Vicepresidenta, señores gobernadores, integrantes del cuerpo diplomático, legisladores, invitados especiales, queridos argentinos.
Antes de empezar, quiero homenajear a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que entregaron su vida cumpliendo su deber. Estamos con los familiares, y quiero reiterarles que seguiremos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para encontrarlos. Estoy seguro de que todos los argentinos estamos unidos en este reconocimiento.
Es la tercera vez que vengo al Congreso a hacer la apertura de sesiones ordinarias, y esta vez quiero iniciar diciendo “gracias”, gracias a todos los argentinos. A los que están en este recinto y a los que están afuera.
Gracias por comprender que éste es un esfuerzo que hacemos entre todos, trabajando juntos. Gracias por marcar el camino y elegir la verdad, aunque a veces incomode. Gracias por entender que las cosas llevan tiempo, y que no hay atajos ni soluciones mágicas.
Y, gracias por comprometerse con el diálogo, que es la única manera de llegar a soluciones que incluyan a todos.
A cada uno de ustedes con los que estuve se los dije en persona. Y, a cada uno que siga encontrando en el futuro se los voy a volver a decir. Gracias, gracias, gracias. Si hoy estamos donde estamos es gracias al esfuerzo de todos.
Pero, lo peor ya pasó y ahora vienen los años en que vamos a crecer. Las transformaciones que hicimos empiezan a dar frutos, a sentirse, como las siente esa familia que no tenía agua ni cloacas y ahora las tiene; como las siente esa pareja de enamorados que no podía acceder a su vivienda propia y en estos dos años lo consiguió; como lo siente aquel trabajador que vuelve a casa, después de un largo día bajo la lluvia, y no tiene que embarrarse porque le llevamos el asfalto a su cuadra; como la siente cada emprendedor que pudo crear esa pyme con la que soñaba.
Y, esto me llena el corazón de entusiasmo porque ustedes me pusieron acá para emprender juntos este camino.
Un camino distinto, que por fin nos está sacando de tantos años de repetir los mismos errores. Un camino de desarrollo, en el que estamos combatiendo la pobreza para que nadie quede atrás.
Y, quiero dejar bien clara mi intención. Detrás de cada propuesta, de cada reforma, de cada transformación está la responsabilidad y el amor con que he tomado esta tarea, y siempre pienso en qué es lo mejor para todos los argentinos.
No vine a hacer lo que me conviene a mí o a mi Gobierno.
Estoy acá porque realmente quiero que cada uno de ustedes sienta que su vida mejora, que tengan esa oportunidad concreta que antes no tenían, que cada uno pueda ver cómo su vida va avanzando.
Ustedes escuchan que algunos nos critican por ir demasiado lento y otros por ir demasiado rápido. Los primeros piden un shock de ajuste, y a ellos les digo que acá vinimos a reducir la pobreza y a asegurarnos que ningún argentino pase hambre. Y los otros nos piden que nada cambie, y yo les digo: si nada hubiese cambiado estaríamos como otro país hermano que está en una desintegración social.
Por eso, elegimos el camino del cambio con gradualismo, un camino en el que todos los argentinos estemos unidos por el esfuerzo.
Tenemos metas para bajar la inflación, para reducir el déficit fiscal. Y como las vamos a cumplir, vamos a dejar de endeudarnos y se van a multiplicar las inversiones en un país confiable.
Tenemos que evitar los diagnósticos apocalípticos. Necesitamos coherencia, templanza para recorrer el camino y avanzar de acuerdo a los tiempos que vivimos.
En este contexto, hoy quiero proponerles una agenda de trabajo con desafíos concretos que nos ayuden a seguir creciendo, pero sin desconocer la importancia de otros temas significativos sobre los que venimos trabajando. Los invito a trabajar juntos en esta agenda.
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Queremos un Estado al servicio de la gente. Un Estado moderno y facilitador, que dé las herramientas a los argentinos para mejorar sus vidas y obligue a los funcionarios a rendir cuentas.
Estamos avanzando. Ya hay casi 700 trámites que se hacen por Internet, sin tener que hacer viajes ni colas innecesarias.
Y, desde este año, estos trámites y muchos más se van a poder realizar desde la computadora o su celular.
Pero, un Estado al servicio de la gente es también un Estado transparente, que muestra cómo gasta su plata y que tiene funcionarios obligados a tener un alto estándar ético.
En estos dos años, los funcionarios nos pusimos límites como nunca antes para garantizar que no estamos acá para beneficiarnos.
