Discurso del Canciller Héctor Timerman ante la Asamblea General de la ONU

  • Compartilo en redes :

Discurso del Canciller Hector Timerman en ocasión de la aprobación en la Asamblea General de la ONU de la Resolución "Hacia el establecimiento de un marco legal multilateral para los procesos de reestructuración de deuda soberana"

TIMERMAN: Sr. Presidente,

Un nueve de septiembre como hoy, hace exactamente 50 años en este lugar, un diplomático argentino llamado José María Ruda realizó un histórico alegato en el que expuso la posición de mi país contra todas las formas de colonialismo.

Como hace medio siglo, y una vez más, el pueblo argentino recurre a las  Naciones Unidas con un tema de enorme importancia no sólo para mi país sino para la comunidad internacional  toda, orgullosos de que ello ocurra en profunda coincidencia entre los países del mundo en desarrollo.
Venimos a las Naciones Unidas porque consideramos que es éste el foro internacional más representativo; y la Asamblea General, el espacio democrático por excelencia ya que todos los Estados participamos en este órgano, en condiciones de plena igualdad.

Sr. Presidente,

Deseo reconocer su liderazgo como Presidente de nuestra Asamblea General en su 68vo. Período de sesiones y las eficientes gestiones por usted realizadas para convocar esta sesión plenaria, en un todo de acuerdo con las reglas de procedimiento y con total transparencia.

Celebramos, asimismo, la aprobación de este proyecto resolutivo presentado por el Grupo de los 77 más China, espacio que como ningún otro ha sabido señalar los efectos devastadores de la injusta distribución de la riqueza global y que es capaz de proponer valiosas iniciativas tendentes a construir un mundo más justo, libre y solidario.

En este marco, deseo destacar el liderazgo del Presidente del G77 más China, el Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Sacha Llorenti Solís quien representa cabalmente la voluntad de nuestro grupo, voluntad que no acepta presiones distorsivas ni se deja vencer por el escepticismo o la indiferencia de los opulentos.

Sr. Presidente,

La trascendente votación que acabamos de realizar es la expresión más contundente de esta representatividad global: los pueblos del mundo hemos hablado y decidimos que es hora de comenzar a trazar conjuntamente un camino ético, político y jurídico capaz de ponerle frenos a la especulación desenfrenada, eligiendo el camino del derecho justo que es el que se construye a través de un debate plural y democrático, como éste, en donde todos, exactamente todos, tenemos voz y voto.

La resolución que hemos votado es, asimismo, el fiel reflejo de la relevancia y urgencia que la clara mayoría de las naciones del mundo le asignan a una realidad que nos encuentra desprotegidos ante el uso y abuso que hacen los especuladores de la laguna normativa existente en el actual sistema financiero internacional, en materia de reestructuración de deuda soberana.

Hemos decidido que ha llegado el tiempo de darle al sistema financiero un marco legal para la reestructuración de la deuda soberana, que respete a la mayoría de los acreedores y que le permita a los países salir de las crisis en forma sustentable. Miles de millones de dólares van a los bolsillos de los dueños de los fondos buitre gracias a este vacío legal.
Este vacío no es fruto del azar. Quienes se dedican a este negocio, escandalosamente rentable, invierten un porcentaje de sus ganancias en campañas y lobistas para que la situación no cambie. La falta de un Marco Legal Regulatorio para la Reestructuración de la Deuda Soberana tiene un correlato directo con la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo y la inseguridad que sufren los países históricamente golpeados por la deuda externa. Países donde no vive ninguno de los dueños de los fondos, ni sus lobistas, ni tampoco sus abogados.

Señor Presidente,

Desde hace más de una década, los países en desarrollo pero también muchos países desarrollados que no creen que la dignidad de los pueblos termine siendo rehén de la mano invisible del mercado, venimos sosteniendo que el mundo no se puede permitir un escenario en el que las reestructuraciones de deuda soberana queden libradas a la discrecional voluntad de los agentes especuladores; que les tenemos que poner un límite; un límite que vaya más allá de la enunciación retórica de directrices y principios.

Desde hace  más de una década, en distintos foros y ámbitos de esta organización, tanto países en desarrollo como desarrollados, hemos explicitado la necesidad de contar con un marco legal que establezca reglas eficaces y transparentes para lograr procesos de reestructuración de deuda soberana, ordenados y previsibles.

