Saludo a los militantes tras el acto en el Salón de las Mujeres: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL PATIO DE LOS PATRIOTAS LATINOAMERICANOS DE LA CASA DE GOBIERNO

 

Primero quiero agradecerles a todos ustedes y a muchos más, a bastantes más que hoy no están aquí, la maravillosa jornada del 25 de mayo pasado en la Plaza y recordarles que algunos decían que hacíamos actos en los patios militantes porque no podíamos llenar la Plaza.

Me parece que a algunos se les fueron estas ideas, que las verdaderas…y sí, el 25 quedó claro, viste, por eso algunos se pusieron tan nerviosos. Porque pensaron, tal vez…

¿Y saben por qué? Porque como se los dije en alguna otra ocasión aquí: hay algunos que no pueden distinguir los procesos históricos de los procesos electorales. Y por eso se confunden.

Pero nosotros y esto es fundamentalmente el objetivo que siempre hemos tenido, el de formación de cuadros, el de gente que piense por sí misma y que analice, más allá de lo que digo yo o de lo que lee, que pueda generar pensamiento propio, es muy importante.

Por eso, muchas cosas no la pueden entender. No podrían entender, por ejemplo, cuando muchos de ustedes jóvenes son capaces de estar horas haciendo pogo en una plaza con consignas; como tampoco podrían entender que cuando Axel estuvo allá en París, pudimos cerrar una negociación con el Club de París cuando todos…

¿Saben por qué? Porque han querido demonizar a los jóvenes. Demonizarlos o porque son inexpertos o porque no saben o porque tienen ideas extremas o porque no entienden.

Mirá, hay una sola forma de entender la Patria, que es amarla y defenderla con la propia vida si es necesario. Por eso y no por cansancio, sino por comprensión pudimos y pudo él con su equipo de jóvenes que lo acompañaban, sí de jóvenes…Yo no sé qué problema tienen con los jóvenes. Yo tengo 61 años y me encantan los jóvenes, me encantan.

Acuérdense de un titular de mañana: “Cristina confesó que le gustan los jóvenes”. Escándalo, escándalo. “Cristina confesó que le gustan los jóvenes”.

Bueno, nada, y yo la verdad que cuando ayer la gente de prensa del Gobierno me acompañó un cable donde leía que más de 100 parlamentarios británicos apoyaban a la Argentina en el tema de la lucha contra los fondos buitres y nosotros estábamos con problemas para conseguir un consenso mínimo entre nuestros propios legisladores, yo digo pero qué le pasa a algunos, no pueden distinguir el Gobierno de los intereses de la Patria.

A veces pienso -porque saben ustedes que a mí me gusta la historia- a veces pienso cómo se habrá sentido Rosas cuando se enteró que en la flota franco-inglesa tenía argentinos.

Yo le pido a todos, piensen cómo piensen, que no me quieran, aunque estén disconformes en todo, que hay algunas cosas que son innegociables. Y una de las cosas innegociables, es entregar la Patria a buitres que la quieran despedazar. Eso es innegociable, no se puede negociar, no se puede dudar.

Cualquiera, cualquier argentino tiene el derecho a dudar, cualquier argentino tiene el derecho a no creer, a titubear frente a nuestro gobierno. Pero ningún argentino tiene derecho a dudar de su Patria, de su país, del futuro y de…Y, sobre todo, cuando lo que estamos negociando, como ese bendito Club de París, que logramos cerrar y que había comenzado en el año 56, cuando yo tenía 3 años y este chico no había nacido, cuando estamos negociando una deuda que ni siquiera nosotros contrajimos, al contrario, la estamos pagando y hemos logrado reestructurarla en términos más que exitosos, primero Néstor, luego yo y cuando Néstor también decidió en aquella jornada histórica, cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional en inolvidable jornada.

Digo, entonces, que podemos votar distinto en las bancas todos los proyectos; podemos discutir, debatir con impulso, con pasión como se hace en los parlamentos, pero hay cosas en las cuales tenemos que estar absolutamente todos juntos. Porque si no, en mi barrio, a los que no hacen eso, solamente tienen un nombre, que no se lo quiero dar, pero no tengan dudas que se lo va a dar la historia a todo aquel que, en estos momentos y en esta situación que está viviendo la Argentina, no tome una clara definición frente a este tema. Todo lo demás, que lo discutan, lo duden, lo nieguen, pero este es un tema que no admite negociación porque es el presente y el futuro de la Argentina. Y además, la justicia y la equidad de un país, que viene pagando rigurosamente todas sus deudas como nunca antes lo había hecho en las últimas décadas en la República Argentina.

