Saludo a los jóvenes militantes en los patios internos de Casa de Gobierno: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER A LOS MILITANTES, LUEGO DEL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS PARA REESTRUCTURACIÓN DE DEUDAS DE 13 PROVINCIAS ARGENTINAS EN EL MARCO DEL PROGRAMA FEDERAL DE DESENDEUDAMIENTO, DESDE EL PATIO DE LOS PRÓCERES DEL BICENTENARIO

            ¡Hola, cómo están! No saben cómo los extrañaba. Me encanta esa consigna de Chávez, la primera, la que cantaban. ¿Saben por qué me gusta? Mañana van a decir, “claro, le gusta porque dicen que Cristina es la conducción”.

No, ¿saben por qué me gusta? Porque me incorporaron al compañero, al comandante Hugo Chávez.

¿Saben qué? El otro día cuando estuve en Caracas, además de ir al Cuartel de la Montaña a verlo, estuvo una delegación de la juventud del Partido Socialista Unido Venezolano esperándome en la puerta y cantaban una consigna que me encantó porque cantaban, a ver si me acuerdo, esperen, cantaban algo así como “Chávez no se murió, Chávez son millones, Chávez soy yo”, decían. Así que, apréndanla porque es muy linda. Tengo también mi consigna. Pregúntenle a los chicos, primero, después ensayen.

Ustedes saben que yo les decía a los jóvenes que me fueron a saludar, con un gran entusiasmo, jóvenes universitarios, jóvenes militantes del territorio que, bueno, que vivaban a Chávez, también a Néstor y les decía que cuando los jóvenes o cuando las banderas llevan la imagen de un dirigente, cuando en las remeras estampada está la cara de un dirigente, o tatuados en los cuerpos de los militantes la cara o imagen de esos dirigentes, es que han entrado definitivamente en la historia.

Y la verdad que las cosas que hemos vivido, junto a Hugo, a Néstor, en esta década, el apoyo de Malvinas que logramos merced a la gestión patriótica de Hugo Chávez, en todo el Caribe que fue gracias a él que logramos que todo el Caribe se uniera también para apoyarnos en la causa de Malvinas, también fuimos al Cuartel de la Montaña con Pepe Mugica, que también estaba muy emocionado a visitarlo, y la verdad que uno siente por ahí las pérdidas.

Pero cuando los veo a ustedes, con este entusiasmo, con esta pasión…no, es gracias a ustedes que han vuelto a creer…y los ve con tanta pasión, tenemos que ser muy fuertes los argentinos, muy unidos porque van a intentar, no solamente aquí, sino se ve y se percibe en toda la región tratar de dividirnos…

Charlábamos con distintos mandatarios, no lo van a lograr, porque realmente el MERCOSUR, la UNASUR, la América del Sur toda, el CELAC, el Caribe, que estamos definitivamente unidos. ¿Saben por qué? Porque hemos aprendido que la unidad hace la fuerza. Y que solamente juntos, vamos a poder lograr ser protagonistas en este mundo multipolar, difícil, complejo.

Yo decía recién y seguramente ustedes lo veían por las pantallas, que acechas sobre la Argentina. Porque la Argentina es un país con inmensas posibilidades y ahora, justo ahora que estamos sacándonos de encima la deuda externa. Hoy la Argentina es el país o uno de los países con menor proporción de deuda externa respecto de su PBI.

Para que ustedes lo tengan, nuestra deuda en dólares, en moneda extranjera en manos de tenedores privados, es apenas del 8 por ciento del PBI. Cuando Néstor era presidente, llegaba al 150, al 160, éramos un país inviable. Y ahora, nos estamos desendeudando, hemos pagado más de 190.000 millones de dólares sin recurrir a nuevo endeudamiento, con el propio crecimiento.

Ustedes, los argentinos fueron los que pagaron, cuando nos decían que era imposible hacerlo, cuando nos decían que era imposible que en el monitoreo del Fondo Monetario iba a ser algo. Y les demostramos nosotros y otros países de la región, que es posible crecer e incluir. Pero, tal vez, la Argentina más que ninguno, porque hoy, según Naciones Unidas, tenemos el índice de desarrollo humano más alto de toda la región.

Y eso, compañeros y compañeras, eso tiene un solo nombre y se llama inclusión social. Crecimiento económico con inclusión social. Es lo que también hicimos hoy enviando al Congreso leyes para defender a los usuarios y consumidores. Es lo que hacemos todos los días, defendiendo el interés de los argentinos, de todos los argentinos. Porque la deuda, no tiene colores ni lleva un signo partidario, al contrario, es de los 40 o la tienen que pagar los 40 millones de argentinos por más que la hayan contraído 4 vivos.

