Buenos días a todos.
Ministros; gobernadores; instituciones religiosas aquí representadas; organizaciones sociales; diputados; senadores; Intendente de Vicente López, gracias por recibirnos; me olvidaba, ex Presidente más exitoso de la historia, Federico Pinedo, aquí presente también.
Yo quiero felicitar primero a la Ministra de Seguridad por su presentación que expresa un trabajo coherente, serio, realizado en conjunto a partir de experiencias en la región, en el resto del mundo y en nuestro país.
Pero también quiero, como el Presidente de la Corte, destacar lo que para mí es más importante, que es que estemos todos aquí hoy reunidos comprometiéndonos con una idea, esto es lo que verdaderamente genera esperanza, genera ilusión en todos aquellos que nos están viendo desde sus hogares.La misma esperanza e ilusión que ya generó que lo hayamos hecho en el compromiso de la mejora de la calidad de la educación pública, que tiene tanto que ver con esto cuando hablamos de prevención. Y como espero que lo hagamos con un elemento fundamental para la Argentina del futuro, que es la energía, o como es la generación de empleo, y en cada tema que podamos unirnos en este compromiso.
Pero hoy estamos reunidos por algo que nos duele, que nos preocupa, que nos ha degradado, que es el avance del narcotráfico en nuestro país, y lamentablemente en los últimos años ha avanzado mucho frente a la negación del problema por parte del Estado, el de no ponerlo sobre la mesa para entender qué es lo que nos estaba pasando y cómo resolverlo. Y queda claro, con todo lo que ha sucedido, que esto no es un problema que tiene con la droga aquel que la consume, lo tenemos todos porque la droga, como se verificó en nuestro país una vez más, genera un aumento exponencial del nivel de violencia en la sociedad.
La droga ataca el núcleo más importante que tenemos en este país, que es la familia, porque va captando a nuestros chicos que terminan asesinando sin darse cuenta de lo que están haciendo, y en la mayoría de los casos esa violencia empieza por sus propios hogares.
La droga ya no es un problema de una región, de una ciudad, se ha extendido por todo el país y nos está afectando, insisto, en nuestras raíces, porque la droga corrompe a las personas y a las instituciones, y eso nos degrada, eso nos separa, eso nos paraliza, como decía Gabriela, y si nos paralizamos no podemos cumplir con nuestro principal objetivo, que es desarrollarnos para reducir la pobreza, porque eso es lo que genera el avance de estas mafias, que se relacionan con otras y se defienden entre ellas. Más pobreza, menos futuro.
Por eso hoy estoy feliz de que estemos comprometiéndonos y de que este compromiso no va a quedar en una foto, porque se inició hace tres años cuando fuimos a firmar con el Monseñor Lozano un compromiso entre varios de los que estábamos en la carrera política, y ahí dijimos: “nos preocupa y nos queremos ocupar”.Y esto es fruto de eso.
Esto que estamos asumiendo hoy es fruto de haber empezado a generar unas mínimas confianzas que tienen que seguir creciendo todos los días, porque hoy por primera vez tenemos un Ministerio de Seguridad que es realmente federal, que dejó de ser un Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.Ya hemos tenido tres reuniones del Consejo de Seguridad Interior, y vamos rumbo a la cuarta en unos días en Córdoba, donde se tratan todos estos temas, donde se comparte lo que tenemos. Por eso estamos recorriendo el país generando cursos de capacitación, de formación, de todo lo que sabemos, de todo lo que nos brinda el mundo y la región.
Necesitamos programas de acción temprana, de prevención, y ahí es donde van los Programas de la Niñez, los Centros de Primera Infancia, la mejora de la calidad de la educación pública y ampliar los jardines de infantes en todo el país, que estamos comprometidos a construir.
Ahí es donde tenemos que ganar esta guerra, pero también tenemos que trabajar en la inclusión: la inclusión social, la inclusión laboral. Son todos campos en los cuales tenemos mucho por hacer; y no lo vamos a hacer de un día para el otro. Pero lo importante es que hemos comenzado, sí señor; ya hemos comenzado a recorrer el camino correcto. Y eso va a generar, insisto, una esperanza distinta, una ilusión distinta, un compromiso distinto por parte de cada ciudadano y de cada una de las instituciones que hoy nos están acompañando, creyendo que acá existe un verdadero compromiso.
Hay una sociedad que está madurando; los argentinos estamos creciendo y eso es lo que espero poder transmitir, representándolos a todos ustedes en unas horas, cuando parta hacia China, a reunirme con mis pares. Y ahí les voy a decir que los argentinos entendimos, aprendimos, sabemos que nuestro futuro depende de nosotros mismos, de nuestra capacidad de trabajar juntos, de esforzarnos cada uno desde su lugar. Que no iremos más a esas reuniones a decirles qué deben hacer ellos, sino, con humildad, a decirles que también queremos trabajar junto a ellos; porque este tipo de temáticas -como el cambio climático, el terrorismo, la pobreza- son flagelos que afectan al mundo entero. Y que también abrimos nuestros brazos para que ellos vengan a trabajar con nosotros en este maravilloso país, a ayudarnos a crecer; y que estas relaciones sean de mutuo beneficio, como tienen que ser.
Te reuniste, Patricia, con Mariano Oberlín, un cura, como tantos otros argentinos, que lucha contra este flagelo todos los días. Y él me dijo, desde ese barrio tan jaqueado por la droga en Córdoba, que no alcanza una sola acción, cuando uno lucha contra una desgracia como es el avance de la droga en tu sociedad. Y es verdad: no alcanza con una sola acción, por eso nos estamos comprometiendo en todos los campos.Pero tampoco alcanza con una sola persona.
Por eso, termino como empecé, felicitando y felicitándonos por estar todos aquí reunidos, entendiendo que tenemos un gran futuro por delante, pero que sólo lo vamos a conquistar, sólo lo vamos a realizar, si trabajamos juntos, como nos estamos comprometiendo hoy.
Muchas gracias a todos por su presencia.