Entrevista al Presidente de la Nación, Alberto Fernández, en Crónica Anunciada, Futurock
PERIODISTA.- Es un placer recibir ya mismo al Presidente de la Nación en Crónica Anunciada, el señor Alberto Fernández está con nosotros. Presidente, lo saludamos, ¿cómo le va?
PRESIDENTE.- ¿Cómo les va? ¿Bien? ¿Cómo andan?
PERIODISTA.- Todo muy bien por acá. Último día de aislamiento, ¿no?
PRESIDENTE.- Sí, sí, ya preparándome para salir a actividades normales y esperar la vida normal. Gracias a Dios, no tuvimos ningún inconveniente, ninguno se contagió y ya estamos todos para volver.
PERIODISTA.- ¿Ya lo hisoparon hoy?
PRESIDENTE.- Me hisoparon ayer a la noche y hoy a la mañana me dieron los resultados.
PERIODISTA.- Negativo…
PRESIDENTE.- Sí, sí, sí.
PERIODISTA.- Bueno, bien. Ya empezamos con una primicia ¿Duele el hisopado, Presidente?
PRESIDENTE.- Es molesto porque genera cierta sensación de cosquilla. No, doler no duele nada, pero da una sensación de cosquillas que tarda en irse, pero no, nada grave.
PERIODISTA.- Además ya debe estar curado de espanto, porque van varios, ¿no?
PRESIDENTE.- Sí, igual, debo confesar que deben mandar los mejores expertos de hisopados, con lo cual no sé si soy el promedio, pero gracias a Dios no me es molesto. Me explicaba ayer el señor que me hizo el hisopado que están utilizando unos hisopos que son altamente flexibles, con lo cual ingresan con mucha facilidad y se van acomodando a las cavidades de la nariz, y no molesta en absoluto.
PERIODISTA.- No, para despejar el temor que mucha gente tiene en cuanto a…
PRESIDENTE.- Yo lo tenía, yo lo tenía, y yo me hacía una vez por semana un estudio más o menos, para ir siguiendo, con saliva, pero me decían que en la situación actual había que ser más precisos y que el hisopado daba resultados más ciertos que con la saliva.
PERIODISTA.- Bueno, nos alegramos que sea negativo entonces.
PRESIDENTE.- No te alegres que el test sea negativo, alégrate que el test dio negativo. No te alegres que sea negativo, porque eso no es para alegrarse.
PERIODISTA.- No, espero que no, espero que no. La verdad es que teníamos muchas ganas de charlar con usted, usted sabe que en esta radio se ha hecho mucho y se ha trabajado mucho en pos de llegar a esta situación en la que estamos hoy, de tener planteado desde el Ejecutivo un proyecto de legalización del aborto, y esto nuestra querida oyentada estaba muy atenta y sigue muy de cerca estos temas. Tenemos ganas de desarrollar bien esto, ¿por qué entendió usted que este si es el momento para presentar el proyecto y no antes, y no el año que viene, por ejemplo?
PRESIDENTE.- Porque yo el primero de marzo anuncié que íbamos a mandar el proyecto, lo teníamos ya medianamente trabajado, bastante avanzado, pero 19 marzo vino el coronavirus y el aislamiento, y todo lo que hemos vivido. Yo lo que quería era no sumar más estrés al sistema sanitario, aun cuando es cierto que gran parte de los abortos hoy en día se producen por vía farmacológica y la atención de los hospitales que reducen notablemente. En los hospitales, hay muy pocas mujeres que van a pedir ayuda para la atención de un aborto, porque hoy en día es una pastilla que permite hacerlo. Entonces, yo lo que busqué es que afloje un poco la atención sanitaria, para que eventualmente si una mujer (inaudible) sanitario, no tenga que estar en el medio del estrés de una pandemia. Y eso es algo que venimos observando en el AMBA ya desde hace doce semanas, aproximadamente, que hay una caída sostenida, hay más baja utilización de camas de terapia intensiva y por lo tanto creí que era el momento oportuno, ya no tenía mucho sentido demorarlo. Y además yo tengo la convicción de que esto es necesario para la Argentina, y había (salto de audio) en ese sentido. Y entonces quise que, durante este tiempo de Parlamento, en este ejercicio del Parlamento, fueran allí, ya se estaba acabando el tiempo y dije, bueno, ahora sí mandémoslo.
PERIODISTA.- Durante los últimos meses, cuando consultábamos a distintos asesores, ministros y demás, recuerdo puntualmente a Vilma Ibarra, la Secretaria Legal y Técnica, que nos refería que al Ejecutivo no le daba igual enviar el proyecto para que terminara de la misma manera del 2018. No era solo cuestión de enviar el proyecto y desentenderse, porque hasta ahí uno podría decir, bueno, ya cumplió con su palabra, envió el proyecto y ya, sino más bien enviar el proyecto y asegurarse que contara con los votos necesarios para que saliera. Obviamente, nadie tiene la bola de cristal en esto, pero entiende que están dadas las condiciones para que esta vez sí se pueda hacer ley, o que estamos cerca de ello.
