Entrevista al presidente de la Nación, Alberto Fernández para el medio británico Financial Times, en el marco de la sexta edición de The Global Boardroom
PERIODISTA.- Señor Presidente, muchísimas gracias por acompañarnos, en esta emisión de Globo Boardroom, del Financial Times, quería preguntarle primero sobre el panorama político en la región; América latina tiene una nueva ola de líderes de izquierda, donde hay un panorama excepcionalmente difícil, con economías estancadas, sociedades profundamente divididas y múltiples crisis de pobreza. ¿Cómo debe esa nueva izquierda enfrentar esos retos y cómo debe evolucionar la izquierda latinoamericana para los nuevos retos del siglo XX?
PRESIDENTE.- Primero gracias a ustedes por la invitación que me han hecho de poder participar de este foro, les agradezco que me den esta oportunidad. Lo que le pasa a América Latina será un poco más difícil de lo que pasa en el mundo, pero es más o menos lo mismo que pasa en el mundo. Es cierto que tenemos gobiernos de tintes progresistas que han ganado en Argentina, en Chile, en Bolivia, en Brasil, en Colombia, en Perú; también es cierto que en todos esos escenarios hay una sociedad profundamente dividida. En cualquier país que uno mira las derechas, los sectores más conservadores han logrado más de 40 puntos de votos y eso da una pauta – como bien ha dicho usted – de sociedades divididas en dos grandes terrenos políticos. Esto que pasa, en Argentina, no es distinto a lo que pasa en el resto del mundo; uno cómo explica el triunfo de la derecha en Italia, o cómo se explica el abrazo de la derecha, en España, la presencia de la derecha, de Le Pen, en Francia; uno podría encontrar varios argumentos, como para decir: “bueno, esto no está pasando sólo en América Latina, está pasando en todo el mundo” y lo hemos visto en Estados Unidos, donde Biden hace una gran elección, pero también el republicanismo hace una elección muy importante, entonces ese escenario de división social, de división ideológica yo creo que tiene que ver básicamente con una reacción social a un momento muy trágico, muy traumático que vivió todo el mundo por los efectos de la pandemia, y hay que analizarlo con más cuidado, porque las sociedades han quedado hipersensibilizadas por los efectos de la pandemia. Ahora, este problema, tal vez, en América Latina adquiera una dimensión mayor. ¿Por qué? Porque estamos en el continente más desigual, donde la brecha entre los ricos y los pobres es más grande. Así las crisis sociales se expresan permanentemente; en el caso argentino se expresa porque, quien me presidió en el gobierno, de un modo realmente irresponsable, si me permiten el término, hipotecó la suerte de los argentinos y tenemos que lidiar con el peso de esa deuda, que además los organismos internacionales debe entender que el efecto que genera dentro de los países. Ahora, el problema de la pobreza también se difunde, y el problema de cómo están estructuradas las economías, en América Latina, también es un tema de debate.
Lo pasado, con Chile, que terminó con el triunfo de Gabriel Boric, es una reacción social a una estructura económica particularmente desigual, que generó un gran conflicto para el Presidente Piñera y para el Presidente Boric, y lo que acaba de pasar, en Colombia, con el presidente Gustavo Petro dice exactamente lo mismo, debe leerse del mismo modo. El problema, que tiene América Latina, en este sentido, es que siendo el continente más desigual del mundo y padecer lo que padece todo el mundo es mayor el padecimiento, pero tengo muchas expectativas en que podamos sobrellevarlo. Digo todo esto pero América Latina es el reservorio de lo que todos necesitan en el futuro, acá en América Latina, entre Bolivia, Chile y Argentina tenemos las dos terceras partes del litio, que existe en el mundo, que es la energía del futuro; acá, en la Patagonia argentina, o en la Patagonia chilena podemos desarrollar hidrógeno verde, que es una gran oportunidad que tenemos. La Argentina es el segundo reservorio de gas no convencional y si el gas se convierte en una energía de transición puede ser una gran oportunidad para la Argentina y si el mundo va a necesitar alimentos, y con esto termino, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay son los grandes proveedores de alimentos para el mundo. Así, a pesar de que el momento es difícil, como en todo el mundo, y que acá - usted tiene razón – se hace particularmente difícil el futuro es prometedor, que si lo sabemos aprovechar es una gran oportunidad.
