PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN EL ACTO DE RELANZAMIENTO DEL INSTITUTO NACIONAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA (INAP).
Buenos días, querido Andrés (Ibarra), equipo, amigos, integrantes del INAP. Si hay algo bueno de tener un buen equipo es que uno tiene ministros, secretarios, directores, que saben más que uno de cada tema específico, así que no voy a agregar mucho a lo que ya dijo Andrés. Pero siento que esto es un camino que no termina. Que nunca termina. No sólo porque arrancamos juntos con Andrés haciendo lo mismo en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y aquí hay varios que vienen desde ahí con esta tarea de lograr modernizar, acercar, transparentar la acción del Estado a través de una mejora en la calidad de los recursos humanos. Porque, más allá de todas las tecnologías, todas las plataformas digitales que hoy se nos plantean, que hoy nos desafían, al final del día necesitamos que la parte central de todo lo que pasa en este mundo, que somos nosotros, las personas, que adquiramos esas capacidades. Por lo cual, primero, felicitaciones por este relanzamiento del INAP, que nos pone en marcha en este Siglo XXI que nos desafía e, insisto, nos pone en marcha.
Eso nunca se puede detener, porque el desafío es constante.
Enfrentamos un mundo que todos los días mejora, entonces en este tema no es cuestión de decir “logré el Expediente Electrónico, ya está, nos vamos todos a dormir”. No. Hay que seguir evolucionando para tener más cercanía, más velocidad, más trabajo en equipo entre el sector público y el sector privado.
Porque si hay un compromiso central de mi gobierno, como lo dijo Andrés, es reducir la pobreza. Y se reduce la pobreza desarrollando el país, generando trabajo en toda la Argentina, no en los centros urbanos, en todo el territorio. Y eso es imposible que se dé con un sector privado que empuje, que lidere, pero sin un sector público que acompañe, que demuestre que entiende la magnitud del desafío, que está dispuesto a trabajar en equipo, que está dispuesto a simplificar.
Porque no solo detrás del trabajo que hacemos todos los días nosotros hay una demanda de una ciudadana con un expediente, con un trámite personal, sino que también hay miles de demandas de empresas que necesitan el acompañamiento del Estado, de la facilitación para que puedan desarrollar sus actividades. Y ese es el enorme desafío por delante que tenemos. Con lo cual, entendiendo la magnitud de esta tarea, de que pongamos estas herramientas en la cancha, y que lo hagamos en forma federal, como lo hicimos con el Compromiso Federal por la Modernización… Porque no alcanza con modernizar el Estado Nacional.
Esta modernización, esta mejora en la calidad, en las capacidades, tiene que llegar a cada provincia y a cada municipio, a cada organismo descentralizado. Porque todos participan en la realidad del día a día de la gente.
Por eso, esta plataforma virtual es algo maravilloso, porque sin moverse de su casa se van a poder capacitar, van a poder adquirir más herramientas, insisto, para este mundo en el que no sabemos dónde terminan los desafíos, pero sabemos que con un tercio de la población debajo de la línea de pobreza, con niveles de ocupación y subocupación como los que tiene la Argentina, necesitamos dinamismo.
También esto tiene que ver con qué es lo que vale la pena en la vida, ¿no? Porque no hay nada que te conecte más con la juventud, con sentir que existís, con sentir que tu vida está en pleno desarrollo, que estudiar, que volver a aprender. Eso te rejuvenece.
Una experiencia, de las más lindas que he tenido en política, fue cuando visité los centros de jubilados y encontré a abuelos de más de 80 años aprendiendo Tai Chi, aprendiendo informática, y nunca habían abierto una computadora… Después tuvimos algunos problemas porque tuvimos que cancelar algunas cuentas porno porque batían récords de pornografía… Los abuelos, si, estaban tremendos… Es verdad, es verdad, esto es científico, pasó en el Hogar San Martín. Estaban como locos.
Pero la realidad es que educarse es renovarse. Y tengo que transmitirles también a nuestros empleados públicos que el renovarse, el capacitarse, es rejuvenecer, es adquirir, tal vez, conocimientos y lograr un dinamismo entre el sector público y el sector privado.
Estamos seguros, y viendo lo que está pasando en Santa Cruz y en tantos otros lugares, que tenemos que alejar la figura del Estado de que parezca un aguantadero de la política. El Estado es un lugar que tiene que convocar a partir del concurso público, donde el prestigio, la capacitación, el esfuerzo diario tiene que representar el trabajo que hace cada una de esas personas. Y no que el decir “soy empleado público” esté ligado a algo que lo descalifica, que le resta dignidad. Y este tipo de instrumentos es el que nos lleva en la dirección correcta, en la que cada empleado público se sienta orgulloso de la tarea que hace, y sepa que su trabajo es indispensable para lograr esa Argentina que todos soñamos. Hoy estamos haciendo lo que había que hacer todos juntos, que es apostar al respeto, a la capacitación y al trabajo en equipo. Felicitaciones y adelante, porque esto recién, recién, comienza. Gracias.