PRESIDENTE.- Yo entiendo de que estamos en condiciones de que esto se convierta en ley y yo creo que la diferencia con otros tiempos es que, más allá de la enorme lucha del movimiento feminista, yo la verdad me siento el primer abanderado de este reclamo. Y que el Presidente de la Nación mande un proyecto que reclame su tratamiento y aprobación, que se comprometa públicamente diciendo que esto es necesario para la salud pública y para garantizar la salud de las mujeres y sus derechos, me parece que genera un escenario un poco distinto. No es un Presidente que cumplió mandando una ley, para que no digan no cumplió, es un Presidente que activamente se preocupa porque esto salgo, y yo haré todos los esfuerzos para que el Congreso acompañe y para que este proyecto se vuelva ley.
PERIODISTA.- En las últimas semanas, surgieron algunas situaciones de violencia que preocuparon y mucho, sobre todo algunas periodistas, escritores y militantes feministas que recibieron agresiones por este tema, y obviamente se genera una preocupación de que esto se pueda llegar a trasladar también en el debate en el Congreso ¿cómo sigue esa situación? ¿le preocupa?
PRESIDENTE.- Me preocupa, no habla bien de nosotros como sociedad, habla muy mal de los que hacen ese tipo de cosas, y por eso yo, cuando presenté el proyecto, mis últimas palabras inducían al conjunto social a que respetemos al otro y que no nos maltratemos. Estamos tratando de buscar una salida a un problema que hay en Argentina. Acá la discusión no es el aborto sí, o el aborte no, porque los abortes están ocurriendo, siguen ocurriendo, siempre ocurrieron, y la verdad lo que estamos discutiendo es si el aborto se tiene que seguir haciendo en la clandestinidad con todo el riesgo que eso supone para la mujer, o podemos hacer abortes en los hospitales públicos y dándoles la atención sanitaria que merece la mujer que lo pide. Y me parece que ese es el verdadero debate. En la Argentina no es si hay o no hay aborto, porque los abortos existen, y no podemos ser tan hipócritas de decir que no existen. Yo siempre recuerdo que me volví profesor de la facultad a mis 25 años de edad y tenía un curso de ciclo profesional orientado, que hablaba de reflexionar sobre la utilidad de castigar el aborto. Estoy hablando del año 85. Y la verdad yo ya veía porque criminológicamente, y desde el punto de vista de política criminal, uno no lo entendía. No lo entendía porque condenaba a la mujer a la clandestinidad, ponía en riesgo su salud. Los médicos, generalmente los que eran condenados, eran los médicos, porque había un fallo plenario, que de algún modo exoneraba de irresponsabilidad a la mujer que lo hacía, que estaba en condiciones (inaudible) y lo hacía para preservar, entre comillas, su honor. Entonces, uno se preguntaba para qué sirve castigar el aborto, para qué sirve, porque si hay médicos que lo haces, quiere decir que hay un negocio del aborto. Si hay un negocio del aborto, quiere decir que a ese negocio van en condiciones de clandestinidad mujeres que lo necesitan. Entonces, estamos con la ley penal promoviendo un mercado negro espantoso. Esto me lo planteaba yo cuando tenía 26, 27 años, y todavía sigo discutiendo lo mismo. Ahora que soy Presidente quiero arreglarlo este problema, y quiero ser el primero que se ponga como abanderado a llamar a la reflexión al conjunto social, porque nosotros no estamos haciendo obligatorio el aborto, y es más nosotros lo que queremos es garantizar la vida de la mujer que enfrenta a un embarazo. Muchas veces he escuchado decir que los embarazos ocurren en las mujeres humildes porque saben no saben cómo pueden mantener a sus hijos, y sus hijos a veces nacen y no tienen las condiciones de atención, porque no cuentan con el dinero y demás, la contención nutricional necesaria. Y por eso se me metió en la cabeza sacar el proyecto de los mil días. También me decían que hay un montón de mujeres que como no tienen a atención médica durante el embarazo, suben problemas como la trombofilia que inducen a abortos espontáneos, pero es producto de malos diagnósticos que no se hacen, porque todo ocurre en la clandestinidad. Bueno, ya ahora todos pueden atenderse en los hospitales públicos y decidir lo que crean que deben decidir. Entonces, por eso mandé las dos leyes juntas, para terminar con la hipocresía. La mujer que quiera seguir adelante con su embarazo bienvenido sea y que cuente con todos los recursos del Estado para estar segura de cómo va a ser su embarazo. Y que la mujer que decide interrumpirlo, con el respaldo del Estado de que no va a tener que hacerlo en las condiciones de clandestinidad, poniendo en riesgo su salud y su vida.
PERIODISTA.- Después de todo el gran debate que se llevó acabo en el 2018, ¿considera que, en esta oportunidad, el debate tendría que ser más corto?
PRESIDENTE.- No lo sé, eso que debatan lo que haga falta, lo que haga falta. Lo que no va a haber es un Presidente que mande a un Gobernador para que sus senadores voten en contra…
PERIODISTA.- Bien, Presidente es indudable e inobjetable las buenas migas que hay entre el Gobierno nacional y la Iglesia, incluso con el propio Papa Francisco, ¿cree que esto puede llegar a significar un problema? ¿O el hecho de haber sostenido durante toda la campaña electoral, que esto iba a ocurrir, saldó de alguna forma ya el debate?