PERIODISTA.- Presidente, cómo ha aprovechado esa oportunidad, Argentina que como usted bien dice tiene un gran potencial, de ser exportador de gas natural, como el yacimiento de Vaca Muerta, pero hasta ahora el desarrollo ha sido muy lento, ¿cuándo Argentina puede volverse un exportador de gas natural y explotar ese potencial?
PRESIDENTE.- Inexplicablemente, usted tiene toda la razón del mundo, la Argentina se demoró mucho en aprovechar para sí misma el gas de Vaca Muerta, nosotros ahora estamos desarrollando un gasoducto que trae el gas, de Vaca Muerta hasta la zona centro del país y con eso vamos a reducir las importaciones de gas, en dos terceras partes. Yo calculo que en un año más vamos a ser totalmente autónomos con el gas que tenemos en Vaca Muerta, no vamos a necesitar más gas licuado, gas importado; a su vez están desarrollándose en los puestos de la Patagonia y de Bahía Blanca proyectos de plantas de licuefacción del gas, de YPF en sociedad con Petronas; otras con capital privado, como en el caso de Techint y eso lo que nos va a permitir es que gran parte del gas excedente se puede licuar y se pueda vender a las zonas del mundo que lo requieran, Europa es uno de los destinos donde nos encargaremos de llegar con el gas licuado y al mismo tiempo nosotros estamos exportando gas, de Vaca Muerta, ahora, estamos terminando un contrato en firme para proveer de gas, a Chile, porque ahora sí estamos en condiciones de pasarle mucho gas, a Chile, el gas que necesite; con lo cual yo le diría que, con el cálculo que yo hago, el día 20 de junio, del año entrante, ese gasoducto le va a permitir, a la Argentina, mucha autonomía en materia energética. Yo para entonces espero haber cerrado todos los acuerdos con Gabriel Boric, para que la Argentina sea un proveedor en firme de gas para Chile. Cuando lleguemos a la frontera con Brasil con ese gasoducto, buscaremos el modo de que es mismo gas pueda cruzar la frontera argentina, llegar a Brasil y convertirse argentina en un proveedor de gas a Brasil, en un momento en que Bolivia, está experimentando una gran caída en su producción de gas, Bolivia siempre ha sido para Argentina y Brasil un gran proveedor de gas.
PERIODISTA.- ¿Y hablando del litio, señor Presidente, se ha planteado la idea de que se podría configurar una especie de la OPEP del litio, un cartel de productores para controlar el precio, para elevar el precio ¿ ha pensado en este plan?
PRESIDENTE.- Yo estoy a favor de que, primero, son un enemigo de las lógicas extractivistas de los minerales, yo quisiera que los minerales argentinos salgan con un nivel de producción que permita el desarrollo de las industrias argentinas; estoy hablando de no sacar el litio en bruto, sino en convertirlo en carbonato de litio y si es posible producir las baterías de litio para el mundo. La idea de la OPEP del litio, que alguna vez hablamos con el Presidente Arce, de Bolivia, y que yo le plantee a Gabriel Boric, no es con el propósito de extorsionar al mundo sobre el precio de litio, es básicamente con el propósito de preservar nuestros recursos, de ese sentido extractivista que muchas veces empresas mineras tienen; y en ese sentido las provincias argentinas están trabajando, como yo les he planteado, están trabajando para ver qué modo le pueden agregar valor al litio, para que salga de la Argentina cada vez con un mayor nivel de industrialización, de manufacturación, que es el objetivo que tenemos.
PERIODISTA.- ¿Entonces, eso se va a concretar, va a ser una realidad?
PRESIDENTE.- No, no lo sé, quiero serle franco, nosotros es Argentina tenemos una dificultad, que no es una dificultad, la Argentina es un país federal y los dueños del litio son las provincias de la Argentina, no es el Estado; esto es distinto a lo que pasa en Chile, que es un país unitario, o en Bolivia, donde los recursos naturales son propiedad del Estado Nacional, con lo cual es una cosa tan simple, lo que quiero es desalentar la idea, porque la hemos vivido con la OPEP, en algún momento y lo estamos viviendo en este momento, que una organización de ese tipo tenga el propósito extorsivo sobre quienes están necesitando la energía, pues el propósito es evitar el extractivismo puro y agregarle valor al mineral que tenemos.
