Entrevista al presidente de la Nación, Alberto Fernández, para la Televisión Española (TVE), durante su gira oficial a España
PERIODISTA. – Señor presidente, Alberto Fernández en primer lugar gracias por recibir a Televisión Española, en este rincón argentino, en pleno corazón de Madrid, aquí en España. Usted inicia una gira por Europa que le llevará a Alemania y a Francia; se ha reunido, en la Moncloa, con el presidente Pedro Sánchez, y también en el Palacio de la Zarzuela, con el Rey Felipe VI. ¿Han llegado a algún acuerdo, a qué conclusiones han llegado, durante la reunión?
PRESIDENTE. - Primero hay que poner en contexto cuál es el objeto de esta gira. Yo vengo del continente más desigual del mundo, que es la América Latina. Este continente con la pandemia ha padecido mucho y cuando empezábamos a salir de los males de la pandemia apareció la guerra y la guerra está poniendo en jaque dos cuestiones fundamentales: la seguridad alimentaria y la seguridad energética y hay muchos países de mi continente que no la están pasando bien y que están en riesgo con todo esto que está pasando porque la suba del precio de los alimentos los deja en una situación muy difícil de llevar.
Tuve el propósito de hablar con el Canciller de Alemania y con el presidente de Francia para ver qué es lo que vamos a hacer como mundo frente a la guerra que se ha desatado que – obviamente – no aprobamos, que obviamente no queremos, que obviamente condenamos, pero que tenemos que encontrarle una solución. Y cuando vengo a Europa siempre quiero entrar por España, porque España es para mí la puerta de entrada, a Europa, pero además necesitaba conocer qué mirada tienen de este problema los europeos más amigos, que son los españoles. Y quise conocer que pensaba Pedro Sánchez y me sirvió de mucho poder hablar con el Rey Felipe y tuvimos dos muy buenas reuniones, donde planteamos nuestra preocupación por la crisis económica, que está generando esta guerra; nuestra preocupación por la necesidad de que esto termine cuanto antes porque están los países de la periferia, de América, de África están padeciendo enormemente las consecuencias de esta guerra. Además, las sanciones económicas a Rusia, son sanciones económicas que padecemos todos y me pareció que era muy importante escucharles, transmitirles esta preocupación y escucharlos, fundamentalmente. Y tuve – como siempre ocurre – una buena mirada y una buena reflexión de Pedro Sánchez y una muy buena mirada también y una buena reflexión del Rey, sabiendo que lo que quiero es que busquemos una salida, porque por este camino el mundo periférico – como me gusta llamarlo a mí – en contradicción con el mundo central del norte la está pasando muy mal. Y después de haber padecido una pandemia, que se ha llevado 6 millones de vidas es imperdonable hacerle vivir al mundo esto… es imperdonable. Entonces, este es el sentido del viaje. Después hablamos de otras cosas, porque Argentina, en este contexto, también es un país con oportunidades, es un país productor de alimentos y es un país que es el segundo productor de gas no convencional del mundo.
PERIODISTA. - Sobre eso quería insistirle, ustedes se van a presentar como proveedores fiables de gas, pero necesitan hacer algunas obras de infraestructura, como el gasoducto que salga del yacimiento de Vaca Muerta. ¿Cuándo cree que Argentina estará en disposición de exportar gas a Europa?
PRESIDENTE.- Nosotros estamos desarrollando un primer gasoducto, que ya se empezó a licitar, que ese gasoducto nos va a permitir no tener que importar más gas de otros lugares del mundo y nos va a dar autosuficiencia pues ese gasoducto va al centro del país y de allí se distribuye a todo el país.
Tenemos que hacer un segundo gasoducto para hacer una planta de licuefacción, para después convertir ese gas en licuado, eso demanda tres o cuatro años, cuando menos. Hay empresas argentinas decididas a hacerlo y necesitamos financiamiento. Y lo que hablé con el presidente Sánchez hoy es que creo que tenemos una sinergia perfecta para aprovechar con España. España tiene el 30 por ciento de las plantas que re-gasifican el gas licuado y nosotros podemos hacer un acuerdo para ser proveedores de gas licuado, con España, y que ese gas licuado que se convierte en gas natural se distribuya, desde España al resto de Europa, y es un proyecto, que tenemos para tres años vista y lo que nosotros necesitamos es financiamiento. Tenemos una parte de financiamiento con empresarios locales, pero necesitamos un poco más de financiamiento y es la oportunidad que creo que tenemos.
PERIODISTA. - Veo por sus palabras, que hay sintonía con el presidente Pedro Sánchez y es cierto que ustedes comparten una particularidad, y es que muchas de las críticas a las labores de su gobierno surgen desde el seno de su propio gobierno. ¿Cómo lleva usted, como presidente, la relación con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?
