PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, TRAS RECORRER OBRAS HÍDRICAS DE LA CUENCA DEL RÍO SALADO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Muchas gracias María Eugenia, buenos días, buenos días, ¿cómo andan? Buenos días intendentes, gracias también Pablo por acompañarnos.
Todavía no sé qué hora es porque estoy todavía con el cambio de horario de venir de la India, pero creo que es de mañana. Lo que sí quiero destacar es qué particularidad esto, que Vidal y Macri “El Gato” terminen las obras del Arroyo del Gato, es una cosa bastante particular. (RISAS)
La verdad es que estamos muy contentos, no solo porque es un lindo día para todos los bonaerenses sino que es un maravilloso día en términos de futuro, porque esta obra es una obra, como todas las que venimos haciendo, lamentablemente postergada. Pero como alegría y como buena noticia es que hoy sí es una prioridad, hoy sí está trabajando con dos dragas 24 horas, eso significa todos los días mañana y noche en doble turno.
Y ya con la tierra que sacó podríamos llenar toda la 9 de Julio a la altura de tapar el Obelisco prácticamente. Así que dimensionen la cantidad de tierra que se ha movido en lo que va de este trabajo y que esperamos que continúe y que termine, porque claramente -como decía María Eugenia- estas distintas etapas de la nueva canalización del Arroyo Salado terminan por reincorporar más de un millón de hectáreas a la producción. Y eso es trabajo, eso es trabajo para muchísimos argentinos, eso son oportunidades de progreso, además de las localidades intermedias que ustedes representan, que son 200 mil habitantes que no van a volver a sufrir cuando ven que se larga a llover.
La verdad que la lluvia y el agua van a ser una bendición que, como también decía María Eugenia, nos va a ayudar en el momento que es igual o más dramático que es la sequía, que justamente la vivimos el año pasado, la vivimos el año pasado y fue uno de los tres golpes grandes que nos dio en nuestra economía, tanto como la falta de financiamiento para mercados emergentes, como la crisis de los “cuadernos”, la sequía tuvo un rol importantísimo porque fue la peor en 50 años.
Teniendo esta obra terminada hubiésemos tenido el agua ahí con sus canales y la hubiésemos podida aprovechar, que esto estamos intentando hacer en un plan maestro en todo el país ¿Por qué? Porque el cambio climático es una realidad y ya vino para quedarse, por más que estamos todos comprometidos en cuidar el medio ambiente, pero tenemos que hacer obras de adaptación, como se les dice ahora, para prepararnos para las futuras inundaciones y para conservar el agua porque es cíclicamente inundación-sequía, sequía-inundación, entonces es muy importante.
Pero les decía también que todas estas obras son futuro, son los cimientos, son las bases que estamos haciendo para construir ese país que todo queremos, sin negar las dificultades que tenemos, todavía estamos atravesando los coletazos del 2018.
Pero, como decía también María Eugenia, la diferencia es que hoy ya tenemos una economía que empieza a ordenarse, empezamos a entender algo elemental, que lo entendimos siempre en nuestras casas pero que en la política se llevó a una confusión permanente, que es que no se puede gastar más de lo que uno tiene, no se puede vivir de prestado y eso lo estamos empezando a ordenar.
Aparte que necesitamos infraestructura para crecer, y eso ya hace tres años que empezamos a cambiar y hemos puesto un eje como Estado y en cada nivel de Gobierno, porque ustedes los intendentes que están acá también han recibido dinero para hacer obras localmente, que lo que necesita la gente para progresar son obras: obras de infraestructura que le mejoren la calidad de vida y que le aumenten su capacidad productiva, empezando por las obras de la conectividad.
Y la tercera cosa importante que hemos entendido y que estamos haciendo es vincularnos con el mundo, vincularnos con el mundo para intercambiar conocimientos, aprender, y sobre todo para llevar a nuestros productos, para mostrarles de lo que somos capaces de hacer.
