PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN LA REUNIÓN DE GABINETE AMPLIADO, CCK
Se supone que tenemos que hablar y no llorar, así que voy a tratar.
Primero qué lindo que estemos podes acá de vuelta reunidos confirmando, ratificando, compartiendo lo que sentimos y qué lindo tener que hablar después de escucharlos porque cada vez se amalgama más este esfuerzo, cada vez nos unimos más independientemente de nuestras historias de dónde nacimos, de qué es lo que hicimos durante los años previos de habernos encontrado en este desafío histórico, realmente histórico, de que este sea el verdadero punto de inflexión en la historia de la Argentina. En estos 70 años donde alguno de ustedes dijeron donde perdimos el rumbo y esta vez sí, sí, sí, hayamos encontrado definitivamente el rumbo de la igualdad de oportunidades, que todos esos próceres que leímos en la escuela, cuando éramos todos muy chiquitos, soñaron, marcaron y pusieron a la Argentina en ese lugar que todavía mágicamente conservamos en la cabeza de una gran parte del mundo. Porque por más que nuestros indicadores dan mal, hoy dan mal, empezando a recuperarlos, igual en la cabeza de ellos es como que la Argentina tiene que ocupar ese lugar. Y lo vivimos en este G20, el mundo quiere que la Argentina ocupe ese lugar porque el mundo se da cuenta que la Argentina tiene que ser parte de los problemas globales, tiene que ser parte de los motores del mundo por el talento nuestro, por lo que dios nos ha dado en término de los recursos, porque sí, porque estamos acá. (APLAUSOS)
La verdad que voy a ir desordenadamente porque no preparé nada sino porque quise compartir sentimientos, pero arranco de ayer porque todo el tiempo, lo duro, lo duro que ha sido este año para mí y para todos ustedes me ha hecho tener que volver a tener que cuestionarme y pensar el por qué tomé este camino, porque yo tuve la suerte, que yo quiero que todos los argentinos tengan, de poder elegir. Entonces tuve que pensar de vuelta por qué estaba yo en este lugar y de golpe sucedían esta sucesión de tormentas interminables, que empezaron con la sequía y el abandono de los mercados centrales a los emergentes, donde la Argentina pertenece. Y en ese repasar y repasar vuelvo siempre a la historia de las personas, porque todo esto tiene sentido que todo lo que hacemos y todo el modelo de país, el proyecto de desarrollo, termina en personas que encuentran su lugar en este mundo, encuentran la oportunidad de ser protagonistas, de sentirse realmente orgullosos de ser quién son y de hacer lo que hacen.
Y ayer tuve la suerte que con Gustavo fuimos para Misiones, con Andrés, a conectar Iguazú con wifi para que los demás turistas puedan ir y reabrir un hotel que estaba medio abandonado, y que es increíble cómo quedó; la verdad que es parte de esta revolución que está viviendo el turismo en la Argentina. Estuve con Leandro Paniagua, un joven de 27 o 28 años que parecía mucho más grande, y él con tanto orgullo caminamos juntos en la pasarela de un lugar donde hicimos los anuncios, y él me contó que empezó a trabajar hace poco tiempo en el hotel, y que estaba muy contento, que los hijos chiquitos con 5 y 3 años creo que me dijo y que estaba aprendiendo todos los días y que ya se había recibido de electricista la semana anterior. Y que ahora fuera de su horario de trabajo iba a empezar a aprender inglés, porque quería saber inglés para estar más en contacto con ese mundo que empieza a llegar a la Argentina, conocernos y ver esas maravillas que tenemos nosotros. Y el orgullo que él tenía, el orgullo que él tenía valía todo, valía todo el esfuerzo que estamos haciendo. (APLAUSOS)
Aparte lo maravilloso que él transmitía es las ganas de aprender, las ganas de realmente no conformarse con lo que él ya era sino aspirar libremente a aprender cosas nuevas todos los días. Y de eso se trata lo que estamos discutiendo, de eso se trata todo lo que estamos discutiendo en estos tres años, es entender definitivamente que en el único lugar donde viene antes éxito que trabajo es en el diccionario; que nosotros tenemos que abrazar eso que nos inculcaron nuestros abuelos, nuestros padres, que vinieron y pusieron a la Argentina en el mapa que es la cultura del trabajo y lo que cada uno puede hacer desde su lugar; y que no hay aportes pequeños, cada aporte tiene un valor; y que cada persona sepa que ese lugar tiene un valor enorme, porque es como una energía positiva que ahuyenta el rencor, el resentimiento, que le ha hecho tanto daño a nuestra sociedad. Porque lo peor de esta grieta, que tanto se habla, no son visiones distintas de país, es resentimiento y enojo con la historia, y trato siempre de entender por qué. He interpretado que la labor de conducir, de ser Presidente, es tratar de ponerse detrás del último para que ninguno se quede atrás y que todos puedan llegar a esa meta.