PRESIDENTE. – Yo tengo una relación de mucho respeto por Cristina, quien ha sido dos veces presidenta, en Argentina, y representa un espacio del electorado argentino, no tengo dudas y ella tiene todo mi respeto. A veces – como le pasa a Pedro – no estamos de acuerdo en algo y a veces se genera un barullo muy grande, más en los medios, que en la política.
Yo creo que tenemos en común con Pedro, ser parte de un espacio progresista de la política; el peronismo es el progresismo argentino, que tiene sus peculiaridades, y realmente cuando hacemos ruido y debates es cuando mejores somos. Perón decía que cuando los peronistas parece que nos peleamos nos estamos reproduciendo y entonces estamos aumentando. Yo creo que son distintas miradas, todas respetables, pero en este tiempo me toca gobernar a mí y tengo que tomar decisiones; si algunas de esas decisiones seguro no conforman a todos.
PERIODISTA. - Es más, entonces, es una batalla por las ideas, y no una lucha por el poder, bajo su punto de vista.
PRESIDENTE. - Sí, yo la verdad mi discusión no está por ver quién tiene el poder, mi discusión está por ver cómo construimos una Argentina hacia el futuro, una Argentina distinta, que tome del pasado las experiencias, pero que no vuelva al pasado.
Tenemos muchas experiencias malas, con el macrismo nos sobran; tenemos muchas experiencias buenas que rescatar, del tiempo que gobernamos; tenemos errores que no tenemos que volver a cometer, de aquel tiempo, pero el pasado es acumulación de experiencias, pero no nos puede anclar. Nosotros tenemos que mirar el futuro y mi objetivo es construir un futuro para la Argentina.
El futuro país en el que yo creo y el que quiero yo estoy seguro, que finalmente, es el mismo que quiere Cristina. A mí me preocupa, tanto como a ella, la distribución del ingreso, me preocupa, tanto como a ella el proceso de inflación, que estamos viviendo, me preocupa tanto como a ella que los poderosos no sigan adueñándose de la renta, mientras millones de argentinos quedan sumidos en la pobreza. A veces no nos ponemos de acuerdo sobre cuál es el mejor camino para llegar a esos objetivos y – a veces – eso genera mucho ruido. A mí el ruido no me molesta, estoy seguro de lo que estoy haciendo y creo que hay muchas formas de conducir. Yo la verdad, creo que la paciencia y la templanza son valores; creo que el respeto al otro es un valor y creo que tenemos que aprender a caminar en la diversidad.
PERIODISTA. Hablemos, de la situación económica argentina, porque esta es otra semana crucial, porque empiezan las audiencias para las tarifas energéticas y uno tiene la sensación de que la Argentina se enfrenta a un callejón sin salida, porque por un lado el FMI le pide que reduzca los subsidios energéticos y por otro lado la reducción de esos subsidios puede provocar un aumento del malestar social. ¿Cuál es su fórmula para satisfacer al Fondo y no generar más desafección social?
PRESIDENTE.- Yo quiero aclararle algo, la Argentina no puede vivir dedicando 4 Puntos del PBI a subsidios a la energía y máxime cuando esos subsidios están subsidiando a los más poderosos de la Argentina, porque no discrimina; segundo punto: la Argentina no puede vivir con déficit fiscal pues al déficit fiscal hay que ir acotándolo. Digo esto porque esas medidas no son producto del acuerdo con el Fondo, de eso estamos convencidos. Hubiera sido acuerdo producto del acuerdo con el Fondo si lo hubiéramos hecho como quiere el Fondo, de un día para el otro, y entonces sí el costo social hubiera sido muy alto, pero las tarifas, en la Argentina, están aumentando con la lógica que le voy a decir: los más pudientes, el primer decil, el 10 por ciento de la Argentina, que son los que viven en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, aclaremos eso, y son alrededor de 400 mil personas esos que paguen lo que vale la energía. Después hay un segundo tramo, que es clase media, a los que les hemos propuesto que la tarifa aumente con un tope, el 80 por ciento de lo que aumenta su salario. ¿De dónde saqué yo está idea? De una ley que votó Cristina, que votó el Frente de Todos, en los años de Macri, para ponerle un límite a los tarifazos de Macri y después está la tarifa social, que hay que respetarla, pues son argentinos que no pueden pagar más.
PERIODISTA. - Eso es incuestionable, ¿se va a respetar?
