La presidenta Cristina Fernández expresó esta noche durante su mensaje ante la asamblea anual de las Naciones Unidas su “solidaridad con las víctimas del atentado de Kenia, también de Pakistán, y en general de todas las víctimas de los atentados terroristas que se producen en distintas partes del mundo”. Recordó la Argentina “junto a Estados Unidos de América, son los únicos dos países del continente americano que sufrieron ataques terroristas”.
Indicó que eso lleva a conocer con claridad “que estamos frente a verdaderas víctimas, no son soldados; era gente que toma un ómnibus, entraba en su lugar de trabajo, y recibía un ataque letal. No había elegido ir a pelear”. “A esas víctimas y a sus familiares es con quien debe estar expresada nuestra solidaridad y nuestra condena a todo tipo de terrorismo”, enfatizó.
Respecto a la cuestión en Siria, la Jefa de Estado recordó que estuvo en la ONU el pasado 6 de agosto, presidiendo la sesión del Consejo de Seguridad. Señaló que en ese momento el país propuso “la reforma del Consejo de Seguridad, porque sosteníamos que su lógica databa de la posguerra, donde el temor al holocausto nuclear, había generado ese organismo con las potencias vencedoras de la Alemania nazi”.
Sostuvo que “ese organismo que funcionó desde 1945, hoy se ha demostrado absolutamente antifuncional y obsoleto, no solamente en la cuestión siria, sino en otros incidentes contra la paz en el mundo”. “El 6 de agosto reclamamos que se adoptara el mecanismo que tenemos en los organismos de Latinoamérica, donde las decisiones se toman por consenso”, expresó.
La Primera Mandataria consideró que “si una de las partes que está en el conflicto o tiene intereses, tiene derecho a veto, este derecho a veto se convierte en un obstáculo a la resolución de ese conflicto”. En ese marco, planteó que “resulta bastante incomprensible que se hayan dado cuenta que en Siria había un conflicto, recién el día 21 de agosto”.
Cristina Fernández remarcó que “Siria viene con un conflicto desde hace más de un año y medio, han muerto 150 mil personas, y el 99,99% de esas personas han muerto por armas convencionales, no por armas químicas”. “Se habla de armas químicas como si estuviéramos por primera vez ante un fenómeno de armas de devastación masiva”, apuntó. Y recordó entre otros hechos las las cámaras de gas de los nazis, el holocausto nuclear en Nagasaki e Hiroshima, o el uso de napalm o fósforo en la guerra de Vietnam.
“También recuerdo para ser justa, el dolor de la sociedad norteamericana viendo abrir el vientre de sus aviones y bajar en en bolsas negras los cadáveres de los soldados que habían ido a pelear a alguna parte del mundo”, mencionó. Y remarcó: “Cuanta irracionalidad. No hay guerras justas; sólo la paz es justa”.
La Presidenta aseguró que “la paz y la seguridad no son conceptos militares, son conceptos políticos”. “Saludamos el hecho de que se haya podido arribar a un acuerdo en la cuestión siria”, remarcó. Y reiteró la oposición del país a “la intervención directa, al bombardeo. El hecho de que para evitar muertos íbamos a provocar más muertos, no se sostenía desde ninguna lógica”.
Respeto al derecho internacional
La Jefa de Estado afirmó que Argentina es “un país muy respetuoso de las normas escritas del derecho internacional”. “Mi país es firmante del tratado de no proliferación nuclear, siendo la Argentina uno de los países con mayor desarrollo nuclear en América Latina. Lo hacemos con fines pacíficos”, remarcó.
En ese sentido, criticó la actitud de algunas potencias como Gran Bretaña: “No andamos condenando el uso de la energía nuclear con fines de guerra, y andamos enviando submarinos nucleares, como nos sucede a los argentinos, con nuestros conflicto por Malvinas, donde el Reino Unido militariza el Atlántico Sur”, puntualizó.
Además, resaltó que Argentina es miembro de la corte internacional de Roma. “Cuando hablamos de la condena a dictadores, hablamos de que somos parte de ese tribunal y podemos ser sometidos a ese tribunal”, señaló. También mencionó la pertenencia del país a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington y a otros organismos de Derechos Humanos a nivel global. “Lo curioso es que muchos de los que hablan de derechos humanos, no han firmado ninguno de estos acuerdos”, enfatizó.
La Primera Mandataria consideró que “hay una diversidad cultural y que hay valores que nos pueden parecer a nosotros absolutos y a otros relativos”. “No me gusta la palabra tolerancia. Me gusta la palabra aceptar: aceptar que el otro es diferente y que el otro acepte que yo soy diferente”, opinó.
