasta este momento, el país se varía abocado a muy corto plazo a la cesación de pagos internos y externos”. Frondizi, en la década del ´60.

“La Argentina creció por agregación y no por síntesis, la modernización y la industrialización fueron así suturando procesos de cambio a medias, incompletos, en los que cada transformación arrastraba una continuidad con lo viejo, sobre-agregándose a él. De hecho la sociedad se fue transformando en una suma de agregados sociales que acumulaban demanda sobre el Estado, y se organizaban facciosamente para defender sus intereses particulares. El resultado de esa corporativización creciente fue una sociedad bloqueada y un Estado sobrecargado de presiones particularistas, que se expresaban en un reglamentarismo jurídico cada vez más copioso y paralizante a la par que sancionaba sucesivos regímenes de privilegio para distintos grupos. Los costos de funcionamiento de una trama social así organizada solo podían ser financiados por la inflación que, como veremos, se transformó entre nosotros en una forma perversa de resolución de los conflictos. Salteando: “espaldas, bastiones de derechos adquiridos, nichos de privilegios que se fueron sobre-agregando a nuestra legislación, sumatoria de derechos particulares que generaban una ineficiencia generalizada. Cuántos recursos se despilfarran por carencia de una mayor flexibilización de las normas de trabajo, de producción y de gestión, y esta rigidez paralizante abarca tanto al sector público como al privado”. Gerardo, ¿reconocés esas palabras? Raúl Alfonsín en Parque Norte en 1985. (APLAUSOS)

Y si nos remontamos un poco más atrás seguramente en el Consejo Nacional de Productividad ya en el ´52 Perón hablaba de la necesidad de modernizar nuestros esquemas de trabajo.

Por eso queda claro que -como dijo Julia- estamos como atrapados en el tiempo en los mismos problemas y nos repetimos una y otra vez. Yo voy a agregar algunos números más: 77 de los últimos 100 años tuvimos déficit fiscal; la inflación promedio de los últimos 80 años, sacando las hiperinflaciones, fue 62,6 por ciento; inflación promedio de los últimos 80 años, 66,6 por ciento, y uno de cada 3 años tuvimos recesión; y tuvimos 8 defaults, el último el más grande de la historia de la humanidad. Y a cada una de esas crisis y problemas utilizamos siempre las mismas recetas y herramientas: tipo de cambio fijo, con la convertibilidad que al tener que salir provocó la mayor destrucción de empleo de nuestra historia; controles de precios: Gelbard, Mazzorín, Moreno y muchos más; atraso de las tarifas, en los ´70 nos quedamos sin teléfonos, en los ´80 sin transporte y energía y volvimos a hacer lo mismo en los 2000, provocando un descalabro fiscal y un descalabro en infraestructura; cepos, el último entre el 2011 y el 2015, un suicidio económico, destruimos 32 por ciento de nuestras exportaciones en 4 años. Y por supuesto, cambiamos reglas de juego, no respetamos las leyes y además mentimos con las estadísticas, probando un nuevo sistema que tampoco funcionó. Y todo ese resultado nos provocó el triste resultado que en los últimos 50 años el país que menos creció no fuimos nosotros, fue Sudáfrica, pero el segundo país que menos creció de los que se miden fue la República Argentina.

Por eso creo que en esta madurez, en esta decisión de cambio que hemos tenido los argentinos, hemos asumido que en el pasado no existe ninguna solución a nuestros problemas de futuro, y por eso decidimos esta vez hacer algo distinto, esta es la primera vez en décadas que entramos a una crisis con un conjunto de reglas, y estamos empezando a salir de la crisis habiendo respetado esas reglas. Y esto no es más ni menos que lo que hicieron Chile, Perú, Colombia, Paraguay, que desde el 2003 tienen estabilidad macroeconómica, y que justamente lo que estamos llevando adelante es un ordenamiento macroeconómico a partir del principio de todo, que es tener un Presupuesto   Nacional equilibrado, que nos permita sacarnos de encima este mal que ha destruido a tantos argentinos y que tanto castiga al trabajador, que es la inflación; recuperar la moneda y así recuperar el crédito, el crédito que necesita esa mujer que quiere hacer su primer emprendimiento con una máquina de coser, o la pyme, la mediana y la gran empresa para crecer, tomar más gente, generar oportunidades de desarrollo para todos los argentinos y así reducir la pobreza .

