Acto por la implementación del Programa Nacional de Formación Docente: Palabras del Jefe de Gabinete

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PALABRAS DEL JEFE DE GABINETE DE MINISTROS, JORGE CAPITANICH, REUNIDO CON REPRESENTANTES DE GREMIOS DOCENTES, EN EL ACTO DE FIRMA DE LA IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN PERMANENTE, REALIZADO EN LA CASA DE GOBIERNO


 

Buenas tardes a todos y a todas; a ambos ministros, Carlos Tomada y Alberto Sileoni; al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; a todos y cada uno de los ministros y ministras de las provincias argentinas que participan aquí, y por supuesto, a todos ustedes, secretarios generales, representantes gremiales de los cinco sindicatos que subscriben este acuerdo de paritarias para la formación docente.

Muchísimas gracias por estar y compartir este acto que tiene una trascendencia marcada, en virtud de un proceso de reformas de carácter estructural en el sistema educativo de la República Argentina en los últimos 10 años.

Es importante remarcar que el conjunto de iniciativas de carácter legislativo que promovió oportunamente el Poder Ejecutivo que fue sancionado por el Congreso y que contó con un fuerte respaldo de los ministros de las distintas jurisdicciones provinciales del Consejo Federal, ha permitido establecer una reforma estructural en el sistema educativo argentino.

La primera iniciativa legislativa de Néstor Kirchner fue la institucionalización del Fondo Nacional de Incentivo Docente, que era una forma objetiva de compensación de recursos a aquellas provincias que no podían acceder a un mecanismo de negociación razonable, a los efectos de garantizar la continuidad del ciclo lectivo por insuficiencia del salario.

La segunda iniciativa estuvo enmarcada en lo que fue la ley 26.058 de Educación Técnica, que estableció el 0,2 por ciento de recursos corrientes para el financiamiento del sistema de educación técnica en la República Argentina. Y esto se había abandonado precisamente, producto de la desindustrialización masiva del país. La recuperación de la educación técnica, la recuperación del sistema universitario, la Universidad Tecnológica Nacional, lo que era la plataforma ideológica del peronismo, en el sentido de la conjugación de la universidad para la formación de los trabajadores de las escuelas técnicas, para la calificación de los trabajadores y lo mismo la Escuela de Artes y Oficios permitía claramente la conexidad entre una política de Estado, el desarrollo estratégico de la industria nacional y la generación de empleo por nuevas oportunidades laborales.

Ese 0,2 por ciento en los recursos corrientes determinó un incremento sistemático en el nivel de asignación de recursos para el sistema de la educación técnica. Es importante remarcar que, en el año 2002, me acuerdo por haber sido miembro informante de la ley, eran tan sólo 7 millones de pesos los que asignaban en escuelas técnicas en la República Argentina, y hoy, la perspectiva para el presupuesto 2014 es equivalente a 1.800 millones. Eso ha permitido equipar a las escuelas técnicas, promover las perspectivas de sus propias prácticas a partir de un nuevo escenario.

Nosotros, nos cansamos de inaugurar en el Chaco escuelas con Alberto y la explicación siempre de los directores y de los docentes era, “mirá antes estudiábamos estas cuestiones por foto, ahora lo tenemos entorno aquí y lo podemos hacer”. Por eso es un avance extraordinario desde el punto de vista de la calificación de los recursos humanos, porque esos alumnos terminaban egresando pero con una perspectiva de empleo, porque las mismas escuelas técnicas y los mismos directores nos decían, “los chicos que aquí egresan hoy tienen oportunidad de trabajo, porque están bien calificados, porque las empresas consideran que pueden trabajar en sus respectivos oficios”. Y eso también significó un gran cambio de paradigma de la ley 26.075, prácticamente se duplica la participación relativa al presupuesto educativo en el Producto Interno Bruto, en un Producto Interno Bruto que ha crecido en la última década a una equivalencia al 7,6 por ciento no la acumulativa, es decir, crecía el producto pero al mismo tiempo, crecía la asignación de recursos del sistema educativo. Hoy está en torno al 6,48 por ciento, récord máximo para la Argentina y eso obviamente implica un nuevo escenario desde el punto de vista de la asignación de recursos y a la ponderación de la misma.