Y ahí justamente vengo de este viaje por la India y por Vietnam, lugares culturalmente tan distintos, con historias tan distintas a las nuestras. Pero lo que quiero decirles -que se lo decía a María Eugenia- que es maravilloso: el nivel de atracción, de curiosidad, de afecto que tienen por nosotros es increíble; cuando uno va allá y el diferente tipo de vida que tienen y las agendas completamente diferentes que tienen decís, ¿por qué están conectados con nosotros? Si no es por el fútbol es por el tango, el vino, nuestra cultura, nuestra historia, nuestros paisajes, nuestra forma de ser. Pero les garantizo que era afecto y ganas, ganas de hacer algo con nosotros, ganas de participar. Y aparte todos ratificando lo que nos pasó en el G20, todos diciéndonos “qué bien que están haciendo esas reformas, qué bien que están volviendo, qué bien que están construyendo un futuro sobre reglas previsibles, y sobre esa situación es que queremos trabajar”.
Y la verdad que la otra cosa positiva de este cambio que estamos llevando adelante es que más de cien empresas viajaron con nosotros, la mayoría eran pequeñas empresas que nunca habían viajado: el nivel de excitación que tenían aquellos que representaban a las empresas -había gente joven, no tan joven-, todos enloquecidos. Y ya muchos de ellos empezaron a vender, en su primer viaje. Una pyme de Mendoza un producto, una sangría de baja graduación alcohólica que acababa de sacarlo hace seis meses, ya vendió unos contenedores en su primer viaje; unos misioneros que se fueron con el mate, la yerba (se lo hice probar a Modi, lo tomó todo, el Primer Ministro indio, le encantó, porque a ellos les encantan todo tipo de infusiones), lo están mezclando con unos productos locales y ya también lograron empezar vender.
Imaginemos que Vietnam son 100 millones de habitantes, y la India son 1300 de habitantes, que vienen creciendo al 6, 7 por ciento ambos países: ¡no tienen manera de producir la cantidad de alimentos que necesitan para su población, no tienen manera!. Y no tienen mejor socio que la Argentina para ayudarlos no solo a venderles tecnología para que aprendan a producir más, genética animal y vegetal para que puedan producir más, sino que mientras tanto, durante y después les podemos vender muchísimo, no solo productos de los que estamos acostumbrados a vender, como los granos y ahora legumbres, sino también dulce de leche, uno vendió dulce de leche en la India, estaba como loco, empezó a vender dulce de leche.
Son grandes oportunidades de llevar el trabajo argentino al mundo y las tenemos ahí. Nosotros podemos, tenemos que seguir coherentemente trabajando en la línea en que vamos de ser creíbles, confiables, seguir ordenando nuestras cosas, no esperar que los de afuera vengan a arreglar nuestros problemas. Y sentarnos siempre a dialogar alrededor de una mesa y ver qué son las cosas que estamos haciendo mal y las tenemos que dejar de hacer. Y dar esa discusión que se refleja en el presupuesto público con honestidad, diciendo la verdad, no mintiéndole más a la gente de que las cosas pueden ser gratis, que al final las pagamos todos y mal.
Y yo creo que eso está pasando, yo creo en la Argentina está pasando que estamos madurando, estamos creciendo, estamos entendiendo lo que nos pasó no el año pasado, lo que nos pasó durante los anteriores quince años y anteriores treinta años, y que ahora vamos a recuperar, recuperar el tiempo perdido llevándole certidumbre y oportunidades de futuro a toda nuestra gente.
Y para eso es importantísimo que terminemos estas obras por todo el país, porque esta obra también terminada ayuda a los cordobeses, a los santafesinos, a los pampeanos, porque todo drena mejor, circula mejor el agua y vuelve a ser aprovechada en cada una de las provincias como corresponde. Y tenemos muchos más proyectos para que del agua hagamos trabajo y oportunidades de futuro para todos.
Gracias María Eugenia, gracias Pablo, gracias a todos por acompañarnos y a seguir trabajando juntos. (APLAUSOS)