ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, ALBERTO FERNÁNDEZ, EN C5N
PERIODISTA.- Buen día Presidente, cómo le va.
PRESIDENTE.- ¿Qué tal, cómo estamos?
PERIODISTA.- Supongo que conmovido como todo el mundo, más allá del estado de salud que atravesaba el expresidente.
PRESIDENTE.- Sí, muy entristecido, lo fui a ver hace unos días al sanatorio y estaba en ese momento inconsciente; hablé con él día que jugaba River-Nacional, y estaba mirando el partido con Zulemita y lo escuché bien, y al día siguiente empezó un proceso de deterioro, que parecía estaba saliendo, y hoy a la mañana me llamó Zulemita y me dio la muy mala noticia de su muerte, es una gran pena, más allá de las diferencias que uno haya tenido fue un hombre de la política argentina que uno no puede dejar de reconocer.
PERIODISTA.- Sé que ahora en momentos difíciles, la imagen de Menen no era la mejor, sé de su respeto, el mismo que manifiesta ahora, hacia su figura, insisto, aún en tiempos difíciles para el propio Menem frente a la opinión pública.
PRESIDENTE.- Nos conocimos hace muchos años, yo era parte de los equipos de Cafiero, y trabajaba en la parte económica con Frigerio, que había sido ministro de economía de Cafiero en la Provincia de Buenos Aires, y después presidente del Banco Provincia, con Duhalde, y Menem sabiendo de cómo pensaba, inclusive siendo yo funcionario del Gobierno en un cargo en la Superintendencia de Seguros, toleraba mis escritos críticos hacia el modo como yo entendida que conducía la economía del país. Pero Menem fue la verdad en eso un hombre muy de la política, muy respetuoso, tolerante y respetuoso, la palabra es respetuoso, respetaba la opinión contraria, y además también tenía ese gen peronista que lo llevaba a convivir en la diferencia, en la diversidad. La verdad es que obviamente fuimos más críticos por lo que fue la política, la verdad no es momento de hablar de eso. Para destacar de su vida es que él, como lo dije en un twit que recién subí, que escribí personalmente, él fue un hombre que llegó a la gobernación de La Rioja, dos veces; que llegó a la presidencia de la Nación dos veces; que fue senador nacional dos veces; que siempre fue un hombre de la democracia, y fue perseguido en los años de la dictadura. Un hombre, como todos los hombres de la política argentina, todos los hombres y mujeres de la política argentina, con claroscuros, con grises, que despierta amores y despierta broncas, pero que a la hora de su ausencia uno debe respetar lo que objetivamente fue, un hombre que nunca entró al poder por la ventana, siempre fue por el voto de la gente. Por eso he estado muy cerca, porque tengo un vínculo muy cercano a Zulemita, he seguido muy de cerca el derrotero de estos últimos tiempos con su enfermedad, teníamos desde hace varios meses el busto suyo para ponerlo en la Casa Rosada y con Zulemita siempre postergábamos la imposición del busto a que él se repusiera y estuviera presente, y lamentablemente no lo logramos. Así que una gran pena, la verdad tengo mucha pena.
PERIODISTA.- Presidente, acaba de decretar tres días de Duelo Nacional. ¿Pudo comunicarse con su familia?
PRESIDENTE.- Hablé con Zulemita, Zulemita con todo el dolor que tenía en el mismo momento donde me llamó, yo confieso que estaba entre dormido, vi que se prendió la luz del celular, como vi enseguida otro mensaje y cuando lo vi me dice “murió papá”. Así que vi el dolor que tenía, ha sido y es una hija magnifica, si de algo Menem seguramente habrá estado orgulloso en su vida es de la hija que tuvo, porque la dedicación que ella le ha puesto a sus padres es increíbles. La vida hizo que se quede como hija única y la fortaleza con que ella siempre se ha expresado y ha estado cerca de sus padres es realmente llamativo, porque no es usual y es digno de todo reconocimiento, estaba tan apenada, con la congoja, así que solo traté de darle tranquilidad y decirle que nos ocupábamos nosotros de organizar la ceremonia de su funeral y en eso estamos.
PERIODISTA.- Eso le iba a preguntar, seguramente habrá algo especial que llevará a cabo el propio Estado.