Ahora, hay reglas sobre cómo mostrar nuestro patrimonio, reglas que estudian y resuelven posibles conflictos de interés y normas que definen límites para nombrar familiares en el Gobierno, entre otras.
Argentina mejoró las posiciones y calificaciones del Índice de Transparencia Internacional. Pasamos del puesto 106 al 85 en dos años. Es la primera vez que Argentina mejora 21 posiciones en dos años. Pero, tenemos que seguir trabajando. Les pido a todos los poderes y a las provincias que se sumen a esta tarea titánica.
Y queremos hacer permanentes estos cambios en una Ley de Integridad Pública que reúna las reformas que ya implementamos y las que surjan del debate parlamentario.
Un Estado al servicio de la gente, además, es un Estado que ordena sus cuentas. No podemos gastar más de lo que tenemos.
En esto nos pusimos de acuerdo con los gobernadores para ordenar la relación entre Nación y provincias.
Después de décadas de desorden, llegó el momento de ser serios con el equilibrio fiscal. Es la plata de los argentinos y administrarla con responsabilidad es nuestra obligación.
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Otra de las prioridades es que todos los argentinos puedan acceder al crédito y puedan ahorrar.
Estamos viviendo un boom de crédito hipotecario. 2017 fue el año, casi en 20, con más créditos. Decenas de miles de familias compraron sus casas con cuotas más bajas que el alquiler que pagaban, y 3 millones de familias tomaron créditos en el ANSES para hacer refacciones o conectarse a las redes de cloaca y agua.
Todo fue posible, entre otras razones, porque la inflación está bajando.
La inflación del 2017 fue menor a la del 2016. La de este año va a ser aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018.
No queremos sólo bajarla. Queremos que nunca más sea un instrumento de la política como lo ha sido durante más de 70 años.
La inflación castiga a la mayoría, dificulta la competencia y nos mantiene presos del corto plazo.
Y presos del corto plazo los argentinos no podemos planificar. No podemos tomar crédito, no podemos ahorrar.
Pero esto también está cambiando. A medida que los argentinos vimos que emprendimos un camino claro de inflación en baja, empezamos a recuperar el ahorro.
La Ley de Financiamiento Productivo, que tiene media sanción, va a permitir seguir teniendo crédito hipotecario por varias décadas y va a dar más opciones para canalizar el ahorro de los argentinos, en especial a las pymes que necesitan capital para crecer.
Le pedimos al Congreso que tenga esta ley en sus prioridades para este año.
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Tenemos que organizarnos para el trabajo del siglo XXI.
El mundo está cambiando rápido. Cada día se crean empleos nuevos y otros desaparecen. Es un desafío que enfrentan todos los países del mundo, no sólo la Argentina. Podemos intentar resistirnos o podemos asumir el momento que nos toca vivir.
Durante estos dos años avanzamos mucho. Juntos logramos acuerdos que generan empleo y llevan oportunidades nuevas a nuevas partes del país. Gracias a esto, la desocupación está bajando y el total de trabajadores registrados aumentó en casi 270 mil.
Pero en Argentina uno de cada tres trabajadores está en la informalidad. Y no está ahí porque quiere, hace lo que puede.
Vamos a presentar el proyecto de Ley de inclusión laboral para que miles de trabajadores informales puedan registrarse sin perder la antigüedad y los beneficios que les corresponden por sus años de trabajo.
Esta iniciativa es el fruto del trabajo en equipo entre sindicatos y empleadores, unidos detrás de la meta de cuidar el empleo argentino.
Tampoco podemos permitir más que una mujer gane menos que un hombre. No es justo. No está bien. Y, según el INDEC, estas diferencias llegan hasta el 30%. Y, esto no puede seguir así.
Tienen mi compromiso para que el salario igualitario que establecen nuestras leyes sea una realidad.
Y, en un mundo de iguales, tampoco hay razón para que los padres compartamos tan sólo dos días en el momento del nacimiento de nuestros hijos. Sabemos lo importante que es estar en familia en esos primeros días.
Por eso, vamos a presentar un proyecto de ley para extender la licencia por paternidad.
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Se viene una revolución en el país con el turismo. Y les propongo que nos organicemos para recibir cada vez más turistas.
El año pasado batimos muchos récords juntos: nunca antes se habían hospedado tantos viajeros en hoteles en todo el país -crecieron un 8% en comparación con el 2016 y en todas las regiones-, y nunca antes había viajado tanta gente en vuelos de cabotaje como ahora.
