Inauguración de obras en el Instituto Balseiro en Bariloche: Palabras de la Presidenta de la Nación

  • Compartilo en redes :

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN INAUGURACIÓN DE OBRAS EN EL INSTITUTO BALSEIRO, EN BARILOCHE, RIO NEGRO Y TELECONFERENCIA CON LA UNIVERSIDAD DE VILLA MARÍA, CÓRDOBA; LA FACULTAD DE INGENIERÍA ELECTRÓNICA , DE ROSARIO Y LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DE POSADAS, MISIONES.

 

 

 

¡Hola Bariloche! ¡Hola Río Negro! Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas, tomen asiento que están todos parados ahí, tranqui, que está todo bien. Gracias saludos a todos ustedes también. Muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Río Negro; señora Intendente de San Carlos de Bariloche; señora titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica; presidente de nuestro bloque, Miguel Pichetto; María Emilia; Silvina, bueno en fin, todos los que hoy nos acompañan: la verdad que estar en este lugar, que yo sé, está en Bariloche, los barilochenses lo sienten propio, los rionegrinos también, pero el Balseiro es un emblema y un orgullo de todos los argentinos. (APLAUSOS). Y yo realmente, hoy, como Presidenta, estar aquí en este Instituto Balseiro emblemático, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo, inaugurando una biblioteca fantástica – como la que acabamos de inaugurar – de 1.200 metros cubiertos, con moderna tecnología y además respetando la arquitectura del medioambiente, y también lo que es el laboratorio – que está enfrente – que todavía no inauguramos hoy, pero que con 2.200 metros cuadrados, una inversión muy importante, de más 25 millones de pesos, que hemos hecho únicamente en estas dos obras. (APLAUSOS).

Ustedes saben que veníamos recorriendo, con Norma y con todos los que nos acompañaban, estuvimos en el corazón del Balseiro, que es el reactor nuclear, que sirve como centro – digamos – de preparación, de ensayo, no solamente para los que aquí estudian, sino que ahora también vamos a proyectarnos con Ecuador, con Uruguay y con Cuba, que van a poder – a través de la virtualidad que hoy tiene la red de internet – poder utilizar este magnífico reactor nuclear, que ha sido la base para los reactores nucleares, que le hemos vendido a Argelia, donde he estado y lo he visto, y en Australia y que sirve para preparar a los mejores científicos – en materia nuclear – y permítanme el orgullo como argentina, de toda América latina. (APLAUSOS). La verdad que siento mucho orgullo.

Bueno, a Evo lo voy a ver dentro de un rato, porque después de acá, en Bariloche, voy directo a Cochabamba, a desagraviar al compañero Morales, a los pueblos originarios, al pueblo de Bolivia de esta verdadera afrenta y humillación. (APLAUSOS). Pero, bueno, ya sabemos cómo son; lo importante… yo creo que todos los que estamos acá sabemos cómo son.

Si se me permite una digresión, después sigo con el Balseiro, no te preocupes Norma que voy a contar todo, Norma está ahí diciendo: “contá todo lo que hicimos y esto y lo otro”. Pero si se me permite una pequeña digresión porque fueron ustedes los que bueno levantaron a Evo, por esta terrible humillación, esta terrible cosa que le han hecho y si se permite una cosa decir, ¿no? Porque la verdad que nosotros tratamos a todo el mundo con mucho respeto. Tenemos en nuestros lugares, en nuestras provincias sitios donde no sé frente a la Casa de Gobierno, por ejemplo, está la Plaza Juan de Garay, que recuerda a quién fundó la Ciudad de Buenos Aires, a la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580. Y la verdad que queríamos y queremos trasladar la estatua de Cristóbal Colón para instalar – al lado de la Casa Rosada – donde están representados todos los argentinos y también la historia de los argentinos, que costó mucha sangre a muchos patriotas y queremos poner ahí a la Juana Azurduy, a esa heroína de la independencia, que además – miren lo que son las cosas – yo digo que el mundo es redondo, pero en la Argentina es más redondo que en cualquier otra parte. Y digo la Juana Azurduy, que nació en Bolivia, y sus restos están en Bolivia – yo los visité – junto con la Bandera Macha, la verdadera bandera, la de Belgrano, que está en Bolivia y que Evo no nos la quiere dar, ni la va a dar, pero está ahí y la cuidan en el Museo, y respetamos. Porque, además, estando allí es también como si estuviera, aquí, en casa, la sentimos propia. Pero, fíjense, cuando queríamos y cuando queremos cuidar la estatua, porque no pretendemos tirar la estatua. Las estatuas no se tiran abajo, las estatuas se cuidan, se restauran y se trasladan hacia otros predio, porque creemos que en el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tienen que estar o tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia de los países de la región: de nuestro país, de Chile, de Bolivia. Por eso, no es una decisión caprichosa, la Juana Azurduy, en la Casa Rosada, es la reivindicación de los patriotas, de los próceres.