PRESIDENTE.- Eso seguro porque es un expresidente y lo merece, habitualmente se hace en el Congreso de la Nación, hablé con Cristina y me dijo que ya la Secretaria Administrativa del Senado estaba en eso, y obviamente que tenga los honores de un expresidente.
PERIODISTA.- Le quería preguntar por la condición de político, usted de alguna manera lo remarcaba, y preguntarle por cómo era el Menem pragmático, se va uno de los políticos más pragmáticos de la historia argentina.
PRESIDENTE.- La verdad es que yo he tenido muchas divergencias con él, es justo decirlo, nunca rompí el diálogo, obviamente, y trabajé con él muchos años, y la verdad es que es justo decirlo, renuncié porque yo estaba en contra de cláusula que estaba modificando de la relección, y ahí renuncié a mi cargo. Pero la verdad es que Menem era un personaje singular, era un hombre que se hacía muy querible, con todas las diferencias, pero muy querible. Yo siempre cuento una anécdota que para mí muestra ese carisma que él tenía, que era muy llamativo. Yo no vengo de una familia peronista, el único peronista en la familia era yo, tengo mis tíos, hermanos de mi mamá, sí eran muy peronistas, pero mi madre no lo era, era bastante critica del peronismo, ni le gustaba nada que yo fuera peronista tampoco, pero lo cierto es que en el año 91, 92, que me dieron un premio, que se les daba a los diez jóvenes sobresalientes de la Argentina, y yo estaba entre ellos, y el premio lo daba el Presidente, y era una ceremonia relativamente chica, porque cada premiado podía llevar solamente dos invitados, y fueron mis padres conmigo. Y después el Presidente fue saludando uno por uno a los invitados de los premiados, y la saludó a mi madre, y no recuerdo qué le dijo. Lo único que sé es que desde ese día no dejaba de repetir “hijo, nunca más te pelees con ese hombre, yo vi en sus ojos la bondad de ese hombre”, y no podía entender lo que me pasaba, pero me pasó hasta el día de la muerte de mamá, que siguió viendo en él a una buena persona y a un hombre al que ella lo llamaba un hombre sincero, que decía la verdad, tenía ese carisma tan enorme, que atrapaba inclusive a los al no conocerlo no lo querían.
PERIODISTA.- Hablábamos hace unos minutos con Eduardo Duhalde, un político de otro tiempo, por lo menos en su manera o en su forma, definitivamente no es lo que se estila ahora, aunque se ven algunos rasgos de ese estilo en usted todavía, esa política más personal, pero sin ninguna duda esos hombres que ejercen la memoria, que vienen de lugares más pequeños, que se acuerdan de los nombres de todos, que se acuerdan los nombres de los hijos de todos, hombres que hacían de la política un trato prácticamente personal, y no tan mediático como se estila en estos tiempos.
PRESIDENTE.- Es que yo creo que la política es esencialmente eso, por eso a pesar de que muchos me critican por hacerlo, yo creo que en la política todos tenemos que hablar con todos, que no es lo mismo que todos debemos coincidir entre di, pero todos debemos respetarnos y hablar con todos, aún con aquellos con los que tenemos las mayores diferencias. La política finalmente es un mecanismo que tiene la sociedad para resolver los problemas humanos, los problemas de la gente, y para hacer más llevadera y más fácil la vida de la gente, y las mejores relaciones políticas son las que se fundan en buenas relaciones humanas. Aún las relaciones que uno tenga con un opositor, si esa relación se funda en un buen vínculo humano, es mucho más fácil. Yo hasta que el doctor Menem estuvo consciente pude hablar con él de problemas de la Argentina, y escuché su opinión y muchas veces nos acompañó, y fue comprensivo, era un hombre de Estado, había conocido muy bien de qué se trataba gobernar, fue presidente diez años, y conocía muy bien las dificultades de gobernar, y por lo tanto siempre estuvo atento a lo que yo le planteaba, y yo siempre estuve atento a sus sugerencias. Vuelvo a repetir, él sabía muy bien que yo no compartía muchas cosas de lo que fue su política, pero siempre fue muy respetuoso. Yo era la verdad un insolente, porque yo era el mocoso de treinta años cuando era Superintendente de Seguros, y él ya ¿era un Presidente que cargaba sobre sus espaldas dos gobernaciones en La Rioja y la persecución política y la detención en la dictadura, con lo cual era un hombre que tenía en la piel marcada los años de la política. Una gran pena su muerte.
