La presidenta Cristina Fernández destacó que el problema de la deuda exterior de la República argentina es “complejo, histórico y que nos atañe a los argentinos de hoy y del futuro”. Sostuvo que dicha historia “comenzó en 1976, cuando el monto total de la deuda ascendía solamente a 8 mil millones de dólares”. Subrayó que la deuda, a partir de allí fue “creciendo exponencialmente y convirtiéndose en un condicionante severo del desarrollo argentino”.
Sostuvo que luego del default de 2001 “algunos hablaban de repudio de la deuda externa”, pero recordó que “a partir de 10 de diciembre de 1983, todos los parlamentos aceptaron la deuda y esta deuda se fue acrecentando cada vez más”. “Pudimos llegar a un acuerdo luego de numerosas reuniones y viajes, a reestructurar esa primera parte de la deuda que llegó a un 76% de nuestros acreedores”, los cuales “aceptaron quitas y esperas que significaron reducción de la deuda por primera vez”.
La Jefa de Estado enfatizó: “Desde allí comenzamos a pagar. El gobierno que no había contraído ninguna deuda, por lo contrario pagaba la deuda de todos los años anteriores”. Puntualizó que a ello se agrega el canje de 2010, en el que se logró “una adhesión inédita del 92,4%”. A ello se agregan el pago de la deuda completa al Fondo Monetario Internacional, el acuerdo con el Club de Paris, y los acuerdos por la expropiación de YPF y por los juicios ante el CIADI.
Aseguró que “son años de desendeudamiento pero también de desarrollo, porque todo esto no se pagó con el hambre de los argentinos”. “Paralelamente al pago de esa deuda, pudimos pagar gran parte de la deuda social de los argentinos. Mientras haya un pobre, no podemos estar conformes”, remarcó.
Diferendo con los fondos buitres
La Primera mandataria afirmó: “Con los fondos buitres también tratamos de negociar. Por definición, el negocio de los fondos buitres es no negociar”. Señaló que dichos fondos “mediante el acoso judicial pretenden cobrar el 100%, punitorios e intereses a un nivel de usura” y “obtienen sentencias como las de Griesa, que reconoce una ganancia de 1600% por plazos de 4 o 6 años”.
Puntualizó que los fondos buitres, desde 2001, entablaron “contra nuestro país, más de 900 causas judiciales y 80 intentos de embargo”. Sostuvo que “fracasaban porque hay un reconocimiento de inmunidad soberana, que forma parte del derecho internacional”.
Pero indicó que frente a ello “el juez griesa inventó al servicio de los fondos buitre, una extravagante interpretación de la cláusula pari passu. Al no poder embargar ni dinosaurios, ni fragatas, ni embajadas, embargó lo que no era de la Argentina: los fondos de los acreedores que habían ingresado al canje 2005-2010”.
Cristina Fernández resaltó que “Argentina cumplió de acuerdo a los contratos que había firmado con los adherentes, y depositó en tiempo y forma y en el banco de nueva york, la suma de 1150 millones de dólares”. Aseguró que de esa suma, “539 millones de dólares quedaron en una suerte de limbo jurídico: ni fueron embargados, ni le fueron abonados a los acreedores”, pese a que la Argentina pagó en la fecha y el lugar que había que pagar”.
Voluntad negociadora de la Argentina
La Presidenta comentó que “siempre se dijo que argentina no quería negociar”, pero lo desmintió: “Argentina concurrió a todas las audiencias, y por primera vez desde 2001, un ministro de Economía de la República Argentina tuvo dos reuniones con los titulares o representantes de los fondos buitres, para tratar de llegar a un acuerdo. Y fue imposible, porque el negocio de los fondos buitres es no negociar”.
Señaló que “algunos en Argentina dijeron que hubo impericia de una señora y de su joven ministro de Economía”. No obstante, indicó que “intentaron negociar con ellos bancos nacionales, también fracasaron ellos; luego fueron bancos extranjeros, a quienes nadie podrá tildar de no tener pericia, y también fracasaron”. “El titular de uno de los fondos dijo dimos por terminadas las negociaciones, porque ninguna de las ofertas se acercan a lo que nosotros pretendemos. Pretenden el 100% de los bonos y una ganancia del 1600%, algo impagable e inmoral, porque es la usuara institucionalizada”, enfatizó.
La jefa de Estado aseguró que “Argentina tiene la vocación de defender la reestructuración de la deuda de 2005 y 2010, que son los que creyeron en Argentina, y que vienen cobrando en tiempo y forma”. Y agregó: “También queremos un acuerdo con el 100% de los acreedores, en forma justa, legal, equitativa y sustentable”.
