PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN LA XVIII CONFERENCIA ANUAL DE LA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA
Muy buenos días a todos y a todas.
Querida amiga, compañera Presidenta de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff, bienvenida a la Argentina, bienvenida también toda la extensa comitiva que la acompaña de funcionarios, de empresarios; señores gobernadores de las distintas provincias argentinas; legisladores; señores empresarios argentinos: luego de la intervención del titular de la Unión Industrial Argentina, que logró conjuntamente con sus pares brasileños este encuentro que yo creo que debe ser el primero de muchos más que se sigan sucediendo porque siempre he escuchado hablar de la integración desde el reclamo o desde el deseo.
Pero luego de la crisis que estamos viviendo y que Dilma, con mucha certeza la prevé por largos años, la integración ha dejado ya de ser un reclamo o un deseo para convertirse en una necesidad.
Es más, yo diría en una condición sine qua non la integración para poder mantener los logros que en esta década, que yo llamo “la década ganada”, hemos logrado ambos países y otros países de la región en materia de valor agregado, en materia de inclusión social, en particular en mi país, la República Argentina, sometida, como todos ustedes saben, a un proceso devastador en materia de industrialización, un logro que no vamos a poder mantener –y quiero decirlo con todas la letras- si no aunamos esfuerzos, inteligencia, recursos, acciones, trabajos y políticas públicas y privadas concretas entre ambos países.
La descripción que Ignacio De Mendiguren hacía de los recursos de ambos países en la región en materia de reservas, minerales, de producción agroalimentaria, en materia de mineralogía, en materia de inclusión social, en materia de superficie cultivable, no voy a enumerarlas porque todos las conocemos y lo sabemos, la descripción cruda, precisa que Dilma hizo de cómo los países desarrollados intentan trasladarnos la crisis a través de políticas expansivas monetarias sin precedentes, cuadruplicó el Reino Unidos su base monetaria, triplicó Estados Unidos su base monetaria, duplicó la Unión Europea su base monetaria. Son cifras claras, objetivas y concretas.
Entonces, hoy la integración es una necesidad y la metodología, el cómo, lo tenemos que articular entre las autoridades y los empresarios, caso por caso, no hay reglas generales. Tenemos sí, como todos decimos, una oportunidad magnífica.
Una de las claves que tiene nuestra región, la energía, una cuestión que para nosotros la Argentina, con este crecimiento exponencial que hemos tenido de nuestro Producto Bruto Interno, de nuestro proceso de reindustrialización tan agresivo, hemos hecho realmente milagros en materia energética para poder sostener este crecimiento. Y tenemos que ya no hacer milagros sino políticas todavía más concretas.
Hemos celebrado en este marco que veníamos anunciando de comenzar a reformular políticas públicas, hemos decidido también dar incentivos a la producción de gas, por eso quiero comunicarles en este lugar tan emblemático, porque digo yo, claro se necesita mucha energía en la Argentina porque hay mucha industria. En los años 90 no necesitábamos tanto industria, es más, había algunos que se enorgullecían de exportar energía cuando en realidad, en los países desarrollados exportar energía es un pecado; en los países desarrollados el leit motiv del desarrollo era, precisamente, que la energía la consumiera el propio país porque significaba agregación de valor, fuentes de trabajo, mejores salarios, mercado interno, desarrollo.
Bien, hemos celebrado con Yacimientos Petrolíferos Fiscales, nuestra empresa recuperada, que voy a dedicarle unas palabra también a la recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, hemos celebrado un contrato por el cual vamos a reconocer al precio del gas nuevo, no el que se estaba produciendo hasta ahora, que va a seguir al precio que estaba en 2,30, en 7 dólares y medio el millón de BTU de toda nueva producción por arriba de lo que está produciendo. Contrato que, le comunicaba también a la Presidenta del Brasil, que va a ser celebrado con todas y cada una de las empresas productoras de energía en nuestro país, porque uno de los problemas que hemos tenido y que, precisamente, nos llevó a tomar, a adoptar la decisión de recuperar Yacimientos Petrolíferos Fiscales, fue el déficit energético de más de 3.000 millones de dólares que estábamos teniendo.
