Declaraciones del presidente de la Nación, Alberto Fernández durante la visita de estado a la República Federativa de Brasil, en el marco de los 200 años de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, junto a su par, Lula da Silva, en Palacio Itamaraty
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA. – Amigos, amigas, queridos ministros y ministras, brasileños y brasileñas, queridos compañeros que acompañan al presidente Alberto Fernández. ¡Qué alegría poder celebrar esta fecha tan importante al lado de mi amigo, Alberto Fernández, su esposa, Fabiola Yáñez, y su séquito!
Y sabemos que la Orden de Río Branco y La Cruz del Sur busca hoy rendir homenaje a esta pareja representante de una nación por la cual- nosotros brasileños- respetamos y tenemos mucho afecto en esta fecha tan especial. Y este no es solo un encuentro o una cita más, pues cumplimos 200 años de relaciones diplomáticas. Las entonces Provincias Unidas del Río de La Plata fueron, en la práctica, el primer Estado en reconocer la Independencia de Brasil. El 25 de junio de 1823, el líder argentino, Bernardino Rivadavia, celebró la Independencia de Brasil y acreditó un enviado oficial para tratar, personalmente, con el Emperador Pedro I. La construcción de lazos de confianza, la integración de nuestros países ha sido una tarea de generaciones.
Rindo homenaje aquí al Presidente, José Sarney, y a la memoria del Presidente, Raúl Alfonsín. Despertábamos después de una larga noche autoritaria y, al mismo tiempo, nos enfrentábamos a una de las crisis económicas más severas de nuestra historia. Sarney y Alfonsín tuvieron entonces la visión y el valor de empujar sospechas históricas y sembrar las semillas de nuestra alianza estratégica. Juntos demostramos que es posible cooperar, incluso, en uno de los sectores más sensibles, el nuclear.
Hemos construido un patrimonio de confianza bajo la Agencia para la Cooperación y el Control de Materiales Nucleares, que hoy es un ejemplo para el mundo. Lideramos el proceso de creación del Mercosur, que unió los destinos de los países del Cono Sur y que nos sentó las bases para poner en marcha un ambicioso proyecto de integración de América del Sur. Al retomar este proyecto de integración con los demás presidentes sudamericanos, en mayo pasado, también hemos honrado la memoria de otro gran nombre de nuestra historia compartida, el querido presidente Néstor Kirchner, quien fuere el primer secretario general de UNASUR.
Querido Alberto Fernández, reafirmamos que la integración es una política de Estado y que nuestra alianza debe ser cultivada al más alto nivel.
Mi primer viaje internacional durante este presente mandato fue a Buenos Aires, y nuestras frecuentes reuniones dejan en claro la importancia que le damos a la alianza estratégica entre nuestros países. Compartimos valores esenciales en el mundo actual, estamos comprometidos con la democracia y los derechos humanos, con la erradicación del hambre y la pobreza, y con el desarrollo sostenible.
A nivel internacional, somos socios en la creación de un orden multipolar, y multilateralismo más representativo y efectivo. Defendemos el Atlántico Sur como una zona de paz y de cooperación, sin disputas de carácter geopolítico. Nuestra integración económica significa interdependencia.
La Argentina es el tercer destino de nuestras exportaciones, mientras que Brasil es el principal mercado de los productos argentinos. Nuestro intercambio comercial podría superar la cifra de 40 mil millones de dólares que hemos alcanzado en el 2011. Hemos construido una relación basada en el intercambio de bienes de alto valor agregado, y la integración productiva de nuestras economías. Nuestras inversiones reciprocas son responsables de casi 100.000 puestos de trabajo.
Necesitamos avanzar en esa dirección con mejores soluciones y nuevas creativas, que permitan una mayor integración financiera y facilite nuestros intercambios. Entre las opciones, está la adopción de una moneda de referencia específica para el comercio regional que no elimine las respectivas monedas nacionales regionales.
