PALABRAS A LOS MILITANTES DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ, LUEGO DEL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PLAN DE VIVIENDAS, DESDE LA GALERIA DE LOS PATRIOTAS DEL BICENTENARIO, CASA ROSADA.
Hola, muchas gracias a todos y a todas por acompañarnos, ayer los compañeros de las distintas organizaciones juveniles y no tanto habían cruzado el charco, inclusive compañeros de la Patria Grande, del Paraguay me estaban esperando a la salida, antes de ir a esa ceremonia tan emotiva, como fue la de restituirle al pueblo paraguayo parte de su patrimonio histórico: los muebles del Mariscal Francisco Solano López, que lo tenemos también esta Galería de los Patriotas. (APLAUSOS).
Y miren lo que son las cosas, cuando el Pato Urribarri, hace unos meses atrás me había propuesto que fuéramos a devolverle esos muebles, que estaban en un museo de la Ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos, yo realmente pensé seguramente fueron muebles, miren lo que son los prejuicios, que se quedó algún militar, después de la Guerra de la Triple Alianza, cuando masacraron a los paraguayos y fueron y se quedaron con los muebles como botín de guerra. Era un prejuicio que yo tenía. Y cuando estábamos, ayer, en el acto porque todos los días se aprende algo nuevo, o en realidad se confirma lo que siempre hemos sabido, cuando estábamos en el acto escuché que en el acta, que daba lectura la escribana paraguaya, que recibía los muebles, se mencionaba que los mismos habían sido donado, en Ley 85, al gobierno entrerriano, por una señora, cuyo nombre no recuerdo, pero sí recuerdo que el apellido Lanús y me quedó grabado porque yo estaba convencida que habían sido capturados como botín de guerra por algún militar.
Y luego, durante el almuerzo, con el presidente Cartes y con algunos de los gobernadores que me habían acompañado, le pregunto al Pato, que estaba en la punta de la mesa: “me contás cómo es esto de quién donó los muebles”. Y ahí me cuenta la historia, parece ser que - porque no se sabían que eran los muebles del Mariscal Francisco Solano López – se hizo la donación y un historiador descubrió de quiénes eran y la persona que lo donó debía ser chozna o tatara-tataranieta de un tal Anacarsi Lanús. Y yo digo, quién es Anacarsi Lanús. Me dicen que fue el proveedor de armas, de pertrechos y de viandas, del General Bartolomé Mitre, para la Guerra de la Triple Alianza de la Argentina. Y un detalle más, ese Anacarsi Lanús, el que donó, después, a Bartolomé Mitre, el edificio en la Calle Florida, donde fue la sede inicial del diario La Nación. Estás cosas, sí, fíjate, que yo no lo sabía (se fue el satélite)
y los grandes negocios de la guerra, no de la Guerra de la Triple Alianza del Paraguay, sino en todas las guerras, quiénes son los interesados que siga habiendo guerras en el mundo, chicos masacrados porque cuando uno ve lo que pasa en la Franja de Gaza, cuando uno ve niños, mujeres y ancianos no puede dejar de olvidarse que es exactamente lo mismo que pasó con el pueblo paraguayo. La historia se repite y son siempre los mismos beneficiarios entre bambalinas. De ellos nada se sabe, o como ahora cuando recién seguramente ustedes escuchaban lo que pasó con esta imprenta que cerró por quiebra.
Y vemos, entonces, cómo con distintos instrumentos, que pueden ser fusiles, cañones y tanques, bombas, misiles o drones, de lugares lejanos, y que nos suena casi exótico, pueden también – con otros instrumentos, que parecen mucho más inofensivos- pero que pueden ser mucho más letales porque, en definitiva, cuando un pueblo pierde su soberanía política y económica, finalmente, se termina pagando con la sangre de las generaciones que preceden a esos endeudamientos y que después están. (APLAUSOS).
Nada es gratis, compañeros y compañeras, nada ha sido gratis para los argentinos en estos 200 años de historia. No me refiero a todos los argentinos, me refiero a las mayorías esas que lucharon en las guerras de independencia y que lograron formar el ejército de San Martín, de Belgrano, de Güemes, para finalmente liberar la Patria. Me refiero al pueblo y me refiero también a las luchas de los trabajadores del siglo XX para culminar, finalmente, con el primer gobierno de los trabajadores, en serio, que fue el gobierno del General Perón, en el año 1946. (APLAUSOS).
