PALABRAS DEL JEFE DE GABINETE DE MINISTROS, JORGE CAPITANICH, EN EL ACTO DEL DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL, 169° ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE LA VUELTA DE OBLIGADO, EN SAN PEDRO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Muy buenas tardes a todos y a todas.
Señor Intendente de San Pedro, Pablo Guacone; concejales; ministros del Poder Ejecutivo que nos acompañan; secretarios y demás funcionarios; intendentes de localidades vecinas de la provincia de Buenos Aires, y miembros de las Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Armadas, como así también vecinos, docentes, alumnos de establecimientos educativos que nos acompañan; toda la comunidad de San Pedro; pueblo argentino, que también nos escucha en esta oportunidad:
En primer lugar quiero expresar la adhesión y las cálidas salutaciones de nuestra Presidenta de Nación, la doctora Cristina Fernández de Kirchner, en conmemoración del Día de la Soberanía Nacional. En su nombre y en su representación venimos a rendir un justo y merecido homenaje a aquellos patriotas abnegados, luchadores, que con convicción, con firmeza, con coraje tuvieron la hidalguía de defender nuestro territorio nacional.
Hoy es un día en que todos los argentinos debemos rendir el justo y merecido homenaje que las páginas de nuestra historia deben reivindicar para don Juan Manuel de Rosas, que encargado de la Confederación en las relaciones exteriores, fue capaz de poner un coto a la prepotencia de aquellas potencias anglosajonas que se unieron precisamente con su poderío militar para pretender socavar las bases mismas de nuestra soberanía.
Es necesario y oportuno recordar que fue la ley 20.770 promulgada el 9 de octubre del año 1974, la que instituye el 20 de Noviembre como Día de la Soberanía Nacional. No cabe la menor duda que fue precisamente en un gobierno peronista, en el día en que se reivindica la Soberanía Nacional. Y no es casualidad asociar al movimiento nacional y popular de mayor capacidad de defensa de la soberanía, con la conmemoración de este día.
Pero también fue, el decreto 1.584 del año 2010, suscripto por la doctora Cristina Fernández de Kirchner, el que instituye este Día de la Soberanía Nacional como feriado obligatorio con el objeto de establecer los mecanismos de reflexión y de conmemoración de esta fecha. Ambas decisiones políticas jerarquizan este evento.
Y este evento, que es precisamente la conmemoración de la Vuelta de Obligado, no solamente debe adquirir la valoración inconmensurable de esta epopeya, porque fueron un puñado de patriotas, al mando de Mansilla, quienes fueron capaces de cercar el río con fuertes cadenas, hundiendo barcos para entorpecer la acción de los barcos de guerra y también los barcos comerciales y de carácter mercantil que acompañaban a la flota.
No es casualidad que el debate más importante aquel 20 de noviembre de 1845 estuvo signado precisamente por defender la soberanía en virtud de las tres cuestiones más importantes que se debatieron en la República Argentina, en aquellas Provincias Unidas del Río de la Plata, en el marco de la organización nacional.
La primera discusión central entre unitarios y federales precisamente tenía que ver con la representación exterior de la Confederación y la distribución de la renta aduanera. En segundo lugar, con la libre gobernabilidad de los ríos interiores, y en tercer lugar y en forma concomitante y paralela, la discusión central entre el libre comercio y el proteccionismo.
Esta es la verdadera raíz y la matriz ideológica de los enfrentamientos estructurales de la República Argentina, los hechos y los episodios históricos están basados precisamente en luchas de carácter filosófico, político e ideológico, porque de lo que se trata es de luchar contra aquellos intereses que pretenden enajenar la soberanía nacional.
Y allí reside el valor simbólico, el valor simbólico no solamente es el valor de aquellos que fueron capaces de ofrendar y dejar su vida en esta lucha; el valor patriótico no solamente consiste en utilizar las herramientas contra la flota más poderosa del momento; el valor patriótico reside precisamente en tener la plena conciencia de que liberar la navegabilidad de los ríos interiores tenía en ese momento otra raíz de discusión geopolítica, era la Banda Oriental, y lo que pretendían siempre las potencias extranjeras era su exclusión de la Confederación, como luchó oportunamente Artigas, precisamente para tratar de sojuzgarnos, dividiéndonos como siempre han pretendido hacer las potencias extranjeras con nuestra patria grande sudamericana, con nuestra patria grande cuyos próceres siempre debemos reivindicar en la lucha en defensa de nuestra soberanía.
No cabe la menor duda que la Aduana de Montevideo y la libre navegabilidad estaba asociada al comercio. Eso era lo que efectivamente establecía que en esa flota anglosajona no solamente traían barcos de guerra sino barcos mercantiles, porque pretendían claramente establecer una base de carácter comercial para extraer y expoliar nuestras riquezas. De eso se trata, la defensa de nuestra soberanía; de eso se trata, la defensa de nuestro territorio; de eso se trata, enancar esto y enarbolar estos valores patrióticos que estos hermanos nuestros supieron defender.
