La presidenta Cristina Fernández expuso en la reunión plenaria de Jefes y Jefas de Estado de Mercosur y países asociados, que se lleva adelante en el Palacio de Itamaraty, en Brasilia. Allí convocó a profundizar la integración regional y sostener la paz a través de la igualdad.

Agradecimiento a Dilma Rousseff

En primer término, la mandataria argentina hizo un reconocimiento al “afecto y la sinceridad” dispensados hacia la Argentina por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ”que es absolutamente retribuido por mi persona”, dijo.

Por más integración

Luego, recordó que “hace 8 años, cuando me tocó ingresar” como presidenta de la Argentina al bloque regional, la asociación contaba con sus 4 miembros originales; y remarcó que hoy, “con la incorporación del Estado Plurinacional de Bolivia, más la incorporación -que tanto nos costó y por la que tanto luchamos- de la República Bolivariana de Venezuela, ya somos 6”. Tras lo cual, puso de especial relieve “la magnitud de la importancia de la integración” y la necesidad de potenciarla, en detrimento de quienes plantean “volver a cambiar los términos de intercambio comercial” por los que “favorecieron a países del centro y perjudicaron a los países emergentes”.

Para la Mandataria argentina, “tenemos que profundizar la integración en términos reales” dado que, advirtió, el potencial como mercado comercial de Mercosur aún no ha sido debidamente explotado.

Asimismo, Cristina Fernández consideró que la integración regional constituye “un éxito para el Mercosur” y, a su vez, “un estrepitoso fracaso para los que durante años pronosticaron que el Mercosur finalmente iba a fracasar y no iba a servir”.

“Estoy convencida de que la unidad de la América del Sur va permitir sostener estos años de crecimiento económico y de inclusión social y económica sin precedentes que ha tenido la región”, dijo, aunque seguidamente advirtió que aún quedan grandes “desafíos” por adelante.

La necesidad de sostener las democracias en la región

En ese marco, recordó que hoy se cumplen 40 años de la puesta en marcha del denominado “Plan Cóndor”, que intervenía en los procesos democráticos de la región y procuraba cobertura para los dictadores. “Tal vez se esté pergeñando en algún lugar un nuevo plan”, previno. Y hasta arriesgó a señalar que, quizá, en este caso no se llame “Cóndor”, sino “Buitre”. “Por eso –dijo- tenemos que fortalecer más que nunca nuestra democracia”.

Por esa cuestión la Mandataria argentina remarcó la importancia de la Cláusula Democrática en la constitución del bloque regional, que sostiene que será removido aquel Estado cuyo gobierno sea derrocado, removido o no sea producto de elecciones libres y democráticas. “Esto debe ser sostenido no solo en el plano de lo jurídico, sino que también en el de lo político y lo social”, señaló.

La paz, ante todo

Luego, abogó por la pacífica resolución del conflicto que afrontan las Repúblicas de Guyana y Venezuela a partir del “cumplimiento de los tratados firmados por ambos países”, y sostuvo que por sobre todas las cosas, se deben preservar los instrumentos del Mercosur para resolver este tipo de litigios sin necesidad de intervención de potencias foráneas. “No es tan fácil, pero tampoco va a ser imposible”, remarcó.

En ese sentido, recordó las exitosas gestiones realizadas para superar dentro del marco institucional los intentos de derrocamientos de los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Rafael Correa, de Ecuador, como así también el haber podido suscribir el Acuerdo de Santa Marta, que evitó un enfrentamiento entre las repúblicas de Colombia y Venezuela, con la activa participación del ex presidente argentino Néstor Kirchner.

“Tal vez no tengamos el marketing de las Naciones Unidas, pero a la hora de solucionar conflictos sin tirar ni un solo tiro, hemos demostrado eficacia y eficiencia”, destacó.
No obstante, advirtió que “esto no significa” una crítica a Naciones Unidas dado que las autoridades del organismo multilateral mundial “tienen la mejor disposición para resolver conflictos, pero sufren presiones muy grandes” de algunos de sus miembros.

En cambio, refiriéndose a los países sudamericanos, aseveró: “Acá como somos los cinco estados iguales, resolvemos las cosas con mayor velocidad y eficacia”. “Deberíamos plantear que el tratamiento igualitario de los países, cualquiera sea su tamaño económico y su poderío es uno de los mayores inconvenientes que tiene el mundo para resolver su conflicto”, resaltó.

La igualdad como clave para la paz

La Jefa de Estado consideró que “la desigualdad entre los países es lo que está impidiendo resolver conflictos”, por lo que puso como “ejemplo” el caso de Unasur, donde “todos los estados que la conforman están en igualdad”. “Las decisiones se toman por unanimidad, es un buen ejemplo de resolver decisiones”, enfatizó.

“Yo no canso de enorgullecerme de ser sudamericana y ser miembro de Unasur”, subrayó, al tiempo que destacó que la Argentina, es “miembro fundador del Mercosur, que empezó con cuatro países y hoy cuenta con seis. Y ocupa la mayor cantidad de territorio y de población de Sudamérica”.

La Mandataria indicó que en la próxima reunión de Unasur y Mercosur en agosto, “seguramente podremos enfrentar problemas pendientes, pero a la vez tener una visión de cómo articular mecanismos que le den mayor efectividad a este formidable instrumento”. Por último, afirmó que a nivel internacional “se hace mucho hincapié en lo económico, pero los conflictos en el mundo siguen siendo profundamente políticos, tienen que ver con la geopolítico, en el cual la economía ocupa un lugar muy importante, pero la política sigue siendo fundamental”.

Junto a la Jefa de Estado argentina se encuentran el ministro de Economía, Axel Kicillof, el secretario de Comunición Pública, Alfredo Scocimarro, y el vicecanciller, Eduardo Zuain.