Y bueno, la verdad que cuando uno ve lo que le hacen a Evo, en Italia, cuando vienen a reclamarnos por algo y en Italia no dejan pasar a un gobernante por su espacio aéreo, o en Francia, o en España uno siente como si cinco siglos no hubieran pasado y todo siguiera igual, un poco más disimulado y más encubierto, porque muchos medios que por allí se rajan las vestiduras con estás cosas tratan de decir que en realidad hubo una equivocación, hubo un desperfecto técnico. Ni equivocación, ni desperfecto técnico; como hace cinco siglos quisieron someternos, una vez más a humillación y vasallaje. (APLAUSOS).

Me tocó hablar con Evo, muy tarde, por la noche y me dijo: “No voy a permitir que revisen el avión. Yo no soy un ladrón, a mí no me van a tratar como un ladrón. Soy un presidente y me van a respetar como tal”. (APLAUSOS). Así que bueno, quería decirlo y me gustaría que más argentinos levantaran la voz también para defender a nuestros próceres. No para bajar a nadie, ni destruir a los otros, pero para poner a los nuestros en el lugar que se merecen. Miren cómo nos tratan desde afuera, entonces – por favor – tratemos a nuestros héroes, a nuestra heroínas con respeto, con amor, que no significa negar a los otros, pero sí darles a los nuestros, a lo nuestro, a lo propio, a la Patria el lugar que merece en la Casa Rosada de los argentinos.  (APLAUSOS).  Y además cuidándolo, porque lo hacemos con mucho cuidado. (APLAUSOS).

Creo, me atrevo a decir, que pocos gobiernos han cuidado el patrimonio histórico y cultural de los argentinos como este gobierno. Cuando llegamos al gobierno la Aduana Taylor, que era un despojo de ruinas que se inundaba, lo que está pegadito a la Casa de Gobierno y que constituye el Museo del Bicentenario nadie le daba bola. Está es la verdad, estaba inundado. Fuimos nosotros lo rescatamos, logramos que los arqueólogos recuperarán todas las ruinas y hoy es un lugar, también, emblemático y maravilloso de la Ciudad de Buenos Aires.

Y también – dicho sea de paso – rescatamos el Siqueiros, esa obra del muralista mexicano que se la estaban por llevar de la Argentina y Néstor, con un decreto, la rescató y hoy, también, está en el Museo del Bicentenario. (APLAUSOS). Y estamos rescatando el viejo edificio del Correo y tantísimas obras que hacen a nuestra historia, a nuestra tradición.

Por eso, cultura y arte, por un lado y ciencia y tecnología, hoy, por el otro. Parecieran cosas antagónicas, pero no… ¿saben qué son? La identidad de un pueblo, el progreso y el compromiso con el progreso y el conocimiento de un pueblo. Hoy, con Norma y con quienes nos acompañaban, recorríamos las instalaciones del Instituto Balseiro, aquí, donde se preparan los científicos nucleares no solamente de la Argentina, sino también que vienen a hacerlo de otros lugares del mundo, un lugar emblemático, de excelencia. Y charlábamos con Norma que este gobierno, en esta década, casi ha hecho otro Balseiro, porque el 80 por ciento de las nuevas construcciones, que significan el 80 por ciento nuevo de las instalaciones del Balseiro las construimos en esta década. Y hoy estamos inaugurando la biblioteca, y en unos días más el laboratorio, con 2.200 metros cuadrados más. (APLAUSOS).Y recorríamos todos los edificios nuevos,  por afuera.

