Acto en la provincia de Santa Cruz: palabras de la Presidenta de la Nación

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Muchas gracias, muchas gracias a todos…Por favor, no pongamos nerviosos a nadie que ya les dije que no soy eterna, así que, que se queden todos tranquilos, tranquilos, tranqui, tranqui. La verdad que, bueno, muchas gracias por estar aquí.

Señor Vicegobernador de la provincia de Santa Cruz, señor Intendente de la querida ciudad de Río Gallegos; primer vicepresidente de la Legislatura, yo también fui vicepresidenta de la Legislatura y candidato al pueblo, Mauricio, querido compañero, muchas gracias por estar acá.

La verdad que estar acá me remueve a muchísimos recuerdos. Primero, esa consigna que cantan del Frente, que algunos deben pensar, en el Gobierno nacional que es del Frente Nacional pero no, es del Frente para La Victoria Santracruceño que nació acá en la Provincia.

Nació acá en la Provincia –es increíble la historia– en 1989, ahí fue su bautismo de fuego en las elecciones del 89 y me tocó… así se llamaba, Frente para la Victoria Santracruceña, me tocó encabezar la lista de diputados provinciales en aquella oportunidad y también en 1989 cuando Néstor era intendente, cuando el país se caía en medio de la hiperinflación, cuando no se pagaban sueldos, cuando también la provincia se desmoronaba, nosotros desde la Intendencia construíamos por administración este gimnasio “17 de Octubre” en el que hoy estamos para que se entere todo el país.

Es increíble, este gimnasio que lo construimos por administración con los trabajadores municipales y con la hormigonera que habíamos comprado. Yo le rompí para que la comprara porque él al principio no quería “y comprarla, comprarla, comprarla que vamos a poder hacer…”. E hicimos este gimnasio, otros dos gimnasios municipales más, veredas, playones deportivos, nos cansamos de pavimentar calles.

Me acuerdo que después, durante otra gestión, que no fue la nuestra ni de nuestro movimiento, se quemó el gimnasio y también lo tuvimos que volver a hacer desde el Gobierno nacional después porque tampoco lo habían podido reconstruir. ¡Qué increíble eh, ¿no?, qué increíble, qué increíble que era ese tipo, por Dios! Construía y no paraba de construir. Hizo…

No, no, no, para todos los que lo miran por TV, para todos. Todos es mucho más importante que uno, olvídense. Dediquémonos a contar las cosas que queremos hacer nosotros, las que hicimos nosotros, porque si en algún lugar hicimos, fue en esta querida y bendita provincia de Santa Cruz.

Uno la recorre, la camina y, bueno, este gimnasio “17 de Octubre” hecho por él cuando apenas era intendente y cuando ni soñábamos con que algún día llegara a ser Presidente de la Republica. Yo no sé si él no lo soñaba en el fondo, porque siempre que se le puso algo en la cabeza, lo logró. Le costó mucho. Pero, bueno, quedó en la historia, que es lo importante por lo cual todos los militantes participamos en política.

Y estar en estos momentos en este gimnasio “17 de octubre” es para mi algo muy importante.

Quiero antes de olvidarme, porque les entregué a varios clubes muy conocidos de acá, de Río Gallegos, que sé que acá están faltando, porque hicimos la reconstrucción, pero también se habían quemado los tableros y los aros de básquet. Bueno, los estamos haciendo y, en poco tiempo mas, el gimnasio va a volver a contar también con sus dos arcos –burra, burra, burra en materia de deportes y de basket, lo reconozco– y hoy estamos inaugurando importantísimas obras también aquí en Santa Cruz.

Estamos inaugurando parte de la Ruta Nacional Nº 40, 73 kilómetros por más de 200 millones de pesos de Vialidad Nacional, de esa emblemática Ruta 40 que, cuando Néstor llegó a la Gobernación, en el único lugar, en la única provincia de las 11 que atraviesa, en el único lugar donde no había ni medio kilómetro construido de Ruta 40, era aquí en Santa Cruz. Y los primeros kilómetros de esa Ruta 40, no los empezó a construir como presidente, los empezó a construir como gobernador para unir Río Turbio al resto de la provincia que se encontraba totalmente aislada.

También, estaba escuchando recién con orgullo, cuando escuchaba a Héctor, el poblador allí de Capitán Sarmiento, el productor avícola que contaba lo que significaba el camino de circunvalación, lo importante que era y que iba a significar que los camiones no ingresaran al pueblo de Capitán Sarmiento y que directamente continuaran por su ruta.