Pero este Presupuesto que hemos aprobado con alto nivel de consenso, es un Presupuesto todavía débil, un Presupuesto que tiene muchos impuestos que justamente van en contra de la generación de empleo, que van en contra de poder desarrollar nuestro país. Por eso en el 2020 y el 2021 tenemos desafíos importantes por delante, muy importantes en términos de generar esos consensos. Y ahí es muy importante también que tengamos el coraje de dar esa lucha permanente, ese esfuerzo por convencer primero y, sino, por cambiar igual frente a aquellos que facciosamente -como decía Alfonsín- defienden intereses particulares. Que además han sido intereses tan pequeños que en sí mismos han sido autodestructivos, casi suicidas, y les voy a dar algunos ejemplos: en 1984 la cantidad de embarcaciones que había en la hidrovía del Paraná a Paraguay eran 800, 800 embarcaciones en 1984: 70 por ciento con bandera argentina. Hoy tenemos 4.500 embarcaciones: 90 por ciento con bandera paraguaya, 10 por ciento con bandera boliviana. Nos sobran los dedos de las dos manos para contar las embarcaciones con bandera argentina, ¿y por qué? Porque entre las normativas y regulaciones estatales, más un convenio laboral que creíamos que era más inteligente, de un día embarcado y un día de descanso, todo ese trabajo se fue hacia los países hermanos de Paraguay y Bolivia, ¡50 mil puestos de trabajo hemos perdido! Y si esto fuera poco, en la década anterior decidimos no darle transbordo a las barcazas que venían de Paraguay en nuestros puertos, con nuevas regulaciones y previsiones y scanner´s de todo tipo ¿Y todo ese trabajo a dónde se fue? A Uruguay, a los puertos uruguayos. Por suerte eso lo hemos revertido y ya el 70 por ciento ha vuelto a los puertos argentinos a darles trabajo a los argentinos.

Otro ejemplo, Ushuaia, el lugar más austral del mundo, con el puerto más austral, tiene un mercado natural de abastecer logísticamente a la Antártida, un mercado de 1.100 millones de dólares, mercado que es prácticamente totalmente abastecido por Puerto Williams que tiene dos días más de navegación; y lo mismo con los cruceros, veníamos perdiendo ese liderazgo que lo hemos revertido, ¿pero por qué? Porque alrededor del puerto, sin ningún sentido de los costos operativos por parte de la conducción política, el puerto se repartió a ver quién le cobraba más a cada uno que quería entrar al puerto, hasta la Prefectura cobraba adicional el poner seguridad a los cruceros. Y todo ese trabajo que tendría que estar ahí, hoy está en el puerto chileno con dos días más de navegación; y además tenemos un único muelle, muelle para cruceros y carga, una inversión menor frente a los miles de millones que pusimos de subsidios para tener una industria electrónica armando celulares, y ahí teníamos trabajo necesario, genuino para toda la logística de la Antártida y toda la pesca.

Y otro ejemplo que les he traído es la industria aerocomercial, de golpe la prioridad fue justificar la empresa Aerolíneas Argentinas, a cualquier precio, más 300 mil millones de pesos pusimos los argentinos en la década anterior en Aerolíneas Argentinas, y teníamos el país menos conectado de la región: un tercio de la oferta de vuelos por habitante que Chile, sin entender que lo importante es que los argentinos podamos viajar, que nos podamos conectar en forma segura, económica. Y hoy tenemos cuatro empresas, 6 millones y medio más de pasajeros volando este año, y con tickets que valen menos de la mitad de lo que valían antes: 500 mil personas que nunca habían volado, volaron en el último año. Y además, de yapa, podemos transportar, con esa mayor cantidad de bodegas, limones, arándanos, cerezas, y ahora también exportamos salmón chileno desde el Aeropuerto de Ezeiza, que no tienen más capacidad.

Podría darles miles de ejemplos más que surgen de las 55 Mesas de Competitividad que hemos armado estos años, un espacio maravilloso, un espacio de diálogo, de escucha para el Presidente y su equipo, escucha con los trabajadores que participan, con los empresarios, con el gobernador, con el intendente, con las cooperativas, y entender cómo remover estos mecanismos autodestructivos que creamos a lo largo de tantos años.

