Saludo al público reunido en Casa de Gobierno: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ, LUEGO DEL ACTO DE JURAMENTO DE NUEVOS INTEGRANTES DEL GABINETE, DESDE EL PATIO DE LAS PALMERAS, EN CASA ROSADA.

 

  

¿Me escuchan bien? ¿Están seguros? ¡Cuántos los extrañé, por Dios! (APLAUSOS). Quiero agradecer, en esta tarde y en este día tan especial, del 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, la presencia de jóvenes, de trabajadores, de sindicatos, de movimientos sociales, de movimientos juveniles, de todo lo que conforma este espacio político plural, diverso que viene trabajando, desde hace mucho tiempo, en la República Argentina.

Yo también los amo a todos y mucho, yo venía pensando, hoy, después de tantas cosas que pasaron en estos días y justo este Día de la Soberanía Nacional, el otro día cuando a través de las redes tomé contacto no sólo con los argentinos, sino con muchísimos hombres y mujeres de distintas latitudes, que se habían preocupado por nuestro país, porque preocuparse por la Presidenta no es que se están preocupando por la Presidenta, se están preocupando por el país, porque a mí me toca presidir el país y pensaba en todas estas cartas que enumeraba y ayer estaba recibiendo una carta, que parece que hubiera sido escrita para el día de hoy. Es de una abogada, de Rosario, 46 años, no la conozco, se llama María de las Mercedes Beltrán, que me escribe una carta muy hermosa, donde me cuenta todo lo que ha significado para ella esto que se ha vivido y esto que se vive y vivimos en el país.

Pero lo que más rescaté de esa carta, que además la acompañó por una muestra de cariño inconmensurable, me tejió una carpeta, a crochet, inmensa, como un mantel con los colores de la bandera argentina, una anécdota de esa carta me decía que hacía unos días había ido a comprar una heladera, a un comercio. A ella y a su marido, les está yendo bien, tiene una fábrica de PVC su compañero y entonces cuando pidió la heladera el vendedor le preguntó qué requisitos, qué heladera quiere. Bueno, primer requisito sine qua non, que sea industria nacional. ¿Y saben qué le dijo él? ¿Y saben qué le contestó, inmediatamente, el vendedor?, me dijo ella en la carta. “Usted es de la Presidenta”. Y yo dije: “listo, con esto ya tengo ganado lo que toda la vida luché, luchar por una soberanía nacional”, que se manifiesta en este resurgimiento del aparato productivo nacional, que tenemos que seguir profundizando, avanzando, mejorando y que nos permite, hoy, a los argentinos anunciar, en este tercer trimestre, de este año 2013, que la desocupación – merced de la actividad económica – ha vuelto a descender y se ubica en el 6,8 por ciento, la más baja de toda la serie histórica, de los terceros trimestres, porque sabemos que por cuestiones de estacionalidad, siempre la más baja se da en el cuarto trimestre y teníamos la marca más baja del 2011, que era el 6,7. (APLAUSOS).

 

Pero además, también, antes de que me pasara lo que me pasó estuve en los últimos actos, recién veía a Silvina, nuestra senadora, y a Miguel Pichetto, el senador por Río Negro, uno de los últimos actos en que estuve fue allá en el INVAP, con “Cacho” Otegui, presidente del INVAP, donde estábamos inaugurando nuevas instalaciones y él me dijo: “usted va a ser recordada como la Presidenta de la ciencia y la tecnología”, otra manifestación de soberanía nacional: industria nacional a la que debemos darle mayor competitividad; innovación tecnológica; más educación.

 

Cuando veo a mi querida amiga, Michelle Bachelet, que va a pelear la segunda vuelta, y uno de los puntos de su programa de Gobierno es educación gratuita, como no sentirme orgullosa de lo que hemos hecho por la educación, en la República Argentina: 9 universidades nuevas; 6,47 del PBI, en fin y todo lo que todavía falta hacer porque hay que seguir profundizando el modelo para que cada vez haya más argentinos incluidos y para que nunca más nadie pueda volver a arrebatarnos lo que nos corresponde por derecho a todos los argentinos. (APLAUSOS).

