La presidenta Cristina Fernández asumió esta tarde la presidencia pro tempore del Mercosur, en la Casa Amarilla de Caracas, Venezuela. En su mensaje, planteó los que van a ser los “grandes desafíos” del bloque y de la región en los próximos años. Afirmó que hay una “integración inteligente” y subrayó que “los commodities que producimos nosotros no van a alcanzar para el año 2050 si no le agregamos ciencia y tecnología”.
La Jefa de Estado afirmó, al asumir la presidencia pro tempore del Mercosur en Caracas, que está “convencida que estamos ante una nueva etapa en la civilización”. Afirmó, en coincidencia con su par de Uruguay, José Mujica que “hay millones de jóvenes que tienen distintas formas de comunicación, pero también vislumbro en esos millones de jóvenes que sienten una responsabilidad tal vez no en la forma que la asumimos nosotros, tal vez de otra manera, ni mejor ni peor, diferente”.
Sostuvo que “hay muchísimos jóvenes que visualizan una comunicación entre lo anterior y lo nuevo, y que es la necesidad de un nuevo modelo en un mundo injusto e inequitativo”.
La Primera Mandataria destacó también las palabras de su par de Brasil, Dilma Rousseff, quien “habló de la necesidad de fortalecer nuestros mercados internos como un modo de reaseguro”. Indicó que la presidenta brasileña “habló también de una industria no completa. Tal vez esta sea una de las claves, junto a lo que mencionaba Pepe (Mujica), conocimiento, ciencia y tecnología, que tenemos que completar”. “Lo que tenemos que tratar en la integración de de nuestras economías es que la parte que nos toca en la producción industrial sea la de mayor valor agregado”, enfatizó.
Cristina Fernández coincidió con Mujica en que “el conocimiento, la ciencia y la tecnología van a ser la clave en el siglo XXI, pero junto a la energía y los alimentos”.
Sostuvo que “la integración de nuestras economías internas no la van a hacer los empresarios, es una decisión que se toma desde la política, acompañando los esfuerzos empresarios. Si dejamos esta decisión solamente en el sector empresario, sin articularlos, no va a dar buenos resultados”.
Respecto a la relación con China, consideró que el país asiático les brinda “una mano” a los países de la región, ya que analizó que su desarrollo “no fue solo porque son 1400 millones, sino porque la política articuló la economía y no al revés”. Y recordó que “cuando Argentina en el año 49 fabricaba locomotoras, trenes, aviones, autos, rieles, hornos de fundición, Mao recién llegaba a Beijing, luego de una larga marcha, y una gran hambruna de su pueblo”.
La Presidenta analizó que “la clave está en subordinar la economía a la política, pero no para hacer gansadas o estupideces, sino para planificar el desarrollo de un país”. “Nos tenemos que notificar que ese gigante asiático es fruto de una meticulosa planificación, no económica, sino política, que en función de las políticas orienta la economía”, remarcó.
Señaló que en las relaciones internacionales “viene una nueva etapa”. Indicó que “hasta ahora fue la subordinación”, pero estimó que “el nuevo mundo mas que el de la subordinación, va a ser el de la complementación y la cooperación”.
Retornando a la relación con China, destacó que “ese gigante asiático está muy preocupado en que sus 1400 millones tengan su alimento y su energía. Por eso somos complementarios”. Asimismo, subrayó que “los commodities que producimos nosotros no van a alcanzar para el año 2050 si no le agregamos ciencia y tecnología”.
“Tenemos que apostar el mercosur y la región a una integración inteligente”, afirmó la Jefa de Estado. E invitó a sus pares a “bajar las reservas o los celos que tenemos a partir de las historias que nos han metido desde afuera, para dividirnos”.
La Primera Mandataria consideró que “la única frontera que tenemos en todo el continente es la cordillera de los Andes, las fronteras son totalmente artificiales”. “Se abre una gran oportunidad para toda la región. Depende de nosotros mismos, de cómo nos asociemos entre nosotros, para aprovechar esta oportunidad”, afirmó.
Remarcó la necesidad de “identificar en que podemos ser mejores, como debemos asociarnos”. Puso como ejemplo el caso de las automotrices radicadas en Argentina y Brasil, las cuales “nos importan las autopartes, sobre todo las de alto valor agregado, y muchas veces nos transfieren los autos que no pueden vender en europa para enjugar sus propios déficits”.
Cristina Fernández señaló que “ellos sólo firman los acuerdos que les convienen y donde siempre son ganadores los mismos. Nosotros tenemos que firmar acuerdos que sean win-win, donde haya multiples ganadores”. Y recalcó la necesidad de incluir a los excluidos, para que “los pobres que todavía no tienen su casa, su oportunidad de educación de progresar, lo tengan, a partir de estas asociaciones estratégicas”.
La Presidenta sostuvo también la necesidad de juntar, además de a los empresarios, a “nuestros cerebros, a nuestros consejos de investigadores, para ver qué tecnologías tenemos complementarias para poder avanzar”. Resaltó que en América Latina “tenemos un espíritu que cree en la cooperación y sabe lo que se sufre siendo colonizado y explotado”.
Por último, llamó a los mandatarios a “comprender que la integración es política, la solución es política, y si es política, la tenemos que dar nosotros, los políticos, elegidos por la voluntad popular.”.