Palabras del presidente Mauricio Macri en el acto de anuncio de modificaciones al régimen de Impuesto a las Ganancias

Buenos días a todos. Una enorme alegría estar acá en esta mañana junto al maravilloso equipo que me acompaña y a un grupo de los dirigentes más importantes de nuestro país, me refiero a los queridos gobernadores, a los queridos líderes sindicales, diputados, senadores, amigos del empresariado. 

La alegría es porque estamos acá para anunciar algo que tiene que ver con un ya viejo reclamo de los argentinos, de los trabajadores; me refiero a algo que tiene que ver y que cruza también algo que está en la agenda de estas últimas semanas, que son los efectos que ha tenido la perversa inflación en nuestra comunidad, y lo que ha afectado en este caso al Impuesto a las Ganancias.

Todos sabemos que estamos comprometidos en reducir la inflación a la mayor velocidad posible, porque afecta seriamente nuestra capacidad de crecimiento, y afecta el poder adquisitivo de nuestra gente. Lo hemos hablado en muchas reuniones que hemos tenido con ustedes, amigos sindicalistas, en los últimos días, y también con los queridos gobernadores. Pero en ese camino también hubo un reclamo durante estos años acerca de por qué se pagaba Impuesto a las Ganancias por parte de trabajadores que históricamente no lo hacían, y era porque además de un gobierno que se administró mal, robándoles con el Impuesto a las Ganancias a través de los precios, lo hacía cobrándoles impuestos, no ajustando el mínimo no imponible.

Por eso hoy recuerdo una carta que me mandó hace un par de años Cristina - una doctora neonatóloga, para que no se confundan- diciéndome que con mucho esfuerzo había logrado recibirse de médica y trabajaba en un hospital municipal en Mendoza, y que el Impuesto a las Ganancias, más la inflación, le hacían imposible llegar a fin de mes. Y este reclamo lo viví recorriendo el país sistemáticamente. Me acuerdo de Claudia y Eduardo en Ayacucho, que me recibieron en su casa, y me decían que trabajaban incansablemente y no podían tener la tranquilidad de poder asistir en la niñez a su hijito Andrés y darle todo lo que necesitaba en función de su crecimiento.

Por eso hoy acá siento que estamos dando un primer paso adelante. Sabemos que es un paso en el cumplimiento de estas promesas de empezar a generar justicia, que las cosas sean como tienen que ser. Y por eso hoy, agradeciéndoles a todos, y entender que es por pasos, estamos anunciando el aumento del mínimo no imponible a 30 mil pesos, que es más de 160 por ciento de aumento.

Y quiero también compartir este esfuerzo que estamos haciendo con los amigos gobernadores, porque esto es algo, Mario, que lo pagamos entre todos, pero creemos que es estricta justicia, es pensar en que alguien que ganaba 21.300 pesos netos pasa a ganar 26.600 pesos netos a partir del 1° de marzo, y retroactivo al 1° de enero.

Lo segundo, que es también muy importante, porque no todos los trabajadores están alcanzados por el Impuesto a las Ganancias, es ocuparnos de ellos en función, de nuevo, de esta prioridad que tenemos que es la niñez, de asegurarnos que cada hijo en este país tenga acceso a la mejor estimulación, mejor crecimiento, mejor educación. Y para eso hemos tomado la decisión de ampliar y alcanzar con nuevas asignaciones familiares a 1.200.000 chicos. Y que alcancen la primera categoría más de 900.000 familias que hoy están en segunda, tercera y cuarta categoría.

Esto creemos también que nos arrima a esta preocupación de cuidar a nuestra población, de cuidar nuestro futuro, de lograr ir en dirección a pobreza cero, que es lo que queremos. Y el elemento central en el trabajo de luchar por una Argentina con pobreza cero, es ocuparnos de nuestros niños, que todos ellos realmente tengan acceso a otra parte de nuestro compromiso, que es un jardín de infantes. Recordemos que estamos comprometidos a que los 638.000 chicos que en este país aún hoy no tienen sala de tres, cuatro o cinco años, la tengan antes de los próximos cuatro años.

