El presidente Mauricio Macri en una reunión de gabinete ampliado en el CCK

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PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI DURANTE LA REUNIÓN DE GABINETE AMPLIADO, EN EL CCK

La verdad que, primero, quería transmitirles, interpretando lo que han vivido todos ustedes, que fue un año distinto a todos los que viví en mi vida y pienso que a todos les debe haber pasado lo mismo, y que viendo y escuchando a Marcos, a Gustavo y a Mario, sentía que es el último Gabinete Ampliado del año, o sea ya pasó un año, y a la vez recorriendo me parece que fueron como 10, no sé es una extraña sensación, que fue rápido, pero la intensidad me hace sentir que fue como una vida dentro de mi vida. Y que claramente no es lo mismo ser Presidente, que Jefe de Gobierno, presidente de Boca o empresario, y creo que para todos ustedes, que fue su primera experiencia en el Gobierno Nacional – seguramente – tampoco fue ni parecido a lo anterior.

Yo tengo una – lo decía en Chamadmalal – única versión: lo que digo públicamente y lo que digo en este ámbito en este ámbito nuestro propio, que tiene que ver con lo que yo siempre sentí en mi vida, que trato de transmitirles, que es la autenticidad, que tanto énfasis hizo Marcos. Y ese 8 que puse lo puse a conciencia y nunca había puesto nota en mi vida, y siempre cuando me llevaron a ese lugar y no quise, pero esta vez sí quise, porque hay mucho esfuerzo, mucha entrega, mucho amor puesto, por parte de todos nosotros.

Porque no nos equivoquemos esta es una tarea que tiene que ver con el amor por nuestro país; con el amor por nuestra familia; con el amor por nosotros mismos; con el amor por nuestro futuro; por el amor a nuestros sueños y a no resignarnos. Realmente es todo lo contrario a la resignación y el miedo, el amor. Por eso dije: “es ocho” porque el punto de partida era mucho peor de lo que claramente nos tuvimos que disociar para emprender esta tarea.

Porque me hace acordar una comida, que tuve con los que hacen el programa de: “Buenos muchachos”, con Nacho, el Coco y entonces ellos me invitaron a comer con ellos – este año me parecen diez, pero ya habrán sido dos años – y yo ya estaba en campaña y estaba justo la elección de River, o un poco más, habrá sido un poquito más de tiempo, tres años o cuatro. Y yo dije, entonces: “qué loco que alguien quiera – se empezaba a discutir si D’Onofrio, Castelli, no sé si era Pasarella- yo le dije una pavada: ”que loco que alguien quiera ser presidente de River, que quiere tener 300 millones de deudas, montones de empleados que no laburan, problemas de seguridad, de barras, de drogas” y los chicos me escucharon y cuando fuimos para el ascensor, creo que fue “Coco” Basile, quien me dijo: “che, Mauricio no pensás que la Argentina está más jodida que River”. Y bajé el ascensor pensando que la verdad que yo estaba medio loco, porque veía ahí lo que no veía en la Argentina, pero creo que de eso se trata, animarse a soñar, animarse a pensar, con la responsabilidad de que uno puede cambiar las cosas, con esa ilusión, con esa cosa, que muchas veces nos acusan… me acusan desde el primer día que me metí en lo público, justamente en Boca, que dije: “un campeonato por año” y era imposible. Y decían: “este tipo está loco”. Y cuando terminamos ganando un campeonato, por año, los hinchas de River, votaron a dos manos para que no vuelva más a Boca y acá estamos.