Hoy también estamos inaugurando el acceso para camiones entre Guaraique y Punta Loyola y también el puente sobre el Río Chico que ha quedado nuevo en una obra muy emblemática para nuestra ciudad y también, si se me permite, se me viene a la memoria la primera vez que llegué a Río Gallegos, a conocer a la familia de él, estábamos de novios, ya habíamos decidido casarnos porque duramos poquito de novios, 6 meses nada mas, y, bueno, y me trajo en el 75 a conocer a su familia y me acuerdo lo que era ese acceso de la Ruta 3. La Ruta 3 no era esto que ven ahora, era una calle, el tamaño era el de una calle, no había ningún distribuidor de tránsito en ninguna parte. Uno llegaba de la Ruta 3 y tenía que parar en un semáforo que estaba en la San Martín, vos te debes acordar, Raúl, vos Mauricio eras muy chico seguro, pero eras muy chico, eras muy chico, no, vos viniste ya en la época de las vacas gordas como todos los que nacieron de tu edad, llegaron cuando ya habíamos construido y ahora tenemos que pasarles la posta porque ya estamos viejos y cansados y otros tienen que seguir, más jóvenes, con más ímpetus haciendo las cosas que Santa Cruz y el país necesitan.

Y recordaba cuando inaugurábamos y venía hoy por la doble vía, que ya está completada hasta Guaraique y que no la hemos podido inaugurar porque falta pintarla y por el tiempo no se puede hacer, y me acuerdo que uno llegaba y tenía que estar no menos de cuatro o cinco minutos parada frente a ese bendito semáforo en San Martín y Ruta 3 para poder acceder.

Y cuando hoy veo esa doble vía, las rotondas, los puentes, en fin, esa transformación total que operamos a lo largo y a lo ancho del país, a lo largo y a lo ancho de la provincia y también acá en Rio Gallegos, digo: ¡Dios mío! Nunca soñé, sinceramente, nunca soñamos con tener el inmenso honor, porque hacer las cosas no es un orgullo, es un honor, si uno no fuera argentino porque lo está haciendo para el resto de sus compatriotas, para el resto de sus vecinos, para el resto de sus coprovincianos.

Inaugurar también hoy este desvío de tránsito pesado para que los camiones no entren más a Río Gallegos, lo que tienen que ir para Chile o para Tierra del Fuego y sigan su ruta por la ruta nacional ya pasen por el Río Chico. Y bueno, estamos muy pero muy contentos de todo esto.

Y quiero decirles a todos, también, esta inauguración de las TDA, en Río Turbio y en San Julián, ya lo tiene Piedra Buena, ya lo tiene Río Gallegos, Deseado, bueno, acá me están dictando, está muy bien. Estamos entregando los decodificadores; la obra que hemos hecho de viviendas, 86 viviendas ahí en Pocitos, San Juan, junto a Caritas, también obras en Coronel Vidal y Mar Chiquita, el distribuidor del pollero, como le digo yo, la escuela técnica, la ampliación de la escuela técnica.

Escuela técnica que mientras se cerraban todas en el país, Néstor no solo la mantuvo abierta, sino que la hizo grande y mejor aquí en Santa Cruz. Jamás en Santa Cruz se cerraron las escuelas técnicas, no solamente no se cerraron, sino que, lo recuerdo como si fuera hoy, la inauguración, la vieja escuela técnica, esa que estaba frente a la Gobernación, que era una casa vieja prácticamente.

Mirá ahí una vecina se acuerda, la Industrial 4 que estaba justo frente a la Gobernación y que era una casa vieja, literalmente, era una casa vieja hecha escuela y que nosotros la hicimos nueva en la esquina contraria –ayudame- de Piedra Buena y Mitre. Bueno, estoy con 60 años y me olvido todavía eso de las calles y esas cosas. Por eso es la hora de los jóvenes.

Bueno, nada, estaba recordando tantas cosas, cuando venia al gimnasio, cuando los vecinos me saludaban, todo esto que hicimos, porque cada una de las cosas que emprendimos en el 87, cuando le tocó ser intendente, en el 91 cuando le tocó ser gobernador, en el 2003 cuando le tocó ser presidente, siempre en medio de severas crisis nacionales, de hiperinflación, de desempleo, de angustias, de zozobra para millones de argentinos y también para nosotros los santacruceños. Y, sin embargo, ahí íbamos, porque éramos un conjunto, además, logramos construir un colectivo identitario, un colectivo de identidad, acá en Santa Cruz que supo saltar las barreras ideológicas y partidarias para reconocernos, antes que nada, santacruceños. Ese fue el secreto: el sentirnos primero antes que nada, santacruceños y es el secreto también de lo nacional, sentirnos argentinos antes que nada.