Tuvimos más de 50 millones de viajes dentro del país y recibimos más de 6 millones de turistas de otras partes del mundo. Y, en el último fin de semana largo de Carnaval tuvimos récord de turistas.
¿Qué significa todo esto? Significa trabajo de calidad porque son más mesas llenas en los restaurantes, más camas ocupadas en los hoteles, más entradas vendidas en los teatros, peñas y espectáculos.
Y además este año tenemos el G20 y las olimpiadas de la Juventud, que son más puertas de entrada y van a multiplicar la cantidad de turistas.
Y más allá de las mejoras de los aeropuertos, las nuevas rutas para que haya más conexiones, la devolución del IVA al turismo extranjero, o los vuelos más baratos, el turismo tiene que ser una causa compartida por todos.
Los argentinos tenemos que construir una cultura del servicio para que cada persona que nos visite se enamore de nuestro país y quiera volver una y otra vez.
Transformemos nuestra amabilidad y nuestras ganas de crecer en oportunidades concretas que se multipliquen en los pueblos y ciudades.
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Queremos que todos los argentinos estemos conectados, que tengamos acceso a internet y mejor conexión en los celulares.
Internet nos cambió la vida. Nos permite estar comunicados, poder expresarnos, aprender sobre el mundo y ahorrarnos tiempo en trámites que antes eran eternos.
Un ejemplo del potencial que tiene internet aplicado a la vida es la red de Telesalud pediátrica que ya funciona en 20 provincias y las familias pueden hacer consultas con médicos del Garraham sin tener que moverse de su pueblo. Por iniciativas como ésta es que queremos ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la conexión a internet en cada rincón del país, un paso más hacia una Argentina verdaderamente federal.
En estos dos años aceleramos el crecimiento de la Red Federal de Fibra Óptica, que ya tiene más de 32.000 kilómetros tendidos y conecta a más de 400 localidades que antes estaban desconectadas.
También estamos ayudando a los emprendedores que quieren exportar servicios basados en el conocimiento, un sector que da trabajo a más de 1.000.000 de personas. Y, el año pasado la exportación de estos servicios, como el software, creció un 20%.
Para seguir avanzando, necesitamos una nueva ley sobre telecomunicaciones y tecnología de la información, que nos permita aprovechar los beneficios de la tecnología, mejorar la competencia y las inversiones, bajar los precios y mejorar la calidad del servicio a los usuarios. En esta herramienta legal también estamos atrasados respecto a otros países.
Va a haber lugar para que cooperativas, empresas pequeñas, medianas, grandes, tanto nacionales como internacionales, participen activamente de la conversación para garantizar la neutralidad de las redes y la pluralidad de los contenidos.
Si estamos mejor conectados vamos a poder ofrecer mejores productos y servicios, y vamos a estar más preparados para la economía que viene, donde la innovación y lo digital serán fundamentales para crear empleo.
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Los argentinos también tenemos derecho a vivir cerca de un lugar verde, donde podamos unirnos, conocer y preservar la naturaleza.
El espacio público, sin duda, es el espacio más democrático que tenemos. Por primera vez en muchos años, estamos ampliando la superficie de los Parques Nacionales, y estamos mejorando la infraestructura de lo que ya teníamos.
Inauguramos el Parque Nacional El Impenetrable en Chaco, empezamos a crear los Parques Iberá en Corrientes, Aconquija en Tucumán y Mar Chiquita en Córdoba.
Por primera vez, estamos avanzando en la creación de Parques Marinos.
Nuestro mar cumple un rol clave porque ayuda a regular la temperatura, y a generar el oxígeno que respiramos, y acompaña el desarrollo de la pesca sustentable. Además, la creación de áreas protegidas en el mar argentino nos permite ejercer la soberanía nacional en forma pacífica.
Hoy, quiero contarles que hemos decidido preservar una parte importante de Campo de Mayo y transformarlo en un Parque Nacional.
Será uno de los Parques Nacionales urbanos más grandes del mundo, y parte del sistema de áreas protegidas del área metropolitana. Todos sabemos que más de 10 millones de argentinos viven ahí, y van a poder conocer y disfrutar de estos parques.
Los parques nacionales no son una idea abstracta de conservación. Son una herramienta de desarrollo local. Y, el acceso a ellos debe ser visto como un derecho para todos.
