Saludo a los presentes en acto en Casa de Gobierno: Palabras de la Presidenta

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ, LUEGO DEL ACTO  DE ANUNCIO DE OBRAS DE SANEAMIENTO URBANO Y ENTREGA DE PREMIOS DE LOS JUEGOS NACIONALES EVITA, A LOS PARTICIPANTES QUE SE ENCONTRABAN EN LA GALERIA DE LOS PATRIOTAS LATINOAMERICANOS, EN CASA ROSADA.

Gracias, muchas gracias, la verdad que haber recibido esa Copa, ustedes saben que ese hombre que había recibido esa Copa de manos del General Perón, en el año 53, justo cuando yo nací, y que ahora me la venga a obsequiar, cuando yo tengo que entregarle la Copa, que él gana en el Campeonato de Ajedrez, en la categoría de mayores, de los Juegos Nacionales Evita, saben qué, yo creo mucho…. Sí es un regalo de cumpleaños, el mejor regalo de cumpleaños, sí realmente. (APLAUSOS).

Ustedes saben, y se lo he dicho infinidades de veces, yo creo en las señales, y la verdad es que estoy viendo señales maravillosas de nuestro pueblo, de nuestra sociedad sin distinciones, inclusive, en gente que por ahí sabemos piensa diferente, en esto que sabemos en la defensa conjunta. Recién, cuando terminé de hablar, se acercó el ministro De Vido y me dijo: “ojo, que los de La Nación no son impuestos de IVA o de ganancias – como dije yo. ¿Sabés por qué deben 300 millones? Son los aportes de los trabajadores, que no depositaron, lo cual es mucho más… no, sin insultos, acá no necesitamos insultar a nadie, lo que necesitamos es que la Justicia ponga las cosas en su lugar y les cobre a aquellos que han violado la ley, como lo hace con cualquier hijo de vecino.

Yo, confío que más allá de todos, y de las presiones que sufren… porque saben, les voy a contar algo, yo entiendo muchas veces, me da bronca, siento que por ahí, digo. “pero la pucha como fallan”. Pero yo entiendo, es muy difícil, hay que tener mucho temple, hay que tener mucha convicción, hay que tener muchas certezas históricas y hay que tener mucho amor por los demás para bancarse las cosas que tenés que bancar. Y la verdad que hay gente que por ahí que ante la tapa de un diario, que ante un comentario de algún columnista “estrella”, se atemoriza. A mí un amigo me dice: “seguro que tiene un muerto en el ropero”. Yo digo, bueno, no es solamente eso, por ahí sí ahí algunos que tienen muertos en el ropero y por eso tienen que bancarse cualquier presión. Pero yo creo que la mayoría de la gente, sobre todo los que tienen que tomar decisiones en otros estamentos no es que tengan muertos en el ropero, es que no se bancan la presión. Porque es una presión fea, nosotros la hemos vivido – Néstor y yo, fundamentalmente, y también otros compañeros, que nos han acompañado en la función pública, pero fundamentalmente Néstor y yo, denostados, difamados, calumniados, inclusive no ya desde el aspecto político, sino en el caso de quien habla, desde su condición de mujer, de una manera terrible y atroz, que yo no sé cuanta gente puede soportar esa presión. Por eso, no es que justifique, simplemente trato de entender el por qué de muchas cosas y de comprender el por qué de muchas cosas.

Por eso pienso que va a haber un momento maravilloso de la historia de la Argentina en que ya nadie va a tener miedo, en que nadie le va a tener miedo en que le saquen un titular, o que lo difamen por un canal de televisión, o que lo persigan con una cámara, a él o a su familia, como hacen conmigo, porque va a ver que finalmente, aunque hagan esas cosas, cuando los pueblos han decidido empoderarse y hacerse dueños de sus conquistas y sus derechos nada, ni nadie los detiene. Por eso digo que ese día maravilloso va a llegar y va a haber gente en la Argentina que no tenga miedo. Y también seguir convocándolos, a los 40 millones de argentinos, a esta tarea que tenemos que hacer contra los especuladores, contra los malos empresarios, contra los malos comerciantes - fíjense que adjetivo, no digo en general - fundamentalmente con los que especulan con el esfuerzo y el trabajo de millones de argentinos, como recién leía las palabras de un joven argentino, que ni siquiera es de mi partido, pero es un joven que hizo su empresa y que va a seguir su lucha contra los especuladores y que decidió que pese a que los proveedores le habían aumentado sus insumos él decidió apostar a no aumentar y a vender cada vez más.

Yo quiero que cada uno piense un cachito y si conoce alguno, que lo quiera estafar, si conoce alguno que lo quiere saquear que no lo permita, que hay instrumentos que da el gobierno, pero también hay instrumentos que tienen ustedes como sociedad para no dejarse estafar más. Hoy estamos en una sociedad libre, hagamos uso de esa libertad maravillosa que hemos conquistado, después de 30 años de democracia. (APLAUSOS)

Mis queridos chicos, y por último, ustedes que fueron jóvenes y que son jóvenes y que tuvieron la inmensa dicha de no tener miedo, que alguien viniera a buscarlos, una madrugada, para no aparecer nunca más para vaya a saber qué cosas hacerle a ustedes o a su familias, si ustedes tuvieron la dicha y tienen la dicha de vivir en un país donde nadie te va a llevar preso porque pensás diferentes o te va a hacer desaparecer no le tengan miedo a nada y ejerzan esa libertad. No negocien su libertad. (APLAUSOS).  

No negocien su libertad con nadie ni por nada, porque cada vez que uno renuncia su libertad ha enajenado definitivamente su futuro. Gracias y fuerza para todos, muchas gracias.  (APLAUSOS).