Él supo hacerlo, supimos hacerlo. Será que, bueno, a mí me tocó venir de padre radical y madre peronista y entonces… Y medio fanáticos los dos, mi viejo era medio antiperonista, gorila allá, vamos a decir la verdad, y mi mamá peronista. ¿Pero sabés qué aprendí de eso? Que hay que sacar lo mejor de cada uno y ponerlo en beneficio de la comunidad. Ese fue el secreto y esa fue la razón de construir el Frente para la Victoria Santacruceño. ¿Saben por qué? Porque nadie se ocupaba de nosotros si no nos ocupábamos nosotros mismos.

Y la verdad que cuando ese santacruceño y esta santacruceña de adopción tuvimos la oportunidad de conducir los destinos de la República, yo creo que lo mismo, exactamente lo mismo que pensamos y ejecutamos aquí en Santa Cruz, miles de viviendas, hospitales, nuestro modelo de salud es o era, mejor dicho, un modelo de salud pública. Néstor Kirchner se atendía en el hospital público de Santa Cruz siendo gobernador porque podía hacerlo, porque era mucho mejor que la medicina privada. La salud pública no era el piso de la salud, era el techo de la salud en Santa Cruz. Va a volver a ser, porque lo vamos a volver a lograr como lo hicimos una y otra vez, va a volver a ser.

Si algo nos caracteriza…Ahí veo a los chicos de San Juan con calor y transpirando la gota gorda y nosotros transpiramos acá con el viento y estamos… pero nos da fuerzas, nos moldea. Yo siempre les explicaba a mis compañeros cuando me decían por qué por allí peleaba tanto y qué se yo. Y porque como somos poquitos, si no peleamos, nadie nos escucha y no daba bolilla. Por eso los santacruceños a veces, somos así. Pero no es de malos, al contrario, todo el mundo que llega a Santa cruz tiene la mano tendida; le hemos tendido la mano a miles y miles que en otra hora no tenían oportunidades en sus provincias y vinieron aquí y nunca hicimos distinciones.

Por eso, siempre tuvimos la mano abierta y el corazón abierto. Bueno, yo, también vine, me trajo el amor, a mi no me trajo, digamos, lo que los trajo a otros que fueron las posibilidades de trabajo, de vivir mejor. A mi me trajo el amor.

¡Pero qué cosa más maravillosa, llegar por amor o para que te den y puedas conseguir un buen trabajo y una buena casa! Y eso, creo que es lo que hicimos a lo largo y a lo ancho del país.

Cuando el otro día me tocó estar en Tucumán, en la querida provincia de Tucumán inaugurando un hospital para maternidad, que dicho sea de paso, vamos a hacer una maternidad. Aquí tenemos que hacer un hospital maternal también, aquí, en Río Gallegos, tenemos que hacerlo. Lo vamos a hacer cuando haya capacidades para administrar la provincia y no tirar la plata al cohete, porque la verdad que algunas cosas te duelen, ¿no?, por todo el sacrificio y por todo lo que hiciste y por todo lo que dejaste en el camino. Fueron muchos años acá, fueron doce en la Gobernación, cuatro, 16 años donde la familia quedaba siempre en segundo plano, donde siempre estaba primero el trabajo, la organización, el compromiso.

Y yo decía que… Cuando el otro día visitaba Tucumán y me mostraba orgulloso el Gobernador, el ministro de Salud el hospital que habíamos hecho, que habíamos hecho también nosotros, obviamente la Nación, y me decía “mirá que moderno que es, con patios en el medio y demás”, era en pequeño, Luis Buonomo, era en pequeño nuestro hospital de Río Gallegos y yo le decía a Juan Mansur, orgulloso, “es lo más moderno en materia de construcción”. Y yo lo mire y le dije “Juan, uno igual y más grande lo hicimos en Río Gallegos, nosotros solitos en la provincia en 1995, cuando el mundo y el país y la Nación no aportaba nada. Lo hicimos con el esfuerzo de los santacruceños, con los ahorros de los santacruceños, cuando la salud pública era modelo y dejamos 14 hospitales funcionando a pleno en cada una de las localidades. Me acuerdo de acá inauguración, me acuerdo cada hecho, me acuerdo a Alicia recorriendo todos los hospitales, poniendo cortinitas pero poniendo médicos, poniendo enfermeras, gasas, aparatos y todo lo que es necesario para una buena salud. Me acuerdo sin dormir casi, recorriendo la provincia; me acuerdo cuando inauguramos el hospital inconcluso, ¿te acordás, Turco, de Río Turbio?, que estaba abandonado, que era un hospital abandonado, era casi un elefante blanco, nadie creía que podíamos ser capaces de reconstruir a nuevo ese hospital que nunca había sido inaugurado y lo dejamos impecable. Y así fuimos, hospital por hospital de la provincia construyendo un sistema de salud con residentes, con médicos full time. El Hospital de Río Gallegos, modelo, llegó a tener residentes, estudiantes.