PRESIDENTE.- No, porque yo creo que no nos enfrenta a dilemas religiosos, la religión tiene dogmas, y los que adhieren a una religión adhieren esos dogmas, y todo eso es muy respetable, quiero aclararlo, es muy respetable. Yo siempre recuerdo a Valéry Giscard d'Estaing, un Presidente francés que fue quien instaló el aborto en Francia. Y el Papa de entonces le dijo “pero, Presidente usted es un católico, ¿cómo está promoviendo esto?”, y la respuesta de él es “no es un problema de dogmas religiosos, es un problema de decisiones individuales, es un problema de dilemas morales, que no tienen una sola respuesta, y yo soy católico, pero tengo que resolver un problema de la salud pública”. Y cuento la historia de Valéry Giscard d'Estaing, porque muchas veces a mí me pasa algo parecido, yo soy católico, tengo una mirada un poco distinta a la religión, no lo tomo como un dogma la posición sobre el aborto, pero yo soy católico y respeto a los católicos que tienen una mirada distinta a la mía. También recuerdo, porque siempre recuerdo lo mismo, porque no me gusta ser hipócrita, que cuando uno revisa las enseñanzas de los que se llama los Padres de la Iglesia, estoy hablando de Santo Tomás de Aquino, o San Agustín, ellos decían que había dos tipos de aborto, un aborto que merecía castigo y un aborto que no merecía castigo, y marcaban unos días de los abortos no punibles entre los días 90 y 120 de embarazo. Y ustedes dirán, ¿por qué decían semejante cosa estos hombres? Bueno, lo decían porque eran predicadores aristotélicos, y Aristóteles hacía esta misma distinción. Ahora, en la Iglesia, tomaban esa fecha porque lo que tenían en cuenta, la Iglesia siempre valoró, la Iglesia católica estoy hablando, valoró la existencia del alma antes que la existencia del cuerpo, y entonces la Iglesia sostenía que había un momento donde la madre advertía la entrada del alma al cuerpo del feto, y eso ocurría entre el día 90 y el día 120 ¿Y por qué decían esto? Porque la madre sentía movimientos en su vientre, las famosas pataditas que hablan todas las embarazadas, que sienten de sus embarazos. Y ellos decían que ese feto que se movía, era porque en ese momento le estaba entrando el alma al cuerpo. La ciencia avanzó, justamente dijo que entre el día 90 y el día 120, lo que ocurre, es que se desarrolla el sistema nervioso del feto, y en el desarrollo del sistema nervioso generan esos movimientos epilépticos, casi, que la mujer lo vive como patadas, como movimientos así repentinos del feto. Con lo cual, la Iglesia en su primer momento, los Padres de la Iglesia, (inaudible) sobre el embarazo, sobre la viabilidad del embarazo, realmente esto cuenta lo complejo que es todo esto, lo complejo que es todo esto. Esto que le estoy diciendo a ustedes se lo dije al Canciller de la Iglesia, al Secretario de Estado de la Iglesia, cuando lo visité al Papa en febrero, y le planteé el tema y le pregunté, “¿con qué me quedo, con lo que me dice usted o lo que dice San Agustín y Santo Tomás?
PERIODISTA.- ¿Y qué dijo? ¿Con lo que digo yo?
PRESIDENTE.- Cambió de tema, pero digo, esto lo único que demuestra es que es un problema de antaño. No es un dilema que surge ahora, es un dilema de muchos años. Inclusive, una gran rama de la iglesia, vuelvo a repetir, los que estudiamos filosofía del derecho conocemos a San Agustín y Santo Tomás como los, entre comillas, Padres de la Iglesia, y nos decían esto, y lo decían porque todo hay que verlo en su tiempo y en sus circunstancias, porque eran todos discípulos de Aristóteles, y Aristóteles planteaba precisamente esto. Los aburrí con una clase de filosofía del derecho y teología…
PERIODISTA.- No, al contrario. Presidente, no quiero dejar de abordar algunos otros temas, prometo que esta vez no vamos a hacer una nota larga, como la de la otra vez que estuvo caminado por la Quinta y lo agitamos.
PRESIDENTE.- Pero no eran ustedes, era la caminata, era la caminata.
PERIODISTA.- Pero quería consultarle justamente por cuestiones sanitarias, obviamente uno valora y mucho lo que se ha hecho en materia sanitaria, sobre todo cómo se reforzó el sistema sanitario y demás, pero indudablemente desde la estadística, por lo menos, la Argentina da la impresión de que no ha logrado cosechar muy buenos resultados. Por supuesto, toda muerte duele, pero tener más de 34 mil fallecidos es muy doloroso, una cantidad de fallecidos por millón de habitantes también bastante alta, ¿qué análisis hace usted hoy, viendo en perspectiva y con el diario del lunes de lo ocurrido, y si está conforme con la estrategia sanitaria implementada?