Si ustedes convierten en ley estos proyectos habremos logrado juntos que 2018 sea el año de mayor creación de parques nacionales de nuestra historia.
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Los argentinos queremos vivir en paz.
Queremos salir a la calle sin miedo y que nuestros hijos vivan tranquilos.
Creemos que en estos años de democracia persiste una tensión entre democracia y seguridad.
No creemos que haya que caer en la mano dura ni en el abolicionismo para resolverla. Creemos en un sistema que ponga en el centro a las víctimas del delito, que respete a las fuerzas de seguridad y que ofrezca penas proporcionales a los delitos cometidos.
Y sobre todas las cosas, creemos en un sistema republicano que cuide a los argentinos para que vivamos más seguros.
Queremos sentirnos cuidados, y para eso también tenemos que pensar en los que nos cuidan.
Las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración.
Como ustedes saben, hace muchos años yo sufrí en carne propia a la mala policía. Por eso créanme que entiendo a quienes pasan por algo así. Sé lo que se siente.
La seguridad y la lucha contra el narcotráfico son dos de las demandas más grandes de los argentinos.
Por primera vez tenemos una estrategia nacional para abordar estos temas y estamos llevando el cuidado del Estado a donde antes sólo existía el poder de las bandas.
Y lo mejor es que esta estrategia está funcionando. Las incautaciones de droga son récord, 300 toneladas, la cantidad de robos se redujo en un 11% y los homicidios en un 20% en estos dos años.
Es importante que avancemos en la extinción de dominio y que el Estado recupere los bienes del narcotráfico y del crimen organizado.
También necesitamos algunas reformas, como la del Código Penal. Tenemos un código viejo, desordenado y emparchado mil veces. Desde el año pasado hay una comisión de expertos trabajando y esperamos que nos propongan un Código Penal nuevo en pocos meses.
Otra reforma importante es la del Código Procesal Penal. El centro de la reforma es pasar del modelo actual, donde los jueces son los que investigan y deciden, a uno más rápido y oral en el que los fiscales tengan más protagonismo.
Les pido a los legisladores que les den a estos temas la importancia que merecen para cuidar a todos los argentinos.
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La vida es lo más importante que tenemos y nos estamos matando en accidentes en las ruta y en las calles de todo el país. El año pasado murieron 5.000 personas que no tenían que morir. Es una tragedia nacional.
Tenemos que trabajar juntos para bajar esta cifra. Es la principal causa de muerte de jóvenes de 15 a 34 años. No nos podemos quedar de brazos cruzados.
Desde el Estado, estamos trabajando para que tengamos rutas más seguras. Ya reparamos 5 mil kilómetros de rutas que estaban en pésimo estado y estamos recuperando 12 mil más.
Terminamos y vamos a tener en obra casi 1.700 kilómetros de autopistas. También seguimos apostando a medios de transporte como el Metrobus, que además de ser cómodos y ahorrarnos tiempo, son más seguros.
Sólo si conocemos en tiempo real dónde y por qué ocurrió un accidente vamos a poder hacer algo para evitar que vuelva a pasar. Tenemos que medir y evaluar. Por eso, con ayuda de las provincias creamos un sistema digital que nos permite acceder a esta información crucial.
Pero no alcanza solo con esto. No puede ser que la irresponsabilidad al volante casi nunca termine en una condena efectiva. Vamos a impulsar un proyecto de Código Penal, que por primera vez introduzca penas fuertes a los conductores que ponen en riesgo la vida de los demás por manejar alcoholizados, bajo el efecto de las drogas, o superando ampliamente la velocidad permitida.
Éstas son algunas iniciativas, pero les pido a todos, absolutamente todos, que pongamos nuestra parte y recordemos usar siempre el cinturón de seguridad, poner a nuestros niños en las sillas cuando los trasportamos, y no distraernos con el celular.
Evitar muertes por accidentes viales es, también, otra de las formas de cuidado y de seguridad que los argentinos nos tenemos que exigir.
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También les pido que trabajemos juntos para combatir la malnutrición y la obesidad infantil, que afecta más a los que menos tienen.
En la Argentina 4 de cada 10 chicos están malnutridos. Somos el país con mayor obesidad infantil en América Latina y, aunque sorprenda, somos uno de los 4 países que más azúcares consume en el mundo.
Les digo estas cifras para que veamos la magnitud de este problema. 1 de cada 3 chicos tiene sobrepeso u obesidad.