Yo creo… tantas cosas, las escuelas. El otro día, cuando venia a la Universidad Tecnológica, donde estamos construyendo ya la segunda etapa o cuando inaugurábamos el Laboratorio Forense frente a la moderna escuela 15, que era muy vieja también y que también la hicimos a nuevo con su gimnasio, las escuelas, las rutas, el aeropuerto de Calafate, el puerto de Caleta Olivia, que era un mito el puerto de Caleta Olivia y pronto, muy pronto, el gran sueño de los santacruceños: las represas sobre el Río Santa Cruz para definitivamente dar el salto que Santa Cruz, necesita. También el tendido de la electrificación, estamos ya casi terminando la electrificación de esta Santa Cruz y de esta Patagonia que estaba aislada, el sistema eléctrico llegaba apenas a Choele-Choel, allá en la puntita de Río Negro, donde casi Río Negro se junta con la provincia de Buenos Aires, y de Choele-Choel, primero a Puerto Madryn y después de Puerto Madryn a Pico Truncado y ahora de Pico Truncado hasta La Esperanza, Río Turbio, Calafate y Río Gallegos; la segunda ampliación de Caleta Olivia, del puerto.

Todos los elementos de salud que estamos entregando hoy a las municipalidades y todo este recorrido que estamos haciendo con las unidades móviles medicinales por toda la provincia para que mis coprovincianos tengan salud.

Porque lo que más me duele, no es solamente el hecho de que se haya caído tanto lo que tanto nos costó construir, sino que no tengan la misma oportunidad todos los santacruceños de tener la misma calidad de salud que significaba tener un sistema publico igualitario. ¿Por qué esto es lo importante de un sistema publico? No es lo verificado, es que todos, tengan o no tengan posibilidades, tengan frente a desgracias el flagelo de la enfermedad de ser iguales. Es cierto que nadie es igual a nadie, pero cuando estás enfermo, el Estado tiene el deber de garantizarte que todos sean iguales en recibir la misma atención de la salud, porque ahí estás indefenso, porque ahí estás solo frente a la adversidad.

Por eso, tantas cosas y por eso que hoy tenemos que tener alegría, tenemos que elegir las cortinitas también que eran divinas todas, si, porque ¿sabés qué pasa? Es la dignidad también. Porque eso es como decía Evita: cuando los ricos hacían cosas para los pobres, las hacían con poquitas cosas, y como si no esperaran cosas. Nosotros nunca creímos en eso; nosotros siempre hicimos las cosas para todos, para que todos tuvieran los mismos derechos y las mismas comodidades y también que cada uno se sintiera que estaba en el mejor lugar que podía estar.

Eso es parte de la dignidad, eso es parte también de una forma de entender la política y, fundamentalmente, la gestión pública, como una inmensa vocación de servicio y también, porque no hay que ser hipócritas, como una inmensa vocación de trascender.

Él tenía un objetivo en la vida: que cuando se acordaran de él, se acordaran porque había hecho algo por sus semejantes. Cuando era intendente y recorríamos todas las noches la ciudad, vos te debes acordar, Liliana, por distintas circunstancias, a él le gustaba salir a la noche después de cenar cuando era Intendente a recorrer la ciudad para ver que faltaba, adónde había un bache, que una bombita, que esto, que el otro, que de aquí, que de allá. Y, cuando era gobernador, hacía lo mismo con toda la provincia y después, hizo lo mismo de Presidente. No paraba, no paraba porque para él la gestión, para él hacer, era el motivo fundamental de estar sentado en un sillón de gobernante, no había otra razón y la trascendencia de la historia.