PRESIDENTE.- Hace un par de días yo le dije a Ginés y a Carla Vizzotti que yo quería tener una historia destacada de por qué pasa esto. Ahora, hay algunas primeras respuestas que podríamos encontrar. El promedio de edad de muertos en Argentina es de 74 años, eso quiere decir que estamos perdiendo como producto de la enfermedad a los adultos mayores, ya de más de 70 años me animaría a decir yo. Y nosotros sabíamos que cuando el virus entra en una persona de más de 65 años, o en una persona que tiene enfermedades prevalentes era muy difícil sacarlo de la enfermedad. Con lo cual, yo podría decir que lamentablemente, los que están falleciendo son los que por edad y por condiciones objetivas la medicina dice que son difíciles de salvar. A mí me preocuparía mucho que ese número fuera, que la edad promedio fuera de 60 años, eso diría que se está muriendo gente, que en otros lugares del mundo no se mueren. Ahora, lamentablemente, están falleciendo, los mayores adultos, y vuelvo a repetir, la edad promedio es de 74 años, y eso está dentro de lo que ha pasado en el mundo. Si miramos la tasa de letalidad, estamos en el promedio del mundo y estamos por debajo del promedio de América Latina. Si la pregunta es si estamos conformes con tener 34 mil muertos, no, la respuesta es que no estoy conforme, porque hubiera querido que nadie muriera, claramente hubiera querido que nadie muriera. Pero lo que sí sé es que todo lo que hicimos facilitó que no haya muertes innecesarias, que no haya muertes producto de que no hayamos podido atender a alguien. En la Argentina nunca logramos, entre comillas, gracias a Dios, que se sature el sistema sanitario, y el sistema sanitario nunca se saturó por el enorme trabajo que hicimos al inicio de todo esto. Pero, bueno, ahora los escucho ahí a algunos exministros que dejaban vencer vacunas en los galpones de la Aduana y me explican cómo hay que hacerlo, a mí me asombran, porque fueron los que dejaron el sistema sanitario en situación calamitosa, fueron los que no inauguraban los hospitales, que estaban hechos desde 2015, para que la gente no sintiera que fueron los hospitales de Cristina, fueron los que desarmaron el Ministerio de Salud, y ahora vienen a explicarme cómo se hace. Es como el colmo, realmente es como el colmo, pero yo lo que tengo la certeza es que, si no hubiéramos hecho lo que hicimos, el promedio de edad de muertes sería mucho más bajo que el que tenemos hoy en día. Y eso, lo que dejaría es evidencia es que el Estado no hubiera podido atender adecuadamente a los que necesitaban atención.
PERIODISTA.- ¿Le preocupa cierta relajación que se está viendo al respecto? Y en eso creo que hay que incluirlo a usted y a los funcionarios. Digo, todos nos relajamos, eso es indudable.
PRESIDENTE.- Sí, claro. Yo me entrego con las manos en la nunca, no pongo resistencia, porque es verdad, pero es verdad en determinadas circunstancias. Es muy razonable que si nos juntamos a tomar un café, es muy posible que entre los cuatro nos relajemos, porque estamos pasando un espacio de esparcimiento. Y ese relajamiento es muy peligroso porque el virus existe, está dando vuelta entre nosotros todavía, y por lo tanto nadie debe relajarse. Es cierto que las curvas tienden a bajar en todos lados, que es claro que en el AMBA llevamos más de doce semanas consecutivas de caída, que estamos utilizando el 40 por ciento de las terapias intensivas, y eso demuestra que el virus va cediendo, pero eso no quiere decir que el virus ha pasado y que la pandemia ha pasado, y por lo tanto uno debe tener todos los cuidados adecuados. Ocurre que está en la condición humana la distención, además una distinción después de tanta presión de lo que una pandemia nos hace vivir. Y entonces pasa lo que me pasó a mí en esa famosa cena con Evo, que en principio era una cena de cuatro personas y terminó siendo una cena de un montón de gente que quería participar de esa cena. Pero si ustedes revisan las fotos de cuando Evo llega, estábamos todos con barbijos y cuando nos pusimos a cenar, bueno, obviamente hay que sacarse el barbijo para cenar porque sino no podemos comer, pero ahí estaba el relajamiento más claro, y no está bueno que eso pase, no está bueno. Tenemos que tener una suerte de alerta, de alarma, que permanentemente nos recuerde que estamos en riesgo. Y cuando tendemos a eso, a abrazarnos con otro, a sacarnos el barbijo, a hablar con otro a poca distancia, entendamos que la alarma se encienda y digamos “tené cuidado”.
PERIODISTA.- Presidente, cómo se viene preparando para las llegadas de las vacunas, que entiendo que es un trabajo complejo el que se tiene que llevar acabo. Y en el mejor de los casos, ¿cuándo podrían empezar a vacunar?
