La presidenta Cristina Fernández aseguró esta tarde que habiendo sido estudiante de la Universidad de La Plata, nunca soñó que “iba a participar como Presidenta de la Nación Argentina en la conmemoración de los 400 años de esta querida Universidad de Córdoba, señera en América Latina”.
La Jefa de Estado recalcó que la iniciada en 2003 es “una década ganada”, en la que no estuvieron ausentes los universitarios. “En épocas de dictaduras o de exclusión social, los universitarios, como los científicos, como los intelectuales tampoco eran tenidos en cuenta”, recordó.
Consideró que “ser universitario, más que privilegio, es un deber de compromiso con el pueblo, con aquellos que no tienen la oportunidad de poder acceder” a las casas de altos estudios. “Nosotros tenemos que tener un compromiso superior al de cualquier otro ciudadano, para devolver parte de lo que la Nación y la Patria nos dieron”, enfatizó.
Por tal motivo, la Mandataria aseguró que desde 2003 se puso “un especial énfasis en la educación en todos los niveles”. Dijo que se trataba de “volver a dignificar a todo el sector” al que calificó como “uno de los pilares fundamentales en la reconstrucción de una nación, en donde el conocimiento y el saber tienen que ocupar un lugar muy importante”.
El recuerdo de la reforma universitaria
La Presidenta subrayó “lo que significó la Reforma del 18”, al leer extractos del Manifiesto de los reformistas, firmado por Deodoro Roca. Señaló que dicha refirma nació “para crear la libertad de cátedra, porque las cátedras eran hereditarias”.
Asimismo, resaltó que el movimiento “nació como un reclamo de poder participar en el gobierno de las universidades y se expandió a todo el país”. “Nació en el Barrio de Clínicas, como el Cordobazo, nada es casualidad”, recalcó.
“No creo que todos los cambios los hayan hecho los jóvenes, pero no conozco ningún cambio donde no estuvieran todos los jóvenes”, opinó Cristina Fernández. En ese sentido pidió que “no le tengan miedo a los jóvenes”. “Yo tengo 60 años y cuando estoy rodeada de pibes me siento como de 15”, agregó.
Al leer parte de los párrafos del manifiesto, la Jefa de Estado coincidió en que “cuando tenés menos libertad, tenés que tener más vergüenza. Por lo menos la tendrían que tener los que nos quieren recortar alguna libertad”. Subrayó otra frase del documento: “Los dolores que quedan son las libertades que faltan”, y afirmó: “Ayer nos dieron algún dolor, pero nos vamos a curar porque tenemos buenos médicos, buenos farmacéuticos, inyecciones y antibióticos”.
También destacó que después de la Reforma Universitaria vinieron “la lucha por la gratuidad que consagró el peronismo y los constituyentes en la constitución del 94”.
Obstáculos para las reformas y la voluntad popular
La Presidenta sostuvo que hay quienes “pretenden parar reformas, que no quieren dejar votar al pueblo, para que intervenga la soberanía popular”. En ese sentido, destacó la lucha de “estos jóvenes que intervinieron en la reforma y que combatieron tiranos junto a los trabajadores en el Cordobazo”. “Aquellos que quieren impedir el avance de la democracia, sepan que lo pueden hacer sólo por un tiempo”, aseveró.
Respecto al fallo de la Corte Suprema que dictó la inconstitucionalidad de la reforma del Consejo de la Magistratura, comentó: “Cuando ayer alguien me decía que estaba triste, yo le dije ´dejá la tristeza para mirar una novela o una película´. Nosotros los militantes tenemos que estar alegres, y preparados para la próxima batalla. Porque la única batalla que se pierde es la que no se da”, sentenció.
En ese sentido, rememoró “cuantas batallas tuvo que dar Yrigoyen para lograr el voto universal, o Evita para lograr el voto femenino”. Enumeró “cuánto tiempo tuvieron que esperar hombres y mujeres para conseguir su derecho, hasta que votamos el matrimonio igualitario”. “Cuánto tiempo hijos, madres, abuelas, esperaron por justicia. La historia no reconoce los años, reconoce los resultados y los logros”, recalcó.
La Jefa de Estado aseguró que “más temprano que tarde los argentinos van a poder votar a todos los órganos políticos de la Constitución Argentina”. “Tal vez haya pocos lugares mejores para dar estos debates que en estos ámbitos, aquí en la universidad, donde nos preparamos como cuadros de la Nación para darles a nuestros compatriotas los mejores servicios”, señaló. Y agregó que no se trata de dar solo servicios profesionales sino también “creando una sociedad más libre, más abierta, sin claustros”.
El ejemplo de Córdoba
La Primera Mandataria destacó la importancia de “esta Córdoba hermosa, que dio dirigentes de la talla de Tosco, de Atilio López, de Sabbatini, que todos los argentinos la conocíamos como ´la docta´, porque era un lugar de conocimiento, de pensamiento. “Esto tiene que volver a ser Córdoba”, sostuvo y agregó: “Quiero volver a recuperar para mi país, para Córdoba, para La Plata, ese lugar de honor que teníamos, donde generábamos usinas de ciencia, de tecnología, de conocimiento”.
Aseguró que debe ser un orgullo no por “lo material, del que más tiene, sino del que más aprende, del que más ayuda, más conoce, del que más puede dar para el otro”. “Yo quiero que Córdoba vuelva a marcar el paso de la historia, como lo hizo cuando era muy joven”, exhortó.
Cristina Fernández sostuvo que “los que descalifican o agravian es porque no tienen nada para contar de sí mismos”. “Yo tengo tanto para contar de nuestras políticas”, afirmó. Señaló que en ese esfuerzo por recuperar a Córdoba y a la Argentina “estamos poniendo todo lo que tenemos y un poco más, a alguno se le fue la vida de tanto poner”.
En ese sentido, destacó que la visita de hoy sirve también para “entregar fondos, a poner cosas para el hospital de clínicas, estamos fortaleciendo el sistema de medios modelo que tiene la Universidad de Córdoba, que disputa con los monopolios la libertad y la diversidad”. Y exclamó: “Viva esa universidad que quiere liderar la diversidad”.
La voluntad popular como motor de la historia
Por último, la Presidenta recordó que la Universidad de Córdoba la crearon los jesuitas y luego Carlos III los expulsó. “Hoy tenemos un papa jesuita, que es argentino”, remarcó.
Se preguntó: “¿Vamos a tener que esperar tanto las reformas?”, pero contestó que “no, en aquella época no había internet, hoy las reformas vienen mucho más rápido”. “La historia es indetenible, porque es indetenible la voluntad popular”, enfatizó.
Y afirmó que ello “lo demuestra la resistencia del pueblo argentino ante tanta plaga, ante tanto sometimiento, estamos de pie, con los jóvenes al frente como vanguardia, y con los viejos atrás empujando”.