Acto de inauguración de obras en la Universidad Nacional de Quilmes: Palabras del Vicepresidente de la Nación

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PALABRAS DEL VICEPRESIDENTE DE LA NACIÓN, EN EJERCICIO DEL PODER EJECUTIVO NACIONAL, LIC. AMADO BOUDOU, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE AULAS DE IMAGEN Y VIDEO, UN ESTUDIO DE TELEVISIÓN Y OBRAS EN LOS DEPARTAMENTOS DE ECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES, PROV DE BUENOS AIRES.

 

 

Muy buenas tardes a todos y a todas: hoy con mucha alegría les digo que le traigo un enorme abrazo de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. (APLAUSOS). Y aquí estamos el equipo de la Presidenta, parte del equipo de la Presidenta un día más sosteniendo la gestión, que hoy tiene que ver con inversión en nuestro sistema educativo, en nuestro sistema universitario aquí en la Universidad de Quilmes.

Reflexionábamos con Oscar Parrilli, mientras escuchábamos a Martín y al Rector de la Universidad, sobre lo simbólico de estar aquí en esta tierra, en este suelo-  querido Barba, en tu tierra y en tu suelo también – pero fíjense ustedes, como siempre marca la Presidenta, estos diez años no han sido de políticas sectoriales, sino que han sido de una política de proyecto de país, una política nacional y popular que tiene distintos ejes: el educativo, el social, el económico, el de la salud y todos esos ejes se van concatenando.

Miren hoy estamos en esta Universidad Nacional de Quilmes y fíjense era una fábrica de un país que alguna vez tenía un movimiento industrial importante, incorporación de los trabajadores con el General Perón a la cabeza a ese proceso nacional de industrialización y algo pasó en el camino porque esta fábrica, como tantas otras a lo largo y a lo ancho del país, cerró y si fuera una cuestión individual de los dueños de la fábrica bueno… pero al perder el proyecto de país dejó de ser una cuestión individual para ser una cuestión colectiva, una visión económica muy alejada de la inclusión social, que además – hay que decirlo – muchas veces se impuso a través de sangrientos golpes militares y gobiernos genocidas. Simplemente poniendo la cara para que muy poquitos se quedarán con el capital en la mano y muchos sin puestos de trabajo. Y cuando muchos se quedan sin puestos de trabajo lo que termina desapareciendo es el proyecto de país, el proyecto colectivo, el proyecto que nos incluye a todos soñando un destino común, donde cada uno puede desarrollarse, sí, por su esfuerzo, pero hay políticas que hacen posible ese desarrollo.

Créanme no hay posibilidad de desarrollo individual, si no hay un proyecto de país. Sí tal vez para unos pocos. Nos recordaba Martín Sabbatella que en la época que a la mayoría de los argentinos les iba mal a algunas pocas empresas les iba bien, en particular al Grupo Clarín, una empresa de medios que concentraba, concentraba y se hacía cada vez más grandota, una carga más pesada para el conjunto de la población. Pero hay que decirlo con todas las letras: además tomaban decisiones por todos, porque se ponían por encima del poder político para extorsionar a los gobiernos y obligarlos a tomar medidas. Recordemos, nada más, algunas tapas de los diarios cuando les sacaban el 13 por ciento a los jubilados y al presupuesto público. Y esto era presentado como una medida de austeridad, una palabra valiosa, una medida de austeridad que era necesaria tomar y en realidad estaban destruyendo a la sociedad argentina. Fíjense que distinto cómo se presentan las cosas, según el cristal con quiera mirarse y sobre todo según los intereses que están en juego.

Por eso me hace acordar mucho al tema de las AFJP, once gerentes de AFJP tomando decisiones sobre el ahorro público de la Argentina sin ningún control, sin la posibilidad de que el pueblo supiera lo que está pasando. Que distinto lo que ha sucedido desde que la Presidenta tomó la decisión de recuperar este sistema.

Porque, en definitiva, a partir de la llegada de Néstor Kirchner lo que sucedió es que el poder político volvió a ser eso: poder político, la decisión soberana del pueblo, expresada en liderazgos que no se dejaron extorsionar, que no se dejaron llevar por delante, que no se dejan ni un solo día empujar por la tapa de algún diario o por algún grupo mediático que pretende llevarse por delante al Gobierno. Eso es lo que estamos viviendo desde el año 2003; por supuesto, con dificultades, por supuesto con sinsabores, pero sin aflojar un solo día porque como dijo ese gran Presidente que refundó la Argentina. “este equipo no vino para dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. (APLAUSOS).

Por eso un país que había tirado por la venta la educación pública, que le había sacado el 13 por ciento a los maestros, a los docentes, a los no docentes, que había congelado la posibilidad de incorporar nuevos cargos de sus universidades, un país en el cual, fíjense si el poder político estaba devaluado, que un ministro de Economía al que nadie había votado, mandó a los científicos e investigadores a lavar los platos y parecía casi algo natural.

Ese país se acabó definitivamente en la República Argentina. Y las cosas no pasan de casualidad ni pasan solas.