PRESIDENTE.- Nosotros tenemos avanzadas negociaciones absolutamente con todas los fabricantes de vacunas, tenemos un acuerdo con Oxford y AstraZeneca para producir la vacuna en Argentina. Nosotros, yo diría que tenemos una propuesta de Rusia que está avanzando muy bien y que nos permitiría tener la vacuna, calculo yo, sobre fines de diciembre. Yo quiero aclarar, para que la gente no piense que yo estoy macaneando los tiempos, que muchas veces lo tiempos de prueba se van corriendo. Le paso a AstraZeneca, le pasó a Pfiser, le pasó también a la vacuna rusa. Pero todo indica que a fines de diciembre, podríamos contar con la vacuna rusa y yo estoy organizando, estoy hablando con Ginés desde ayer y le estuve planteando que organicemos ya los comandos de vacunación, hacer como una suerte de mesa de seguimiento que quiero presidir yo, porque vacunar no es una tarea fácil por la infraestructura que exigen las vacunas. Nosotros teníamos un compromiso de que Pfizer nos entregaba, toda vacuna tiene dos dosis, yo cuando hablo de vacunas, hablo de vacunados, es decir, de las dos dosis para una persona, nos iban a entregar vacunas para 750 mil personas, y a su vez, teníamos la propuesta rusa de darnos 10 millones en diciembre y 15 millones más en enero. La vacuna de Pfizer tiene una cuestión logística compleja, que es que tiene que estar a una temperatura de 80 grados bajo cero, y esa es una temperatura que no se logra en un freezer común, exige un poco más. Y, por lo tanto, ahí hay que preparar el traslado de la vacuna, la seguridad del frío de la vacuna, y no en todo el país uno encuentra lugares que enfríen a 80 grados bajo cero. En el caso de la vacuna rusa, lo que nos exige es que esté en una temperatura de 18 grados bajo cero, eso es un poco más accesible, pero también una infraestructura especial. La única vacuna que se puede mantener a 8 grados, que puede estar en una heladera, por decirlo de algún modo, es la vacuna de AstraZeneca Pfizer, que tiene además una segunda ventaja, que ha sido realizada sin fines de lucro, por lo tanto su precio es claramente inferior a la de los otros laboratorios. Entonces, ¿cuál es la idea que yo tengo? La idea que yo tengo es que Pfizer y Rusia rápidamente me den las vacunas, y empezar a vacunar enero y febrero. La Argentina tiene una capacidad de vacunación, porque este es otro tema, de aproximadamente 5 millones de personas por mes, con lo cual podríamos vacunar a 10 millones de personas entre enero y febrero. Y ahí tendríamos que darle prioridad, ¿a quiénes? Al personal de la salud, al personal de la seguridad y a todos los adultos mayores y los que tienen enfermedades prevalentes, a los que están más en riesgo. Estaríamos vacunando algo así como el 23 por ciento de la población. Y eso nos permitiría en marzo entrar muy tranquilos, muy tranquilos, porque lo que podía ser la segunda ola, podríamos tener a toda esa población que debe ser aproximadamente, estoy haciendo cuentas, ¿no? 60 por ciento, 70 por ciento de las personas vulnerables, en términos médicos estoy hablando, y nosotros en marzo podríamos contar con la vacuna de AstraZeneca, que ahí ya tendríamos cuatro millones y medio de vacunas más y yo calculo que con marzo estarías vacunando a todos los que están en riesgo. A la gente que no tiene riesgo, o sea los que no son adultos mayores y no tienen enfermedades prevalentes, las enfermedades prevalentes que más dañan son la diabetes, claramente, la obesidad y la hipertensión, si nosotros logramos vacunar a toda esa gente, el riesgo se minimiza mucho, porque para el resto de la gente es una gripe molesta que causa más dolor, pero es una gripe molesta, no es más que eso. Ese es un poco el plan que nos hemos dado, y que confiamos poder concretar. Obviamente estamos en presencia de vacunas que están siendo probadas, que están muy avanzadas algunas, la rusa está muy avanzada; la de Pfizer está avanzada; la de Moderna parece (inaudible); la de AstraZeneca está muy avanzada también, está en la fase 3 de prueba, pero ya nos anunciaron que hasta marzo no vamos a poder tener vacuna. Así que ese es más o menos el calendario.
PERIODISTA.- Bien, le cambio de tema. Con el anuncio de ayer la jubilación mínima va a terminar el año del 35,3 por ciento, la gran pregunta que nos hacemos todos es, ¿la inflación va a estar por debajo del 35 por ciento? ¿Ya cuánto estiman que pueden llevar, por ejemplo, el relevamiento de expectativas del mercado, 35,8? Usted, ¿cómo lo ve?
PRESIDENTE.- Yo creo que vamos a tener un poquito por debajo de 35, mi preocupación es que los jubilados no pierdan frente a la inflación y fundamentalmente los jubilados de la mínima, que no son solamente los jubilados de la mínima, son los jubilados que hoy cobran alrededor de 25 mil, 26 mil pesos. Los jubilados que hoy cobran de 25 mil, 26 mil, para abajo son el 85 por ciento de los jubilados. Y esa gente con esos ingresos no están en condiciones de perder recursos, esta es la verdad, no están en condiciones, pero tenemos que cuidar que no pierdan más que la inflación y empiecen poco a poco a recomponer sus ingresos, y este es el propósito que nos hemos dado.
PERIODISTA.- ¿Coincide hoy que 19 mil pesos, hoy como jubilación mínima, es muy baja?
PRESIDENTE.- Sí, claro que sí, claro que sí, lo que pasa es que tenemos que tener presente también que esos 19 mil pesos ocurren en un país que, como producto de la pandemia y todo lo que tuvimos que invertir en ayudas sociales y en salud, va a terminar con un déficit arriba de 8 por ciento. De déficit fiscal estoy hablando.
PERIODISTA.- Claro, una cuestión más le quería hacer en términos económicos. En las últimas semanas, se habló mucho de miradas y estrategias diferentes entre Martín Guzmán y Miguel Pesce, el Presidente del Banco Central, en torno a cómo controlar los dólares paralelos, si existen esas diferencias y si cree que la inestabilidad cambiaria ya fue superada en este tiempo.