Por eso les digo que falta mucho por hacer, muchísimo, y hoy más que nunca estoy acá para decirles lo mismo que dijo Julia, que podemos mejorar, que claramente podemos mejorar, pero para mejorar tenemos que ser todos protagonistas, todos sentirnos parte, parte de primero entender que esto que estamos haciendo lo estamos haciendo en libertad, que es un elemento central en la vida de todos nosotros: libertad para opinar, para disentir, para crear, para innovar. Y la libertad que va más allá de todos los miedos que podamos tener, porque este es un momento de enorme incertidumbre política, estamos todos viendo, la Argentina y el mundo, hoy recibí a muchísima gente de afuera diciéndome “¿pero la Argentina va a ratificar el rumbo o va a volver atrás?”, y lo que hay que hacer es demostrar que entendimos, que aprendimos y ser protagonistas de todo esto que estamos haciendo.

Yo creo profundamente en ustedes, yo confío en ustedes, por eso estoy acá, por eso me decidí a tomar esta responsabilidad tan única que es conducir nuestro país. Pero sé también que los escépticos tienen argumentos de sobra, ¿no?, entre las cosas que dijo Julia y las cosas que dije yo, 80 años, para decir “la Argentina no tiene arreglo”; y las cosas que todavía pasan, ¿no?, porque todavía escuchamos debates en la Cámara de Diputados, como el de la semana pasada, de una cantidad de leyes que quién podría estar en desacuerdo con poder seguir dando, pero un país que le duele, le duele todo lo que le falta, le duele a nuestra gente lo que le cuesta llegar a fin de mes, y no podemos escuchar más cosas que tengan que ver con el populismo y la demagogia.

Entonces yo quiero decirles a aquellos que se ponen en ese lugar del escepticismo, que yo hoy creo más en todos ustedes que hace tres años y medio, y les voy a dar cinco ejemplos, no, mejor cuatro ejemplos, así empezamos a comer. El primero, que también lo dijo Julia, la energía: hace 3 años y medio cada día producíamos menos energía, cada día teníamos más cortes de luz, y en 3 años y medio revertimos a que hoy cada hora producimos más energía y bajamos un 40 por ciento los cortes de luz. ¿Y eso por qué lo hicimos? ¿Cómo lo hicimos? ¿Cómo pusimos en la Argentina ese activo que tenía durmiendo en marcha, que nos va a llevar a ser uno de los países más importantes en exportación de energía en algunos años, además de tener energía para nosotros y millones de puestos de trabajo alrededor de todo lo que da una energía competitiva? Lo hicimos porque generamos un espacio de confianza -algo que también mencionó Julia-, nos sentamos alrededor de una mesa, los trabajadores, el Gobierno Nacional, la provincia, las empresas, y todos nos pusimos de acuerdo en qué cada uno tenía que ceder para lograr algo mejor para todos, y esa confianza movió un activo fundamental que la Argentina se había quedado sin, que, insisto, es la energía, y en Vaca Muerta lo que hemos desarrollado es intensamente menos del 2 por ciento de lo que tenemos en Vaca Muerta.

El segundo ejemplo que les quiero dar es el Paseo del Bajo, en 1962 se proyectó el Paseo del Bajo, el otro día cuando fuimos a visitar la obra con Horacio no lo podíamos creer, y en tres años y medio, en tres semanas más vamos a estar inaugurando esa conexión sur-norte, norte-sur tan importante para generar más oportunidades de progreso y productividad en la sociedad. Y esto no es un hecho aislado, hemos terminado en 40 meses más de 5 mil obras por todo el país, no se esperaban hace casi 60 años, pero 30, 40, 20 muchísimas. ¿Y por qué se logró eso? Porque generamos une espacio de confianza, confianza en que íbamos a hacer licitaciones transparentes, competitivas ¿Y quién lo hizo todo esto posible? Nuestros trabajadores, nuestra ingeniería, y todo eso lo hemos logrado con precios 40 por ciento más bajos de los que teníamos el gobierno anterior. (APLAUSOS)

El tercer ejemplo que les voy a dar de por qué tenemos que creer y confiar es la lucha contra el narcotráfico ¿Dónde estaríamos hoy si continuábamos con la misma tendencia durante tres años y medio más? ¿Cuánto más nos hubiésemos acercado a otros países hermanos que están sufriendo con el avance del narcotráfico? En 3 años y medio recuperamos las fronteras, fuimos avanzando en cada rincón del país, especialmente en los barrios más carenciados, donde más sufren el sometimiento del narcotráfico; 60 mil presos por narcotráfico en 3 años y medio, bajamos los homicidios, los robos de autos, los secuestros ¿Y por qué sucedió esto? Porque generamos un espacio de confianza con las Fuerzas de Seguridad, les dijimos “confiamos en ustedes, ustedes son argentinos que nos tienen que cuidar”; y ellos confiaron en nosotros, que los íbamos a respaldar en su tarea. Y generamos también un manto de confianza con la Justicia, que cada vez vamos sintonizando mejor; y con los gobernadores, porque hemos trabajado contra el narcotráfico y el crimen organizado con todos los gobernadores.