Sr. Presidente,

Permítame dirigirme particularmente y con todo respeto a los países que no han acompañado la Resolución que acabamos de aprobar, específicamente a aquéllos países que concentran la actividad financiera internacional.
Deseo recordarles lo que una y otra vez dice nuestra Presidenta, también en este recinto: todos sabemos que las finanzas no son posibles sin la producción, que un país quebrado no está en condiciones de devolver lo prestado, que los países desarrollados se benefician con el crecimiento de los países en desarrollo no solamente por el círculo virtuoso que genera la integración de más países a la demanda global sino, especialmente, porque un mundo más inclusivo, justo y seguro supone la existencia de una economía global más equilibrada y eficiente.

Al mismo tiempo, todos sabemos que muchos países a lo largo de los últimos 200 años han incurrido en defaults y, por ende, en la necesidad de reestructurar sus deudas soberanas. Y además sabemos que actualmente es un dato de la realidad, la existencia de varias naciones con niveles de endeudamiento ostensiblemente superiores a los que exhibía la República Argentina antes de entrar en default en el año 2001. Por lo tanto, es evidente que también está latente la necesidad de que, en el corto plazo, estos países requieran de un sistema previsible, justo y sustentable de reestructuración de deudas soberanas.

Asimismo considero oportuno destacar, en referencia a la inversión financiera, que la ausencia de un Marco Legal para la Reestructuración de Deudas Soberanas, a partir del caso argentino, se ha transformado en un problema grave para los fondos inversores, pues la mayoría de ellos reconocen la bondad de respetar el acuerdo con la mayoría de los acreedores.

En este sentido creo que nada muestra con más claridad la necesidad de un marco legal regulatorio que  la situación por la que atraviesa mi país desde que un juez de esta misma ciudad permitiera que el 1% de los acreedores, los usureros internacionales llamados  fondos buitres, bloqueen los fondos que Argentina pagó al 92,4% de los acreedores que adhirieron a la reestructuración que permitió la recuperación económica del país.

Señor Presidente,

Nuestra preocupación no es novedosa y ya ha sido explicitada anteriormente en otros foros y en todos los términos posibles, tal como lo describiera el Presidente del G77 más China al presentar el proyecto de la resolución que acaba de ser aprobada.

Desde el año 2003 en Naciones Unidas venimos trabajando sobre el tema de la deuda soberana y los obstáculos que presenta para el desarrollo sustentable de los pueblos la ausencia de un marco legal adecuado para los procesos de reestructuración de deuda soberana.

Señor Presidente,

Lo que hoy hemos decidido democráticamente, es no sólo expresar lo que nuestros pueblos demandan, sino también hacer lo que nuestros pueblos merecen: ser libres y soberanos para vivir una vida digna. Y vivir sin temor a ser víctimas de la especulación y la codicia.

Hemos decidido, fundamentalmente, cambiar el futuro, y prevenir que más pueblos sigan pagando eternamente con hambre y miseria, los desorbitantes privilegios de los dueños de los fondos buitre, esos siniestros  señores de la opulencia.

Señor Presidente,

Si las Naciones Unidas fueron capaces de regular desde nuestras relaciones diplomáticas hasta el aprovechamiento de los recursos marítimos, desde la necesidad de instaurar un régimen de no proliferación de armas de destrucción masiva a la condena universal de los crímenes más aberrantes, cómo no íbamos a poder decidir lo que hoy hemos decidido: elaborar un marco legal multilateral para los procesos de reestructuración de deudas soberanas.

Sr. Presidente,

Honrando a quienes nos precedieron,  estoy convencido de que con la aprobación de esta resolución hemos asumido el compromiso de la hora: Reconocer el derecho de todos, especialmente de nuestros niños y jóvenes,  a vivir un presente y un futuro mejor, desterrando una de las causas que contribuyen a generar la violencia que tanto nos preocupa y que destruye la paz que tanto necesitamos.

Sr. Presidente,

Trabajemos juntos para seguir construyendo un mundo justo, libre y soberano.

Muchas gracias.

Video

Galería

La ONU aprobó el proyecto de resolución para dar un marco regulatorio legal a la reestructuración de las deudas soberanas
La ONU aprobó el proyecto de resolución para dar un marco regulatorio legal a la reestructuración de las deudas soberanas
La ONU aprobó el proyecto de resolución para dar un marco regulatorio legal a la reestructuración de las deudas soberanas