PERIODISTA.- Lo quiero llevar atrás en el tiempo, usted recién lo nombraba, el 9 de julio del 88, cuando se dirimió por única vez la interna para candidato a presidente del Partido Justicialista, que usted lo tuvo en el bando contrario, acompañando a Antonio Cafiero, que era por entonces el gobernador de la provincia de Buenos Aires, y que se enfrentaba a Carlos Saúl Menem, la historia ya está contada, ganó Carlos Saúl Menem, y de alguna manera esa interna dirimió lo que terminó al presidente, porque se hablaba en aquel momento de quien ganara esa interna sería el próximo presidente de la Nación. Le quiero preguntar por esos días, porque a usted lo encontramos en el bando opuesto al de Menem.
PRESIDENTE.- Sí, y debo ser franco, tan opuesto estaba que esa elección voté en blanco, quiero ser muy franco, porque yo entendía que Antonio representaba cosas muy distintas, no conocíamos al Menem neoliberal en ese momento, porque no fue el tema de su campaña, pero yo que descreo de los personalismos, yo creo que a la política le hacen mucho daño los caudillismos y los personalismos, lo que sí veía era que Menen era una nueva versión de caudillismo, y a mí no me gustaba eso, y Antonio representaba una llegada más institucional de la democracia, y eso lo que me atraía de él, y en el Congreso donde lo proclaman a Menem candidato, el Congreso del Partido Justicialista, ocurrió en Mar del Plata, y todos los congresales de Cafiero se juntaron a debatir qué hacer después del Congreso, porque teníamos que proclamar al que nos había ganado, y uno de los que habló fue Cafiero, después me di cuenta de la grandeza de Cafiero, porque con su forma de hablar “¡muchachos, muchachos, ya pasó, ganó Menem, ahora hay que acompañarlo!”, decía Antonio, con esa democracia que tenía el tipo en la cabeza, esa institucionalidad que tenía, y nosotros renegando porque decíamos abstengámonos, no votemos esto, y bueno, finalmente hicimos lo que decía Antonio, hicieron, porque yo no era congresal, los congresales hicieron lo que decía Antonio, hicieron lo correcto, Menem había ganado democráticamente contra todos los pronósticos, porque nadie pensaba que por las características de Menem, Menem podía ganar esa elección. Fue la última gran elección interna que tuvo el peronismo, y fue realmente impresionante. Y ganó de ese modo, ganó recorriendo pueblos, dándole la mano a la gente, mirando a los ojos a la gente y dándole esperanza a la gente, así ganó, con su mayor fortaleza, que es la fortaleza, esa fortaleza de la cercanía con la gente.
PERIODISTA.- Más allá de la relación personal buena que usted está destacando recordándolo y hablando, y también hablando de esos bandos contrarios, a nivel político, ¿qué valor político le deja como destacado y en el que pueda coincidir?
PRESIDENTE.- Yo quiero aclarar que en todos estos años yo no tuve trato con él, yo dejé el gobierno silenciosamente, el de Menem estoy hablando, me fui a trabajar con Duhalde a la Provincia, ya Duhalde para entonces entraba en contradicción con Menem, y veíamos en Duhalde un proyecto alternativo a la re-re elección de Menem, con lo cual yo dejé de verlo a Menem, y no lo traté, no fuimos amigos ni mucho menos. Lo que sí siempre me llamó la atención de él es que yo finalmente era un mocoso, yo no era nadie, y el tipo me respetaba. Después nos volvimos a ver ya cuando yo era Jefe de Gabinete, que me acuerdo que cuando uno entra al Senado, Menem ocupaba la primera banca entrando, o sea si uno se sienta en el lugar donde se sienta Cristina, estaba en la primera fila de abajo, en el primer asiento, indefectiblemente era imposible no verlo cuando entraba. Siempre que entraba lo saludaba, le daba la mano, y él siempre cordialmente me saludaba con su simpatía de siempre, y generaba odio en mis compañeros. Y yo les decía “pero cómo no voy a saludar a Menem, fue presidente diez años, es senador de la República”. No quiero hablar lo negativo porque hoy no está, y no es el día para hablar de eso, yo lo que creo es que hay que reconocerle su valor en el apoyo siempre a la democracia. Un hombre que todos los cargos que ocupó los ocupó porque por el voto popular la gente lo puso donde lo puso, y que cuando la dictadura vino, lo persiguió, lo encarceló durante años. Yo lo que más rescato de él son esos valores democráticos que él tenía, y que precisamente por esos valores democráticos era que toleraba que un insolente de treinta años le escribiera en los diarios las cosas que no le gustaban, y que además era funcionario de su gobierno, y nunca, nunca, nunca me dijo tenés que callarte, nunca, eso yo lo respeto, me lleva a respetarlo mucho, porque en muchos tiempos eso no ocurrió, y a mí pasó con Menem.