Y cuando yo por ahí también con Máximo, que por ahí lo llevaba en auto a mirar las cosas le decía “ves, mirá, cuando seas grande y tengas un hijo, vas a pasar por el hospital y vas a poder decirle a tu hijo, ’esto lo construyó tu abuelo’”. Él no va a conocer al nieto, pero el nieto lo va a conocer a él a través de cada una de las obras que dejó en esta bendita y querida provincia y que dejó en el país. Y el orgullo más grande que puede tener un argentino, que puede tener alguien es, precisamente, reconocerse en las cosas que hizo uno. Nos pasa a todos, a cada uno de ustedes. Cómo no les pase con sus hijos cuando le dejaron el estudio, la posibilidad de estudiar, la posibilidad de una casa, la posibilidad de un futuro. Eso siente un buen gobernante cuando deja cosas para que los demás tengan posibilidades y oportunidades. Es el mimo orgullo, el mismo sacrificio que hace un padre para que sus hijos tengan cosas que los hagan progresar en el futuro en la misma visión que tiene que tener cada gobernante para dejarle cosas a su localidad, a su provincia, a su país para que puedan seguir progresando.

Es, en todo caso, una visión de hogar, de familia, de dar, de entender, como digo yo, que lo más importante es el prójimo, que la patria es el otro, como lo decimos constantemente.

Yo creo que, bueno, volver acá siempre me pone nostálgica, es que fue la mitad de mi vida o un poco más, no, fue mi vida y, además, por si esto fuera poco, él aquí para siempre también, en su tierra, en su Sur natal.

Así que, para mí son muchas emociones, muchas alegrías, muchos recuerdos, pero también muchas esperanzas, muchas ilusiones, porque también tengo un compromiso que lo siento con mi propia historia, con la historia de él y con la historiad de muchos de los que hoy están acá y que formaron parte de esa historia. Porque también es bueno reconocerlo, no lo hicimos solos, lo hicimos acompañados por miles y miles de santacruceños que creyeron en esa cruzada, que venían del radicalismo, que eran peronistas, que eran del Movimiento de Integración y Desarrollo, constituimos el primer frente plural y partidario en la Intendencia cuando apenas ganó por 111 votos. Todo le costó un Perú.

Yo a veces me pregunto que hubiera pasado… ¿te acordás Liliana esa noche que creíamos que habíamos perdido la Intendencia? Si, ¿y saben cuándo nos dimos cuenta que habíamos ganado? Cuando Roberto López, que era el candidato de la Unión Cívica Radical vino con el Tony Viqueiras, otro radical histórico a saludarnos al estudio jurídico y a felicitarnos porque Néstor había ganado la Intendencia. Creíamos que la habíamos perdido, bueno, porque debo hacer un mea culpa: yo no había montado bien el centro de cómputos, fue culpa mía. Sí, es una de las cosas que nunca me voy a perdonar, el sufrimiento terrible que tuvimos esa noche.

Pero bueno, 111 votos que cambiaron la historia; 111 votos que cambiaron la historia de nuestra provincia y de el país. Porque sin vanidades, pero tampoco sin falsas humildades o hipocresías, la verdad que no hemos roto el lomo por hacer las cosas que han sucedido en este país: desendeudamiento, generación de millones de puestos de trabajo, millones de jubilados incluidos, niños con sus netbooks…

Anoche, en Tecnópolis, tendrían que haber visto a los pibitos, a los changuitos, a los coyitas de Loma Blanca, de la otra punta del país, allá en la Puna argentina que ahora tienen TDA, netbooks, están conectados, ingresar…

Yo cuando ayer de las manitos de ellos, porque no es que entré yo, me llevaron ellos a mí ahí adentro, cuando me llevaron ahí adentro, sentí como que el futuro es nuestro definitivamente, porque hemos logrado construir una conciencia colectiva en todos los argentinos pero, fundamentalmente, en nuestros niños, en nuestros jóvenes de que las cosas se pueden hacer, de que es posible mejorar, de que es posible que todos tengamos las mismas oportunidades, los mismos derechos, hayamos nacido allá en la Puna, a 4.200 metros de altura o acá, cayéndonos del mapa en Río Gallegos. Esta es la Argentina igualitaria que queremos, esta es la Santa Cruz que vamos a volver a reconstruir porque lo merecen los pioneros, lo merecen los hombres y mujeres que dejaron y tienen sus huesos enterrados en esta provincia, que vinieron cuando no había nada, cuando no había gas, cuando no había luz, cuando se calefaccionaban con mata negra porque ni carbón había. Por eso y en nombre de ellos, vamos a volver a reconstruir a Santa Cruz para todos los santacruceños y para todas las santacruceñas.

Gracias, Santa Cruz, gracias por el afecto, gracias por la memoria y a seguir trabajando y metiendo pata para adelante todos los días, a toda hora y en todas partes como siempre hicimos.

¡Vamos todavía Santa Cruz!

Gracias, muchas Gracias. (APLAUSOS)

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