PERIODISTA.- Y hablando de relaciones exteriores, China ha sido una fuente importante para ustedes, su gobierno ha cerrado acuerdos importantes con Xi Jinping, créditos, los chinos tienen una base espacial, en la Argentina, China proveerá de aviones cazas a la Fuerza Aérea Argentina ¿cómo quiere que se desarrolle la relación de China y Argentina y qué implica eso para Estados Unidos?
PRESIDENTE.- A mi juicio la Argentina tiene que hacer lo que más le convenga a los argentinos, simplemente eso, no es que tengamos nosotros una preferencia por China, o una preferencia por Estados Unidos, si hay algo en lo que yo no creo es el mundo bipolar, desde que se inició la Guerra Fría, entre Rusia y Estados Unidos, no quiero recrear otro mundo bipolar. Estados Unidos está muy preocupado con lo que China puede hacer en América Latina, pero China puede hacer en América Latina lo mismo que hace Estados Unidos, puede hacer exactamente lo mismo: venir, invertir, claro me van a decir: “claro, pero China tiene la capacidad financiera con el Estado detrás que permite que pueda tener alguna ventaja competitiva sobre otros casos, como puede ser el caso de los Estados Unidos. No hay ningún propósito argentino de favorecer a China en desmedro de Estados Unidos. Toda esa ilusión que se ha generado de que China está poniendo bases militares en Ushuaia, en la Tierra del Fuego para poder acceder a la Antártida, son todas fantasías, pues nada de eso va a suceder, en la Argentina no habrá bases militares ni chinas, ni americanas, ni francesas, nada de nadie, porque somos un país soberano. Yo lo que creo es que ahí hay una discusión geopolítica sobre quién prevalece en el comercio mundial. No es “qué nos pasa a nosotros”, es exactamente lo que pasa en el mundo. El tema es que a nosotros nos piden una resolución política, cuando en el resto del mundo, en el mundo central, en el hemisferio norte lo tratan como un problema de conveniencia económica. Bueno, yo también quiero tratarlo como un problema de conveniencia económica. China nos ha apoyado, en los últimos años cuando (INAUDIBLE) obras públicas mucho y financieramente mucho, pero si la ayuda viniera de Europa o de Estados Unidos, sería tan bienvenida como es bienvenida la inversión China.
PERIODISTA. – Digamos, entonces Señor presidente, que esa política de poner primero los intereses internacionales también puede implicar que si es el mejor postor China, también podría ser favorecedor de aviones militares o en materia de colaboración en términos de defensa, si le conviene a la República Argentina, o sea, no habría nada en principio contra esto.
PRESIDENTE.- El primer punto que deseo aclarar es que Argentina tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que a la compra de aviones militares hoy en día porque, finalmente, nosotros estamos en un continente muy desigual, con todos los problemas que usted antes comentó, pero es un continente donde no hay problemas de guerra, la paz es el común denominador entre nosotros. Y la búsqueda de la unión regional, como en su momento Europa construyó la unidad regional, es la búsqueda de la Argentina. Con lo cual, para nosotros hay otras prioridades antes que comprar armas, definitivamente.
PERIODISTA. – Hablando un poco del comercio regional ¿Qué cambios para la región podría implicar que regrese Lula al poder, en Brasil en enero? ¿Eso podría ser la posibilidad de ratificar, finalmente, el acuerdo Unión Europea/ Mercosur y acelerar integración regional latinoamericana? ¿Cómo lo ve?
PRESIDENTE. – Yo creo que la presencia de Lula en el Gobierno de Brasil a muchos de nosotros nos tranquiliza porque, objetivamente, Lula es un líder regional. A mí me une una amistad personal con él, y tengo un cariño entrañable por él y lo conozco hace muchos años, y me pone muy contento que sea de vuelta presidente de Brasil. Y tenemos una comunidad de ideas muy cercanas. Ni Lula ni yo estamos en contra del acuerdo con la Unión Europea. Lo que hay que tener presente es cómo es ese acuerdo, porque ese acuerdo tiene problemas y los problemas tienen que ver, básicamente con los desequilibrios del mercado, de un mercado y del otro. Nosotros podemos atribuirle a Bolsonaro culpa por la Amazonia y Europa puede decir: “nosotros frenamos el acuerdo con el Mercosur porque el agravio al Amazonas nos duele. Y en esto estoy de acuerdo con ustedes, nosotros queremos cuidar la Amazonia, queremos cuidar los bosques, las selvas, que son los grandes pulmones de este planeta, que en este momento el cambio climático está haciendo desastres. Ahora, esa no es la razón por la cual no firmamos el acuerdo, esa es una excusa si quieren. La verdad que la razón es que para Brasil y para Argentina, somos los únicos productores de automóviles en América del Sur, es un problema ese acuerdo, porque nos complica si viene la competencia europea a América Latina.