Pero quisiera por último decir qué es lo que hoy reivindicamos. Reivindicamos la soberanía, esa capacidad de ejercicio de poder autónomo en un territorio, esa capacidad de decidir por nosotros mismos; esa capacidad de gobernar nuestro espacio, de tener la capacidad de tomar decisiones por nosotros mismos. Esto significa ejercicio pleno de la soberanía. Por eso es importante que hoy reflexionemos respecto a la soberanía de las decisiones que hemos adoptado en los últimos tiempos.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo una decisión soberana cuando estatizó las AFJP que eran patrimonio de un grupo privilegiado de bancos y del sistema financiero, para redistribuir esa riqueza en jubilados, en niños, en adolescentes y jóvenes, para garantizar la inclusión social.
Néstor Kirchner puso claramente de relevancia el ejercicio de la soberanía cuando no aceptó de ninguna manera la imposición del Fondo Monetario Internacional para las políticas de sojuzgamiento en la Argentina. O cuando se plantó ante el mundo financiero internacional y dijo: no estamos dispuestos a pagar la deuda externa con el hambre de los argentinos, y esa es una reivindicación absolutamente legítima y soberana. Así como también fue una decisión soberana cuando se estatiza Yacimientos Petrolíferos Fiscales, precisamente para preservar nuestros recursos estratégicos, con el objeto de lograr soberanía energética que nos permita garantizar la plena autonomía para nuestro desarrollo.
Tomar una decisión soberana también significa la capacidad de ejercer soberanía alimentaria. Eso implica generar estímulos para la producción de agroalimentos, pero también y esencialmente defender la mesa de los argentinos para garantizar que cada argentino tenga la inclusión social, la perspectiva y la posibilidad de tener alimentos en condiciones sustentables, razonables, y a precios justos y equitativos, sin permitir el acceso prohibitivo de los mismos. Eso significa soberanía.
Como así también la soberanía que somos capaces de ejercer cuando mediante el desarrollo, la innovación tecnológica y el crecimiento de la asignación de recursos para la educación, la ciencia y la tecnología, nos sentimos los argentinos orgullosos por poder lograr el dominio de la tecnología satelital, porque somos capaces de tener un satélite en una zona geoestacionaria para tener soberanía en materia de telecomunicaciones.
O también cuando logramos el desarrollo del acceso a la tecnología nuclear para producir energía en ciclo completo de buena calidad. Eso significa ejercicio pleno de la soberanía.
O también es ejercicio pleno de la soberanía cuando la presidenta de la República, la doctora Cristina Fernández de Kirchner, le dijo no a los fondos buitres, capitales minoritarios especulativos de nivel internacional que pretenden sojuzgar la soberanía de los pueblos. Eso es ejercer soberanía.
Ejercer soberanía es proteger nuestro territorio, que es también el fruto del esfuerzo de próceres de generaciones y generaciones que dejaron su vida, como aquí nuestros patriotas en la Vuelta de Obligado. Eso nos permitió tener un territorio, pero también nos permite tener una nación con tendencias, actitudes, valores que coexisten y conviven en el territorio. Nuestro territorio, nuestro ámbito geográfico de referencia, también es un ámbito de paz, es un ámbito en donde somos capaces de construir nuestra identidad, plural, abierta, con múltiples religiones que conviven, pero también con expresiones culturales diversas.
Pero también ese territorio, también esa nación necesita un Estado, que es la nación política y jurídicamente organizada. Ese Estado tiene que ser administrado por un gobierno, y ese gobierno debe ser elegido por la voluntad popular. Y es en el pueblo como sujeto actuante de la nación en donde reside la soberanía principalísima de los pueblos, cuando son capaces de elegir a sus gobernantes y sus gobernantes deciden no traicionar esa voluntad popular.
En definitiva, quiero transmitirles con este mensaje que la profunda reflexión que nos invade hoy en la Vuelta de Obligado es una reivindicación a nuestros héroes anónimos, aquellos que fueron capaces en algún momento de empuñar un fusil en defensa de la patria. En otros momentos fueron capaces de participar activamente en las movilizaciones populares para defender nuestros derechos, o en otros momentos lograr que en definitiva nuestro territorio, nuestro espacio, nuestra nación y nuestro Estado no sean objeto de una utilización incorrecta, indebida y antipatriótica de otros intereses.
Por eso hoy es un día para conmemorar, un día para reflexionar, pero un día para rendir homenaje a todos quienes anónimamente, o quienes son reconocidos como próceres o quienes son reconocidos a través de la historia como líderes que han quedado en el recuerdo y en la memoria colectiva de nuestro pueblo, simplemente por haber sido capaces de defender la soberanía en cada lugar de nuestro territorio y tomando la decisiones para favorecer únicamente al único destinatario que se debe favorecer en el ejercicio soberano de la responsabilidad del gobierno, al pueblo argentino. ¡Salud! Muchas gracias.