Hoy, adoptamos un ambicioso plan de acción para el relanzamiento de la alianza estratégica. Son casi 100 acciones que dan concreción a nuestro proyecto de desarrollo conjunto. Estoy muy complacido con las perspectivas positivas de financiación del BNDES para la exportación de productos para la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Estamos trabajando en la creación de una línea integral de financiamiento para las exportaciones brasileñas a la Argentina. No tiene sentido que Brasil pierda espacio en el mercado argentino frente a otros países porque ellos ofrecen crédito y nosotros no. Todos tienen que ganar, empresas y trabajadores brasileños, y consumidores argentinos.
Estimado Alberto Fernández, nuestras jóvenes democracias lograron a través de la lucha de activistas, militantes políticos, movimientos sociales, estudiantiles y sindicales superar un pasado de autoritarismo. Recuerdo a la querida Hebe de Bonafini, que nos dejó el pasado año, su ejemplo nos sigue inspirando para promover y proteger los derechos humanos. En vista de lo mucho, que nuestros países han logrado juntos, no tengo dudas de que los próximos años serán muy prósperos. Muchas gracias (APLAUSOS)
ALBERTO FERNÁNDEZ. – Muy bien, mis primeras palabras son de gratitud a mi querido amigo, mi entrañable amigo, el presidente de Brasil, Lula Da Silva. Yo sé que estoy en tierra amiga, Brasil y Argentina nacieron para estar indisolublemente unidas, no hay ninguna posibilidad de que otra cosa ocurra.
No hablamos el mismo idioma, pero tenemos iguales culturas, historias que compartimos y nuestros idiomas, además, cada vez se parecen más, estamos inventando el portuñol, y eso funciona.
Lula ha explicado muy bien cómo ha sido la historia de nuestro encuentro. Argentina fue el primer país – cuando no era Argentina, sino una Confederación de estados, las Provincias Unidas del Río de La Plata – en reconocer a Brasil como país soberano, como país independiente. Le recordaba a Lula, hace un ratito que, a su vez, Brasil y Bolivia fueron los dos países, que – al mismo tiempo – criticaron la intromisión inglesa, la usurpación inglesa de nuestras Islas Malvinas, con lo cual dense cuenta de cuántos años han pasado y cuántas cosas compartimos juntos.
Allá, en Argentina, un poeta al que amamos, un músico al que amamos, Atahualpa Yupanqui, suele decir que un amigo es uno mismo, con otra cara, suele decir eso. La frase es muy parecida a alguna idea que una vez sobre la amistad esbozó mi admirado Vinicius de Moraes, nuestro admirado Vinicius de Moraes, cuando dijo que la gente no hace amigos, simplemente los reconoce, porque efectivamente así pasa, uno no elige a sus amigos, se los encuentra en la vida, se los encuentra.
Nosotros los argentinos encontramos, en nuestra vida al Brasil, y los brasileros encontraron en su vida al pueblo argentino. Y yo- en lo personal – encontré en mi vida a un enorme hombre, a un entrañable amigo, que se llama Lula Da Silva, que – como diría Atahualpa – no lo busqué, simplemente se cruzó, apareció y como diría Atahualpa es Alberto con otra cara.
Por eso Lula querido, gracias por esta Condecoración, que siempre voy a guardar, porque me la diste vos, me la dio Brasil, que es un pueblo al que amo entrañablemente, y vino de manos de alguien a quien quiero y admiro, como se quiere y se admira a los amigos.
Gracias Brasil, queda mucho por trabajar, estamos trabajando mucho, estamos concretando mucho las cosas que nos pusimos como propósito, nada es fácil, porque tienen un amigo en problemas, pero cuando un amigo está en problemas ¿qué hace el que está en problemas? Pide ayuda a los amigos y los amigos siempre están.
Gracias a todos y todas por este homenaje inmerecido, pero que de verdad me reconforta mucho.
Gracias una vez más. (APLAUSOS).