Respecto a la apelación del Citibank que tratará la Cámara de Apelaciones de Nueva York, el próximo 18 de septiembre, indicó: “Espero que así como el juez Griesa resolvió a favor del Citibank y le permitió pagar, tenga la misma mirada y la misma decisión jurídica respecto de otros bancos”.
Proyecto de ley de pago soberano local de la deuda
A continuación, la Primera Mandataria comunicó que el Poder Ejecutivo enviará un proyecto de ley al Congreso Nacional para asegurar el pago de la deuda. “Yo dije que ninguna decisión iba a ser tomada sin recurrir al Parlamento nacional. Siempre hemos cumplido y hemos enviado al Congreso todo lo negociado en materia de deuda externa”, enfatizó.
La Presidenta expresó: “Hemos decidido una ley del pago soberano local de deuda externa de la República Argentina”. Sostuvo que el objetivo del mismo es “implementar instrumentos legales que permitan el cobro de servicios al 100% de los tenedores en salvaguarda del orden público nacional y de los contratos firmados” en las reestructuraciones de 2005 y 2010. “Debemos ser esclavos de nuestros propios contratos, y también incluir en esta ley a esos que no entraron, que son el 7,6%”, enfatizó.
Por ello, en el proyecto se autoriza al Ministerio de Economía a adoptar las medidas necesarias para remover al BONY como agente fiduciario y establecer el Nación Fideicomiso, para que se paguen los títulos a los tenedores de deuda. Aseguró que “es muy importante la figura del fideicomiso, porque cuando alguien pone algo en una cuenta corriente común, puede sacarlo, moverlo, transferirlo; cuando uno crea una cuenta de fideicomiso por ley, el único fin es el establecido por la ley”. “Ningún Presidente podrá tocarlos porque son de nuestros acreedores”, resaltó.
La Jefa de Estado señaló que “los acreedores de los bonos podían, comunicándoselo a la Argentina, cambiar de fideicomiso y nosotros debíamos hacerlo”. Indicó que en función del artículo 7, “si algún tenedor así lo quisiera, esto es absolutamente voluntario, se lo cambia por otro bono, en la misma moneda, en los mismos plazos, para asegurarle su cobro. Pero esto no es una obligación”.
Afirmó que “esta norma incluye por primera vez a todos los que no ingresaron a los canjes anteriores. No solamente lo abrimos, sino que permitimos pagarles con los mismos bonos”. Sostuvo que esta medida tiene que ver con que “nadie diga que Argentina se niega a pagar: lo que se niega el gobierno argentino es a ser extorsionado”. Y agregó: “No vamos a esperar que ese 7,6% venga a pedirnos el canje. Vamos a depositar aún sin que se presenten al canje, para que estén a disposición cuando quieran cobrar sus títulos”.
Cristina Fernández anunció la publicación del proyecto de ley en la página web de la Presidencia de la Nación y del Ministerio de Economía. Sostuvo que se remitirá al Congreso Nacional no solo el proyecto con sus fundamentos, sino “el expediente completo, porque la historia no empezó ayer, ni termina hoy o mañana, la historia continúa”.
Necesidad de unidad de los argentinos
La Jefa de Estado afirmó: “Sé que estoy atravesando un momento en el que todos los argentinos tenemos grandes responsabilidades”. En ese marco, señaló que “tenemos muchas diferencias, en materia económica, en política exterior, derechos humanos”, pero consideró que “en materia de soberanía, en lo que hace a que a la Argentina no la sobreendeuden mas, en momentos en que estamos saliendo, en momentos en que hablamos sobre la posibilidad de autoabastecimiento energético, esto es para los futuros gobiernos, para las futuras negociaciones”, esas diferencias deben ser dejadas de lado.
“Si yo firmara lo que algunos pretenden, la bomba no explotaría ahora. Encontraría a alguien que volviera a prestarle a la Argentina, pero entraríamos nuevamente en la ronda fatal de endeudamiento, que fue lo que permitió que durante décadas generaciones no creyeran en nuestras posibilidades, que miles de argentinos tuvieran que emigrar para sobrevivir”, estimó. “Les pido a todos que en todo lo que estamos en desacuerdo, sigamos estando en desacuerdo; pero en esto, estemjos todos juntos en la defensa de los intereses de los argentinos”, reclamó la Mandataria.