PERIODISTA.- Es difícil poner las cosas en contexto desde nuestra perspectiva, la historia se encarga de poner a los hombres en su lugar y a juzgar sus hechos y sus decisiones, y todo en su debido contexto y a su debido tiempo, por eso está bueno esto de dejar de lado ahí el análisis de algunas decisiones que Menem tomó, pero evidentemente es un hombre que dejó una marca en la política y en la gestión, porque su gestión fue completamente diferente, más allá del juicio de valor que podamos hacer de la misma, en su momento fue innovadora y arriesgada.
PRESIDENTE- Sí, y objetivamente fue el hombre que estuvo más tiempo en la presidencia, contando el tiempo continuamente, sucesivamente, nadie ocupó diez años seguidos la presidencia.
PERIODISTA.- Diez años, cinco meses y dos días estuvo al frente.
PRESIDENTE- Exactamente, no hay ningún presidente que haya hecho eso, hay presidentes que fueron reelectos, como Cristina, que estuvieron ocho años en la presidencia, Perón estuvo mucho menos tiempo. Fue un presidente que estuvo diez años, cinco meses y no sé cuántos días, que además tuvo que asumir anticipadamente, porque la situación se había complicado mucho para Alfonsín, y tuvo que asumir de modo anticipado. Por eso digo que eso es solo nada más que un dato de la historia, solamente eso, y después, vuelvo a repetir, como toda gestión tiene sus claroscuros, y la verdad que he tenido siempre una mirada muy crítica, pero lo que creo es que no es momento de hablar de eso hoy, como bien dicen ustedes, la historia se ocupará de marcarlo, la verdad que hoy tengo mucha pena porque se fue un hombre de la política, un animal político por naturaleza, un tipo que siempre respetó los valores democráticos, y que tuvo poco que ver conmigo, recién leía un twitt que me llamó la atención porque decía “toda nuestra generación lo tuvo en contra, no nos gustó su política, no nos gustó su épica, no nos gustó su ética, pero debemos valorarle su sentido democrático”, y me pareció interesante, porque es un chico joven el que está escribiendo, y es una mirada posible, es una mirada posible, y me parece que es una pena, la verdad es una pena. Igual vivió muchos años, le decía a Zulemita hace un rato que tiene que tener la tranquilidad que seguramente su padre deja la vida feliz porque ha hecho lo que seguramente soñó un día, fue siempre acompañado por su pueblo que ocupó los cargos que ocupó, y como buen demócrata fue perseguido y torturado -no sé si torturado, pero sí detenido, que es una forma de tortura- por los genocidas, y salió y volvió a la política, no se quedó en su casa.
PERIODISTA.- No le voy a pedir más precisiones, y ya con esto lo vamos a despedir, pero ratificamos entonces tres días de duelo y seguramente la despedida a la altura de alguien que fue presidente con los honores que el Estado le otorga por los cargos que detentó en su momento Menem.
PRESIDENTE.- Así es. Esperemos que pronto, cuando la familia esté más respuesta, podamos poner el busto de Menem en la Casa de Gobierno, que se quedó esperando que se reponga para que participe de la ceremonia. No pudo ser, cuando la familia esté en condiciones me encantaría que lo hagamos.