Muchos argentinos, tal vez, no sepan que este lugar de excelencia, donde vienen los egresados, y donde además – una vez que se ingresa, aquí – se hace a través de un examen muy minucioso, muy de excelencia y reciben una beca para dedicarse exclusivamente al estudio y a la preparación. Hoy estuvimos en el reactor nuclear; también, me comentaban los responsables del Instituto, los trabajos que estamos haciendo, en materia de medicina nuclear. Voy a decirlo, ¿puedo decirlo Norma, no? sí, aunque sea… no es un secreto, pero bueno estamos – está, dijo el mosquito y se subió al lomo del buey, digo yo- no, están los científicos trabajando también en el tratamiento con boro. Bueno, ella no sabe eso, es el tema del melanoma, cáncer de piel, que también estamos trabajando mucho en medicina nuclear. Porque – como todos sabemos – también somos líderes en materia de energía nuclear, pero líderes en no proliferación nuclear, en uso pacífico y científico de la fuerza nuclear, algo que muy pocos países pueden decir en el mundo. (APLAUSOS).  Porque muchos de los que se desgarran las vestiduras tienen armas de uso nuclear. La Argentina no, jamás, siempre he respetado la no proliferación.

Por eso, hoy, estar aquí, en este lugar con sus científicos, con sus alumnos que estuvimos recién en la biblioteca, compartiendo momentos, sacándonos una foto, realmente es para mí como argentina, más allá de mi carácter de Presidenta, como ciudadana argentina un gran orgullo, poder decir que hemos ganado década en recuperación de patrimonio cultural y década en reconstrucción del conocimiento nacional y de la Comisión Nacional de Energía Atómica, que había sido sepultada por falta de inversión, por falta de recursos. (APLAUSOS).

Hace poco, también, estuve en Pilcaniyeu, el INVAP, esta sinergia fantástica entre la Universidad Nacional de Cuyo y el Instituto Balseiro y lo que hemos visto, también, en las videoconferencias: Villa María, junto a Martín Gil, nuestro Secretario de Políticas Universitarias, quien fuera Rector de esa universidad y que también presidió el Consejo Interuniversitario Nacional, el CIN, como Rector, nos contaba, hoy, la inauguración de los Laboratorios para Ciencias Aplicadas.  Porque además, hemos logrado otra cosa muy importante cuando hemos creado el ministerio de Ciencia y Tecnología.

Sacar a la ciencia de ese lugar misterioso, casi inasible, casi imposible para el común de la gente para ponerlo también al servicio de la producción. Porque el conocimiento tiene que mejorar el nivel de producción y de competitividad de los argentinos, de nuestras industrias y todos aquellos que invierten en la República Argentina.

El siglo XXI va a ser la inversión del conocimiento y quien tenga mayor capacitación, mayor conocimiento va a tener mayor competitividad.

Y eso lo hemos podido hacer a partir también de la decisión de crear el ministerio de Ciencia y Tecnología y cubrir también en esta década ya casi el 50 por ciento de lo que necesitábamos en materia de instalación para ciencia y tecnología.

También en Rosario, en la Universidad Nacional de Rosario, junto a su vicerrector licenciado Eduardo Seminara, inaugurando hoy las instalaciones en las que los chicos decían que era la Siberia porque no había nada, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario. También un gran orgullo para nosotros como argentinos poder darles a los rosarinos, a los santafesinos y a todos los que van a estudiar de los lugares cercanos.

También, la Universidad Nacional de Misiones, allá en la punta, en las Cataratas, frente a esa maravilla, de inaugurar hoy la Facultad de Ciencias Básicas y Sociales, Humanidades, lo que nosotros decimos los universitarios, Humanidades.