Porque ninguno de ustedes se endeudó, a ninguno de ustedes les consultaron para endeudarse. Y, sin embargo, se tienen que hacer cargo de las consecuencias.

A mí tampoco me consultaron, al Congreso tampoco lo consultaron cuando hicieron el megacanje o el blindaje. Ni qué hablar de la deuda de la dictadura cuando, además de dinero, había sangre.

Entonces, yo quiero llamar a todos ustedes a redoblar los esfuerzos militantes y, fundamentalmente, a redoblar la convocatoria a la unidad, porque lo peor que nos podría pasar, es que nos dividieran. Porque siempre sobre la división han trabajado los enemigos de adentro y de afuera y no tenemos que permitirlo.

Y cuando hablo, quiero que quede claro también, que cuando hablo de la unidad, no hablo de una unidad partidaria, no hablo de una unidad de partido ni de sectores ni de facciones, hablo de la unidad nacional, hablo de la unidad de los argentinos. Tenemos miles de cosas para diferenciarnos, discutir y debatir. Pero para defender el futuro, para defender lo que hemos hecho, para enfrentar a los que pretenden hacernos firmar cualquier cosa, amenazándonos con que se viene el mundo abajo, que no cuenten conmigo para eso.

Y les decía hace un rato qué fácil sería para esta Presidenta, que está finalizando su segundo mandato, firmar cualquier cosa e irse. No, no, ¿saben por qué? Porque para mí la historia no es la próxima elección, para mí la historia no son el calendario electoral, para mí la política es, precisamente, la historia, la historia de generaciones y generaciones que lucharon por un país mejor. Yo me siento comprometida con esas generaciones, con las que pasaron, con las que están y con las que vienen. Ese es mi verdadero calendario electoral.

Y por eso decía también cuando recién estábamos anunciando, sí, mi amor, ¿quién me grita Cristina desde ahí? Por eso recién cuando anunciábamos también el segundo aumento jubilatorio del año, gracias a la Ley de Movilidad Jubilatoria, una ley que también es una conquista de inclusión para que sea una verdadera política de Estado. Y así podemos ir contando y contando la cantidad de derechos, la cantidad de gente que hemos incluido.

¿Por qué saben cuál ha sido también de crecimiento económico como el nuestro? Que no le hemos sacado nada a nadie para darle al otro. Al contrario. Nadie se levantó sin el derecho que tenía el día anterior cuando hemos mandado leyes al Senado, cuando hemos mandado leyes a la Cámara de Diputados para ser sancionados.

Al contrario, gente que no tenía esos derechos se levantó con los mismos derechos que tenía el resto.

Y esto es lo importante de un proceso político y de crecimiento. Eso es la inclusión. La inclusión parece muchas veces un eslogan. No, no, la inclusión es eso, cada vez más adentro, aunque no te des cuenta, aunque por ahí me insultes y me agravies, no te des cuenta que te metimos adentro.

Basta, le pasó a todos chicos, lean la historia, le pasó a Perón, le pasó a Evita, cuando generaban esa clase media que luego, bueno, porque este es un problema cultual, por ahí no se daban cuenta y hoy  me hacía acordar mi hijo que cuando todos los países reconocían a la dictadura que sobrevino luego del derrocamiento del general Perón, había un eslogan, no un eslogan, en realidad era todo el mundo reconoció al gobierno decían, bueno, no quiero ni nombrarlo, “menos villa Manuelita”. Menos Villa Manuelita, era una villa que era la única que no había reconocido, con el símbolo de la resistencia.

Y la verdad que cuando ve la historia, se da cuenta que mucha gente inclusive, que resulta beneficiaria de procesos políticos, económicos y sociales, y ella misma advierte cómo le vino lo que tiene, y tiene todo el derecho a creer que es producto del esfuerzo propio. Una parte será producto del esfuerzo propio, pero que piensen también que toda la vida se esforzaron a lo mejor y nunca tuvieron nada.

Por eso es importante comprender que muchas veces tenemos problemas culturales que son los que nos dividen más que problemas políticos o sociales.

Por eso, yo digo siempre a los compañeros que tienen responsabilidades en los barrios, en las universidades, en las fábricas, en una oficina, en un laboratorio, en cualquier lado, que lo importante es concientizar al otro, sin agresión, sin descalificación, simplemente explicando.

¿Porque saben qué pasa? Mucha gente no puede ver. ¿Y saben por qué no pueden ver? Porque todo lo que recibe todo el santo día, es desde medios hegemónicos, de contra y contra y cosa mal, mala.

