Gracias, muchas gracias.
Querido pueblo de Rosario; querido pueblo de Santa Fe; compatriotas; señora Intendente; señor Gobernador; señores gobernadores que me acompañan; autoridades nacionales, provinciales, municipales, eclesiásticas: otra vez aquí, junto al río Paraná un 20 de junio.
No quiero dejar de repetir una vez más, lo que a mi criterio tal vez algún día deberíamos los argentinos repensar. Hombres como Manuel Belgrano, político, economista que tomó las armas para defender la Patria, no debe ser recordado el día de su muerte, sino el día de sus victorias.
No es casualidad, no es casualidad que muchas veces se intente despojar a nuestros padres fundadores de su rol, de su verdadera personalidad.
Ese hombre que un 27 de febrero junto a las orillas de este río, enarboló por primera vez la enseña nacional, o tal vez aquel que triunfó en Tucumán y Salta un 20 de febrero y un 24 de septiembre. De ese Belgrano y tal vez en esa fecha, deberíamos recordarlo.
Pero tal vez, para los que nos escribieron una historia, donde parece que la política no existía ni las ideas tampoco, tal vez les importe recordar el día que Belgrano murió o que San Martín también murió o ese San Martín viejo, enseñándole las Máximas a su hija Merceditas. Nos las enseñaron de memoria desde el Billiken y desde el colegio toda la vida.
Me resisto y me resistiré toda la vida hasta el último aliento, a recordar a los combatientes de la Patria, como viejitos o el día que se murieron. Eran jóvenes comprometidos con ideales, con convicciones, con la Patria, con la política, sí con la política y con el Estado. Política y Estado para tener pueblo y nación, que son los verdaderos objetivos de hacer política y que tiene que tener el Estado. La nación, como entidad de todos los argentinos y el pueblo como protagonista inamovible de esa nación y de la democracia.
Cuando recién el gobernador hablaba de política y Estado y reclamaba la necesidad de reconstruir estos conceptos, es que prolijamente han intentado desterrarlos del lenguaje y de la conciencia colectiva, es mejor impulsar personalidades aisladas, es mejor tener a alguno que dé bien por una cámara de televisión, porque uno siempre es manejable, pero cuando los dirigentes representamos los intereses colectivos del pueblo, no nos puede manejar nadie, como no lo manejaron ni a Belgrano ni a San Martín ni a tantos otros, justo es reconocerlo.
Cuando el otro día, durante las fiestas patrias de la Semana de mayo, me tocó el inmenso honor de llevar el sable corvo del general don José de San Martín a su verdadero lugar, al Museo Histórico Nacional, y ver esa espada que liberó a medio continente, rodeada de las otras espadas que ayudaron a esa tarea, porque la liberación de un pueblo y de una patria nunca es tarea de uno solo, si no que es colectiva, ver esta espada rodeada de la espada del general Belgrano, del coronel Dorrego, al que pronto vamos a ascender a general post mortem también.
Ustedes saben, a mí me gusta mucho la historia, a Dorrego le decían El Loco, “El Loco Dorrego” y Dorrego nunca había aceptado ninguna promoción de grado militar que no correspondiera a haberla ganado en el campo de batalla.
Se la vamos a dar y no vamos a traicionar su mandato, porque él también ganó su lugar en la historia y merece también esas palmas de general que rodean hoy a San Martín y a Belgrano. Junto a ellos también, el almirante Brown, el brigadier general don Juan Manuel de Rosas, Lucio V. Mansilla, Las Heras, Zapiola, tantos que prolijamente y planificadamente escondieron en los pliegues de los libros de historia para mostrarnos personajes asépticos que poco tuvieran que ver con lo colectivo.
Ellos no fueron solos a la batalla, fueron acompañados por el pueblo y los que dieron su sangre y regaron con su sangre la campaña de los Andes, la campaña del Gran Norte de Belgrano, fueron precisamente los más humildes, los que en Jujuy no dudaron en respetar las órdenes de Belgrano y quemar todo lo que había y lo propio para que no cayera en manos del enemigo.