Eso significa construir 3.000 jardines, y por eso queremos estar ahí junto a las familias, para que cada uno de sus hijos tenga lo que necesita para poder alcanzar ese nivel de formación, de educación, que les garantice el acceso al buen trabajo.

Pero más allá de estas medidas que estamos tomando hoy, a conciencia del momento que estamos viviendo, a conciencia del pésimo nivel histórico de déficit fiscal con el cual hemos recibido la Argentina, confiamos profundamente en el aprendizaje que hemos tenido en estos años, entendiendo cuál es el camino del crecimiento.

Lo que quiero destacar hoy como algo fundamental, es que estemos todos acá reunidos, que hayamos entendido que somos un único equipo, que hayamos entendido que independientemente de qué partido político nos haya convocado, nos haya permitido estar ejerciendo nuestro cargo, hoy tenemos todos juntos que darle respuesta a los argentinos.

Yo quiero volver a insistir, amigos gobernadores, el que hayamos abierto una agenda de trabajo en conjunto, a mí me estimula, me compromete, me alegra, y siento que hemos encontrado que tenemos muchísimas más coincidencias que diferencias, porque todos queremos construir nuevas oportunidades y soluciones para los argentinos.

Igual que con los hermanos trabajadores, hemos hablado durante muchos años cuando yo estuve en la Jefatura de Gobierno -con algunos más intensamente por la realidad diaria, algunos otros desde la época empresarial- que el camino de la dignidad es el trabajo, que el camino del progreso es el trabajo, que tenemos que volver a recuperar esa cultura en nuestro país.

Volver a entender que lo que necesitamos es mucho esfuerzo, no sacrificio. Porque el esfuerzo es lo que nos dignifica, es lo que nos hace sentirnos parte de, es lo que nos da razón de ser, es lo que nos levanta la autoestima; saber que logramos las cosas a partir de lo que nosotros hacemos y no sentándonos y esperando en nuestra casa que alguien resuelva nuestros problemas, y buscando siempre a quién echarle la culpa de lo que nos pasa, culpas internas o externas, que ya nos hemos dado cuenta que no son verdad.

Nosotros somos los que vamos a decidir sobre nuestro futuro, especialmente ustedes que son los dirigentes importantes de este país. Y en la medida de la responsabilidad con que actuemos en los próximos años, veremos el fruto y el resultado de ese trabajo.

Insisto, nos tocan meses a recorrer donde tenemos que resolver problemas históricos, y tenemos que decir la verdad. Tratar de no sacar ventajas de corto plazo pensando en una elección que está a muchos años vista, en términos de lo que es la agenda perentoria de los argentinos.

Tenemos que estar unidos en entender cuál es el camino que pone a la Argentina de nuevo en la agenda del siglo XXI. El mundo nos ha abierto los brazos: ustedes ven las visitas que estamos recibiendo, y las que vamos a recibir. ¿Por qué? Porque ellos también creen en nosotros, creen en nuestra potencialidad; nos reconocen como un pueblo con talento, con capacidad, con creatividad.

Lo que nos tiene que unir ahora es la responsabilidad de saber que cada uno de estos pasos que estamos dando son para afirmarnos en el compromiso del crecimiento.
Insisto, y sé, agradeciéndoles la flexibilidad, que muchos pensaban que teníamos que dar más y hacer más, pero estas son etapas, y yo espero que en el Congreso de la Nación podamos ahondar este camino del diálogo y del debate para que vayamos en la línea de seguir corrigiendo, de seguir mejorando los instrumentos que le den transparencia y dinámica al crecimiento de nuestro país.

Muchas gracias de verdad por estar acá y espero que sigamos en el futuro tomando decisiones que le mejoren la vida a los argentinos. Gracias.