PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN LA CLAUSURA DE LA 22°CONFERENCIA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA (UIA), PARQUE NORTE, CABA
Buenas tardes a todos, gracias por invitarme, nuevamente, a hacer este cierre; gracias a Adrián, por haber citado a mi querido y segundo padre, que fue Jorge; recuerdo venir y estar de ese lado y ver cómo se le transformaba la cara a Domingo Cavallo, con los discursos de mi tío, que no le caían tan bien, en esa época. Pero, como vos dijiste, tienen mucha vigencia las palabras que dijo Jorge, hace 22 años, como nos pasa en muchos campos de la vida cotidiana.
Pero por algo, hoy, hace un año, los argentinos elegimos un cambio, un cambio – yo digo – de valores, un cambio cultural, un cambio que comenzó y que llevará años, pero que inspiró a la mayoría de los argentinos a creer, que eso es lo que les pedí yo, cuando vine acá, hace poco menos de un año. Y realmente parece ayer y a las vez parece que pasaron 10 años, no por como algunos dicen, por lo que envejecí, porque estoy en mi mejor momento, especialmente futbolístico, sino por la cantidad de cosas impensadas, que sucedieron en la Argentina y en el mundo. Pero ese día yo les dije que estaba aquí parado porque creía en los argentinos, y les quiero volver a insistir que creo profundamente en la capacidad de emprender, de hacer y de desarrollar que tienen ustedes. Y necesito que ustedes crean que son capaces, que realmente los desafíos que nos plantea el mundo son posibles. Y les dije, también, que el punto de partida iba a ser difícil, me quedé corto, la situación del país era infinitamente peor de la que imaginábamos.
Encontramos un país quebrado, un país no sólo en default, sino sin energía, con un déficits fiscal enorme, con una presión tributaria de las más altas de la región, con deudas por todos lados. Pero frente a eso, tuvimos un gran primer éxito, que es que evitamos la quinta crisis terminal, en menos de 50 años, y no fue sólo porque el gobierno tomó decisiones con coraje y velocidad, sino diría que lo más importante fue que los argentinos decidimos no perder tiempo en buscar culpables y canalizar el enojo y la bronca en empezar a construir soluciones. Y ahí – yo diría – que lo que también entendimos es que esta nueva etapa y como herramienta fundamental en este cambio cultural – como vos dijiste Adrián – el camino es el diálogo, el camino es trabajar juntos, el camino es tolerar, es pensar que siempre hay alguien que te puede hacer un aporte y todo eso en un contexto de decirnos la verdad.
Y fue una apuesta fuerte, pero es una apuesta que tiene que ver con mi historia, porque leía hace muchos años, que las fortalezas de las personas se miden en cuán capaces son de tolerar la verdad. Y yo creo realmente en las fortalezas de los argentinos. Por eso elegimos este camino y terminamos con el “apagón estadístico”, y – lamentablemente – surgió la realidad: más del 32 por ciento de los argentinos en la pobreza… 32 por ciento y ahí dijimos que íbamos a canalizar la bronca, la vergüenza en trabajar juntos para ir reduciendo este flagelo. Y es por lo cual - yo ya he dicho - espero que evalúen mi gobierno.
Y eso se logra – como también dijo el presidente de la Unión Industrial – generando empleo de calidad, pero también volviendo a poner al Estado al servicio de la gente; no al servicio de la política, de la pequeñez, de la trampa, dándole a la gente cloacas, agua corriente, acceso a la seguridad, a la educación pública de calidad, a la salud, incorporando la tecnología.
Y hay tantas cosas para hacer: la semana pasada, estuve hablando con Ignacio, en Tilcara, un lugar maravilloso de este país, que espero todos conozcan, ahí en la Quebrada de Humahuaca. Y hablamos por sistema, una aplicación que instalamos con el ministerio de Modernización, el ministerio de Salud, en el Hospital “Garrahan”, de Telesalud. Y él tenía que venir, hace ya varios meses, más de cuatro veces por años, porque está en vísperas de un trasplante. Se imaginan lo que era para Ignacio dejar su colegio, él tiene doce años, la mamá que lo tenía que acompañar, dejando su puesto en la feria, el costo, el viaje, las estadías, la perdida de trabajo, la perdida de colegio. Y ahora él – teniendo este sistema, que instalamos hace unas semana - va a hacer sus consultas sin moverse de Tilcara y ya conectamos toda la Quebrada y lo mejor es, que a fin del año que viene, vamos a tener conectados la mitad de los efectores que atienden Pediatría, y a fines del 2018, el cien por cien.