Lo que es importante es lo que mencionaba Laura, de San Pedro. San Pedro, me gustaría que lo conocieran, un pueblito chiquitito pegado a la frontera con Brasil, me tocó ir en un momento muy difícil, en medio de un tornado que había arrasado literalmente el pueblo.

Me acuerdo que bajé en el aeropuerto y como las condiciones climatológicas no lo permitían, tuvimos que ir por tierra. Creo que tardamos como tres horas y media en llegar al pueblo, un pueblito muy pequeño, un pueblo donde se habla portuñol, ¿por qué? En ese momento todavía no teníamos las antenas de TVA y la gente escuchaba la televisión de Brasil porque no había ninguna señal ni privada ni pública televisiva argentina que pudiera ser escuchada por nuestros compatriotas en ese lugar recóndito y profundo de la patria.

Y luego de esas jornadas tan terribles que vivimos me acuerdo, con Mauri, con los habitantes de San Pedro, luego fuimos a inaugurar y San Pedro estaba más hermosa que nunca y hoy una habitante de esa pequeña localidad, puede estudiar en Posadas.

Seguramente, si no tuviéramos una universidad nacional en cada provincia como hemos logrado en esta década, sería prácticamente imposible que mucha gente pudiera acceder a la universidad porque no todos pueden hacer lo que pudo hacer Néstor, por ejemplo, que de Río Gallegos se fue a La Plata a estudiar y ahí me conoció.

Me encontré, de paso sea dicho, con dos platenses, que además son del Lobo, que están en el Balseiro y que, bueno, realmente compartimos un muy buen momento.

Pero tiene que ver tanto esto con lo que contaba también Mauri: muchos chicos, primera generación en familia de trabajadores que llegan a la universidad y pueden acceder.

¿Vos también? Y Tus hijas, tus hijas también, a un título universitario.

¿Saben cómo se llama eso? Científicamente, sociológicamente lo podrían definir como movilidad social ascendente. Yo digo es inclusión y dignidad para todos los argentinos.

Ustedes saben que inauguramos también muchas universidades, nueve en nuestra gestión, y me cuentan que en el Conurbano bonaerense, me contaba el otro día el ministro de Educación, Alberto Sileoni, que va a la universidad los chicos a inscribirse, por ejemplo, en Florencio Varela, en algunos lugares acompañados por sus papás. Esto puede parecer una tontería, pero yo que soy platense, clase media, me fui a inscribir sola en la universidad porque, claro, era un trámite…pese a que mis viejos no eran universitarios, pero el hecho de vivir en una ciudad universitaria con muchos compañeros, era una cosa casi como un trámite burocrático ir a la universidad a inscribirse.

Para muchos es como que el momento en que uno lleva a su hijo al primer día de clase. Vieron que tus viejos te acompañan siempre el primer día de clase porque se inicia una etapa para vos. Bueno, acá muchísimos padres, que son obreros, que tal vez nunca soñaron, algunos que han vuelto a recuperar el trabajo y tal vez nunca soñaron que sus hijos pudieran llegar a la universidad, los acompañan a inscribirse a la universidad porque es un evento familiar, no es solamente el trámite burocrático, es un logro de la familia, no solamente un trámite burocrático de alguien que va y se inscribe como uno puede inscribirse, no sé, en una oficina, en algún lado.

Y yo creo que son cosas que hemos logrado en esta década y que tenemos que seguir, como recién decía Laura, profundizándolas. Profundizándolas, porque es necesario que ustedes, cada uno de los argentinos, de los barilochenses, de los rionegrinos se empodere de esas conquistas porque las hemos tenido en otros momentos.

Hubo momentos en la historia…muchos de ustedes son muy jóvenes y yo misma recién nacía, allá por el año 53, en que este país fue un país donde comenzaron a experimentar con energía nuclear, donde se hizo en Latinoamérica el primer avión a propulsión, donde teníamos un desarrollo industrial, automotriz donde se hacían también locomotoras, trenes, rieles, en fin, todo, buques, marina mercante, tuvimos eso y luego nos fue arrebatado.