Entonces, tengamos paciencia, tengamos mucha paciencia. Porque las cosas, más temprano que tarde, siempre llegan. Y yo espero que cuando algunos se den cuenta, no sea demasiado tarde.

Muchas gracias a todos, los quiero mucho.

Muchas gracias, fuerza. (APLAUSOS)     

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER A LOS MILITANTES, LUEGO DEL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS PARA REESTRUCTURACIÓN DE DEUDAS DE 13 PROVINCIAS ARGENTINAS EN EL MARCO DEL PROGRAMA FEDERAL DE DESENDEUDAMIENTO, DESDE EL PATIO DE LAS MALVINAS.

 

Me llena de polenta y de fuerza para seguir adelante, porque sabés qué es lo que pasa, acá un compañero me grita: “gracias por pensar el futuro”. Sabés por qué pienso el futuro, por ahí porque lo siento no solamente como un compromiso con los 40 millones de argentinos y voy a ser absolutamente sincera, sino también lo siento como un profundo compromiso con quien fuera mi compañero de vida y de militancia. Y la verdad que cuando hoy leyendo sus cosas y bastante siempre releo sus discursos, fundamentalmente el del 25 de mayo, cuando asumió y cuando encontré ese discurso, que seguramente ustedes me escucharon leer, en San Nicolás de los Arroyos, allá por febrero de 2004 dije: “mira vos el tipo, estaba hablando de lo que iba a pasar diez años después y de lo que teníamos que hacer y de cuál era la línea, que teníamos que seguir”. Y hay una parte del discurso que yo no sé si me olvidé de transcribirla pero él dice que “no vine acá a estar sentado”. Lo decía a poco de haber asumido como Presidente, era febrero de 2004; “no vine a durar, vine a cambiar las cosas”. Y vaya que las cambió porque pese a quien le pese, le guste a quien le guste, Néstor Kirchner cambió la historia. (APLAUSOS).

Y como él dice que era verborrágico, que era bizco, que seseaba, que el traje cruzado, que los mocasines, que diez mil cosas, pero estuvo ahí y lo cambió y lo cambió definitivamente. Porque saben cuál fue el gran valor de él, cambiar lo que nos decían que no podía ser, decían que si no hacíamos los que nos decía el Fondo Monetario nos caíamos del mundo y él dijo:”no, nos caemos del mundo”. Decía que si no hacíamos lo que nos indicaban desde afuera no… es más recuerdo algún editorial, que le pronosticó a ese Presidente, que venía del Sur, apenas un año de vida y sin embargo ahí estuvo para bajar los cuadros, para iniciar el proceso de Justicia, Verdad y Memoria. (APLAUSOS).

Y la verdad que sirvió para romper esquemas, para romper los moldes preestablecidos, para romper las estructuras mentales, que nos habían creado y de los límites, él vino a romper los límites que nos habían puesto desde afuera y extendió los límites para todos, para incorporar as los jóvenes, a los jubilados, recién mirábamos las cifras. Yo digo, la pucha, tal vez ustedes son muy jóvenes, pero no se acuerden. Mirá si Norma Plá hubiera vivido y hubiera conocido a Néstor con el tema de las jubilaciones seguramente otra Argentina hubiera sido posible. Hoy veía las cifras, los aumentos más grandes de las jubilaciones no se lograron a través de la Ley de Movilidad Jubilatoria, lo logramos a través de la decisión y de la voluntad política de él, como Presidente de los argentinos. (APLAUSOS). Y luego los consagramos en ley, para que nadie se olvide.

Ahí veo una bandera de Palestina, ¿creo o me equivoco? es una bandera de Palestina. (APLAUSOS). Nuestra inmensa solidaridad con todos los niños, las mujeres, y todo lo que está sucediendo allá, la verdad que nos duele desde lo más profundo. Yo conocí Palestina, somos un país que tiene embajada en Ramallah, en la capital del Estado Palestino, y hoy tenemos un sacerdote con 29 niños discapacitados y unas monjas en un sótano de una iglesia, en Gaza. Estamos hoy haciendo los trámites y estamos constantemente en contacto para que les lleguen alimentos, porque están sin electricidad, sin alimentos y sin víveres, y son niños que el cura no quiere abandonar porque son niños palestinos que además sus familias no los pueden recibir porque dicen que el cura los va a cuidar mejor. Están encerrados en un sótano. Dios ilumine, cualquier Dios ilumine, no se puede hablar de Dios y hacer esas cosas, para hablar de Dios, cualquiera sea el Dios al que le recemos, sean en el templo, en la mezquita o sea en la iglesia, hay un solo Dios y ese Dios jamás puede justificar la destrucción, la devastación de inocentes. Por eso quiero también solidarizarme con esa situación y convocar, una vez más, al cese del fuego y a la paz en este mundo de violencia, de tanta injusticia. (APLAUSOS).