Pero lo que es más importante: todos ustedes pueden tener el orgullo de pertenecer a un colectivo político y social y cultural que no paga con el hambre del pueblo; al contrario, paga con la inclusión social de millones de argentinos a través del trabajo, de las jubilaciones, de las convenciones colectivas de trabajo, paritarias, planes de salud, de vacunación como el que hoy acabamos también de anunciar y de completar y de tantas otras políticas de inclusión. Ni qué hablar en el sistema educativo universitario, de ciencia y tecnología, de obras públicas a lo largo y a lo ancho del país, escuelas, viviendas, el PROCREAR también para los sectores medios que no tenían posibilidades.

Todo eso, además, y por si fuera poco, no es que lo hacemos con el apoyo gracioso y generoso de todos. Al contrario, poniéndonos palos en la rueda todo el tiempo y haciendo zancadillas.

Miren: les hablaba del 25 de mayo, ¿no?, y la verdad que ese 25 de mayo maravilloso, con ese Te Deum con la Misa Criolla, ustedes saben que hasta último momento estuve esperando que alguien cuando entrara en la Catedral, me pusiera un pie así para que me cayera, porque fue lo último que faltó hacer para que no pudiera ir a ese Te Deum.

Pero ahí estábamos con ustedes afuera, con la Misa Criolla adentro y con la fe en Dios de que es posible hacer un país diferente. Mucha fe en el pueblo y en Dios, mucha fe.

Por eso, quería agradecerles…Vamos lo de Tupac, hoy coparon los de Tupac acá, le ganaron a La Cámpora los de Tupac, Proyecto Nacional, a ver, hay un montón, el padre Mugica, tantos argentinos y argentinas.

Por eso, quiero agradecerles…bueno, chicos, tengo que ir a hablar al otro patio, al de las Malvinas, que está por empezar la Selección Nacional, ¿ya empezó?, bueno, déjenme porque todos tienen que ir a ver a Argentina y al seleccionado nacional.

Así que, la próxima seguimos, un abrazo y adelante, no aflojen, que si ustedes no aflojan, yo tampoco.

¡Vamos todavía!

Gracias. (APLAUSOS)          

PALABRAS DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL PATIO DE LAS MALVINAS DE LA CASA DE GOBIERNO

Gracias, como dice Maradona, está por empezar a jugar la Selección Nacional. ¿Cómo están? Gracias, chicos, muchas gracias.

La verdad que hoy es un día de muchas emociones, un día de muchas alegrías porque, primero, cuando los veo a ustedes siempre me pongo muy alegre y muy contenta, ustedes se dan cuenta que me cambia la cara, ¿no?, ustedes me hacen cambiar siempre la cara.

Y, segundo, un día porque nos ocupamos de los más chiquitos, con las vacunas, porque nos ocupamos de los adolescentes, que no tienen cobertura…

Todo esto que anunciamos se ver reforzado y complementado porque con la Asignación Universal por Hijo todos aquellos que tienen la Asignación tienen que ir con todo el calendario completo de vacunas, con todos los controles y también con su certificado de estudios. Y también para los mayores, los niños y los mayores.

Por eso, hoy, aunque bueno, aunque una Presidenta no deba decir esto porque, bueno, una Presidenta es de todos, hoy me siento muy peronista con esto de los niños y de los jóvenes, muy.

Pero la verdad que debo decir algo también, como se los dije en la Plaza el 25: es necesario, sobre todo ustedes que son jóvenes, y los jóvenes siempre innovamos…¡Ay!, dije innovamos, mirá vos, segundo título para mañana: “Se puso como joven”. Les voy dando como tres titulares ya hoy, terrible.

Pero en serio, los jóvenes…Lo que pasa que ustedes me hacen acordar a mí cuando era joven, es inevitable, no puedo…es superior a mí, no lo puedo evitar, veo esas pancartas y, bueno, nosotros teníamos por ahí banderolas y otras cosas, qué sé yo, sí, otras cosas también, pero bueno, no importa.

Pero, me encantan esos paragüitas, esos paragüitas son un símbolo. Por eso el otro día tomé un paragüitas para que vean el cambio estructural de una juventud comprometida con el cambio y la transformación que porta paragüitas, portan paragüitas. Y la verdad que en un país donde hemos tenido tantas tragedias y tantos dramas, no es una cuestión menor.