PRESIDENTE.- No. yo pienso que la inestabilidad va a terminar cuando terminemos de presentar nuestro programa trianual, que es lo que estamos discutiendo con el Fondo, y yo creo que ahí todos van a saber a ciencia cierta hacia dónde vamos. Para todos lo que hablaron, todos estos días, del ajuste y de que estamos haciendo ajustes, la verdad que lo único que les recomiendo es que lean el Presupuesto. Miren yo, yo soy un obsesivo del equilibrio fiscal, no soy de los que cree que un déficit fiscal no es malo, el déficit fiscal siempre es malo. Ahora, yo les recomiendo a todos que miren el presupuesto, en los últimos 110 años de la historia argentina hubo solamente cinco años donde la Argentina consecutivamente tuvo superávit fiscal, fueron en los años en que Néstor era Presidente y yo fui jefe de Gabinete. Entre él y yo éramos dos obsesivos del tema fiscal, y por eso logramos el resultado que logramos. Nosotros, este año, vamos a tener una caída fiscal de alrededor de 8 puntos y medio o 9, es muy grande, es muy grande, no es muy distinta a lo de todo el mundo porque es lo que se observa en Europa, se observa en Estados Unidos, en todos lados el déficit fiscal oscila esos números. Ahora, la Argentina tiene una diferencia, le es mucho más difícil recuperarse porque no tiene, ni emite dólares, como hace Estado Unidos, ni tiene al Banco Central Europeo atrás. Entonces, nosotros tenemos que ver cómo salir de este problema. Hicimos con Martín un Presupuesto, que yo me animaría decir, que es la primera vez en años, en décadas, en Argentina que hacemos un presupuesto sobre base cero, empezamos todo de vuelta. Y ustedes, yo los invito a que vean el Presupuesto del año que viene y van a ver, y si miran la inversión en infraestructura sube, y si miran la inversión en salud sube, y si miran la inversión en educación sube, y si miran la inversión en ciencia y tecnología sube, y si miran la inversión social sube ¿Qué es lo único que baja? ¿Saben que baja? Baja los intereses que hay que pagar a los acreedores, eso es lo único que baja. Si quieren ver dónde está el ajuste, vayan y mírenlo, está ahí el ajuste, no está en otro lado. Y estamos cumpliendo nuestra promesa de campaña, es que no iban a pagar los más necesitados el ajuste que la Argentina debía hacer. Entonces, a mí me parece que este es un primer paso para entender hacia dónde queremos ir. Y con el Fondo, yo ya le he planteado al Fondo, le planteé el primer día que hablé con Kristalina Gueorguieva, yo era candidato a Presidente en ese momento, se lo planteé a la delegación del Fondo que vino a la Argentina cuando yo era candidato. Miren, esta vez el programa lo hacemos nosotros y esta vez nosotros resolvemos cómo salir de todo esto, y ustedes que fueron corresponsales de este problema, lo que deben hacer, casi por una cuestión ética, es acompañarnos. Y la verdad es que yo siempre, sería injusto si yo dijera otra cosa, yo siempre he observado que Kristalina Gueorguieva hasta aquí se ha hecho eco de los problemas de la Argentina, observa con preocupación los niveles de pobreza que la Argentina tiene y nunca ha contradicho hasta aquí mis ideas. Y yo lo valoró mucho a eso, quiero aclararlo, ahora espero que se convierta en hechos todo este acompañamiento. Así que yo entiendo que cuando nosotros presentemos el programa de facilidades extendidas con el Fondo, donde hemos pedido que no nos tomen condicionalidades que tengan que ver con el desarrollo de los sectores más postergados. Yo creo que ahí vamos a empezar a tener estabilidad, ahí, porque todos van a tener muy claro el programa, van a tener todos muy claro el panorama y se van a disipar muchas dudas. Todas estas dudas que hay sobre si Martín Guzmán se pelea con Pesce, todos estamos arriba del mismo barco y todos tratamos de sostener la situación desastrosa que nos dejaron y tratamos de crecer, además, y todos trabajamos codo a codo, y somos todos una misma cosa. Y yo tengo una enorme confianza en Martín y tengo una enorme confianza con Miguel Pesce, y además como yo los conozco mucho a los dos de mucho tiempo, tengo mucha confianza que ellos saben entenderse para trabajar juntos. Así que el resto son especulaciones, no hay otra cosa.
PERIODISTA.- Nos quedan unos ciento veinte temas afuera (RISAS), pero vamos a entrar en el cierre ya de la nota así no le tomamos al mañana al Presidente. No voy a dejar preguntar por el Aporte Extraordinario de Grandes Fortunas, obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados ayer por la madrugada. Rápidamente desde la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, ayer salió a criticar esta media sanción, hace un ratito nada más en esta radio lo escuchaba a Daniel Funes de Rioja sostener que se estaba ajustando sobre el sector privado y demás. Quería consultar, ¿cómo ve ese aporte extraordinario? ¿Cuánto puede ayudar a las arcas del Estado, en definitiva? Y por otra parte consultarle si recibió llamados y demás, porque hay algo que se lo toma como una virtud en usted, y es esto de tener puentes en distintos sectores incluyendo el empresariado, ¿no? Y obviamente esos puentes a veces genera este tipo de tensiones, ¿recibió llamados que le dicen, “che, por acá no es”?