Nos fue arrebatado por políticas y, fundamentalmente, por proyectos que no eran ni nacionales ni populares. Es mentira que no había políticas, siempre hay políticas. Hay que saber distinguir cuando las políticas son a favor del pueblo y la nación y cuando esas políticas se instrumentan en contra del pueblo y de los intereses de la nación. Pero que nadie les mienta, que nadie los engañe acerca de que todo es igual, que nadie se presente como alguien que poco tiene que ver con la política y que la política es algo malo.

La política siempre está, porque son las decisiones que toma un gobierno, un gobernante, un parlamento para decidir qué orientación va a tener: si vamos a poner la plata que hemos puesto, por ejemplo, en esta década en las universidades o vamos a hacer como se quiso hacer cuando yo todavía era senadora y se pensó que reduciendo el presupuesto de las universidades, se solucionaba el problema de los argentinos.

Esa era una política, no era un apoliticismo o una falta de partidos, no, no, no. O, tal vez, como recordaba el alumno recién de Rosario, cuando mandaron a los investigadores del CONICET a lavar los platos. También era una política, era una política de no tener científicos, primero, porque el científico genera valor agregado, genera conocimiento, además no se le puede pagar cualquier cosa y cuando no tiene oportunidades, también pasa lo que nos pasó, se terminan yendo del país por falta de oportunidades. Y cuando la gente no tiene conocimiento y cuando la gente no puede tener mayor capacitación, se requiere menor salario que pagar. Y cuando hay menor salario y no hay mayor actividad, comienza la desocupación. Y cuando hay desocupación, comienza naturalmente a flexibilizarse el mercado laboral, a bajar los salarios. Porque claro, cuando vos tenés una cola de gente esperando en la puerta de fábrica para poder entrar o en la puerta del comercio para poder ingresar, obviamente, tus demandas como trabajador en cuento a condiciones salariales, son muy diferentes y en esto tienen que ver las políticas.

Esto lo digo para que ningún sector se arrogue. Porque, sin ofender a nadie,  muchas veces escuchamos algunas voces de sectores representativos, sindicatos, etcétera, que se arrogan los derechos que han conseguido sus afiliados.

Y es muy bueno que los sindicalistas luchen por los derechos de sus afiliados, pero quiero decirles que son los mismos sindicalistas de hace 20 o 30 años, cuando el pueblo se moría de hambre y no pasaba nada. Y, entonces, es necesario comenzar a diferenciar.

Nadie más que nosotros hemos logrado, nadie más que nosotros ha luchado por recuperar el poder de los trabajadores sindicalmente organizados. ¿Por qué? Muy simple: porque desde el año 2003, hemos restaurado los convenios colectivos de trabajo que son, precisamente, el lugar donde trabajadores y patronal discuten sus salarios.

Porque además, también, desde hace 10 años se reúne anualmente el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. Pero hace 10 años, que muchos de los que hablan, están desde antes de hace 10 años.

Yo les reconozco a muchos compromiso y lucha, a otros no tanto, pero lo cierto es que para que los trabajadores y el conjunto del pueblo, la industria nacional también protegida y cuidada a través de inversiones, a través de políticas pública activas ha podido desarrollarse. Si no, pregunten en Entre Ríos la industria avícola o la industria del calzado o la industria textil o la industria electrónica, en fin, todo lo que se hecho es porque hay un proyecto nacional, una directriz nacional que toma las decisiones y recibe también el apoyo del Poder Legislativo en ese juego democrático, en ese sistema democrático de oficialismo y oposición, donde quien están en el gobierno tiene un bloque que apoya las políticas de ese gobierno.

Yo siempre digo cómo me hubiera gustado ser legisladora. Lo fui durante el tiempo en que él fue presidente, pero yo era legisladora desde 1995 en el nivel nacional. Cómo me hubiera gustado ser legisladora siempre de un gobierno, aún cuando no fuera el de mi partido, y pudiera ofrecerle a mi gente, a mi provincia, a mi municipio la ampliación de derechos, los recursos, las inversiones y la infraestructura que hemos hecho a lo largo y a lo ancho del país sin medir si eran de origen radical, provincial, peronista.