Es este trabajo conjunto de Modernización, Arsat, Salud y eso no sólo le va a hacer sentir a muchos argentinos, que están cerca de su Estado, que ellos existen, que nos preocupan, sino que también va a servir para capacitar a los médicos, que van a estar en contacto con lo mejor que tengamos en la Argentina y hay cosas que suceden con más frecuencia de enfermedades en el Norte, que también va a servir para capacitar a los que están - en este caso - en el “Garrahan”, en la Ciudad de Buenos Aires. De esas cosas estamos haciendo muchas todos los días. ¿Por qué? Porque hay gente capaz en este país, hay gente que se ha comprometido, que quiere realmente cambiar la historia.
Pero también – como describiste – este año fue un año duro para la industria y duro para muchos argentinos. Por eso, llevamos a cabo una propuesta que amplío la ayuda social a los niveles más altos de nuestra historia. El nuevo presupuesto público - que está en vías de aprobarse,- tiene el gasto social más grande de la historia de la Argentina. ¿Y por qué? Porque queremos que todos podamos cruzar ese puente entre la Argentina de hoy y la que vamos a hacer, queremos que no queden argentinos rezagados. Y ese es el camino que hemos elegido: el de trabajar juntos.
Lo bueno es que en el 2017 vamos a crecer, claramente vamos a crecer porque hemos echado las bases, en base a estos nuevos valores y a políticas claras. Pero el desafío no es ese, el desafío es crecer 10, 20, 30 años en forma consecutiva, constante, pareja. Porque eso nos va a llevar – como dijiste – al desarrollo, eso va a sacar a los argentinos de la pobreza y para eso tenemos que encarar los desafíos estructurales claramente, poniéndolos sobre la mesa, diciéndonos la verdad.
Por eso es tan importante – y me alegro que apostemos todos- a esta Mesa de Diálogo para el Trabajo y la Producción, para que todos juntos, y después sector por sector, entendamos de qué manera podemos mejorar con un eje fundamental, que es la productividad o la competitividad, que la hemos perdido – como dijo Adrián – pero claramente la vamos a ganar, por lo mismo que dije antes, porque tenemos con qué. Y en esa mesa, el primero que tiene que dar el ejemplo, el primero que tiene que poner el esfuerzo, es el Gobierno, es el Estado. Primero, reduciendo el déficit fiscal, que afecta a todo lo que hacemos.
Y ahí donde yo digo está claro que endeudarse permanentemente para sostener un déficit fiscal es muy malo, como también es la inflación, es espantosa, es horrible y condena siempre primero a los que menos tienen, desde el ciudadano a la pyme. Pero también hay que decir, aparte de ese diagnóstico que ya todos hemos entendido, qué vamos a recortar.
Esa es la discusión que comienza en el 2017. Porque necesitamos fortaleza interior, necesitamos no estar sujetos a los cambios que sucedan en el mundo que, por cierto, suceden y también nos sorprenden sistemáticamente. Y la única manera es estar equilibrados y hoy no estamos.
Esto que describí, que fue el punto de partida, resume un tremendo desequilibrio. Pero estoy seguro que en esta maduración, tenemos que todos juntos sentarnos a debatir con sinceridad y ver cómo vamos corrigiendo esos desvíos.
Porque eso afecta el otro tema, que también se mencionó, el costo del capital, que hayamos mejorado muchísimo en términos de financiamiento internacional. Pero estamos bajando la tasa localmente, pero tenemos que bajarla más y sé que hay muchos que querrían que baje más rápido, pero está ligado a lo anterior.
Como también desde el Gobierno tenemos que trabajar y lo estamos haciendo, para reducir el costo de la logística, sobre todo porque condena a aquellos que están más lejos de los puertos. Y para garantizar la provisión de energía y no que en cada pico, la que sufre sea la industria.
Como también tenemos que trabajar para ir reduciendo los impuestos, porque con este nivel de impuestos se hace difícil crecer.
Son todas las cosas a las que nos tenemos que comprometer como Gobierno. Y también le agregaría algo que necesitamos una interacción y que el ministro Cabrera y todo el Gobierno lo tienen como obsesión que es la simplificación. Hemos creado tantas reglas absurdas, tanto caldo para la corrupción que tenemos que eliminar y eliminar trámites y trabas.
Y quién mejor que ustedes que las sufren para decirnos y señalarnos y lo trataremos de hacer lo más rápido posible como lo hemos venido haciéndolo durante este año.
Y lo último que tenemos que hacer como Gobierno y, tal vez, lo más delicado que se reflejaba en las palabras de mi tío, hace 22 años, es hacer una integración al mundo inteligente, claramente. Porque yo no creo que levantando muros - como dijo en ese momento Blanco Villegas - construyamos soluciones. La solución es sabernos integrar inteligentemente, defendiendo el valor de lo que hacemos y de esa manera, vamos a sacar provecho para mejorar y garantizar ese crecimiento de varias décadas.