Pero también está la ley 26.206 que genera un nuevo modelo del sistema educativo argentino con los sistemas de adhesión de cada una de nuestras provincias, como así también lo que significa la salud, la ley de educación sexual y otras iniciativas que están en el ámbito del Congreso, como por ejemplo el debate respecto a la ley de educación superior. Pero ese conjunto de iniciativas de carácter legislativo nos ha dado un nuevo marco jurídico e institucional para la asignación de recursos y el cumplimiento de metas.

Es importante remarcar algunos resultados que han sido extraordinarios en el país. Digo esto, porque nunca se destacan estas cuestiones que son esenciales para el desenvolvimiento del presente y del futuro.

Hoy tenemos un sistema educativo que es inclusivo, que tiende a la equidad y que tiene el desafío de promover calidad y excelencia con valores. Pero la calidad y excelencia es un trayecto que indica una responsabilidad colectiva de la comunidad educativa: Estado, padres, docentes, alumnos, en un compromiso de construir un escenario adecuado para estas metas y obviamente para su cumplimiento.

Es importante remarcar lo que significan las políticas de inclusión social educativas, que muchas veces no se repiten como deberían ser. Tenemos un crecimiento extraordinario en la matrícula; la Asignación Universal por Hijo ha generado cerca de 3,3 millones de niños, adolescentes y jóvenes incluidos, 3,8 millones de netbooks distribuidas. Esto implica el desafío de la articulación de la inclusión social con la tecnología pero también con infraestructura edilicia. Entre 1.500 y 1.700 son los edificios escolares nuevos construidos y en proceso de construcción, 5.000 refacciones que implicaron ampliaciones o nuevas remodelaciones de infraestructura edilicia de escuelas, aunque también no se contabilizan en muchos casos las acciones de las provincias argentinas con presupuesto propio. Si uno consolida toda la asignación de recursos con distintas fuentes llegaremos a casi 10.000, lo cual es algo extraordinario desde el punto de vista del mejoramiento de las condiciones de educación para nuestros alumnos.

Pero así también es importante remarcar lo que ha significado el esfuerzo de las provincias por incrementar la participación relativa de la asignación de recursos en términos de presupuesto, y eso también ha implicado cumplir con los parámetros establecidos por las propias Constituciones provinciales, superando en la mayoría de los casos el 33 por ciento. Entonces ha habido un esfuerzo ciclópeo y es necesario que sea reconocido respecto a lo que se hizo, y es necesario reconocer los esfuerzos que nos da cada ser.

Por eso, hoy tenemos un sistema educativo que nadie puede dudar que es inclusivo, con la garantía de oportunidades para todos. Nadie puede dudar que se tiende a la equidad, porque esta es la concepción filosófica que la Presidenta de la Nación, la doctora Cristina Fernández de Kirchner le ha impuesto claramente a esta gestión.

Por eso precisamente, cuando hicimos el comentario para la suscripción de este acuerdo, me pidió que transmitiese el beneplácito de lo que esto significa y las salutaciones para ministros y ministras provinciales y para los gremios que participaron en este proceso de discusión. Discusión que seguramente no habrá sido ni fácil ni sencilla; que ha sido prolongada en el tiempo pero que anima una voluntad en común para la construcción de un consenso que tiene que ver con la formación docente.

Nosotros entendemos que nuestro gran desafío para el sistema educativo argentino, precisamente es la concurrencia de factores para lograr calidad y excelencia, y esto se logra de una sola manera, con mejor calidad de contenidos, con las reformas curriculares que se están incrementando y con el compromiso de todos los actores del sistema.