Porque, ¿saben qué? La Argentina es una sola y la responsabilidad es gobernar para todos y para todas. De esa manera lo siento. Creo en la ciencia y en la tecnología, creo en la cultura, quiero el respeto por todos y creo también, que todos los argentinos nos debemos respetar. Pero nos debemos respetar en nuestros derechos, no solamente en lo formal, sino también en el hecho de permitir que ejerza cada uno su libertad, que cada uno pueda realmente no tener el problema de que le corten una calle o que de repente un servicio se interrumpa sin ningún tipo de explicación generando contrariedades, problemas, gente que por ahí gana mucho menos de los que están haciendo lío y que realmente necesita volver a su casa porque ha trabajado todo el día y ha viajado a la mañana y a la tarde.

Yo les pido a todos los argentinos, a todas las argentinas que hagamos un gran esfuerzo: no puede ser, por favor, que estemos sometidos a núcleos de extorsión. Porque quiero también decirles algo: si soportamos las presiones más terribles que pude soportar un gobernante cuando reestructuramos la deuda, cuando el Fondo Monetario, cuando Néstor allá en Mar del Plata, junto a otros líderes y compañeros que hoy no están, le dijimos que no al ALCA, si pudimos soportar la presión también que significa todos los días gobernar la República Argentina, porque está siempre sometida a presiones, a tensiones, a gente que demanda porque hay puja distributiva, porque unos quieren más, otros quieren menos, lo natural del conflicto.

Yo quiero decirles que es imposible vivir en una sociedad sin conflictos, pero lo que es necesario, es que ese conflicto se encause y se resuelva democráticamente. Y quiero decirles que no voy a tolerar la extorsión de nadie, pero no porque sea valiente, corajuda o nada, no, no, no, sin adjetivaciones, simplemente, porque un gobernante tiene la inmensa responsabilidad de tomar las decisiones con la libertad de pensar que lo hace en nombre y por el interés de los 40 millones de argentinos y no solamente por un sector por más presión, fuerza o cosas que puedan hacer.

Por eso, quiero decirles a todos, que hoy para mí es un día muy feliz, hoy es muy feliz porque ustedes lo saben, yo soy una enamorada de la ciencia y de la tecnología, y eso que soy abogada y no entendía una pepa de química. Le contaba recién a la gente que estaba ahí, que me costaba un montón química; física me gusta más porque física tiene cosas muy de razonamiento y de aplicación a la política también. Si uno piensa un poquito en la física y en las relaciones de la física, se da cuenta también que las puede aplicar a la política. Siempre me gustó un poco más la física, pero la química, debo decirlo, siempre me costó muchísimo más.

Pero hoy siento un gran orgullo de estar aquí en el Balseiro, en este pedazo de patrimonio científico de los argentinos, pudiendo inaugurar nuevas obras, viendo como se están construyendo otras y también, viendo el CAREM, esto que estamos haciendo los argentinos, como estamos en Atucha y como estamos enriqueciendo toda esta ciencia nuclear que es tan importante y que nos hace líder aquí en América latina.

Y luego de aquí, ya, y no quiero seguir hablando porque me tengo que ir, ya no voy a llegar a las 6 de la tarde a Cochabamba, me despido de todos ustedes con mucho amor, con mucho cariño, con mucho afecto, agradeciéndoles todo el afecto que siempre brindan, pidiéndoles que sigan trabajando con el mismo fervor y el mismo cariño por su Bariloche, por su Río Negro, por su Argentina que es, en definitiva, la patria de todos.

Muchas gracias y hasta siempre.

Gracias. (APLAUSOS)         

Video

Galería

“No voy a soportar la extorsión de nadie”, afirmó la Presidenta en Bariloche
“No voy a soportar la extorsión de nadie”, afirmó la Presidenta en Bariloche
“No voy a soportar la extorsión de nadie”, afirmó la Presidenta en Bariloche
“No voy a soportar la extorsión de nadie”, afirmó la Presidenta en Bariloche
“No voy a soportar la extorsión de nadie”, afirmó la Presidenta en Bariloche