Y acá verán recuerdos de todos nuestros Presidentes; con seriedad, con ecuanimidad, respetando la diversidad uno encontrará relatos o partes de lo que fue nuestra rica historia. Y hoy estamos con ese propósito homenajeando a un hombre excepcional, un hombre que nos hizo lamentar mucho, a través de la historia, la derrota democrática que significó su derrocamiento. Eso llevó y contribuyó al mayor atraso, al retraso del desarrollo de nuestro país.
Y también en este momento – como se mencionó – viendo espectáculos tan bochornosos es que hoy más que nunca queremos reafirmar los valores que representó Don Arturo. Él demostró que se podía gobernar con honestidad, con transparencia, con decencia y con patriotismo. Y por eso el mejor homenaje que le podemos hacer es que toda nuestra dirigencia tenga claro que este principio es un principio rector, porque lo contrario de honestidad es deshonestidad y la deshonestidad claramente ha sido el motor que ha generado la pobreza, la exclusión y la violencia.
Por eso es tan importante que no sólo los dirigentes políticos, también la Justicia, los dirigentes del fútbol, las organizaciones sociales, todos, entendamos de una vez por todas que este maravilloso país, lleno de potencialidades se van realizar y vamos a recorrer ese camino entre lo que somos y lo que podemos y debemos ser si apostamos a la institucionalidad, al respeto de las leyes.
Y hoy tenemos herramientas, que Don Arturo no tuvo; hoy tenemos el enorme aporte de la tecnología; hoy ya hemos probado que se puede gobernar mejor dentro de un gobierno abierto con acceso a la información, con sistema de compra abiertos y de esa manera que cada argentino pueda saber qué hace el funcionario público con sus recursos y no sólo controlar, sino también hacer sus aportes. Entonces creo que hoy tenemos todas las herramientas, no hay más excusas. Pero ese día, en 1966, también hubo otros protagonistas, que tuvieron coraje, que no les importó tirar su carrera por la ventana porque creían de verdad en estos valores, en los cuales estamos hoy reivindicándonos.
Y por eso a ese Teniente, de 24 años, Aliberto Rodrigánez Ricchieri, hoy Coronel, le pedimos todos que pase, por favor, para que le podamos entregar la Orden de Mérito Militar, en Grado de Gran Cruz. Y aunque ya no estén entre nosotros, también queremos entregar la Cruz Púrpura al General de División, Carlos Augusto Caro y al General de Brigada Eduardo Castro Sánchez, que renunciaron a las Fuerzas Armadas en repudio al derrocamiento. Que, por favor, sus familiares nos acompañen.
Qué lindo es compartir la emoción de los familiares de estos generales a los que no les importó renunciar, porque su compromiso era con la Patria. Y de eso se trata el momento en que vivimos, todas las cosas que estamos repudiando, todas las cosas que nos enojan, todas las experiencias que hemos tenido, es el momento de capitalizarlas, es el momento de con ellas construir todo lo que queremos, todo lo que nos merecemos, nuestro país es un país maravilloso, lleno de posibilidades. Esta mañana en Pergamino inauguré una nueva planta, con tecnología, con gente desarrollando, creando futuro. Y esto está comenzando a pasar en todo el país.
Pero todo eso necesita de un compromiso con las instituciones, un compromiso con la ética, un compromiso con la información, un compromiso con la verdad, con claramente recuperar el valor de la palabra, que genera un ambiente de confianza, que es lo que va a permitir que nuestro país se desarrolle y logremos que todos los argentinos tengan oportunidades, y dejemos atrás, con algunos años de trabajo, los problemas de pobreza, violencia y exclusión que tenemos.
Gracias a todos por acompañarnos, y que realmente el espíritu de Don Arturo nos inspire a todos a construir esa Argentina que soñamos. Gracias.