Cristina Fernández comentó que uno de los mandatarios que la precedió en la palabra mencionó a las “fosas comunes”. En ese sentido, señaló que “Argentina también puede hablar de fosas comunes, todavía en pleno siglo XXI estamos descubriendo fosas con los restos de los miles de detenidos y desaparecidos de la dictadura genocida del 24 de marzo de 1976, como ocurrió en Chile a partir del golpe de 1973”. “Cómo nos hubiera gustado que tantos que hacen discursos condenando a genocidas y dictadores, hubieran venido a ayudar a los pueblos como el argentino o el chileno, que eran víctimas de las dictaduras durante la guerra fría”, expresó.
Por todo ello, la Presidenta reclamó la “necesidad de acabar con el doble standard y que las decisiones de este organismo se cumplan a rajatabla, para grandes y para pequeños”. “Lo estamos esperando desde 1965, cuando el plenario de la asamblea y del comité de descolonización, obligaron a la Argentina y al Reino Unido a sentarse a dialogar, porque hay una controversia de soberanía sobre territorio malvinense”, afirmó.
Pero advirtió que pese a todas las resoluciones no hubo avances sobre la cuestión de Malvinas. Y afirmó: “Así seguimos con estos dobles standards, que algunos no les gustan que se nombren, pero que son como las brujas: que las hay, las hay”.
La Causa AMIA
La Jefa de Estado destacó que “se ha reconocido la necesidad, como base esencial para comenzar a desatar ese nudo gordiano que es la cuestión de Medio Oriente, de la creación de un estado palestino, y que el estado de Israel viva en sus fronteras”.
Por otra parte, comentó que escuchó al presidente de la República Islámica de Irán y las declaraciones de otros mandatarios sobre su asunción en el cargo. “Me pareció entender que hay una suerte de nueva expectativa de cambio frente a la renovación de las autoridades de Irán”, afirmó.
En ese sentido, indicó que la justicia argentina ha acusado formalmente a ciudadanos iraníes de haber tenido participación en la voladura de la AMIA. “Se cumplen diez años desde que el que fuera presidente Néstor Kirchner pidiera colaboración a Irán para el esclarecimiento de los hechos”, comentó.
La Mandataria señaló que “el año pasado recibimos una respuesta del entonces presidente iraní para arribar a un acuerdo y llegar a una resolución”. “Cuando la Argentina vino pidiendo la colaboración durante diez años, y alguien al que se le reclamaba, da una respuesta, es natural atenderla”, aseguró.
Lamentó que en Argentina el acuerdo “fue usado en nuestro país, para atacarnos políticamente, y acá en Estados Unidos por los fondos buitres, para presionar al congreso, diciendo que estábamos llegando a un acuerdo con Irán”. Pero advirtió que ese acuerdo no se alcanzó para llevar a cabo ninguna guerra, sino para tratar de encontrar justicia sobre un atentado terrorista.
“En mi país ese tratado ya fue aprobado hace 9 meses. Fue aprobado por los organismos competentes, el mundo tiene conocimiento que Argentina ha respetado a este tratado”, afirmó Cristina Fernández. Y reconoció: “A los que decían que era tan conveniente para Irán, 9 meses después de no tener novedades, me permito dudar”.
De todos modos, la Presidenta destacó las declaraciones del nuevo presidente iraní “que dijo que de ninguna manera se niega el Holocausto, es algo muy importante”. “Hoy inclusive en su discurso manifestó que la sociedad iraní dio muestras, a través de esta elección, desplazando a quien tenía posturas que todos hemos escuchado, por posturas más moderadas, de ser una sociedad democrática y de buena voluntad”, remarcó.
“Esperamos que nos digan si se ha aprobado el acuerdo, cuando se va a aprobar, y que además pudiésemos tener una fecha de conformación de la comisión, y que el juez argentino pueda ir a Teherán”, afirmó la Jefa de Estado. Y aseguró: “No tenemos miedo y creemos en la voluntad de la gente. Todos los que pasaron por acá dicen que quieren la paz. Esperamos de todos acciones coincidentes entre lo que dijeron y lo que van a hacer”.
Pero pidió que “tampoco se confunda nuestra paciencia con ingenuidad o estupidez. Queremos respuestas”. “Lo merecen las víctimas y lo merece la propia República Islámica de Irán si quiere demostrarle al mundo que hay un gobierno diferente”, enfatizó.
El conflicto con los fondos buitre
La Presidenta afirmó que los argentinos “somos cumplidores seriales de las normas del derecho internacional. Y somos también víctimas seriales de otras normas no escritas”. Señaló que dichas normas “hoy tienen una gran importancia, normas no escritas por las calificadores de riesgo, por los fondos buitres”.
Aseguró que “está claro que la crisis económica que comenzó aquí, con la caída de Lehman Brothers, en 2008, sigue produciendo una situación volátil, quebradiza”. “Vemos millones de desocupados en todo el mundo, similar situación que la que vivió argentina con el default en 2001”, puntualizó.