Y les decía que cuando recién decía y hablaba de mi peronismo, les quería recordar también lo que había comentado durante el acto del 25 de mayo, ¿no?, la necesidad de esta generación, que son ustedes, que es la generación del siglo XXI, la de repensar las cosas, el mundo, el país, la sociedad, los medios de comunicación. Y me refiero a la velocidad y a la modernización que tienen hoy las comunicaciones, el modo de relacionarse de la gente, ustedes mismos que ya se relacionan prácticamente a través de la Internet y de otras redes, nos obliga a todos a repensar, no ideales y objetivos que deben ser los de vivir en una sociedad mejor, más justa, más igualitaria, más equitativa, con inclusión social. Ese objetivo es permanente.

Pero está claro que hay otras situaciones y otros escenarios que requieren de nuevos métodos, de nuevos instrumentos y hasta de nuevos pensamientos para llevar adelante esos instrumentos.

Yo lo decía, en mi época era la explotación; hoy es la exclusión. En numerosas partes del mundo ya no necesitan explotar a nadie, simplemente los excluyen, los tratan con indiferencia, no les importa nada.

Por eso digo que cuidar este proyecto y sentarse a pensar, no demasiado tiempo sentado porque hay mucho para trabajar también, se puede pensar parado también, pero es un decir, es una metáfora. Pero comenzar a pensar este nuevo siglo XXI, esta nueva Argentina y este nuevo mundo y esta nueva región también de la UNASUR, de la América latina y del Caribe, es también la obligación de generar un pensamiento.

Pero si ustedes se ponen a pensar un poquito, aún mi generación, la generación de los 60 y los 70, tenía un pensamiento que no era un pensamiento propio, salvo aquellos que vienen de los movimientos populares como era el peronismo, todos tenían un pensamiento que por ahí también incluía ideas desde, no quiero recordar viejas consignas porque no vale la pena, pero también el peronismo necesita repensarse en sí mismo. Todos necesitamos cambiar, porque lo que no cambia, el agua que no corre, el río que se estanca, se pudre y se convierte en algo inerte. Es necesario que el río corra, que cambie, pero no para los objetivos, sino para lograr de llegar de mejor manera a esos objetivos.

Eso era lo que yo quería decir el otro día y esa creo que es la obligación que tenemos todos. Y también lo tendrán las otras fuerzas políticas del país.

Yo creo profundamente en el movimiento, sobre todo en países como el nuestro, en la construcción del gran movimiento nacional y popular.

Nuestra propia historia teje un hilo invisible entre lo que fue ese 25 de mayo de 1810 hasta ese 17 de octubre de 1945, hasta ese 2003, donde Néstor llegó también a un país devastado y el país al que él llegó, hoy tampoco gracias a Dios existe.

Hay otro país, hay sectores sociales que ascendieron, hay sectores sociales que lograron tener auto, casa, mandar a sus hijos a estudiar, tener una mejor condición de vida.

Muchas veces exige, entonces, que nosotros también, frente a estos sectores sociales, que no alcanzan muchas veces a distinguir que son producto de un proceso histórico, económico y social, tener también los instrumentos necesarios para la continuidad de esa historia y que ellos también son garantes de la continuidad de esa historia aunque no se den cuenta, aunque no sientan pertenencia o lo que es peor, cuando muchas veces renieguen sin haberse dado cuenta de cómo llegaron las cosas. Claro que fue trabajando, a nadie le regalaron nada. Pero cuántas veces trabajaste en tu vida y quedaste en medio de vía.

Entonces, yo creo que esto exige por parte de todos y, sobre todo de los militantes, mucha humildad, mucha humildad para saber cómo abordar este trabajo, debe ser sin la soberbia del que va a explicar que sabe todo, sino con la humildad de la construcción colectiva y, fundamentalmente, de la experiencia y del contacto permanente en el barrio, con el vecino, en la universidad, en el trabajo, dónde sea.

De esto se trata la construcción política, no hay una construcción política teórica que pueda desarrollarse en cenáculos o en laboratorios. Los laboratorios son para los científicos, la política tiene que estar en la calle y tomando la calle, siempre, siempre.

Por eso, en la calle y en todas partes, siempre. Y la única manera de no equivocarse, es en dónde está el interés de la Patria, no que me conviene a mí. No es tan difícil, porque aunque algunos se hagan los otarios, se dan cuenta qué le conviene a la Patria, qué le conviene al país y qué le conviene a la Argentina.

Y por ahí no te das cuenta enseguida, pero si pensás un poquito, un poquito nada más, seguro que te das cuenta. Y si no, ayuden ustedes a que otros se den cuenta.

Gracias, los quiero mucho, vayan a ver a Argentina ahora, gracias, los quiero mucho. (APLAUSOS)     

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