Estas son las cosas que muchas veces nos quieren ocultar, los sacrificios que hay que hacer para ser libres también. No se es libre gratis, no se es independiente gratis. Los que quieran contarles que las cosas, la patria, la nación, el progreso, el bienestar común se construyen únicamente sonriendo, no es así. Tampoco es cuestión de andar con cara…con cara, se puede sonreír también y hacerlo también con alegría y amor por las cosas que hacemos.
Por eso, yo quería decirles hoy a todos ustedes, que también hoy se cumple un aniversario y tal vez algunos no se acuerden, hacía más frío que hoy y fue el año pasado. Muy bien los chicos se acuerdan, será porque son jóvenes y todavía las neuronas les andan muy bien y muy rápido, pero exactamente el 20 de junio del año pasado, vine aquí a 4 días de aquella, de algún modo hay que llamarlo, sentencia entre comillas, de un Juez que no quería que le pagáramos a los acreedores ni que quiere que le paguemos a los acreedores. Quiero humillar y denigrar la soberanía argentina y, fundamentalmente, desencadenar un proceso de nuevo endeudamiento para todos los argentinos.
Me acuerdo que, no fue un 20 de junio fácil, aquel, los medios, basta recorrer la crónica y hasta que algún compañero también por ahí decía: “qué irá a decir esta después de la sentencia”, porque siempre, vieron, que a las mujeres nos dan por cuestiones así como de reacción
Yo les puedo asegurar que después de dirigir los destinos de la Patria y también participar como corresponde en la militancia de mi propia fuerza política, hay que derribar los mitos de que las mujeres somos medio histéricas, que queremos todo para nosotras y todo lo demás. Podemos dar clases.
Pero quiero recordar aquellos momentos del 16 de junio y del 20 de junio, los días posteriores inmediatos, donde hasta que en algún lugar se me aconsejó que lo que había que hacer era ir al juzgado de este juez y pagar al contado todo y así terminar con todos los problemas. Nosotros dijimos que era una trampa mortal, que no solamente eran esos 1.600 o 1.200 millones de dólares, sino que atrás venía mucho más.
Dicho y hecho: hace pocos días, en otra sentencia, que no merece llamarse así, se aparecieron que no solamente eran 1.600, sino 20.000 millones de dólares. Poco más, bastante más de la mitad de las reservas de nuestro Banco Central.
No estábamos equivocados, no era capricho, no era un ejercicio nacionalista a ultranza. Al contrario, era aplicar el criterio de racionalidad más estricto en términos económicos y jurídicos y también, de dignidad y soberanía en términos políticos.
Recién, el señor Gobernador mencionaba la democracia y las elecciones y yo quiero decirles desde este lugar, que esta función que me ha tocado vivir, no solamente en mis dos mandatos presidenciales, porque no nací Presidenta, nací militante, desde mi experiencia militante desde muy joven, más joven que muchos de ustedes tal vez, e institucional, luego del advenimiento de la democracia cuando me tocó acompañar a quien fuera mi compañero de vida como militante y cuando ganó sus primeras elecciones como intendente, luego tres veces como gobernador, presidente, yo acompañaba al lado suyo, como militante, como legisladora, todo esto me dio y me permitió ver un proceso histórico desde los 70 hasta la fecha. Y yo quiero pedirles a aquellos partidos de raigambre nacional, popular y democrática, que podremos tener matices, que podremos tener diferencias, que todavía quedarán algunos prejuicios de una historia que no fue fácil: el 16 de septiembre también, hace 60 años bombardeaban la Plaza de Mayo para terminar con el peronismo.
¡Miren cuánta violencia, miren cuánta tragedia en el medio para qué, si a las ideas ni a la historia las pueden destruir ni la violencia ni un decreto!
Digo, entonces, que muchas de las cosas que nos han pasado, han sucedido exactamente a contramano de lo que querían Belgrano, San Martín, Dorrego y tantos otros grandes patriotas, porque lograron dividir al pueblo, muchas veces a través de prejuicios, muchas veces también y es bueno reconocerlo, desde nuestro carácter de movimiento político, histórico, tantas veces proscripto, pero tantas veces renaciendo de nuestras propias cenizas y de nuestros propios errores.