Miren: me comentaba Alberto Sileoni que el PBI del sistema universitario pasó a ser medio por ciento, es decir, la inversión en el sistema universitario pasó al ser del medio por ciento del PBI al 1 por ciento en estos 10 años. Por supuesto de un PBI que es el doble de aquel año 2003.

Y también el sistema educativo público en general fue creciendo, no solo el sistema universitario. Y no solo en términos de docentes, de inversión en infraestructura, sino también ese hecho igualador que es la posibilidad de que los chicos y las chicas de la escuela secundaria tengan su netbook para ponerlos en pie de igualdad con todos los niños y niñas y prepararse para un futuro que va a ser sin duda necesaria mucha capacitación para poder desenvolverse en el mismo.

Y fíjense como todo se va encadenando, porque en el país, quienes llevan adelante las políticas del país, tienen que tomar decisiones; tomar decisiones es decidir prioridades, es decidir cómo se asignan los recursos.

Fíjense ustedes, en la Argentina hasta el año 2003, se utilizaba el 5 por ciento del PBI para pagar la deuda externa y el 2 por ciento se invertía en el sistema educativo. Y entonces, recordarán, parte de la inversión hoy es en la Facultad de Ciencias Económicas de esta Universidad de Quilmes, recordarán que se fueron tomando medidas osadas, se le pagó completo al Fondo Monetario Internacional para sacárselo de encima a él y a sus recetas de una vez y para siempre; se hicieron canjes con bonistas obteniendo quitas de los mismos.

Y miren, ¿para qué sirvió todo esto porque muchas veces parecen hechos desconectados? Justamente, lo que permitió revertir la ecuación de la asignación de recursos, a partir de esas medidas, pudo dar vuelta esa ecuación y en este año 2013, vamos a estar superando el 6 y medio por ciento del PBI y vamos a utilizar solo el 2 por ciento del PBI para pagar deuda. Para esto se pelea y se pone la cara todos los días. (APLAUSOS)

Entonces, es lógico que a muchos les moleste y les duela. Pero siempre que hay un proceso de inclusión, a algunos les molesta y les duele porque es pérdida de privilegios, es pérdida de ganancias extraordinarias, es pérdida de precios monopólicos, es pérdida de que el ajuste sea siempre por los salarios y nunca por los beneficios de aquellos que están en posiciones privilegiadas en términos relativos.

Y bueno, esto viene completo: ¡cómo no nos van a pegar si les sacamos toda la publicidad de las AFJP que iba a uno o dos grupos mediáticos solamente! ¡Cómo no nos van a pegar si ellos antes, como  hizo el Grupo Clarín, hacía una emisión de acciones de esa empresa que ya tenía arreglada de antemano con los gerentes de las AFJP, las compraban como si fueran una inversión para los trabajadores y a la semana valían un tercio!

Claro, los trabajadores diseminados no tenían la información para quejarse y los dueños del capital, conjunto con los dueños de la información, lo ocultaban. Por eso nos pegan, por eso nos castigan y nos pone recontentos que nos peguen, nos castiguen y nos sigan pegando por esto. (APLAUSOS)   

Porque, en definitiva, Juan Manuel, cuando visitamos universidades que eran fábricas que tuvieron que cerrar y hoy centros de estudio llenos de vidas, llenos de jóvenes que vienen con todas sus ilusiones, en esa idea de igualdad que tiene Cristina Fernández de Kirchner, porque tiene que ser todo idéntico para todos.

Ayer veíamos en El Cruce, aquí cerquita, en Florencio Varela, un hospital que realmente estaba buenísimo, permítanme que lo diga así, porque en la Argentina el equipamiento que hay ahí, lo tienen una o dos instituciones privadas y un hospital público que ha hecho 61 trasplantes gratuitos en nuestro país. Díganme cuántos países tienen trasplantes de alta complejidad en forma gratuita. (APLAUSOS)

Y hoy aquí, yo creo, compañeras, compañeros más jóvenes, estamos haciendo otro hecho colectivo que va a ser trascendente.

Como lo decía Martín hace un rato, la posibilidad de que haya muchas voces, la posibilidad que esas voces sean diversas, no importa que nos gusten o no, lo que importa es que haya muchas y que sean diversas y que nadie las haga callar.

¿Pero saben una cosa? Algo que el monopolio estaba destruyendo es la cultura argentina. Porque cuando uno ve que en los canales de cable, ve solamente cultura de otros países, perdónenme que me refiera a un hecho que pasó ayer, las cosas terminan como terminaron ayer: con una cultura extranjera que no da ninguna respuesta en nuestro país, que no genera ningún valor nuevo y que termina, yo diría, en una tragedia cultural, realmente en una tragedia cultural.

Con la mejor valoración artística que nosotros podamos hacer, es lo que se hace en todo el mundo, estamos convencidos que hay que apoyar y poner fondos a la creación y difusión de la cultura argentina, de nuestra cultura, diversa, distinta.

Por eso, yo quiero pedirles que no aflojemos ni un día, quiero decirles fuerza Argentina, fuerza Quilmes, fuerza, fuerza Cristina, fuerza todos, a seguir construyendo la Argentina diversa de los 40 millones.

Muchas gracias, hay lugar para todos. (APLAUSOS)