PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN LA APERTURA DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL SEMINARIO ANTIMAFIA ÍTALO-ARGENTINO, CCK, CABA

 

Buenas tardes a todos: en este tan lindo día que tenemos, en este maravilloso lugar, les doy la bienvenida y les agradezco a todos los presentes, en especial los que viajaron desde Italia, para compartir su experiencia en la lucha contra el crimen organizado.

Como saben, vengo de una familia italiana y de ahí tengo innata la cultura del esfuerzo y esa pasión propia de los que tenemos sangre italiana. Con esa pasión encaro cada día el compromiso de lograr un cambio en serio en nuestro país; un cambio que pidieron los argentinos y que exige poner fin a la mentira, exige poner fin a la corrupción y, muy especialmente, exige el fin de las mafias.

Durante muchos años, los argentinos tuvimos que resignarnos a convivir con mafias de todo tipo, como el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, las barras bravas y también el sobreprecio de la obra pública, mafias que se habían instalado y crecido en nuestro país a niveles alarmantes. Todo a la sombra de un Estado, que –en el mejor de los casos– las ignoró y, en el peor, las apañó e incentivó, sometiendo a una enorme mayoría de argentinos honestos a convivir con este flagelo.

Desde el comienzo de esta gestión, supimos que íbamos a tener que dar peleas difíciles y la lucha contra las mafias, tanto dentro como fuera del Estado, es quizás la más difícil de las peleas. Pero la decisión es clara: en equipo con los argentinos, decidimos enfrentarlas y ganar. No hay que comprarse el cuento de que contra las mafias no se puede. Claro que se puede, articulándonos, aprendiendo de otras experiencias. Por eso ustedes están acá, debatiendo como lo estamos haciendo en este encuentro. Porque la cooperación entre países nos da herramientas para prevenir, por ejemplo, el lavado del dinero, algo fundamental para combatir a las mafias.

En este sentido, nuestra Unidad de Investigación Financiera ha hecho un gran trabajo, en los últimos años, un gran trabajo. Y parte de este camino es también el Decreto de Necesidad y Urgencia de Extinción de Dominio que impulsamos para que el Estado pueda recuperar los bienes del narcotráfico y la corrupción. Porque los proyectos que estaban para ser aprobados en el Congreso habían estado estancados por años.

Pero, más allá de las resistencias, dimos pasos concretos hacia adelante, especialmente con las nuevas normas sobre transparencia y conflictos de intereses, y la tecnología, qué gran aliado que es la tecnología, aplicado a compras y licitaciones del Estado. Así, estamos combatiendo la malversación de los fondos públicos. También –acá hay varios Diputados– impulsamos leyes que dieron mejores herramientas a jueces y fiscales, como la Ley de Flagrancia y la Ley de Arrepentido, que permitieron avances inéditos en diferentes causas; lo mismo que el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, que en el 2018 tuvo un récord de pedidos de ingreso, un 200 por ciento más que en el 2016. ¿Y por qué? Porque, hoy, las personas se animan a declarar, porque saben que el Estado está dispuesto a protegerlos si dan información clave para las investigaciones.

Además, se respeta la independencia de la justicia, incluso en las grandes investigaciones por corrupción e incluso cuando se investigan a actuales funcionarios. Esto es un cambio enorme para la Argentina, enorme. Antes el Estado era parte del problema; hoy es parte de la solución. Pero esta es una batalla constante, tenemos que seguir combatiendo juntos a las mafias para que entiendan –de una vez y para siempre– que en la Argentina se acabaron los comportamientos mafiosos, que esa Argentina donde queremos construir un proyecto de vida es la Argentina del respeto, la Argentina del esfuerzo, la Argentina de la igualdad de oportunidades y la Argentina de la paz.

Por eso, hoy, quiero agradecerles –de verdad– por acompañarnos en este camino y estoy seguro que este seminario va a hacer un enorme aporte; sus experiencias van a ser muy valiosas para nosotros en esta batalla que hemos emprendido y que vamos a dar hasta el final.

Muchas gracias –de verdad– por estar acá y que sea un éxito este seminario. (APLAUSOS).