Y ahí es donde vos ves que están aquellos pobres que todavía están esperando esa oportunidad, pero hay muchos otros que están enojados y no encontrar la manera de que a todas esas gentes se les vaya el enojo y no nieguen o traten de tapar el Sol con la mano porque su enojo le puede más. Es como frustrante y realmente uno querría que todo el mundo compartiese la alegría de ver que este camino es largo, que el rumbo que hemos tomado es absolutamente claro y nítido. Porque el G20 nos ha conmovido tanto, nos conmovió primero, porque – como bien decía Marcos – es un antídoto contra la resignación, contra la destrucción de la autoestima, porque todos los pronósticos venían con que no iba a funcionar, que iba a ser un caos, que íbamos a tener problemas de seguridad, que no iba a haber comunicado, que no lo íbamos a poder conducir, que como nosotros, desde acá, íbamos a conducir a líderes de países tan importantes. Y de golpe fue como orgullo para todos, ese fue el sentimiento unánime que recorrió toda la Argentina, el del orgullo de que podemos hacer las cosas bien, y que todo el mundo puede decir: “es impresionante, argentinos, lo que han hecho”, como lo dijeron todos. Toda gente que no tiene porqué querer quedar bien con nosotros, no depende de nosotros, el mundo ha avanzado muchísimo, con una Argentina aislada y era mentira si los otros no podían y los que más se comunicaron y más se unieron entre ellos más crecieron, con lo cual entendimos que nos perdimos una oportunidad y ahora estamos intentando avanzar.
Pero lo maravilloso fue que nos recuperó la autoestima, que es contra lo que todo el tiempo estamos luchando, contra esas voces que nos quieren insistir en decir que nos tenemos que resignar, empezando por el pobre, empezando por el que está en la villa, que tiene que resignarse, que nunca en su vida podría tener un asfalto, que nunca en su vida podía aspirar a tener una cloaca o tener agua potable, que nunca en su vida iba a tener realmente la posibilidad de poderse hacer un documento y terminar una escuela y la escuela realmente le permita llegar a ese camino de inclusión, a partir de su aporte y no de depender de que venga alguien que esté dispuesto a subsidiarlo o de regalarle algo y tenerlo siempre en ese lugar para siempre generarle esa dependencia. Y por eso es tan importante que hayamos llegado a que los subsidios se entreguen de forma directa, pero todavía tenemos el problema porque son tantos los años de sometimientos que una parte importante de ellos sigue creyendo que ese puntero, ese narco es el que le da el subsidio y no se da cuenta que lo tiene porque el Estado Nacional se lo reconoce y se lo da y que nadie se lo puede sacar, pero contra eso es lo que luchamos.