Y la verdad que si uno piensa realmente la falta de racionalidad que hay en todo esto, porque llega un momento en que ni siquiera uno piensa en la maldad, sino simplemente que la racionalidad o el odio termina nublando los corazones, y lo que es peor: las mentes. Porque nunca nadie pudo exterminar a ningún pueblo y yo creo que tal vez los que hoy tienen una superioridad numérica ellos mismos tienen que darse cuenta que a  ellos también los quisieron eliminar y no pudieron. Nadie puede eliminar a los pueblos. Por eso, es importante que la razón pueda primar sobre la irracionalidad y el odio y por eso yo hago una convocatoria, desde acá, con la bandera argentina, con la bandera de Palestina, con la bandera de todos los estados para que haya paz y unidad. (APLAUSOS).

La verdad que, fíjense que no hay posibilidades, siempre hubo esas fantasías macabras de exterminar al otro, la dictadura, la propia dictadura tuvo la fantasía macabra de que iba a exterminar diezmando a una generación o a varias generaciones enteras, iba a enterrar los sueños de un país mejor, de un país más justo, de un país con fábricas, con científicos, con trabajadores, con maestros, con educación. No se puede exterminar el futuro, porque el futuro siempre te alcanza tarde o temprano. (APLAUSOS).

Y acá está la JP, vieron, tampoco pudieron y uno de ellos, que el 25 de mayo del 73, estaba en la Plaza, terminó 30 años después, sentado en el sillón de Presidente. Vieron que con la historia no se puede.

Por eso y para finalizar porque ya se me está acabando la voz yo les quiero pedir, a todos los compañeros y compañeras, y a través de ustedes que lleven el mensaje a cada argentino, piense como piense, que en estos momentos, donde vemos un mundo atravesado por una locura irracional lo que tenemos que tener los argentinos es una unidad nacional, porque tenemos todavía pendiente un país que soñaron San Martín, Belgrano, Rosas, Perón, Irigoyen, que también estoy segura soñó Alfonsín. Y ese país pendiente, ese país que hemos construido mucho, pero que todavía falta lo vamos a lograr si nos mantenemos unidos, vamos a poder ser un país en este siglo XXI de los más importantes, que no significa esas idas de subordinación y dominación, que tuvieron los colonizadores europeos del siglo XIX y los dominadores de la Guerra Fría, nosotros no creemos en eso: creemos en la solidaridad, creemos en la cooperación y creemos en el amor y creemos en la unidad de los pueblos.

Gracias compañeros, muchas gracias a todos. (APLAUSOS).

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ A LOS MILITANTES, DESDE EL PATIO DE LAS PALMERAS, LUEGO DEL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS DE DESENDEUDAMIENTO DE 13 PROVINCIAS ARGENTINAS, CASA ROSADA.

¡Bienvenidos compañeros trabajadores, esta es su casa! Bueno, la verdad que hoy batimos record, el tercer patio del día. Miren yo quiero agradecerle hoy a todos los compañeros trabajadores, a todos los compañeros de la juventud, a todos los que se han acercado, hoy, acá para acompañar a un proyecto de país, a un proyecto de nación.

Yo soy apenas circunstanciales, nosotros somos apenas circunstanciales, actores que la historia pone un rato, para que después sigan otros compañeros. Hablando también con algunos jefes de Estado, yo les decía – algunos más grandes que yo y con bastante más experiencia que yo – más grande digo, che, sí más grande de edad, y la verdad que decía que tengo una infinita esperanza en los jóvenes, en los jóvenes universitarios, en los jóvenes militantes, en los jóvenes trabajadores, en los jóvenes científicos, en los que en definitiva tienen el verdadero compromiso del cambio y la transformación.