Por eso suscribir en paritarias este convenio que implica una meta de carácter trianual para 1 millón de docentes, los cuales iniciamos en el transcurso del próximo año una perspectiva de 17.000 escuelas, 300.000 docentes con un sendero claro y definido, para construir precisamente formación gratuita, federal, consensual, con entrega de materiales, con las universidades participando activamente, con el consenso de todas las provincias argentinas y de los gremios y de los ministerios de Educación y de Trabajo de la Nación, favoreciendo e impulsando el consenso y el debate respecto a esta formación, verdaderamente constituye un hecho trascendente.

Y es necesario pensar lo que estamos haciendo, porque el próximo 3 de diciembre vamos a tener seguramente una profusa información respecto a los resultados de las pruebas tiza, pero es necesario observar lo mucho que se hizo, la trayectoria que estamos adquiriendo desde el punto de vista del mejoramiento de las condiciones de educación, y el desafío para que finalmente los resultados mejoren estructuralmente a través del tiempo pero a través de estas políticas activas.

No hay ninguna duda que hemos recuperado el poder adquisitivo del salario docente en estos años, no hay ninguna duda que hemos mejorado la infraestructura edilicia, no hay ninguna duda que hemos incorporado tecnología, no hay ninguna duda que se han asignado como nunca antes recursos, no hay ninguna duda que hay un compromiso para la formación educativa, no hay ninguna duda que es una responsabilidad colectiva. Por lo tanto aquí tenemos un gran desafío, el desafío de utilizar adecuadamente estos recursos, de lograr que la formación sea como está previsto, es decir, en territorio, en terreno, en escuela pero sobre todo con el desafío de incorporar a la escuela pública y privada en una construcción de metas que sean concurrentes y equivalentes.

No me cabe la menor duda que vamos a ser capaces de lograr estos objetivos. No me cabe la menor duda que de acuerdo al sistema comparado internacional, la calidad educativa es producto de políticas a largo plazo, de un proceso de formación sólida y de un escenario que implique mejores condiciones para lograr que el alumno pueda tener buena calidad.

Creo, y siempre se lo transmito a Alberto Sileoni, que hay que aceptar el desafío de lo que significa hoy el uso de la tecnología, para lograr que aquella educación de carácter tutorial y luego la gran educación de carácter popular, amplia y universal, puedan lograrse con mayor equidistancia para lograr que la tecnología, Conectar Igualdad, que Fibra Óptica Extendida, el uso de las netbooks, podamos tener mayor contenido en matemática, lengua, ciencias sociales, ciencias naturales, identificar los talentos y potenciarlos y obviamente generar las condiciones también para que el sistema educativo nos genere nuevas oportunidades, para la vinculación entre la educación y el empleo, y eso está asociado un proyecto de país, un proyecto nacional y popular que es un proyecto de país en donde el trabajador es el sujeto central de las políticas.

Por lo tanto, para que el trabajador trabaje tiene que estar debidamente calificado a través del sistema de educación pública y popular. Para que el trabajador trabaje y sea educado por el Estado, tenemos que disponer de recursos, pero en esta condición tiene que haber un país en donde el liderazgo político, en este caso de nuestra Presidenta, es absolutamente insustituible, es producir bienes y servicios para exportar más, para interiorizar, para sustituir importaciones, para agregar valor, para construir una cadena que permita más trabajo para los trabajadores, más riqueza para los argentinos, bien distribuida y por supuesto, más soberanía y más autonomía para las decisiones. Y eso se logra en un solo lugar, en la escuela, generando formación educativa con conciencia colectiva.

Por eso, nuestro desafío no solamente es educar más, también es educar mejor pero también educar con un objetivo de lograr nuevas generaciones de argentinos que impliquen tener vocación por el trabajo, para construir un país justo, libre y soberano, y lo tenemos que formar en cada una de nuestras aulas, con la conciencia colectiva que implica docentes comprometidos con el proyecto de país, el proyecto de país que nos incluya a todos los argentinos. Muchas gracias.

 

 

 

 

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