Lo mismo pasó en la Ciudad y está pasando acá, que hay mucha cosa de no querer creer, que también tiene que ver con el miedo, porque muchas veces – lo que Gustavo marcaba – es que sentimos como… por qué no ven que hay un camino nuevo, que hemos empezado a recorrer, puede haber gente con mala fe, pero la mayoría es porque tiene miedo a que este camino no sea verdad, miedo a ilusionarse, miedo a creerse que puede haber algo distinto después de décadas de este serrucho infame que condenó a tanta gente a la ilusión y a la desilusión y entonces creo que hay que comprenderlo desde ese lugar y ese lugar les va a ayudar para no enojarse, no tener más expectativas de las necesarias, en el reconocimiento inmediato porque este es un camino largo, no es realmente algo que tiene que ver con la magia, tiene que ver con la persistencia, tiene que ver con la coherencia. Y eso requiere de convicción, palabras largas; sino tenemos convicción no vamos a producir el cambio. Porque el cambio es una actitud que requiere, además, mucho coraje, por todo lo que vimos recién.

Entonces, yo, dado el estado de las cosas, el punto de partida, estoy convencido del 8. Y creo realmente que - cumplido este primer mandato o este primer compromiso con la gente – que es poner el mejor equipo de los últimos 50 años en la cancha, ustedes lo son, claramente lo son, pero también la tarea es mayúscula, entonces el mejor equipo tiene que ser relativo a lo que queremos lograr, no solamente comparado con el pasado, comparado con el pasado es muy fácil. Entonces sería engañarnos, la tarea que nos hemos propuesto es un gigantesco desafío. Por eso también les quiero decir, hoy, que reconociendo todo lo que han hecho, todo lo que se han esforzado, que decirles Navidad, mucho pan dulce, mucha sidra, mucha alegría, algún regalito, Año Nuevo, cuidado con los fuegos artificiales, carguémonos de afecto, pero vamos por un mucho mayor rendimiento, esta curva de aprendizaje de todos se tiene que ver en la cancha, ya no hay más tiempo para opinar, no hay más tiempo para: “bueno, vemos qué hacemos, la semana que viene nos juntamos de vuelta”.

Lo dije en Chapadmalal a todos y se lo vengo diciendo todos los días: ahora quiero decisiones y para eso hay una Jefatura de Gabinete, que ya no va a estar más para darles una opinión, va a estar para coordinar y exigirles el cumplimiento de los 100 puntos. Después todo lo más que quieran hacer están en sus planes, yo los he visto, hemos tenido reuniones de control de gestión mensuales, las hemos repasado. Pero yo ya no voy más a reuniones para que me cuenten algo lindo, voy a ver cómo avanza y si cumplen los objetivos centrales, en tiempo y forma, porque eso encadena montón de otras cosas, que si cumplimos esto seguro van a cumplirse más fácil las otras. Entonces, yo creo en la coordinación, creo en el trabajo en equipo y por eso creo en la Jefatura de Gabinete. Entonces, Marcos, Mario y Gustavo son mis ojos, es mi inteligencia, soy yo. Entonces donde ellos marcan, donde ellos piden, donde ellos exigen estoy yo, representando el compromiso que asumí con toda esa gente, que me abrió sus puertas, que me abrió su corazón, que es mucho más importante, a la cual no le voy a fallar. Entonces, ustedes, no me pueden fallar. Y hay un concepto muy importante, que lo hablamos, en Chapadmalal, que acá estamos para participar, no para figurar. Entonces, no quiero más gente preocupada por: “reconoce lo que yo hago o no lo reconoce”; “¿el de al lado me está robando lo que yo estoy haciendo?” No, no… no podemos ser tan pequeños. Y justamente, lo dije el otro día: “la Argentina ha generado una cultura del impostor”, pero el impostor siempre queda en evidencia; tarde o temprano sale a la luz. No se puede engañar, como dice ese refrán: “a mucha gente, mucho tiempo”.

Entonces, ustedes confíen en ustedes mismos; porque les estamos pidiendo a todos los argentinos, que confíen en ellos mismos. Entonces, tienen que dar el ejemplo: no se preocupen por si su Ministro, si el Presidente, si el jefe de Gabinete ven lo que están haciendo. Siempre, a la larga se ve. Y esto no es un camino corto; no son los tres minutos de descuento de un partido -sin hacer mención del domingo ¿no?- (RISAS y APLAUSOS) Ni son los últimos veinte minutos de un partido: este es un campeonato, donde tenemos que jugar muchas fechas, muchas fechas todos los días.