PRESIDENTE.- No. después de la sanción de la Ley no, antes de la sanción de la Ley sí. Inclusive, yo les propuse que se reunieran con Máximo y con Heller para ver sus propuestas alternativas. O sea, yo el aporte extraordinario lo trataría de presentar de otro modo, quiero ser sincero. Yo he tenido la oportunidad por mi condición docente, mi condición política de haber estado en muchas universidades del mundo dando charlas, clases, y muchas veces me llamaba la atención que entraba a un aula o a un auditorio, que se llamaba, por ejemplo, Juan Amorín. Y entonces, yo decía por qué se llama Juan Amorín este auditorio, bueno, porque este auditorio se hizo con recursos que puso Juan Amorín que es un hombre millonario y que quiso colaborar con la comunidad, y entonces todos nosotros en reconocimiento le hemos puesto su nombre a esto. Esto en el mundo central se ve permanentemente, permanentemente, y se ve de todo, se ven edificios públicos, se ven aulas, se ven plazas, se ven fundaciones, que colaboran con sectores más humildes. Piensen ustedes que raro sería que en Argentina y que grato sería en Argentina, que frente a una pandemia que nos ha hecho doler tanto, los que más tienen dijeran vamos a ayudar a los que están más postergados y que toda la sociedad dijera “gracias, gracias”, porque hablaría muy bien de esos empresarios, de esas personas que tienen estas fortunas, y el resto de nosotros deberíamos estar agradecidos por lo que hacen. Y la verdad si uno lo tomara de ese modo y esa fuera la actitud de quienes tienen que pagar ese impuesto, estamos hablando de alrededor de 9 mil personas en un universo de 45 millones de personas, la verdad es que todos tendríamos que estar agradecidos con su gesto, con su actitud, con su solidaridad. La Argentina lamentablemente tiene una historia donde el contador más inteligente, no disparen los contadores públicos nacionales les pido por favor, pero donde le contador más inteligente es el que hace pagar menos impuestos, y entonces esta todo como tergiversado. Pero sería valiosísimo que un día la Argentina pusiera 9 mil nombres en una placa recordatoria diciendo estos hombres, en la pandemia, ayudaron a la Argentina a salir adelante, sería maravilloso hacerlo. Ahora, no lo podemos hacer porque ellos sienten estar siempre infraccionado en sus recursos, y en verdad lo único que espera es un gesto de solidaridad de ellos, lo único que espera que una vez, una vez, la Argentina actúe solidariamente y que toda esa fortuna que hicieron, porque son muy hábiles empresarios, se desarrollaron en un mercado donde los argentinos confiaban en sus productos, una vez ayuden a la Argentina en una situación híper critica porque lo que nos está pasando no exclusivamente resultado de una mala gestión, es esencialmente también el resultado de una pandemia que ha afectado al mundo. Con todo esto, lo que quiero decir es que yo no puedo si no estar de acuerdo con este aporte excepcional y que me encantaría que los que tienen que pagarlo, que tienen que resignar dos puntos de su patrimonio, pongámoslo también en su punto justo, lo hicieran con la certeza de que la sociedad argentina le reconoce el esfuerzo. Y que los argentinos lo reconozcamos y digamos gracias, y empecemos otro tiempo donde la solidaridad se vuelva regla y no una excepción, y que no tengamos que sacar una ley para ser solidarios. Esto es lo que yo quisiera. Muchos empresarios me dijeron no, pero nosotros hemos elaborado poniendo comida para personas, bueno, eso está bien, pero una cosa es la responsabilidad social, que es de lo que habla esta Ley, y otra cosa es el asistencialismo de un sector pudiente frente a los pobres, son dos cosas distintas. Yo alegro, celebro y valoro lo que hicieron, pero es muy poquito frente a la crisis que vivimos.
PERIODISTA.- Galeano hacia la distensión siempre entre solidaridad y caridad.
PRESIDENTE.- Exactamente. Una cosa es la caridad y otra cosa es la solidaridad. Yo valoro la caridad, bienvenido sea, peor sería que no existiera, pero es mucho más valioso la solidaridad, la solidaridad a uno lo hacen ponerse el traje del otro y entender el sufrimiento del que carga ese traje. Esa es la solidaridad.
PERIODISTA.- En torno a la Justicia son dos, una, por un lado, es la Reforma Judicial que está en la Cámara de Diputados, pero todavía no se trató, y la otra, es todavía la candidatura de Daniel Rafecas como procurador ¿Cómo ve esta situación? sobre todo porque entiendo que le llegaron las recomendaciones del Consejo Consultivo sobre la forma de elegir a un procurador o procuradora.
PRESIDENTE.- Eso de las recomendaciones a mí no me llegaron todavía. Y como yo me comprometí a no interferir en el funcionamiento de la comisión, no tengo ni idea lo que van a decidir sus miembros; gente a la que yo respeto y valoro particularmente. Daniel Rafecas es el candidato a procurador que yo he propuesto, no tengo ninguna duda que creo que es el mejor candidato que puede existir. Lo conozco hace muchos años, fue compañero de catedra mío, fue ayudante de la catedra, es un hombre de una calidad técnica absoluta y de condiciones morales indiscutibles. Con lo cual, a mi juicio al mejor candidato que puede haber ¿Cuál era la tercera pregunta?
PERIODISTA.- La Reforma Judicial.