Y me refiero a esta nueva etapa, de nuevos derechos, donde no solamente hay trabajadores, sino que hay usuarios, consumidores, estudiantes, científicos, comerciantes, empresarios. Hoy tuve, como presidenta y como ciudadana, tal vez uno de los momentos más gratos de toda mi presidencia, un trabajador, en la Residencia de Olivos, me venía a agradecer que había podido completar su secundaria, a partir del Plan FINES. Estas son las cosas que nunca nadie te podrá quitar, porque mientras haya argentinos que te recuerden porque gracias a las políticas, no a las personas, porque siempre han querido confundir a los gobiernos populares con populismo, o con un culto a la personalidad, como si los liderazgos fueran cultos a la personalidad, y como si fuera, además, poder liderar una sociedad si no haces cosas por la sociedad. Cuando lideras una sociedad no hay ningún culto a la personalidad, es simplemente el reconocimiento a las políticas que un proyecto ha podido derramar sobre todo un pueblo para mejorar sus condiciones de vida. (APLAUSOS). Y de eso se trata la memoria colectiva, de saber porqué pudiste ir a la universidad, porque a veces es bueno que entiendas porqué pudiste ir a la universidad. Porque sabes lo que pasa, si no entendés porque pudiste ir a la universidad y tener un trabajo, acorde con tu título, es muy posible que si no te das cuenta cómo fue, el día de mañana termines como muchos profesionales, que terminaron manejando taxis, porque nunca entendieron porqué se habían recibido. (APLAUSOS).
Esto es lo que pasa, y se trata de comprender, que es distinto a saber; saber saben mucho, pero comprender es otra cosa, es descifrar, es entender cómo es mi realidad y cómo se entrelaza en el contexto histórico, y por qué estoy aquí y por qué soy lo que soy. Esto es muy importante, yo no sabía, por ejemplo, lo que había pasado con esos muebles, si sabía de las atrocidades de Mitre, de la Guerra de la Triple Alianza y de todo los demás, pero ese ejemplo que vivimos ayer con los muebles, cuando me entero de la historia de esos muebles y el famoso Anacarsi Lanús te hace entender las cosas.
Por eso es tan importante entender, algunos hablan y hablaban, en la época de Perón, de adoctrinamiento, acá nadie adoctrina a nadie, más hoy con todos los medios al alcance de todos ustedes, pulsan una tecla, entran y se comunican con cualquiera. ¿De qué me están hablando? Hay que entender lo que está pasando en el mundo, lo que está pasando en nuestro país, ver lo que nos quieren hacer y saber que este es un momento de unidad nacional, un momento donde podemos discutir todas las demás cosas, pero fundamentalmente plantarnos frente a los que intentan – una vez más – endeudarnos, arrodillarnos y renunciar a la dignidad nacional. (APLAUSOS).
Quiero decirles que también, llamo a la reflexión, a aquellos que tienen la inmensa responsabilidad de ser grandes potencias en el mundo, en este mundo patas para arriba por donde se lo mire, para poner límites. No puede ser que un 1 por ciento, no puede ser que una plaza financiera pueda querer controlar los destinos del mundo; no puede ser que no pueda detenerse la locura que están viviendo, hoy, pueblos hermanos que se ven arrasados y enfrentados. Porque habían prometido que esas cosas se iba a terminar y no solamente no terminaron, sino que recrudecieron, porque tuvimos que bancar la crisis que se originó en su propio corazón, en el año 2008 y lo tuvimos que bancar desde las economías emergentes haciendo frente con nuestros propios recursos, con nuestras propias empresas, comercios, trabajadores. Reclamamos, entonces, responsabilidad.
No venimos tampoco con discursos apolillados, como digo yo, porque el mejor favor que podemos hacerles es retornar a discursos apolillados del pasado, de querer retornar, que el imperialismo y esas cosas. No, no, no vamos a hablar de esas cosas, vamos a hablar en serio de las cosas de todos los días; vamos a hablar en serio de las quiebras fraudulentas; vamos a hablar en serio de la participación que le cabe a muchos representantes diplomáticos, en muchas cosas que pasan en cada uno de nuestros países para que se hagan cargo también. (APLAUSOS). Vamos a hablar en serio, no vamos a recurrir a discursos o actitudes con olor a naftalina, el olor a naftalina no me gusta, yo vivo en este mundo. Es bueno para la polillas, pero nunca me sentí una polilla, yo vivo en este mundo y quiero discutir los problemas de este mundo, de hoy, de ahora, con la lógica del hoy y de ahora. Nos dijeron que teníamos que pagar nuestras deudas, las estamos pagando y ahora no nos quieren dejar pagar para que todo se caiga y volvamos a endeudarnos. (APLAUSOS). Esta son las cosas que están pasando.