Y el último ejemplo, que tal vez es el más importante en términos de futuro, aparte de lo importante que es trabajar con la primera infancia, que siempre ha sido una de mis prioridades en la Ciudad y lo vuelve a ser en la Nación, es la educación. Como tenemos un compromiso con la verdad nos decidimos a ver qué nos pasaba, no quisimos más esconder la basura debajo la alfombra, en todos los campos, y acá lanzamos las Pruebas Aprender en el 2016. Y como dijo Julia también, nos dieron muy mal, muy mal. ¿Entonces qué hicimos? Convocamos a docentes y directivos, más de 300 mil, a capacitarse, primero en lengua, ahora vamos por matemática, pero empezamos con lengua; y esto fue maravilloso, en solo dos años, cuando volvimos a evaluar en el 2018, nos encontraos que ocho de cada diez alumnos de todas las provincias, en todas las provincias el mismo resultado, tenían notas positivas en lengua, y encima habíamos tomado las 3 mil Escuelas Faro, las llamamos, las 3 mil que estaban peor en todo el país, y ellas tuvieron un resultado aún superior que la media. Entonces esto significa que se puede, que podemos tener este instrumento tan importante y único en la igualación de oportunidades. ¿Y además eso lo pudimos hacer por qué? Porque los docentes y los directivos confiaron que no queríamos bajar una línea ideológica, sino que lo que queríamos era darles herramientas a ellos para que les aseguren y mejor futuro a todos nuestros chicos.

Y además de eso, en los planes sociales, que eran en muchos casos planes de extorsión para obligar a la gente a hacer cosas a cambio de ese plan, no solo le dimos la automoticidad a través del ANSES, sino que los convocamos a educarse, y esto es algo muy impresionante: 180 mil personas están en vías de terminar su secundario, con excelentes calificaciones, y el 80 por ciento vive en una casa precaria, y más del 50 por ciento son mujeres. ¿Y por qué lo han hecho? Pregúntense por qué lo han hecho: porque confían que ellas pueden aportar algo, algo importante para el futuro de nuestro país, que hay un lugar para ellas en lo que estamos haciendo.

Entonces les digo de vuelta: ¿cómo ustedes no pueden llegar a confiar en lo que se está haciendo? Porque tienen que confiar en ustedes mismos, en la capacidad de mejorar, en la capacidad de hacer, ¿cómo no vamos a poder modernizar nuestro país e incluirlo en el mundo, como dos herramientas fundamentales para derrotar la pobreza y generar oportunidades de progreso para todos? De eso se trata el cambio, es una transformación que comenzó y que no puede parar, porque el mundo no para, el mundo es un mundo complejo, hay problemas de empleo en todas partes porque la tecnología nos enfrenta a cambios violentísimos. Pero la forma no es esconderse, no es ratificarse en su privilegio, sino abrirse a pensar qué podemos hacer en conjunto dialogando, y este Gobierno ha intentado dialogar desde el primer día con todos, y si no ha sido suficiente vamos a redoblar el compromiso para seguir dialogando con todos.

Porque hoy acá les digo: yo creo en ustedes, pero un país no se construye con un liderazgo, con un presidente, con un gobierno, un país se construye con miles de liderazgos, miles de personas comprometidas en lo que estamos haciendo, creyendo en nuestras capacidades. De eso se trata este desafío, de confiar, de creer, de poner el hombro, porque hay mucha gente ahí afuera que espera mucho de líderes como ustedes, que espera que no especulen, que espera que realmente den todo, porque ellos están dando todo y hace mucho tiempo que vienen esperando una generación, como dijo Julia, una generación que cambie esta historia para siempre. Así que una vez más los invito a que sean la generación que cambia esta historia para siempre.

Muchas gracias a todos. (APLAUSOS)