El otro día, un Presidente que dio un discurso magnífico en el Mercosur dijo que los jóvenes de hoy eran distintos a nosotros y realmente ustedes son distintos a nosotros, no dio que sean mejores o peores, son distintos, viven en otro mundo y en una Argentina que afortunadamente ha superado algunas cosas, no todas lamentablemente. Pero va a ser precisamente el trabajo de ustedes, la convicción de ustedes, la perseverancia, la misma que tuvo él, cuando apenas tenía, allá por el 76, tenía 26 años y soñaba con ser gobernador de su provincia, que era su máxima aspiración. Y luego le  tocó, por esas vueltas del destino, como él decía, por esas vueltas de la historia, él fue un hijo de la crisis, Néstor fue un hijo de la crisis del 2001, si no hubiera pasado el 2001, yo no sé si él hubiera ocupado el sillón de la Presidencia. Tal vez la tragedia y tal vez, fundamentalmente, la finalización de un ciclo histórico agotado, el del neoliberalismo que nos habían impuesto, durante décadas, en la República Argentina parió esa posibilidad, de que un joven de aquella generación llegara a este lugar. Y tal vez entre ustedes esté el hombre y la mujer, que también tenga tal vez dentro unos años, la posibilidad de estar aquí. Yo le pido, si aquí está o en cualquier otro lugar, sepa que para ocupar este lugar hay que venir en nombre de un proyecto de Nación, hay que venir con las ansias de transformar el país o de profundizar el cambio para que no hayan pobres en la Patria, para que todos los chicos tengan derecho a la educación, la familias a la salud, a la vivienda; los ancianos a la jubilación, un mundo complejo que les va a tocar vivir. (APLAUSOS). Y para ese mundo complejo tienen que prepararse, esto no va a ser para improvisados, esto no va a ser para alguien que hable bonito, esto no va a ser para alguien al que el asesor de imagen le diga: “pónete la corbata, sácate el sombrero, saludá así o de otra forma”. Eso dura muy poco, eso no dura nada, eso dura lo que un suspiro.

El mundo que viene, el mundo que ya llegó, les notifico, va a exigir hombres y mujeres preparados, que sepan de historia, pero no para llorar sobre lo que pasó. No, no la historia hay que conocerla porque de ahí se encuentran las claves para decodificar lo que está pasando y lo que deberá pasar, deberán conocer la historia de los distintos pueblos, deberán también conocer y entender lo que está pasando con la aparición de nuevos actores mundial, deberán tener la capacidad de predecir, porque un dirigente también es alguien que ve un poco más adelante que el resto lo que va a pasar, por eso dirige. Dirigente no es el que llega en una lista, se sienta en una banca o en un sillón de gobernador, intendente o presidente. (APLAUSOS).

Que nadie se engañe, dirigente es el que entiende la historia, es el que interpreta adecuadamente la realidad, es el que sabe distinguir lo estratégico de lo táctico, lo importante de lo menos importante, y orienta a sus pueblos y a sus propias fuerzas en dirección al triunfo. Eso es y eso para lo que ustedes necesitan prepararse, para eso. Cada uno de ustedes teniendo como horizonte la Patria, que es la única manera y la única brújula, que nunca te hace equivocarte, tenés que pensar así como ponés la Rosa de los Vientos, cuando marca el norte, ponés la brújula, qué es lo que le conviene a la Patria y lo que no le conviene a la Patria y ahí no te va a equivocar nunca. Pero para eso, necesitás precisamente de que primero está la Patria, ante que tu sector, que tu partido, que facción, hasta que vos misma, es difícil sustraerse a la tentación de anteponerse uno mismo al resto, es difícil, pero no imposible, sobre todo cuando uno siente que ha dejado todo lo que ya tenía que dejar, y  que lo  que dejó, una de las cosas más importantes de su vida, le exige de algún lugar que siga peleando y luchando por lo que él peleó y luchó toda una vida. (APLAUSOS).

Por eso, quiero decirles que se queden tranquilos, que esta compañera, que no es la presidente la que está hablando, sino la compañera Cristina siempre va a estar desde cualquier lugar, porque nunca voy a dejar de querer a mi Patria, nunca voy a dejar de jugarme por mi Patria y por sobre todas las cosas nunca voy a dejar la responsabilidad que tengo como militante, no ya como dirigente, como militante, como una de ustedes y junto a ustedes y siempre junto a ustedes. Ustedes despiertan en mí algo muy especial y para terminar dicen que yo no sé… saben que yo no me miro después de los discursos porque seguro me voy a ver 800 mil defectos y entonces empezaría a decir. “ay, tendría que haber dicho esto, tendría que haber puesto aquella cara”, y eso es malo, saben por qué, le recomiendo una cosa a todos los que quieran ser dirigentes, no se miren ni se escuchen ante la televisión. ¿Saben por qué? Porque le van a comenzar a encontrar errores y a corregirse, tendría que haber puesto esta cara, el pelo así, la cosa así, y ahí dejaste de ser dirigente y militante y te convertiste apenas en un actor de reparto. Olvídense, nunca lo hagan, pero para finalizar me dicen y creo que tienen razón, yo nunca me veo, pero me dicen que cuando hablo con ustedes me cambia la cara. Y saben qué, aunque no se vea lo que me cambia a mí cuando hablo con ustedes es el corazón, gracias, muchas gracias, los quiero mucho a todos, muchas gracias.

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