Por eso los convoco hoy… que hermoso que digan que soy argentino, esta es la juventud que necesitamos, la juventud que se reconoce, primero, argentina. Gracias y fuerza para seguir trabajando. Muchas gracias. (APLAUSOS).
PALABRAS A LOS MILITANTES DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, LUEGO DEL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PLAN DE VIVIENDAS, DESDE LA GALERIA Del PATIO DE LAS PALMERAS DE LA CASA ROSADA
Muchas gracias, muy buenas noches, compañeros y compañeras trabajadores y trabajadoras de la UOCRA, de UPCN, todos los jóvenes que hoy nos acompañan, en especial a los compañeros de la UOCRA que han venido para un lanzamiento del plan “Más Viviendas Más Cerca” que va a significar más trabajo para todos los argentinos y va a significar viviendas, esa gran, yo digo siempre, si el trabajo es el gran organizador social, la vivienda es la gran organizadora de la familia. En torno a la vivienda se organiza la familia y en torno al trabajo se organiza toda una sociedad.
Por eso, lo decía recién cuando relataba las acciones que se están llevando a cabo en contra de nuestro país. Decididamente ya no se puede hablar con medias tintas, con eufemismos y menos con los laburantes. Con los laburantes hay que hablar mano a mano.
Porque los laburantes son los que saben, son los primeros que pagan la crisis, son los primeros que se quedan sin trabajo o se precarizan en el trabajo.
Entonces, nadie mejor que un trabajador para entender la transformación que ha tenido este país. Porque muchos de los que hoy están acá, seguramente no tenían trabajo, tenían un mal trabajo en el año 2003. Y seguramente en estos años, han podido mejorar, han podido tener un trabajo registrado, han podido, tal vez, comprarse un auto usado, algunos hasta un cero kilómetro, comprar una casa o tener una casa, han podido progresar.
Y si de esto se trata, de seguir empoderando a la sociedad, de seguir logrando que haya más trabajadores, que haya más viviendas, que haya más y mejor trabajo. Y eso es, precisamente, por lo que vienen algunos, por esta Argentina de trabajo.
¿Por qué? Porque cuando un país está endeudado, cuando un país debe mucho, es como en tu casa, no tenés autonomía para decidir qué hacés con la plata. Si vos, tu sueldo entero, de lo debés al prestamista, sabés que además el prestamista por ahí ni siquiera quiere que le pagues, lo que quiere es quedarse con tu casa. Eso es también lo que pasa en el mundo financiero internacional.
Cuando te presta el prestamista, como en el viejo usurero, que en realidad no le interesaba que le devolvieras el dinero.
Yo quiero, me encanta esta consigna, pero ¿saben qué? Tienen que cantar que los buitres no es que no van a poder con Cristina, no, no van a poder con Argentina porque tienen que ser los 40 millones de argentinos. Esto tienen que grabarlo a fuego cada uno de los 40 millones de argentinos.
Esta no es una batalla de este Gobierno, esta no es una batalla de esta Presidenta; esta batalla de los 40 millones a mí me queda muy poco, lo he dicho hasta el cansancio, sería para mí muy fácil firmar cualquier papel, sería para mí muy fácil tomar cualquier decisión como la que tomaron otros que hoy todavía están declarando en Tribunales por el megacanje, el blindaje y que deberían haber declarado también porque estatizaron toda la deuda privada en 1982. ¡Por tantas cosas deberían declarar!
Pero quiero que sepan ustedes los trabajadores, que esta es una batalla de los 40 millones de argentinos, que no es de este Gobierno. Para mí sería fácil, pero no podría dormir con mi conciencia y creo que habría alguna persona que se ha ido, que tampoco me dejaría dormir si hiciera lo contrario.
Por eso, hermanas y hermanos, compañeros y compañeras, compatriotas, yo quiero convocarlos y hacerles entender que esta es una lucha de todos.
Lo que yo relataba hoy, cuando tenemos un juez que decreta una quiebra, que despiden el día viernes, la decreta un día lunes, cuando el mismo día esa empresa notifica sabiendo que le iban a decretar la quiebra, no sé cómo lo dijeron o cómo le contaron, y comienza a hablar a los proveedores, y comienza a decir que los trabajadores van a ser despedidos, y al mismo tiempo se despliegan titulares para atemorizarlos a ustedes, porque, ¿saben qué quieren en el fondo? Que dentro de poco, tal vez 1 año o 2, no tengan fuerzas para pelear por las convenciones colectivas de trabajo. ¿Saben qué quieren? Quieren desempleo. ¿Por qué les sirve el desempleo? Porque el desempleo es el gran disciplinador social.