 

Cuando a uno le pasan ciertas cosas, a mí la verdad que me ha pasado de todo, y toco madera, no tengo nada, no toco madera con patas porque yo tengo patas, es como que comenzás a mirar las cosas de otra manera. Y yo quiero, en este momento tan especial de nuestra Patria, de un mundo tan complejo, tan diverso, tan conflictivo que los argentinos unamos esfuerzos, que los trabajadores, que los empresarios que han logrado mejores rentabilidades, que también aprendamos el ejemplo de esta YPF recuperada para recuperar la soberanía energética también, que es soberanía nacional. (APLAUSOS).

 

Y fíjense, ¿saben cuál es la empresa que más ganancias dio? YPF, pero no solamente porque es una petrolera. ¿Saben por qué dio más ganancias? Porque YPF está reinvirtiendo todo lo que gana en mayor inversión, que es la única manera de profundizar el proceso de industrialización. (APLAUSOS). Y vamos a recuperar, la meta es recuperar la soberanía energética, porque para eso recuperamos YPF, nuestra petrolera de bandera y nos vamos a asociar porque no tenemos prejuicios, nos vamos a asociar en las condiciones más favorables para nuestro país donde tengamos que asociarnos.

Yo no tengo anteojeras y sabemos que esto demanda capitales intensivos que o no están en la Argentina o los que los tienen los tienen en algún otro lugar y no los quieren poner acá.

Así que…no, no, no, yo tengo mucha confianza en que muchos van a entender la necesidad que tenemos de tener esta soberanía energética, esta soberanía alimentaria, esta soberanía industrial que tenemos que mejorar para que no nos pase, como ha pasado en otros momentos históricos de reindustrialización o de industrialización del país que luego teníamos estrangulamientos en el sector externo porque no teníamos un desarrollo industrial de suficiente entramado que nos obligaba a seguir importando y nos acogotaba por el sector externo.

Hemos terminado con aquello que fue el peso histórico de la deuda. Ahora tenemos que superar esa barrera que muchas veces tenemos de que no podemos desarrollar una industria nacional competitiva en calidad y en precios como lo han hecho otros países. Para ello tenemos recursos humanos, educación, capacidad, voluntad y, sobre todo, decisión política. Estamos poniendo mucha inversión a la educación, a la innovación tecnológica, a la ciencia, a la educación y amor.

Porque también la política no es ajena a la vida y la economía menos aún. No pueden llevarse a cabo como empresa, como objetivo si, además, no tenemos también utopías, ilusiones y esperanzas.

Quiero rescatar que hemos vuelto a enamorar a muchísimos jóvenes que se han acercado a la política.

Yo digo que este mundo, este mundo globalizado, del que se han apoderado flagelos que asolan todos los países sin distinción de fronteras, tiene que ver con la pérdida de las utopías.

Cuando las sociedades creen en los estratos por allí de menores recursos que es imposible crecer o tener algo o progresar, terminan siendo capturados por las peores cosas. Y también, fíjense qué paradoja, los que más recursos tienen también, terminan siendo atrapados por los peores flagelos porque creen que ya tienen todo y nada vale la pena.

Por eso creo que rescatar las ilusiones, las utopías, las esperanzas, las posibilidades de un mundo mejor, es el mejor instrumento para pelearle a la desesperanza, para pelearle a los que quieren llevarnos al fracaso, para los que quieren arrastrar a los jóvenes a otros lugares.

Alegrémonos cuando un joven ingresa a un movimiento político, a un movimiento social porque está ingresando a dar vida, a ayudar a los demás y se está alejando de los peores vicios.

Por eso, tenemos que contribuir y la contribución que tenemos que hacer todos los argentinos para esta Argentina mejor, que tiene grandes posibilidades, porque tenemos una Argentina que salió del infierno y hoy está sólida económicamente, las mejores posibilidades que tenemos, precisamente, es la de convocar a todos los argentinos.