PRESIDENTE. - Se va a respetar, con lo cual esto está muy lejos de ser lo que el Fondo quería, como está muy lejos de ser lo que el Fondo quería tener un déficit del 2,5, el Fondo quería que eso hubiera bajado un poco más. Yo les prometí a los argentinos que el acuerdo con el Fondo no se iba a hacer a costa de los argentinos. Les prometí que no iba a haber reforma previsional y no la hubo; les prometí que no iba a haber reforma fiscal y no la hubo; les prometí que no iba a haber reforma laboral y no la hubo. Es un acuerdo singular que seguramente habrá tenido en cuenta la responsabilidad que tuvo al darle el crédito que le dio a Macri, que desde el punto de vista de la racionalidad es imperdonable. Y segundo habrá tenido en cuenta que se encontró con un presidente que quiere cambiar la Argentina, pero no a costas de dañar más a los argentinos.
PERIODISTA. – Usted es consciente de que en Europa se ha visto con cierta ambigüedad la posición de Argentina respecto al conflicto en Ucrania. Se ha destacado mucho el viaje que hizo 20 días antes a Moscú, días antes de la invasión. Se echó en falta en algunas Cancillerías quizás, una condena más explícita del inicio de la guerra, pero también es cierto que ahora mismo acaba de decir que condena la Guerra y su posición ha quedado clara, al principio. Pero me gustaría que lo matizara un poco más. ¿Usted comprende o comparte los argumentos que dio Vladimir Putin para invadir Ucrania?
PRESIDENTE. – Es que yo creo que eso pasa a un segundo plano, con toda franqueza porque la discusión de si la OTAN puede llegar o no al límite de Rusia es un tema discutible, absolutamente discutible. Lo que no es discutible es que después de una pandemia el Mundo entre en Guerra. Lo que no es discutible que después de una pandemia se mate gente. Lo que no es discutible es que se bombardeen ciudades y mueran civiles después de lo que vivió el mundo. Eso no es discutible.
PERIODISTA. – Puede entender los argumentos, pero no la decisión.
PRESIDENTE. – Es que, la verdad, el punto del conflicto es un punto muy lejano para la Argentina. Es un hecho que ocurre en el Este europeo, donde Estados Unidos tiene sus propios intereses como miembro de la OTAN y renueva su vieja disputa con Rusia. Es muy lejano para un argentino. A mí me causaba mucha gracia cuando usted me hablaba de mi viaje y de mi encuentro con Putin, 20 días antes de que se desate el problema. Porque obviamente que Putin no estaba hablando conmigo de ese problema. Para ser francos, habremos dedicado los últimos 30 minutos del encuentro para que él me cuente lo que él sentía. Y lo que yo le dije es lo que acabo de decirle recién a usted: Si en algo puedo ayudar para que esto no se convierta en una guerra, dígamelo. Porque después de una pandemia el Mundo no soporta una guerra.
PERIODISTA. – ¿Usted tuvo la precepción de que estuvo decidido ya en tomar la decisión?
PRESIDENTE. – No, para nada. Hasta escuchó con atención esto que le dije. Para nada. Cuando el hecho ocurrió, la verdad es que nosotros no tuvimos dudas. Yo hablé con Michelle Bachelet, el alta comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con quién me une una amistad y le tengo un afecto enorme de muchos años, le pregunté cómo era la situación. Ella fue muy descriptiva en lo que estaba viviendo Ucrania y nosotros votamos con el conjunto de las Naciones la suspensión de Rusia en el Consejo de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En eso, me acuerdo que Pedro Sánchez me habló, porque pobre Pedro Sánchez habrá leído en los diarios y habrá creído que Putin discutió conmigo la invasión a Kiev. Y hablé en esos días y yo le dije: quédate tranquilo que la Argentina va a acompañar a Europa. Que creo, ha quedado en el medio de un conflicto ajeno, con toda franqueza
PERIODISTA. – En la reunión con Pedro Sánchez se ha hablado también de reforzar la agenda Iberoamericana y es cierto que la situación de Latinoamérica hay algunos que dicen que está más unida que nunca y hay otros que dicen que está más desunida que nunca, pero han surgido Gobiernos o regímenes, por ejemplo: Nayib Bukele en El Salvador, o Jair Bolsonaro en Brasil, o el matrimonio Ortega en Nicaragua, o la crisis institucional esta que padece el existencialismo en Perú que hacen que sea complicado avanzar hacia un mundo en común. Yo entiendo que usted es partidario de la Unión en Latinoamérica ¿Qué tiene que pasar para que dentro de 20 años Latinoamérica este más unida y más fuerte?
PRESIDENTE. - Tiene que pasar que dejemos de discutir lo que votan los pueblos en cada país. Yo viví un tiempo siendo Jefe de Gabinete donde existía el UNASUR. Y en el UNASUR estaba Uribe y estaba Chávez y estaba Piñera y estaba Pepe Mujica, y estaba Lula, y estaba Kirchner, y estaba Evo Morales, y todos nos respetábamos, porque todos eran porque yo no era en ese momento Presidente, estaban los Presidentes que cada pueblo había elegido. Yo ahora presido la CELAC. Trabajé los dos últimos años muy cerca de López Obrador para darle un impulso a al CELAC nuevo y México hizo mucho por eso.
