DECLARACIONES DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, LUEGO DE SU REUNIÓN CON LA PRESIDENTA DEL BRASIL, DILMA ROUSSEFF EN NUEVA YORK
PRESIDENTA.- …así que, bueno, vamos a esperar con atención su discurso, nosotros también tenemos cosas importantes o por lo menos importantes para nosotros los argentinos que comentar.
PERIODISTA.- (Inaudible)
PRESIDENTA.- Bueno, me parece que la condena y que la actitud de la Presidenta, yo lo he dicho públicamente, es de dignidad y demuestra soberanía de su propio país. No se ha sentido afectada como Dilma Rousseff, sino que se ha visto afectado el país y en su carácter de Presidenta, como representante de ese país, se ha tomado la decisión de cancelar su visita aquí a Estados Unidos. No soy yo quién para opinar sobre estas cosas, pero bueno, el hecho de que nuestro principal socio del MERCOSUR, Brasil, además de la integración, UNASUR y de todo…Y, en realidad, creo que espionaje, creo que en el fondo hemos sufrido todos, algunos más, digamos, explícitamente que otros, pero en definitiva también, actitudes que la verdad afectan a la dignidad de la región en general. Todavía recordamos el episodio del presidente Evo Morales, en Europa; hace unos pocos días hubo un episodio también con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, que luego pidieron disculpas y permitieron sobrevolar el territorio. Pero en fin, son actitudes que no ayudan a crear una buena relación, un buen clima, que creo que es lo que todos queremos. Porque nadie quiere pelearse con nadie; nadie quiere discutir ni debatir. Discutir y debatir sí las cosas que merecen ser discutidas y debatidas, pero realmente, tal cual lo dije cuando me tocó asumir la presidencia por un mes del Consejo de Seguridad en nombre de mi país, dije que realmente estas cosas las creíamos definitivamente superadas y que los valores de la democracia, precisamente que habían triunfado y que habían provocado la caída del Muro de Berlín, era, precisamente, eso, el respeto a lo individual, el respeto a lo privado y el respeto también a la soberanía de los países. Estuvimos charlando sobre todo de la región, luego sobre nuestro parecer sobre…no habíamos tenido oportunidad de hacerlo después del G-20, y bueno, seguramente esta reunión de la 68º Asamblea de Naciones Unidas va a estar sobrevolando todo esto: la cuestión del espionaje, la cuestión de Siria, la cuestión también que venimos a plantear con el tema de los fondos buitres…Como dije ayer en un programa en mi país, es una 68 reunión entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra, ¿no? Creo que, bueno, hay cosas que hay que cambiar. Vos fijate que yo, recién lo charlaba con Dilma, afortunadamente triunfó la cordura y pudo llegarse a un acuerdo de que Siria aceptó el desarme a propuesta de Rusia y de Estados Unidos. Pero la verdad que si uno piensa con un poco más de profundidad, el mundo estuvo en vilo y toda una población como Siria estuvo en vilo durante mucho tiempo a ver qué resolvían 2 o 3 países. Eso también revela la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad. Yo lo dije, mirá, premonitoriamente, cuando el 6 de agosto hablé en el Consejo de Seguridad, todavía no se había producido la crisis siria. Y en aquella oportunidad, sostuve que el derecho de veto por parte de uno de los miembros y la forma de funcionamiento del Consejo de Seguridad, que era poder vetar cuando había un conflicto, era la mejor forma de no solucionar los problemas. Y bueno, luego comprobamos que eso tenía asidero en la realidad concreta. Entonces, creo que esto, lejos de enojarnos o de plantear peleas, debe ayudarnos a comprender que las cosas hay que cambiarlas para que funcionen. Porque, ¿qué hubiera pasado sino se hubiera llegado a este acuerdo de desarme entre Rusia y Estados Unidos? Creo que, entonces, hay que modificar estos instrumentos que se han revelado ineficaces, obsoletos para abordar cuestiones de crisis. Entonces, me parece que estas son las discusiones que tenemos que darnos, sin enojarnos, sin pelearnos, con mucho respeto pero también sin renunciar a hacerlas porque es imprescindible. No se puede vivir en un mundo donde todo dependa de lo que resuelvan una o dos personas. Necesitamos un mundo más democrático en serio, sino es muy difícil que nos crean en otros lugares y otras latitudes cuando vamos a hablar de democracia.
PERIODISTA.- ¿…cuando falta una semana para que la Corte Suprema de Estados Unidos tome una decisión sobre un tema que es importante para los argentinos que es el tema de los fondos buitres? ¿Cuál es su reflexión?
PRESIDENTA.- Bueno, vamos a empezar por decir que la resolución no es importante únicamente para la Argentina, es importante para el mundo. No en vano el presidente de Francia se presentó ante la Corte como “amicus curiae”; no en vano la titular del Fondo Monetario Internacional, Anne Krueger, que no se trata precisamente de una amiga de la Argentina, lo ha hecho también. Creo que hay muchos países, hay muchos mandatarios, hay muchos jefes de Estado, economistas que visualizan que el caso de Argentina, no es un caso que afecte únicamente a la Argentina. Estamos ante el caso de un 0,45 por ciento de acreedores que enfrenta al 93 por ciento de acreedores que han aceptado el canje y a un país que está pagando religiosamente sus deudas y no lo quieren dejar pagar. Llegamos a esta paradoja de este mundo contemporáneo: que Argentina, que durante muchísimo tiempo había sido una deudora serial, hoy es una pagadora serial y no la quieren dejar pagar. Estas cosas, entre otras, son las que mañana vamos a plantear, yo ya lo he hecho como Presidenta de la Argentina diciendo y dándole tranquilidad: primero, al 93 por ciento de los acreedores de que les vamos a pagar en término y en la moneda que se acordó; en segundo término, envié al Congreso un proyecto de ley que ya fue aprobado que abre por tercera vez el canje, con lo cual le estamos dando una oportunidad al 7 por ciento que no entró de que lo haga. Esto quedó en manos del Congreso, de modo tal de que no queda, digamos, en cabeza del Poder Ejecutivo. Y también tener muy en cuenta que, el que está haciendo todo este inmenso lío, es solamente el 0,45. Yo quiero que alguien me explique la racionalidad de que el 0,45 por ciento de una masa de acreedores que compró bonos a 40 millones de dólares en el 2008, cuando ya estaban defaulteados -el default en la Argentina fue en el año 2001-, que me expliquen cómo puede ser que quiera ahora, sobre el 93 por ciento de los que sí acordaron, sí tuvieron quita, sí acordaron plazos de espera, cobrar 1.300 o 1.400 o 1.700 millones de dólares con una ganancia neta en dólares de más de 1.300 por ciento. La verdad que no resiste ningún análisis, no es ideología, es simplemente sentido común, cordura económica, racionalidad económica y además, una salida para muchísimos países que están en una situación similar a la que Argentina tenía en el 2001. No estamos hablando de Argentina, estamos hablando del mundo. Por eso, Francia se incorporó y por eso, bueno, tantos otros países apoyan la postura de Argentina. Así que, en fin, creemos que esto va a ser tenido en cuenta y si no es tenido en cuenta, vamos a pagar igualmente. Lo único que Argentina no se puede permitir, es no pagar. Gracias.