PERIODISTA. – O sea, ¿tal como está el acuerdo favorece a Europa?
PRESIDENTE. – Sí y no, porque digo, en ese punto, favorece a Europa y cuando nosotros queremos vender nuestros productos agrícolas, nuestros productos ganaderos, encontramos un montón de trabas en muchos países de Europa: en Francia, en Irlanda, en Polonia… y también se oponen a terminar con los subsidios agrícolas para favorecer el ingreso a la Argentina. Entonces, lo que tenemos que hacer es sentarnos a analizar cómo podemos llegar a un acuerdo sobre bases más realistas.
PERIODISTA. – O sea, habría que negociar un poco.
PRESIDENTE. – Creo que sí.
PERIODISTA. - ¿Y cuánto puede durar ese proceso de renegociación?
PRESIDENTE. – Y, lo que las partes quieran. Es como en el tango, ¿no? El tango se baila de a dos. Necesitamos que el otro tenga ganas de bailar el tango, sino es muy difícil.
PERIODISTA. – Claro que sí. Pensando en la economía argentina que está atravesando momentos difíciles como los ha atravesado muchas veces en las últimas décadas. Los amigos, colegas, quienes visitan el país, siempre comentan que tiene tanto potencial, que tiene tanto a favor de sí, que tiene ventajas, pero ¿Por qué no logra despegar? ¿Por qué no logra prosperar y volverse un país rico y…? (INAUDIBLE) Es una pregunta eterna en torno a la Argentina. ¿Cuál es su respuesta?
PRESIDENTE. – Ahí voy a ser muy crudo. La Argentina ha tenido, antes de mi llegada al Gobierno, cuatro años de gobierno neoliberal y fue realmente, desastroso. Cerró pequeñas y medianas empresas, tuvo casi tres años de caída del consumo, en un país en el que el PBI casi el 70% es consumo interno. Endeudó al país de un modo desproporcionado, de un modo definitivamente impagable. Si nosotros hubiéramos seguido con el proceso de industrialización que se venía dando, seguramente esta pregunta que usted hoy me hace no me la haría. Nosotros, desde que llegamos al gobierno…porque el presente económico argentino, es un presente económico raro. Tiene una inflación muy alta, eso es cierto. Nosotros multiplicamos por dos la inflación que teníamos, porque cuando llegamos, en diciembre de 2019, la inflación era del 54% esto (INAUDIBLE) Si nosotros multiplicamos por dos la inflación, en un mundo que ha multiplicado por diez la inflación. Entonces, la inflación es un gran problema porque porcentualmente es muy alta, pero mientras esto pasa, la Argentina tiene record de inversiones, desde 1993, que fue el momento que empezaron a medirse las inversiones en Argentina, record de inversiones en el primer semestre de este año. La Argentina, tiene este año record de exportaciones, ha regenerado más de un millón y medio de puestos de trabajo, la Argentina, desde que termino la pandemia en adelante, lleva 27 veces consecutivos de crecimiento del consumo. Con lo cual, todos estos datos… y las inversiones siguen llegando, las inversiones en le Litio, en el hidrógeno, las inversiones en gas, las inversiones en agro, siguen llegando a una velocidad enorme y siguen creando empleo. Estamos creando la tasa de empleo, hoy en día crece alrededor de un 0,5% mensual. Hoy tenemos la tasa más baja de desempleo de hace muchos años, alrededor de un 5 o 6 %. Entonces, todo eso pasa en una Argentina inflacionaria. Si usted se queda con la imagen de la Argentina inflacionaria, usted dice: “esta Argentina está descalabrada” Si usted se queda con la Argentina endeudada, usted dice: “esta Argentina está descalabrada”, pero también están todos estos datos que indican un crecimiento sostenido y un potencial enorme. Nosotros hemos puesto en orden la deuda, en acuerdos con el Fondo, seguimos reclamándoles cosas la Fondo, por ejemplo: Terminar con los sobrecargos. Los sobrecargos multiplican por tres la tasa del FMI. Hoy le pagamos al Fondo Monetario Internacional, que es un prestamista, una tasa más alta que la que nos cobra los mercados y en esa situación, solo para que tomen conciencia, del pago desmedido de sobrecargos, también está Ucrania.