Cuando vos no tenés laburo, aceptas cualquier cosa; cuando vos ves en tu fábrica que hay una cola de gente esperando para ocupar el lugar que vos tenés, te ofrecen cualquier cosa y cualquier cosa aceptás. No porque seas cobarde, sino porque no te queda más remedio.
Esto se vivió acá en la República Argentina con la caída de cada gobierno popular por las dictaduras y también…Y es la primera vez que me hago cargo de lo que digo, y también, fundamentalmente dirigirme, ya que el canto, compañeros, de los trabajadores, de los sindicatos, también aquellos que con pretendidas posiciones ultras, nos quieren correr por izquierda y luego provocan situaciones que se tornan inmanejables y terminan perjudicando a todos los trabajadores.
Yo no creo, sinceramente que el mundo contemporáneo, hoy les decía a los pibes recién en el otro patio, que no me van a escuchar decir discursos con olor a naftalina, discursos de la izquierda, la derecha, qué izquierda ni derecha. Además, para los que me quieran correr por izquierda, les notifico que a mi izquierda, ¿saben qué hay? La pared nada más, viste. A mí que no me vengan a correr por ahí.
Porque también decían que la ley que algunos diarios titulaban “ley antiterrorista” contra los trabajadores, contra las luchas sociales, hoy por primera vez el Gobierno denuncia, por el artículo 309 del Código Penal, de alteración del orden financiero, a una empresa multinacional, a ningún trabajador ni a ninguna organización social. A ver si ponemos las cosas en claro.
Entonces, compañeros, yo les decía que no quiero discursos con olor a naftalina, con discursos que nos tachen de irracionales o de nostálgicos de otra época. No, mucha racionalidad, estoy defendiendo los intereses de la Nación, estoy defendiendo los derechos de las fuentes de trabajo, estoy defendiendo, fundamentalmente, que no vuelvan a endeudarnos ahora que hemos logrado llegar a un nivel de endeudamiento de los más bajos del mundo, 8 por ciento del PBI.
Estamos saliendo. Yo me acuerdo en estos momento tanto de él pobre que se la pasaba hablando del infierno, porque la verdad que él tuvo que vivir el infierno. El infierno de piquetes, el infierno de gente sin trabajo…
Él tuvo que vivir el infierno y ahora, argentinos, que en este mundo complicado, donde se caen las exportaciones en todo el mundo, yo recién les comentaba, Japón, crecimiento negativo del -6,8 por ciento, Japón, no estoy hablando de países emergentes o recontraemergentes del tercer, cuarto, quinto o sexto mundo, estoy hablando de una de las 3 potencias económicas del mundo, crecimiento negativo. Cuando estamos viendo cómo caen las cosas, necesitamos más que nunca fortalecer nuestro mercado interno, cuidar las fuentes de trabajo y a esos que quieren corrernos por izquierda o que creen que van a provocarnos para producir una tragedia, un enfrentamiento, que no cuenten con nosotros.
Tenemos que tener mucha firmeza y mucha convicción y a los otros, a los buitres, a los buitres de afuera, que tienen también buitres de adentro, les decimos con todo el corazón y con toda la fuerza, con mucha racionalidad que la Argentina va a seguir haciendo honor a sus deudas como lo venimos haciendo desde el año 2005. Y le pedimos a aquellos que tengan responsabilidades, que permitan el ejercicio del derecho soberano de todo país a pagar, porque eso es soberanía y no lo puede impedir ningún juez ni ningún tribunal de ninguna jurisdicción del mundo. Por eso estamos reclamando los argentinos.
Vamos a estar todos muy juntos, que no significa estar mezclados, que no significa pensar diferente, que no significa discutir o debatir. Pero frente a cuestiones fundamentales, estructuras que hacen al presente y al futuro de los argentinos, ningún argentino, ningún compatriota puede hacerse el distraído.
¿Saben por qué? Porque la historia no perdona las traiciones. Puede perdonar los errores, las equivocaciones, el no estar presentes, las ausencias, pero lo que nunca va a perdonarles es que vuelvan a traicionar la confianza del pueblo argentino.
Muchísimas gracias, los abrazo con todo mi corazón y que Dios los bendiga a todos.
Muchas gracias. (APLAUSOS