Ahora, estamos en un punto donde no tenemos que discutir lo que votan los pueblos, tenemos que discutir cómo nos unimos porque nos dimos cuenta lo que le pasa a América Latina cuando estamos desunidos. ¿Saben cuándo?: con la pandemia. Cuando tuvimos que buscar insumos en el Mundo. Cuando tuvimos que buscar vacunas en el Mundo. Cuando tuvimos que buscar alimentos para ayudar a los países más afectados.
Nosotros tenemos que trabajar en la defensa institucional de cada uno de los países, respetar lo que los pueblos votan. Y la unidad Latinoamericana está más allá de la ideología del Gobierno de turno. Eso es en lo que creo. Y creo en esa unidad.
PERIODISTA. – Usted entró en política más o menos a mediados de los ochenta, con el Presidente Raúl Alfonsín.
PRESIDENTE. – No, empecé a los 14 años. A los 14 años era delegado de la Unión de estudiantes secundarios del Colegio.
PERIODISTA. – Y con cargo político, ya si con Raúl Alfonsín, con el Presidente.
PRESIDENTE. – Bueno, sí. Era un cargo más de la Burocracia que más que un cargo político.
PERIODISTA. – Curiosamente es el padre del Embajador de Argentina.
PRESIDENTE. – Es parte destacada de mi currículum es el haber trabajado junto al Gobierno de Raúl Alfonsín.
Además, quiero aclarar una cosa, para hablar mejor de Alfonsín. Me nombraron funcionario mientras yo era apoderado del Partido Justicialista y nunca me pidieron nada.
PERIODISTA. – ¿Pero él era de la Unión Cívica Radical?
PRESIDENTE. – Él gobernaba la Unión Cívica Radical y yo era apoderado del Partido Justicialista. Y cuando me nombraron avisé: “che, les aviso que yo soy apoderado del Partido Justicialista”. Te nombramos por tus condicione de abogado, no por tu ideología.
PERIODISTA. – Se lo comentaba porque usted ha visto la trayectoria de la política durante todo este tiempo y la desafección de mucha parte de la sociedad hacia la política. Yo creo que lo políticos por entonces, seguramente eran más serenos, más estrategas, no pensaban tanto en el relato como en el discurso. ¿Qué tiene que hacer los políticos en el futuro para que esa brecha que se está abriendo en todo el Mundo, entre la ciudadanía y los políticos se acorte, o por lo menos o crezca más?
PRESIDENTE. – En todo el Mundo lo que yo veo, es que ha aparecido un Anarquismo de Derecha que convoca a muchos sectores. Cuando me pregunto por qué pasa eso, tengo la sensación de que eso pasa porque la pandemia ha lastimado mucho a la gente y la gente ha visto morir a sus seres queridos y ni siquiera se pudo despedir de ellos y quiere buscar el responsable, y generalmente el responsable es el que está gobernando. El responsable es la pandemia, no el que está gobernando. Pero muchos pudieron lucrar con esa percepción social y construyeron esta Derecha recalcitrante, que se ve en toda América Latina. Que enfrentó Boric en Chile. Que nosotros la enfrentamos con los Libertarios. Los herederos del Tea Party americano. Que lo tienen acá instalada con Box, que aparece con grupos Neonazis en Alemania.
La verdad, lo que tenemos es que llamar la atención de nuestra ciudadanía y decirles: ¡ojo! porque detrás de los que declaman libertad, están los mayores conservadores del poder de turno. De este poder concentrado. La libertad que proclaman es la libertad de los poderosos, no la libertad de los débiles. Y eso tenemos que hacerlo hablando de cada gente, convenciéndola, demostrándoles quienes son cada uno de esos personajes. Eso es lo que creo. Ahora, el por qué nació esa Derecha recalcitrante, yo lo atribuyo directamente a la decepción, la desesperación, la desesperanza que la pandemia ha generado en millones de personas.
PERIODISTA. - Señor Presidente estamos ya fuera de tiempo, pero no quiero que termine la entrevista sin hacerle una pregunta. ¿Se ve usted con fuerzas, no solo de terminar su mandato, sino de presentarse a la reelección 2023?
PRESIDENTE. – Yo estoy, absolutamente, con todas las fuerzas necesarias para que la Argentina se ponga de pie y la voy a poner de pie.
PERIODISTA. – Entiendo que ha dicho más o menos que sí.
PRESIDENTE. – Definitivamente, definitivamente. Si hay algo que no nos pasa a los Peronistas es que nunca nos damos por vencidos. Nos mataron mil veces, nos persiguieron, nos desaparecieron, nos derrocaron una y otra vez. Nosotros no sabemos de qué se trata eso de bajar los brazos.