Tenemos que dejar de lado las frases que solo sirven para los titulares de un diario; tenemos que dejar de lado los agravios o las descalificaciones por la descalificación; tenemos que empezar a discutir ideas, programas y allí, si hay diferencias, que nos traigan las mejores que estamos dispuestos a escucharlas porque no somos cerrados.

La verdad que somos en la Cámara de Diputados, aquí, dispuestos a escuchar porque, ¿saben qué? Somos los más interesados en que las mejores ideas puedan llevarse a cabo.

Y miren ustedes el caso de la Asignación Universal por Hijo, que no fue un proyecto nuestro, pero nosotros tomamos las medidas que lo permitieron llevar a cabo. Porque, ¿saben qué? Para hacer determinadas cosas, no basta con un proyecto, no basta con una idea, no basta con un eslogan o con una consigna, sobre todo en la economía y en la sociedad. Cuando uno tiene que llevar proyectos que mejoren la calidad de vida de la gente, lo que necesita son los recursos para implementar esos proyectos, como el PROCREAR también. No habría PROCREAR, no habría Asignación Universal por Hijo, no habría movilidad jubilatoria.

Entonces, estamos dispuestos a escuchar todas las ideas, pero, sobre todo, cómo se instrumentan las ideas, si no, son apenas esbozos, proyectos y nosotros queremos realmente encontrarnos todos los argentinos para mejorar esta que es nuestra patria.

Nuestros hijos van a vivir aquí, mis hijos, mi nieto, ustedes, que son muy jóvenes y me acuerdo de este lugar cuando con Néstor vinimos…Debe haber alguna imagen por ahí, creo que cuando fue la familia de Cámpora que nos dio el bastón presidencial de mando, yo creo que lo exhibí acá en uno de los balcones.

Y yo quiero finalmente, para… ¿Qué me dijeron por ahí? A los 30.000, ¡cómo olvidar lo que es una bandera hoy, no ya de un grupo político, sino de todos los argentinos!

Yo creo que, miren, uno de los mayores orgullos, uno de los pilares de esta nueva Argentina, de esta nueva Argentina como ejemplo en el mundo, nos miran como ejemplo en el mundo por nuestra política de derechos humanos. Y la verdad es una conquista de las organizaciones de derechos humanos que inclaudicablemente durante más de 30 años, pelearon sin bajar los brazos, sin violencia.

Porque, ¿saben qué, saben qué es lo más importante de todos ustedes? Es que lo que reclaman, lo que militan, lo hacen sin violencia.

El otro día…No, lo tienen que hacer por ustedes.

Para terminar, porque fue una cosa que me impresionó el otro día, como ahora tengo más tiempo para leer los diarios, leí un diario extranjero, un diario español, ¿se acuerdan de Camila Vallejos, no? La joven chilena dirigente estudiantil que hoy es candidata por el Partido Comunista en su país acompañando…sí, es muy linda, la verdad que es muy linda, es muy linda, una geógrafa muy linda, acompañando a Michelle Bachelet. Y el diario, no leí lo que decía abajo la nota, pero con el título me bastaba: el diario decía, una foto de ella muy bonita, decía: “De rebelde a diputada”. ¿Les suena la crítica? ¿Y qué la querían, tirando tiros para después tener el justificativo de matar jóvenes que luchan por el cambio y la transformación? No, nunca más, nunca más. Nunca más en serio esto, nunca más en serio.

Porque además, estos jóvenes que hoy se incorporan a la política en los sindicatos, que se incorporan en las organizaciones juveniles, en los frentes estudiantiles, en los movimiento sociales, lo hacen en democracia y pidiendo en democracia y viviendo en democracia. Este es un activo político que ustedes no se imaginan. 

Por eso, quería terminar con esto: agradeciéndoles, agradeciéndoles todas las muestras de afecto, de cariño, aquellos que rezaron por mí, aquellos que por ahí no creen y hoy recibí –no voy a decir de quién- un CD de un cantante popular muy conocido, que me dice que una canción vale por dos rezos y que él rezó por mi salud. Es muy popular, no lo voy a decir, pero me debe estar escuchando y debe saber quién es.