Y la otra cosa importante, por lo menos para mí, que muchas veces he tenido que tomar decisiones y conducir es estar seguro que uno toma la decisión correcta y hay muchas cosas en la vida, que nunca sabés, y vos sabés que es como una bifurcación; a mí me pasó muchas veces en la vida cuando fui cambiando de trabajo, cuando dejé el trabajo con mi familia y me fui a Boca y después cuando decidí entrar a la política y son momentos en lo que vos tenés que decidir y no te dejan ir y mirar un poquito a ver cómo es y ahí confirmás o volver para atrás e ir por otro camino, tomás ese camino y ya cambió y entonces cambió tu realidad. Y en este caso, por suerte, sobre todo con este año tan difícil y tan traumático que hemos tenido, que me ha hecho, noche tras noche, volver a repasar si había alguna otra cosa que se podía hacer, si había otro camino para tomar, si había otra forma de resolver tantos problemas, tanta angustia que hay en nuestro país, tanta falta todavía de estas oportunidades, que hablamos al principio, y por suerte por primera vez, tal vez, o como nunca antes en mi vida estoy cada vez más seguro, más convencido, lo veo con absoluta claridad que es por acá, que no hay otro camino que el que hemos tomado: el de la verdad, el del trabajo, el del debate. El nivel de debate que está ocurriendo, en la Argentina, hoy no lo hubo nunca antes; hoy hemos logrado que en Cambiemos haya un debate profundo, primero, de qué es y cuál debe ser el rol de la justicia, porque ese es el poder más importante, ese es el que garantiza la estabilidad de las cosas, en el largo plazo, no un gobierno, que dura cuatro u ocho años y viene otro, es lo que hacen los jueces, es lo que les dije a ellos, cuando me vinieron a ver: “ustedes son los que tienen mayor responsabilidad, para que la Argentina sea previsible, sea creíble, ustedes son los que tienen que hacer respetar las leyes y no tienen que decidir según su opción o gusto político o su visión personal, sino en lo que dice nuestra Constitución, que es muy sabia”. Y nuestra Constitución habla de la igualdad de oportunidades, habla de las libertades, habla de los derechos de propiedad, son todas cosas que ustedes tienen que fundar para que tengamos una Argentina donde no se vea que una oportunidad de progreso es robándole al de al lado, que es lo que ha pasado, durante tanto tiempo y que ha llevado a que hoy estemos dando batalla contra todas las estructuras mafiosas que se fueron apoderando de distintos lugares de la sociedad, de distintos estratos del poder, desde el Estado y fuera del Estado.
Entonces digo ese debate que se está dando de cuáles son los límites al crimen organizado, qué tienen que hacer los jueces para cuidarnos y hoy lo estamos debatiendo y es muy importante - sin falsas ideologías - cuidar al trabajador, cuidar al ciudadano de a pie, al que no puede pagar seguridad privada, al que no está en un barrio privado y darle la tranquilidad de que si hay un delincuente y se lo agarra, el delincuente tiene que estar preso, no puede estar en la calle al día siguiente o a las dos horas. Porque ahí nos confundimos todos y no entendemos cuál es el rumbo y lo bueno es que lo estamos debatiendo, como estamos debatiendo qué significa, también, las verdaderas igualdades, empezando por la igualdad de género. Y es muy importante que todas estas verdades salgan porque eso nos está curando, la sociedad argentina se está curando, a veces se asusta porque es desordenado; a veces se exageran posiciones, pero es algo que estamos viviendo y que Cambiemos es como que ha permitido. Nosotros tenemos que estar orgullosos porque hemos creado este espacio para esta libertad exista y nos permita realmente discutir qué es lo que queremos.
Entonces digo, para aquellos que no tienen esta visión que yo tengo de convencimiento profundo, también el G20 jugó algo importantísimo, porque ver a todos estos líderes juntos, todos juntos, con un mismo discurso: “felicito al Presidente y a los argentinos por el rumbo que han tomado”; “felicito al Presidente y a los argentinos por las transformaciones que están haciendo, y sabemos que les está costando”, porque todos estaban informados de la recesión que estamos pasando, de lo que fueron estos movimientos de la inflación de vuelta atrás del tipo de cambio, y todos nos dijeron “felicitaciones”.
Entonces también fue un antídoto para esos escépticos que dicen que “no, esto no va a alcanzar, no va a servir”: claro que va a alcanzar y va a servir, pero solo si persistimos, sino es volver a creer en las mismas recetas mágicas que seguimos durante 70 años, que nos llevaron a los problemas que tenemos hoy. Nada se puede construir sin constancia, sin persistir, sin ser coherentes en cada decisión que tomamos; no puede existir más este cuento que cuando lo dije por primera vez todos se rieron de que viene (inaudible) y dicen todos “tiene razón Presidente, hay que mirar los desequilibrios macroeconómicos, hay que ser responsables con el dinero de los contribuyentes, que tanto les cuesta pagar los impuestos, y llegan a la puerta y se dan vuelta y dicen “pero la mía está y esa no me la vas a tocar”, eso no es ser coherente. Ser coherente es realmente mirar hacia adentro y decir: “¿estoy haciendo lo que corresponde o estoy haciendo lo cómodo? Porque también enfrentar todos esos privilegios -como nombró María Eugenia- es salir de la comodidad. Es muy duro, es muy duro, porque todos los que tienen estos privilegios ya se han armado sus pequeños ejércitos de presión, sea mediática, judicial, rosquera, lo que sea, para que nadie les vaya a sacar lo que tienen, y pelean con las peores armas. Y claro, uno en esa pelea está casi solo, porque aquellos que nos votan y nos piden por favor están trabajando, están trabajando para llegar a fin de mes, para mover este país, y no pueden estar al lado nuestro en esta pelea, entonces en muchos momentos estás solo, y te rodean físicamente, no solo mentalmente, te rodean físicamente los edificios, te los toman, te toman la plaza, te arman lío, te putean, y cuanto más es el privilegio, más violentos se ponen.