Y ahí es donde tenemos que de vuelta trabajar juntos. No existe que un gobierno vaya y negocie sin tener al sector privado al lado. Eso es lo que queremos. Sin regalar nada, tratando de abrir puertas, puertas para que todos podamos crecer.
Pero en esa mesa también están nuestros amigos que lideran los gremios. Y ahí también les digo a ellos: no podemos salir al mundo, no podemos aceptar los desafíos del siglo XXI, la tremenda innovación tecnológica que nos cruza y eso nos cruza aunque nos cerremos, con convenios laborales del siglo XX y algunos de la primera parte del siglo XX.
Tenemos que sentarnos a la mesa y discutir todos los convenios laborales de vuelta para defender los trabajos y crear nuevos, con coraje. Si todos queremos lo mismo, nosotros somos gente que queremos generar trabajo. Y también hay que tratar y espero que lo tratemos y que todos pongamos nuestro granito de arena para terminar de convencer a algunos que todavía dudan, empezar a corregir deformaciones, aberraciones que hemos tenido con el tema de accidentes de trabajo, con la nueva Ley de ART.
Y por último, los empresarios. Necesitamos claramente estar todos convencidos de lo que estamos haciendo, convencidos de que no hay otro camino. Y en este mundo, el que no avanza, desaparece. Y avanzar significa invertir, invertir, primero, en capacitación y, después, en tecnología. Y eso es lo que necesitamos todos. Por eso los puntos que incluye la responsabilidad del Estado de bajar el costo del capital.
Y también necesitamos en este siglo XXI con algo central que es el medio ambiente, cuidarlo, generar un desarrollo que sea sostenible y ahí es muy importante la eficiencia energética, sobre todo, en los próximos años que, además de necesitar no contaminar, necesitamos consumir lo mínimo necesario porque nos va a costar unos años arreglar el zafarrancho energético que nos hicieron.
Insisto en lo que les dije al principio: todo esto se basa en que creamos en nosotros mismos, en que confiemos en nosotros mismos. El mundo nos ha abierto una oportunidad como nunca antes en nuestra historia.
Ayer, sin ir más lejos, después de casi sesenta años, nos visitó el Primer Ministro de Japón. ¿Y qué es lo que dijo? “Quiero ser socio estratégico de Argentina –dijo-, quiero ser socio estratégico de cada uno de ustedes”. Y lo mismo había dicho Canadá una semana antes y la Unión Europea y Estados Unidos y China y varios países más. Pero depende de cada uno de nosotros, no depende un gobierno, no depende de un presidente, depende de que cada persona que habita o visite este país, vea en nosotros esa tremenda potencialidad que tenemos. Pero que, además de tenerla, la estemos combinando con una experiencia de vida que nos ha llevado a entender que las cosas no suceden de un día para el otro y que los tremendos y sucesivos atajos que quisimos tomar durante todas estas últimas décadas, nos llevaron al punto de salida.
Y mientras el mundo avanzaba, la Argentina se detuvo. Y que ahora entendimos que, con nuestro esfuerzo, con la cultura del trabajo de la que venimos, es la que vamos a producir un resultado distinto. Y la Argentina va a seguir siendo centro de mucho de lo que pase en el mundo. Porque ellos ven de lo que somos capaces, ellos saben que estamos despertando.
Por eso, el año que viene van a venir para el Foro Económico Mundial en América Latina y van a venir para la reunión de la OMC y en el 2018 van a venir con el G-20. Con lo cual, futbolísticamente, diría, la pelota la tenemos en el área chica. Nosotros tenemos que meter los goles, los goles que son trabajo, que son seriedad, que son ser previsibles, ser confiables. Nunca más tentarnos con hacer trampa, nunca más tentarnos con creernos los más vivos para terminar demostrando que solamente fuimos ciegos frente a las oportunidades que teníamos.
No es el Gobierno, no es el Presidente, somos todos y la Argentina necesita, para que esto sea real, para que esto funcione, una industria, necesita muchos Américos Alladios que cuando uno visita esa planta, como tuve la suerte de visitarla, sienta que más que una empresa es una familia, que tiene la camiseta puesta, que ama lo que hace, que se sienta orgulloso de lo que hace. Y el pueblo y la fábrica son lo mismo, son una misma identidad. Necesitamos muchos, muchos emprendimientos, muchas fábricas como esa.
Espero que en este final de año carguemos baterías y nos dispongamos para despegar todos juntos hacia varias décadas de crecimiento.
Muchas gracias a todos. (APLAUSOS)