La Jefa de Estado aseguró: “Somos víctimas de esas reglas no escritas de las calificadores de riesgo, de los derivados financieros, de los fondos buitre”. Y consideró que “esta es la historia de Argentina pero puede ser la historia de cualquier otro país en muy poco tiempo”.
Recordó que “Argentina a partir del gobierno del presidente Kirchner, comenzó a ver como hacíamos para salir de esa deuda que significaba el 160% de nuestro PBI”. Indicó que “en el año 2005 se produce la primera reestructuración de la deuda, entra el 76% de los acreedores”. “Durante mi gestión se vuelve a abrir el canje y llegamos al 93% de los acreedores de la deuda”, agregó.
La Mandataria consideró que “en cualquier país que tiene una ley de quiebra, hace falta ingrese el 66% de los acreedores, para que el juez determine que ingrese el resto de los acreedores al acuerdo”. Aseguró que “desde 2005 a la fecha ha pagado en término y rigurosamente cada uno de los vencimientos de su deuda”.
En ese sentido, informó que “hoy estamos en un 45% o poco menos de deuda del PBI, de lo cual la mayoría es dentro del propio sector público; en moneda extranjera, la Argentina está debiendo solo el 8,7% de su PBI”.
En ese marco, la Presidenta comentó que grupos de especuladores “compraron por 40 millones de dólares, bonos que hoy pretenden cobrar, -por afuera del acuerdo de los acreedores que acordaron quitas, términos de pago- la totalidad, sin quita ni espera: cobrar hoy 1700 millones de dólares o mas. Un rendimiento que es del 1300%”. En ese sentido, se preguntó “dónde vamos a encontrar empresarios que se dediquen a invertir en producción y crecimiento, si alguien compra bonos defaulteados por 40 millones de dólares, y luego encuentra un juez que le dice que puede cobrar 1700 millones”.
Cristina Fernández agradeció la presentación como amicus curiae de la Argentina a la la República de Francia y a la ex vicepresidente del FMI, Anne Krueger.
Por otra parte, recordó la frase del ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill, quien en 2001 negó ayuda a la Argentina porque consideró que “los herreros y carpinteros norteamericanos no debían pagar la fiesta de los argentinos”. En ese sentido, la Mandataria afirmó: “Yo digo que los millones de argentinos que recuperaron trabajo, que volvieron a tener ilusiones, los científicos que volvieron al país, los chicos que volvieron a tener educación, tampoco tienen que pagar la fiesta de los lobbystas, que tienen poder para hacer tambalear el sistema financiero internacional”.
Aseguró que “resulta insólito” el hecho de que “de haber defaulteado la deuda, hoy no nos quieren dejar pagar la deuda”. Remarcó además que esto se da “en un mundo que se debate, con millones de hombres y mujeres que pierden su trabajo”.
“Hemos evidenciado una voluntad de cumplimiento, que creo que debe ser reconocida”, afirmó la Jefa de Estado. “A menos que se quiera escarmentar a la argentina, porque pudo salir del pozo, pudo generar crecimiento y empleo, pudo pagarle a sus acreedores, sin atenerse a las recetas del Fondo Monetario Internacional”, opinó.
Asimismo, señaló que “ha habido manifestaciones excelentes del G20 sobre guaridas fiscales, pero el mundo necesita una normativa global para el sistema financiero internacional”.
La pasión y la compasión
La Presidenta afirmó: “Nuestra obligación como dirigentes globales es construir una historia diferente, en serio”. “Lo que uno menos puede hacer cuando tiene la responsabilidad de conducir un país, es enojarse”, aseguró.
En ese sentido, señaló que “los errores no los pagan los dirigentes que toman las decisiones imperfectas: los errores se pagan en vidas humanas, si son de la guerra; pero también en vidas humanas si son económicas: en falta de salud, en falta de educación, en inseguridad, en mano de obra barata para el narcotráfico”.
La Jefa de Estado destacó el discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y consideró “muy apropiada la convocatoria que realizaba a convertir la esperanza en acción, a partir del trabajo duro”. También resaltó las palabras del funcionario quien dijo que se debe actuar “con pasión, pero sobre todo con compasión”
Cristina Fernández señaló que la palabra compasión la escuchó “hace muchos años en nuestro país, tal vez no la entendí en ese momento. La pronunció y la pronuncia un cardenal argentino que hoy es Papa. A quien también le agradezco, como cristiana, la intervención que tuvo en la cuestión siria”. “Pasión por la esperanza, por el futuro; y compasión por los que menos tienen, por los que esperan todo, que no han hecho nada para estar como están, por todos aquellos que son víctimas de la pobreza, de la indigencia, de la guerra”, concluyó.