Pero no hay futuro si realmente no tenemos una sociedad donde haya verdadera equidad y donde todos trabajemos lo mismo, la misma cantidad de horas, la misma cantidad de años, y que tengamos algo coherente en términos de lo que le aportamos a la sociedad; no podemos vivir en una sociedad en la cual si querés pasar por acá me tenés que dar tanto sino no pasás, porque eso no existe, nos impide crecer, nos impide crecer.
Y estamos en una sociedad en la cual todos estos chicos que están yendo al colegio hoy sientan que tienen las herramientas de los docentes comprometidos con los cambios, con esta revolución que enloquece a todos, porque además nos toca vivir una época única, absolutamente única, donde en cuatro o cinco años nadie sabe todo lo que va a cambiar el mundo, porque está cambiando a una velocidad que ni siquiera lo podemos percibir. Entonces necesitamos realmente que todos aceptemos que estamos en un mundo de revolución permanente, y que no da para estas mezquindades y estas pequeñeces. Porque aparte no estamos desde un lugar como países centrales que casi no tienen pobreza y que están en un estado de calidad de vida que realmente es una sociedad justa y equilibrada; nosotros estamos en una sociedad muy desequilibrada, donde hemos generado por mala política, por política que fomentó, el sometimiento a la pobreza, un tercio de la sociedad fuera del sistema. Entonces es un momento en el cual tenemos que abrir los brazos bien grandes y decir “hacia dónde va el mundo vamos a dar ese salto”.
Y por suerte, viendo esa lista de cosas que se pusieron en el wasap, que empezó a circular el ochenta y pico de razones para estar contentos de lo que hemos empezado, tan solo empezado, ¿cuánto dijiste? ¿Mil noventa y pico de días? Son muy pocos frente a setenta años, y frente a todo lo que tenemos en la cabeza que los argentinos podemos hacer. Y créanme, cuanto más veo el mundo, cuanto más camino la Argentina, más siento que estamos en un momento histórico, único, donde el límite va a ser solamente al que nuestra generosidad nos llegue. Si realmente todos los que estamos acá liderando, contagiamos a todos los argentinos de ese espíritu de generosidad, de humildad, de saber que no tenemos todas las respuestas, pero que juntos todos los días, aunque nos vayamos un poquito a la banquina, volvemos a la ruta y mantenemos la dirección, el límite es casi infinito.
Entonces les pido a todos que juntemos energías en este momento de Navidad, no todos tenemos la suerte de volvernos a casar como Morales en este momento (RISAS), que está hecho un pendejo, que parece que le volvió la vida. (APLAUSOS) Lo cual, Gerardo, bienvenido al club de entender que al final del día el verdadero poder sobre casi todo lo que pasa en este mundo lo tiene la mujer. (APLAUSOS)
Entonces les digo a todos juntemos fuerzas en familia, todo esto que estamos haciendo se trata del amor, es todo amor, todo se explica solamente si realmente uno lo siente en el corazón. Así que les digo en Navidad, sin empacharse de sidra y turrón, pero en Año Nuevo juntemos toda la energía del mundo porque el año que viene es un año donde la Argentina va a confirmar que entendió que este es el rumbo, porque hay una Argentina muy madura, una Argentina que permitió que si estamos todos hoy acá, habiendo transcurrido lo que transcurrimos, es porque hay un núcleo de madurez y de crecimiento de los argentinos como nunca antes, y ellos están esperando que estemos fuertes, que les mostremos el camino, y que juntos trabajando, poniendo el hombro, no hay otra manera, vamos a ir construyendo esta Argentina que tanto soñamos y realmente nos merecemos.
Feliz Navidad y feliz año para todos. (APLAUSOS)