PERIODISTA. – Pero digamos, si se está la coyuntura de los problemas actuales, los heredados del Gobierno anterior, yo digo, a lo largo de 40 años Argentina ha tenido problemas económicos recurrentes y tiene que dar un salto de alguna manera, ¿no?
PRESIDENTE. – Comparto con usted. El salto ¿sabe cuál es?: El salto es industrializar a la Argentina. Ese es el salto. Que la Argentina deje de ser un exportador de productos primarios y se convierta en un país industrial. Cuando usted revisa la historia Argentina, cuando usted ve que escuchan decir. “Miren, el peronismo llegó hace 70 años y la Argentina entró en este descalabro” Dude, le están mintiendo. La Argentina tuvo al peronismo que garantizó educación pública, garantizó salud pública, garantizó derechos a los trabajos y garantizó un crecimiento en la industrialización argentina, pero siempre fue perseguido ese peronismo por gobiernos conservadores que volvían todo eso atrás, volvían a la idea de la Argentina exportadora de productos primarios y volvíamos otra vez a foja cero, porque no es verdad que el peronismo gobernó 70 años , gobernó mucho más el conservadurismo con Golpes militares y con gobierno conservadores, es mucho más lo que gobernaron ellos.
PERIODISTA. – Ya que estamos hablando de política. El año entrante Argentina tiene las elecciones presidenciales muy importantes, ¿usted y su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner van a ser candidatos a reelección?
PRESIDENTE. – Con todos los problemas que usted me pregunta que tiene la Argentina, yo estoy pensando solo en cómo resolver esos problemas, no estoy pensando en la reelección, créame. Estoy pensando en cómo resolver esos problemas. Lo que sí tengo claro es que, la Argentina tiene una oportunidad de futuro extraordinaria y yo lo que quisiera es terminar el mandato mío, habiendo sembrado la Argentina de oportunidades para que el que me suceda, o si sigo yo, so sé, tenga la posibilidad de ver germinar ese sembrado y cosechar para todos los argentinos. Yo estoy absolutamente ensimismado en la gestión, absolutamente metido en los problemas de la gestión, tengo todos los problemas que usted me contó, y muchos más que resolver, no estoy preocupado por la política.
PERIODISTA. - ¿Usted está preocupado con el surgimiento de ese candidato de la ultra derecha, Javier Milei, la especie de Bolsonaro argentino, ¿podría llegar a ser un candidato competitivo en esas elecciones?
PRESIDENTE. – Yo creo que por la historia argentina, no. La Argentina ha tenido tiempos de padecimientos muy enormes, que terminaron con 30 mil desaparecidos y todo eso hizo la derecha. Milei representa a la extrema derecha, es lo mismo que Vox en España, es el Trampismo, y en Argentina, yo estoy seguro que va a encontrar un límite, la sociedad va a encontrar un límite. Lo que está pasando con Milei es producto de lo que pasa en todo el mundo. Es tanta la desazón que dejó la pandemia y después de la pandemia vino la guerra. La guerra no es algo que ocurre entre Rusia y Ucrania, es algo que ha trastocado la economía del mundo global. Por ahí ustedes, allá en el hemisferio norte, lo ven como un tema focalizado, pero el Sur está padeciendo mucho. Cundo la FAO dice que va a haber una hambruna que va a afectar a 300 millones de habitantes, esos 300 millones de habitantes están en Asia, África y en América Latina. Entonces, en realidad, creo que nuestra mayor preocupación es que para Argentina sola, la guerra nos costó 5000 millones de dólares que podríamos haber destinado a reserves y a mejorar la producción, pero nos costó eso. Eso es el aumento de la energía que tuvimos que importar. Entonces, yo no tengo la impresión, tengo la íntima convicción de que los argentinos no van a correr detrás de la locura. Ahora, sí es cierto, como pasa en todo el mundo, que estos candidatos anti sistema a muchos los enamoran, pero bueno, es eso, es un momento.
PERIODISTA. – Entiendo y ojalá que la guerra termine rápido. Bueno, señor presidente, se nos acabó el tiempo, le agradezco muchísimo su presencia aquí. Muchísimas gracias.
PRESIDENTE. – Gracias a ustedes por la invitación.