PRESIDENTE.- La Reforma Judicial. Ayer lo hablé con Máximo preguntándole un poco cómo estamos con esto, porque yo creo que debemos darnos cuenta, ya paso el momento inicial donde todos quisieron hacerles creer que esta ley era para lograr impunidad de alguien, para manipular jueces, bueno, esa ley no tiene nada que ver con eso. Esa ley lo que pretende es que no sintamos la vergüenza social que todos nosotros sentimos, cuando nos enteramos de que la causa de Río Tercero, de aquel polvorín que explotó, es elevada a juicio 23 años después. Esa ley sirve para que esto nunca más pase, porque esos 23 años pasaron no esencialmente porque la Justicia no se ocupó, sino porque la Justicia anduvo siguiendo los vaivenes de la política, y eso es una vergüenza. Y ahora es una vergüenza mandar a alguien a juicio por algo que paso hace 23 años, ahora eso pasa sostenidamente en la Justicia Federal Argentina. Además, cuando uno va al interior, uno va a Rosario y ve que el narcotráfico y el crimen organizado allí se ha instalado, y que necesita más fiscales, más tribunales, más cámaras de apelación para poder juzgar adecuadamente y rápidamente al crimen organizado, uno se da cuenta la importancia que esa ley tiene. Y lo que no entiende es por qué no lo tratan, porque allí, inclusive, a la hora de designar jueces en subrogancia, hemos puesto tantas condiciones para garantizar la trasparencia de esas designaciones, hasta que se haga el concurso, que uno no lo puede entender. Para poder nombrarlos, y en la Ley dice necesitas las dos terceras partes del Consejo de la Magistratura, con lo cual necesito que la oposición este de acuerdo. Pero, además he dispuesto que cuando se hagan los concursos, ustedes saben que los concursos de jueces reclaman tres instancias, ¿no? una instancia oral, una instancia escrita, o sea un examen escrito, un examen oral y una audiencia. Muchas veces, durante todos estos años, la audiencia permitió alterar el orden de méritos, después tuvo un límite a la audiencia que tiene el candidato con los consejeros, para que eso no pueda pasar. Entonces, siendo tan cuidadoso que no puedo entender porque no lo tratan, no lo puedo entender, y en esto también sufre el interior del país, porque el tercer capítulo de la Ley ha tomado un proyecto que era del macrismo, y que era una serie de tribunales que había que crear en el interior del país, tribunales federales, para mejorar el funcionamiento. Es incompresible que no lo traten. Y todo ese resultado de una prédica mediática falsa, falsa, que dice que es un proyecto hecho para lograr la impunidad de alguien, falso, todo mentira.
PERIODISTA.- ¿Ayuda Elisa Carrió cuando dice que hay que aprobar el pliego de Daniel Rafecas y que lo está defendiendo a usted de Cristina? A quién apoda madura, por ejemplo…
PRESIDENTE.- No, ese apodo no lo había escuchado. No, no ayuda, no, no ayuda, claramente no ayuda. Elisa Carrió ha dicho cosas horribles de mí, y la verdad es que yo no me siento atacado por Cristina de ningún modo, y no está en riesgo la institucionalidad de ninguna manera.
PERIODISTA.- Porque ella lo que sostiene en realidad lo está salvando a usted de Cristina, la relación con la Vicepresidente está bien.
PRESIDENTE.- La relación con la Vicepresidenta está perfecta y además no me siento atacado en nada con Cristina. Con Cristina puedo tener millones de diferencias como siempre hemos tenido, pero la conversamos y punto, y no pasa más que eso. Tiene que ver con lo habitual y lo cotidiano de una gestión, nada más. Claro, yo creo que ahí, ella intenta crear un escenario para sembrar dudas y espero que no la siembre, en mí no la siembra. Conozco su historia, conozco como actúa, es un poco más de su método.
PERIODISTA.- Presidente, muchísimas gracias por tomarse este rato y esto lo digo a título personal, gracias por tener la distención de atendernos particularmente a esta radio, lo hizo cuando era candidato y lo sigue haciendo ahora, así que gracias por ello. Un saludo.
PRESIDENTE.- El otro día te estuve elogiando como una de las promesas de la generación de periodistas, así que hay muchos jóvenes como vos que actúan éticamente, que critican lo que tienen que criticar, que valoran lo que tienen que valorar y a mí me parece que la Argentina sabe que necesita un periodismo sin odio, con mayor objetividad. Y yo, como ciudadano, lo agradezco porque hay días que no sé qué leer, un día Andy Kusnetzoff me dijo, fue algo que yo siempre repetí, me dijo, “¿dónde está la verdad en Argentina? ¿Quién me cuenta la verdad en Argentina?”. Y, entonces, dije “esto debe ser algo así, tenés que leer Clarín y La Nación, restarle Página 12 y Tiempo Argentino y ahí te da más o menos un promedio”. Ahora, es una locura vivir así, ¿no? es una locura vivir así. Yo lo que espero de verdad que el periodismo haga lo que tiene que hacer, que es informar adecuadamente, adjetivar menos e informar más, y siempre dejarse regir por la ética y por la verdad. Así que para mí es un gusto hablar con vos Juan y hablar con ustedes.
PERIODISTA.- Muchísimas gracias Presidente, un abrazo.
PRESIDENTE.- Abrazo muy grande.
PERIODISTA.- Hasta luego. Era el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, que pasaba en Crónica Anunciada.