Muy buenas noches a todos y a todas, cuando me refiero a todos y a todas no ya a los jefes y jefas de Estado, embajadores y embajadoras, con quien ya hemos estado reunido, sino a todos los demás que nos acompañan aquí: hermanos y hermanas de Bolivia; trabajadores de la prensa nacional e internacional, que nos acompañan: bueno, en realidad habíamos acordado que iba a hacer yo una pequeña intervención, no solamente como Presidenta, sino en mi calidad también de abogada, porque fue una conversación que mantuvimos con Evo, en la noche, cuando estaba virtualmente de rehén, allí en Viena.
Creo que el relato del Presidente Evo Morales, sobre todo la primera parte, donde describe la situación que se produjo, arriba de un avión viajando un Presidente y le dicen, de repente, que no puede volar y que tiene que retirarse de un territorio yo me imagino, como Presidenta, en una situación similar, uno viaja constantemente por todas partes del mundo – en misiones oficiales – y me imagino de repente que de un país me informen que no se me autoriza – como Presidente de la República Argentina – previamente habiendo sido acordado esa autorización y me digan: "adónde volvemos, tenemos poco combustible", es una situación que excede una mera situación de carácter institucional para tornarse en una situación de carácter humanitario, si se quiere, porque en definitiva se puede poner en peligro la seguridad, no ya de un Jefe de Estado, sino la seguridad de una vida humana, que es exactamente igual sea la de un Presidente de Estado o la de cualquier ciudadano. Adquiere mayor relevancia, obviamente, el hecho de ser un Jefe de Estado porque uno se pregunta si hacen estás cosas con un Jefe de Estado, que tiene conocimiento todo el mundo, que tiene acceso a la prensa, a los medios de comunicación, qué puede pasar con la situación o la suerte de cualquier ciudadano del mundo, de cualquier nacionalidad al que nadie conoce, al que le puede pasar cosas mucho más terribles sin siquiera enterarse uno de que esto ha pasado.
El relato realmente es feo, es escalofriante – por momentos - porque además tuvieron la suerte de que Viena, en este caso Austria, autorizara el descenso de la nave, pero – por lo que relataba el Presidente Morales - tal vez no hubieran tenido la autonomía suficiente para retornar a Rusia, que era el punto de partida, con lo cual la primera situación, es de carácter humanitario grave; la segunda es una situación de carácter legal grave, porque había autorizaciones concedidas por Estados para transitar por sus espacios aéreos, en este caso por parte de Portugal, España, Francia e Italia, que luego fueron denegadas, o sea, hay una doble violación: una primera, a la inmunidad de todo jefe de Estado y a la nave presidencial que conduce a ese jefe de Estado y, luego, una segunda violación a los acuerdos concedidos para vuelos que se tratan de acuerdos en materia internacional como si fueran acuerdos suscriptos, porque no había ninguna causa, ninguna razón. Porque, de repente, puede haber situaciones climatológicas, situaciones tecnológicas pero no fueron explicitadas debidamente.
Bueno, lo cierto es que el relato del presidente Morales revela un grado de violación de normas del Derecho Internacional, de la Carta de Naciones Unidas y un grado de inseguridad jurídica muy graves para cualquier país del mundo y para cualquier ciudadano.
Por eso creo que este documento que hemos estado hoy elaborando y discutiendo, por un lado, revela estas situaciones y, bueno, esperamos como países democráticos las respectivas explicaciones.
Y también, para no darle tanto dramatismo, ¿no?, y poner un poco de humor en todo esto. Uno piensa en los ciudadanos de los países desarrollados que ponen tanto dinero en sus aparatos de inteligencia, en sus agencias de seguridad y de repente estas agencias de seguridad han informado mal a sus gobiernos porque, evidentemente, habían informado o por lo menos que en el avión del presidente Morales viajaba una persona que además, hubiera estado haciendo uso del derecho de asilo también...Ustedes saben que embajadas o naves militares, son extensiones del territorio, o sea que, gastar tanta plata para tanta mala información...Y nos habían convencido en las películas que tenían una precisión y una exactitud que por lo visto solamente es para las películas y para ganar algún Oscar, pero no un Oscar de diplomacia precisamente.
Así que, nada, yo la verdad estaría, si fuera presidenta de esos países, con toda la plata que gastan, muy preocupada, no solamente por el papelón internacional en que han incurrido, sino también por tanta plata mal gastada. Se supondría que podrían invertirla mejor y ser más efectivos, ¿no?
Así que, nada, nuestra solidaridad hacia el pueblo de Bolivia, hacia el presidente Evo Morales y hacia todo el pueblo latinoamericano. Porque, en realidad, nos hemos sentido violentados todos, en alguna medida o en alguna forma, por esto que ha sucedido y recomendarle también a los pueblos hermanos de los países desarrollados y con tantos años de, en fin, de prácticas de inteligencia, de tanto dinero destinado a estos fines, bueno, que exijan a sus gobiernos que hagan las cosas un poco mejor para evitar estos verdaderos bochornos internacionales que constituyen, además, en el siglo XXI vestigios de un colonialismo decadente y, la verdad, que muy poco efectivo.
Nada más, eso quería decir y agradecerles a todos los presidentes, embajadores, embajadoras que han concurrido a esta reunión por su solidaridad con el pueblo de Bolivia y con nosotros mismos.
Muchas gracias y buenas noches a todos y a todas. (APLAUSOS)