Sé que podemos despertar, tal vez, por viejas historias en algunos partidos que tienen un origen popular, prejuicios. Pero por favor, nosotros también hemos olvidado y superado las cosas que nos han pasado cuando no se podía decir ni siquiera el nombre de Perón.
Hemos superado las proscripciones, mientras otros podían ir a elecciones; hemos superado la tragedia de nuestros desaparecidos. Les pedimos entonces a los demás que, con la misma grandeza, superen esos prejuicios y frentes a los grandes temas de la Patria, sin abandonar la identidad, sin abandonar la legitimidad del derecho a disputar el gobierno, frente a los grandes temas, como es el ataque que sufre nuestro país por parte de los fondos buitres, el ataque que muchas veces sufren las distintas democracias, no solamente la argentina, sino lo podemos ver en el continente donde ya no importa tener bases militares, hay bases mediáticas instaladas en el continente dispuestas a bombardear todos los días los procesos y proyectos populares.
Frente a eso, debemos superar las diferencias circunstanciales, debemos tener la grandeza de recordar lo que hizo Belgrano, lo que hizo San Martín, lo que hicieron los patriotas, superar esas diferencias y frente a esos grandes temas y en esos momentos ser uno solo.
Lo que pasa es que muchas veces estaban acostumbrados a que esas bases mediáticas bombardearan a una sola plaza, pero cuando logran construir un proyecto alternativo al proyecto democrático nacional y popular, comienzan a bombardear a todas las plazas, hasta a las que ayer alagaban también.
Tenemos que hacer aprendizaje para no cometer errores; debemos saber que, por sobre todas las cosas, con todos nuestros defectos, con los desaciertos y errores que seguramente hemos cometido en estos doce años de gestión, hemos protagonizado, junto a todos los argentinos, el mayor proceso de crecimiento económico con inclusión social de que se tenga memoria.
Se podrá discutir el tono de la voz, se podrá discutir si alguien es más o menos simpático, pero es hora, argentinos y argentinas, es hora compatriotas, que en honor a esos hombres que generaron ideas, que generaron libertad, nos pongamos a discutir sobre proyectos y propuestas y que los debates sean eso, propuestas para ver cómo logramos incluir a los que aún faltan incluir, cómo logramos profundizar el desarrollo, cómo logramos si hemos abierto miles de fábricas, seguir abriendo más fábricas, cómo logramos, si inauguramos cientos de centros científicos y universitarios, cómo hacer más investigación, más desarrollo, más ciencia y tecnología, más educación. Estas son las cosas que necesitamos los argentinos.
Yo quiero decirles a todos los hombres y mujeres de mi país, a todos los ciudadanos y ciudadanas, a mis compatriotas y también a esos compatriotas que aspiran a conducir los destinos de la Patria, que la historia no se escribe en la crónica de un noticiero ni en la página de un diario, la historia se escribe en el seno del pueblo, en cada barrio, en cada villa, en cada provincia, en cada lugar de la Patria donde haya un pobre, un necesitado, alguien que necesite la mano del Estado. No para ir como creen algunos a protegerlo y que lo sirvan. Al contrario, para ayudarlo y que pueda caminar con el conjunto de los argentinos.
Por eso este 20 de junio, para recordar a Belgrano, recordémoslo como lo que era, un combatiente de la libertad, un combatiente de la independencia, un combatiente de la nación y del pueblo.
Quiero decirles que siempre que he estado aquí me han hecho sentir muy bien; quiero decirles que siempre he sentido el cariño y el afecto de todos ustedes y quiero decirles que desde el lugar que esté, siempre estaré junto a ustedes, en todos los momentos y en los difíciles, más aún todavía.
Gracias, gracias Rosario, gracias Santa Fe, gracias Argentina por todo, los quiero mucho. (APLAUSOS)