Y alguna cosa más quería compartir con ustedes: sin duda, lo mágico de esto que está pasando en la Argentina, es la evolución, la maduración de los argentinos. Nosotros tan sólo somos una expresión de ellos. Ellos han entendido la necesidad de un cambio, y nos han empoderado en esa línea; ellos han entendido que esta vez - si esto va a ser de verdad - requiere del esfuerzo de cada uno de ellos. Pero, como también lo dijo Marcos, y lo repitieron Mario y Gustavo: el empoderamiento es para que exista un cambio. Y este año, en esta convivencia inicial, ha habido muchos cambios y muchos parches; y nosotros necesitamos ahora acentuar los cambios.

Y esto, es como remeros: si hay uno que no rema en el mismo ritmo, le complica la vida a los otros. Entonces, si hay un Ministerio que duda, que se asusta, que frena, complica el avance del otro; porque si avanzamos parejos, si no hay fisuras en la línea, el cambio de uno se transforma en una ola, porque todos lo acompañan.

Entonces, creo que es muy importante que entendamos que no vinimos acá para poner lo que estamos poniendo, no vinimos acá para dejar lo que estamos dejando para que pase de otro setenta y cinco por ciento del tiempo, y hayamos dicho: “Uy, mirá, al final no me animé, al final me dejé entornar, me dejé enloquecer” porque hay un sistema de poder que busca, en una proporción más alta que la gente, que el cambio no se genere. Porque tienen miedo a perder su poder; tienen miedo a perder sus privilegios.

Entonces, la mayoría de la gente quiere un cambio; no la mayoría de la dirigencia. Esto es una cosa que tenemos que tener bien claro. Y de vuelta, por lo mismo: porque no se tienen fe. Nosotros nos damos cuenta de que ellos son más inteligentes y más capaces de lo que ellos mismos se asumen, de ser parte de una Argentina distinta.

Entonces, tenemos que machacar, tenemos que demostrar nuestra convicción, demostrarles que no hay otro camino que sumarse al cambio. Y demostrar que no les tenemos miedo, por más que agredan, por más que quieran ponernos palos en la rueda. ¿Por qué? Porque estamos seguros de lo que estamos haciendo, y estamos seguros de que los argentinos quieren ese cambio.

Por eso, también es tan importante, tan importante, que no subestimen la importancia de esta cultura distinta en la forma de hacer política, que estamos emprendiendo, que es rupturista; es rupturista para muchos, y para muchos dentro de Cambiemos, que viene haciendo política hace mucho tiempo. Pero yo valoro mucho cuando veo que ellos dicen: “bueno, por ahí estos locos tienen razón, y el mundo cambió”. Y la gente necesita que nos comuniquemos de otra manera, que realmente les hagamos sentir que sabemos que están ahí, que trabajamos para ellos, porque la distancia del poder es muy grande, es muy grande.

Entonces, este esfuerzo de ir y tocar timbre no es un esfuerzo; es una necesidad. Y más que de ellos –como decía Marcos-, nuestra. Ustedes no saben lo que se pierden aquellos que no lo han hecho todavía: ver que la gente está ahí, cómo la gente desde el sentido común, te dice: “Ese es el camino, trabajá, no te detengas tanto en la octava línea de un sitio de internet, que dijo tal cosa, porque estás perdiendo tiempo vital para garantizar el futuro de mis hijos”.

Entonces, termino diciéndoles que hemos hecho algo que nadie creía que íbamos a hacer: proponerles a los argentinos un norte, un futuro, un conjunto de ideas, que reflotó la esperanza en el país, como no existía hace mucho tiempo. Y una esperanza construida sobre el valor más importante, que es la verdad; no le mentimos en nada, le dijimos exactamente todo lo que está sufriendo, y lo que está sufriendo el país.

Lo que necesitamos todos es entender que en el 2017 necesitamos más de lo que hemos puesto, y sobre todo, más coraje a la hora de emprender los cambios.

Gracias, Feliz Navidad y Feliz Año a todos.