Agradecerles a todos, a los artistas, a los militantes de derechos humanos, a los jóvenes, a los dirigentes sindicales, a los empresarios, a los comerciantes, a los científicos, a los argentinos y a todos aquellos que se preocuparon por la Argentina.

No lo pierdan de vista, no era una preocupación por una persona más allá del afecto y del cariño. Era, en definitiva, la preocupación por quien circunstancialmente le toca conducir los destinos de nuestro país.

Y yo quiero… ¿saben qué necesitamos? ¿Hay alguien me dice qué necesitamos? Necesitamos que toda la dirigencia argentina, cualquiera sea el partido, se comprometa a sostener el trabajo, la industria nacional, la ocupación de los trabajadores, la educación, la ciencia y la tecnología, la inversión en materia de infraestructura. Este es el gran compromiso democrático que necesitamos para que todo este esfuerzo, todo este esfuerzo siga valiendo la pena.

Así que, con mucha fuerza y a seguir trabajando como todos los días.

Gracias, los quiero mucho a todos, muchas gracias. (APLAUSOS) 

 

 

 

 SEGUNDA PARTE DE LAS PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ, EN OTRO DE LOS PATIOS DE LA CASA ROSADA.

 

Esto ya es una sobredosis de discurso, porque ya vengo con el segundo discurso: primero, antes que me olvide, porque cuando recién enumeraba las cuestiones de soberanía nacional y de desempeño del Estado me olvidé de algo muy importante y emblemático: de Aerolíneas Argentinas. (APLAUSOS). Y cuando lo vi a Marianito Recalde me dije cómo me olvidé de Aerolíneas Argentinas, que la recibimos despedazada, sin aviones, endeudada y hoy nuestra propia competencia nos felicita por el funcionamiento.

 

La verdad que te quiero felicitar Mariano porque es un logro muy importante y porque lo han hecho contra viento y marea. Y cuando digo contra viento y marea digo contra críticas feroces pero hemos demostrado que podíamos levantar nuestra línea de bandera para darle conectividad al país, como también estamos haciendo con los ferrocarriles argentinos y que también vamos a tener la inversión más grande, desde hace más de 50 años, en ferrocarriles, en la República Argentina, cuando dispuse destinar cientos de millones de dólares a renovar todos nuestros trenes urbanos. Y vamos a ir por más, porque vamos a ir por los trenes de carga para darle más competitividad a la economía. (APLAUSOS). Y vamos a ir por las vías navegables, porque tenemos que revitalizar el transporte marítimo.

 

Y vamos, en definitiva, por una Argentina mejor para todos y para todos. ¿Por qué saben qué? Los argentinos… claro que sí: ¡Viva la Patria! ¿Saben qué? Yo creo chicos que hemos estado un tiempo separado, que nos hemos extrañado mucho y que necesitamos – como decía ese inmenso pingüino, que me regaló, un joven, Federico García Caffi, del Frente Estudiantil, de Pilar, que no sé si estará acá, o en el otro patio, o en algún lado - que trajo una frase la pata del pingüino, que decía: “organizarse para transformar”. Y eso es lo que hay que hacer: organizarse en cada barrio, organizarse en cada frente. ¿Pero saben para qué? Para ayudar al otro, para integrarlo a un proyecto común de país, que no reconozca banderías ni divisiones, que en todo caso las únicas divisiones, cuando se decide una tarea para el barrio, para el colegio sea la del partido de fútbol, pero nunca más nos dividan por cuestiones falsas o inexistentes.

 

Finalmente quiero decirles a todos ustedes y a todos los argentinos que no nos dejemos robar la vida, las ilusiones y las esperanzas de una Argentina mejor. Porque la estamos construyendo y lo vamos a seguir haciendo. Gracias a todos, los quiero mucho. (APLAUSOS).     

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