La obesidad infantil y la desnutrición son dos caras de la misma moneda, y tienen consecuencias directas en la salud y en el desarrollo de los chicos.
La capacidad de aprender y de que les vaya bien en la escuela disminuye, y tienen más posibilidades de sufrir enfermedades de corazón, otras como la diabetes y algunos tipos de cáncer cuando son adultos.
Estamos trabajando para que tengan acceso a alimentos más frescos y saludables. La alimentación sana es hoy una temática mundial, semejante a la defensa del ambiente.
Los padres tenemos una responsabilidad primaria en este tema y debemos liderar esta causa que nos involucra a todos.
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Tenemos que trabajar por la igualdad educativa para que todos los chicos, especialmente los más vulnerables, puedan acceder a una educación de calidad.
Hace casi un año presenté los resultados de la evaluación Aprender. Les aseguro que fue una de las estadísticas que más me afectó tener compartir. Porque nos mostró, nos confirmó, que no estamos preparando a nuestros hijos para el mundo que van a vivir.
Con la evaluación Aprender pudimos identificar qué escuelas tienen más dificultades y a cuáles les va mejor. Y gracias a esta información, con el programa Escuelas Faro, nos focalizamos en ayudar a las 3.000 escuelas que más problemas tenían aplicando los criterios de aquellas a las que les iba mejor.
La calidad en la educación es un compromiso que tenemos que asumir juntos, familias, docentes y toda la comunidad educativa.
Los padres no podemos desentendernos, no podemos dejar a los maestros solos en esto. Todos tenemos que ser parte de este proceso de mejora.
Y para poder involucrarnos, tenemos que poder saber cómo le está yendo a la escuela donde van nuestros hijos. Hoy está prohibido por ley que se publiquen los resultados de los resultados por escuela y eso no tiene sentido. Les pido que este año legislativo avancemos para cambiar esta norma.
La única manera de mejorar es partir de la verdad, de un diagnóstico verdadero, transparente, público, a disposición de todos.
No le tengamos miedo a la verdad. A lo que hay que temer es a la mentira, al ocultamiento, a no querer enfrentar la realidad, que ya nos demostró el daño que puede generar.
A lo que hay que temer es a que los chicos no terminen el colegio. No podemos hacer política con la educación de nuestros hijos. No podemos acordarnos de la educación sólo en el momento de las paritarias.
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Otro tema que tenemos que poner sobre la mesa es el embarazo adolescente no intencional.
Hoy nuestro país muestra una situación crítica. Cada año más de 100 mil chicas, menores de 19 años, quedan embarazadas. Y 7 de cada 10 de esos embarazos no son intencionales.
Las vidas de esas jóvenes cambian para siempre. Muchas abandonan la escuela, y eso afecta sus posibilidades de conseguir trabajo y desarrollar un proyecto de vida.
Una vez más el punto de partida es la educación. La educación sexual es una herramienta que empodera a los jóvenes. Los ayuda a tomar decisiones informados.
Estamos trabajando con el equipo de Desarrollo Social, Salud y Educación en una iniciativa integral para que, en las escuelas, en los centros de salud y en las comunidades, haya profesionales que acompañen y asesoren a los chicos en Educación Sexual, salud reproductiva y métodos anticonceptivos. Sólo con información van a tener la libertad de elegir qué quieren para su vida.
Hace 35 años que se viene postergando un debate muy sensible que como sociedad nos debemos: el aborto.
Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida.
Pero también estoy a favor de los debates maduros y responsables que como argentinos tenemos que darnos.
Por eso, vemos con agrado que el Congreso incluya este tema en su agenda de este año. Espero que se escuchen todas las voces y se tomen en cuenta todas las posturas.
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Sé que, si trabajamos juntos, si dialogamos y hacemos las cosas con buenas intenciones vamos a dar grandes pasos en cada uno de los desafíos que les propuse en esta agenda de trabajo.
Durante mucho tiempo creímos que estábamos destinados a fracasar, y que resignarnos era nuestra única opción. Pero esa idea es falsa. Detrás de esa idea falsa, empezó a aparecer una Argentina unida y poderosa, empezamos a aparecer millones de argentinos unidos que decidimos cambiar y poner todo nuestro talento y esfuerzo en salir de donde estábamos.
Los argentinos tenemos todo para crecer, depende de nosotros y de nadie más. Estoy convencido de que vamos a hacerlo.
No estaría acá si no creyera en lo que les digo.
Y la mayor prueba de esto es que estamos creciendo. Todo lo que logramos juntos en estos dos años muestra que estamos creciendo.
La inversión aumenta. El año pasado creció un 11% y es esa inversión precisamente la que nos garantiza que vamos a seguir creciendo, porque agranda nuestra capacidad para producir.
Este enero tuvimos récord de venta de cemento, de asfalto, de autos, de autos usados, y de motos, de turismo y de vuelos de pasajeros, para citar algunos de los ejemplos más visibles.
Y febrero viene para que podamos decir en pocos días que también en varios de estos rubros es el bimestre más importante de nuestra historia.
Toda esta actividad está generando trabajo. Ya sobrepasamos la cantidad de personas empleadas en 2015. Y los salarios le ganaron a la inflación.
La construcción es uno de los sectores que más está creciendo. Hay cada vez más obras en rutas, más calles asfaltadas, más casas en construcción.
Por cada nueva casa que se construye hay alguien en algún corralón preparando los materiales. Un flete que los entrega en la obra y un vendedor que prepara un pedido de artefactos.
Son puestos de trabajo en todo el país. Estamos en la dirección correcta, dejando atrás muchos años de estancamiento y retroceso.
Y esto no sólo sucede en lo económico. Los argentinos estamos madurando.
Nos dimos cuenta de que no sirve seguir culpando a otros de lo que nos pasa. Que crecer depende de nosotros y de nuestra capacidad de sentarnos a dialogar en una mesa, sin patoterismos ni extorsiones.
Ya demostramos que se puede. Lo hicimos con Vaca Muerta, con la lechería, con la carne, con la construcción, con el sector automotriz, con el sector forestal y con la biotecnología.
Nos sentamos a conversar, partiendo de la premisa de que todos los actores implicados -sindicatos, empresas y Gobierno- debemos participar del diálogo. Cada uno planteó su agenda de futuro, sus inquietudes y sus propuestas.
Yo mismo formé parte de muchas de estas mesas. Me gustaría que pudieran estar ahí para ver el entusiasmo que despierta ese trabajo en común, cómo se van destrabando obstáculos, cómo van surgiendo soluciones a partir del aporte de todos.
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Si pudimos avanzar en todas estas cosas; si pudimos sentarnos a dialogar; si pudimos evitar una crisis que se venía encima; si pudimos generar trabajo y empezar a reducir la pobreza; si pudimos asfaltar barrios enteros que estaban sumergidos en el barro; si pudimos pasar del aislamiento a la integración con el mundo; imaginemos la cosas que vamos a poder en el futuro!.
¡Sí! ¡Animémonos a imaginarlo! Porque mucho de lo que imaginamos está sucediendo. Y porque tenemos la capacidad de hacer. No me refiero a la política, me refiero a la vida. No me refiero a los partidos, me refiero a personas, a las personas que creemos que merecemos vivir mejor.
Hace un año, en este recinto, les dije que teníamos que construir las bases para que la Argentina pudiera crecer 20 años en forma consecutiva, que así derrotaríamos la pobreza y fortaleceríamos la clase media. Haciendo lo que había que hacer, y eso es lo que hicimos. Ese crecimiento invisible sucedió, es como cuando empezamos un edificio: en el comienzo no se ve lo que estamos haciendo, no se ven las estructuras que estamos poniendo, los pilotes, volcando el hormigón. Pero esa base existe, está y sobre ella se construye el resto.
Y esto es lo que está sucediendo, los argentinos empezamos a ver los frutos de eso. Y cada trasformación está hecha sobre bases firmes y va durar para toda la vida.
Por eso nuevamente los invito al entusiasmo del hacer, a la alegría de sentirse comprometidos, a sentirse protagonista de su propio futuro, al orgullo a pertenecer a la generación que está cambiando la Argentina para siempre.
Y los invito a todos, a los que piensan distinto, a que por un minuto abran su mente y su corazón y piensen que todo lo que les estamos proponiendo en absoluta buena fe puede funcionar. Está funcionando y los necesitamos a todos.
Porque nuestros verdaderos enemigos son la resignación, la indiferencia. Y necesitamos de todos, unidos, porque siempre les digo, los argentinos unidos somos imparables. Para derrotarlos con coraje, con entusiasmo, con fuerza y así dar lugar a esta Argentina que tanto soñamos y nos merecemos.
Con esta idea en la cabeza y con este sentimiento en mi corazón, dejo formalmente inauguradas las sesiones ordinarias de este Honorable Congreso de la Nación.