Ustedes lo saben, inmenso esfuerzo en nuestra balanza comercial superavitaria producto del crecimiento de nuestras exportaciones, no solamente en productos primarios, porque lo que más ha aportado a la balanza comercial, ha sido también la manufactura agropecuaria y también, aunque parezca un contrasentido, la manufactura industrial, porque ha permitido desarrollar un fuerte mercado interno que nos ha permitido sostenernos en medio de la crisis más formidable que parecía que se había retirado o comenzado a solucionar en el año 2010, 2011 donde experimentamos nuestro mayor crecimiento en todo el período con el 8.9 y, sin embargo, volvió a desplomarse a partir de lo que constituye, sin lugar a dudas, algo que los argentinos conocemos trágicamente demasiado bien, aunque parezca un contrasentido, que es la crisis de las deudas soberanas, la quiebra de los países.
Lo que nos pasó a la Argentina en el año 2001, es lo que está pasando en Europa y no pasa tal vez en Estados Unidos porque sigue siendo la moneda de reserva que sigue trasladando la crisis a otros países del mundo.
Pero, en realidad, en términos de balanza de pagos, en términos de análisis de cuenta corriente, son países que están quebrados. La única y gran ventaja es que emiten moneda de reserva y por eso no son llamados a quiebra.
Nosotros que estuvimos en quiebra, podemos dar fe que con esfuerzo y articulación y reindustrialización del país y desarrollo del mercado interno, se puede salir adelante. Tal vez, por eso, porque constituimos el contramodelo de un mundo donde el capital financiero y sus derivados se han erigido en amos y señores nos quieren castigar. Porque resulta inconcebible que nuestro país, que ha reestructurado su deuda soberana en un 93 por ciento, que ha pagado…Ustedes todos lo saben, todos los países del mundo, nosotros mismos en nuestra legislación interna, Brasil, Estados Unidos, todos, tienen un régimen interno de quiebras que establece que, ante la quiebra de una empresa, si la mayoría de los acreedores acuerda con el deudor un determinado mecanismo y se alcanza un determinado porcentaje de aceptación, esto se hace extensivo a todos los acreedores.
No tenemos un mecanismo de esa naturaleza en el orden internacional, pero lo cierto es que con la última apertura del canje, en el año 2010, la Argentina llegó al 93 por ciento de aceptación de reestructuración de su deuda soberana.
Y lo que es más importante: hemos venido pagando puntualmente desde el año 2005, sin acceder al mercado de capitales con fondos y recursos propios y lo vamos a seguir haciendo, porque vamos a hacer honor a nuestros compromisos como corresponde a un país que ha recuperado la autoestima.
Y parte de esa autoestima es cumplir, precisamente, con nuestros compromisos. Sabemos que al constituir un contramodelo de las recomendaciones que hacía el Fondo Monetario Internacional, un contramodelo también de aquellos que han…Porque vamos a decir que no solamente han quebrado los países, han quebrado también las familias, lo cual se torna doblemente catastrófico para el mundo desarrollado.
La Argentina habían quebrado el país, habían quebrado algunas empresas, pero había una suerte de informalismo que permitió un recuperación conjuntamente con una reestructuración de deuda con una quita muy importante que algunos me acuerdo cuando Néstor Kirchner dijo “vamos a pagar esto porque más no se puede”, inclusive dentro del propio gobierno lo criticaron y pensaron que nos se iba a poder llegar a la aceptación que tuvimos en el primero de los canjes.
Y luego, para dar mayor fortaleza, para exhibir, demostrar una mayor voluntad de acuerdo y de pago, reabrimos el canje en el 2010 para llegar a ese 93 por ciento.
Por eso creo que las cuestiones estas que son de público y notorio conocimiento de los denominados fondos buitres, no se puede denominar de otra manera a estos sectores especulativos que ni siquiera tienen domicilio legal en el propio Estados Unidos, los que están haciendo las demandas en Estados Unidos no pagan sus impuestos en Estados Unidos, están radicados en paraísos fiscales para, precisamente, no quedar bajo la norma tributaria estadounidense.
Pero vamos, en una muestra aún mejor de buena voluntad, la presentación que se realizó el día lunes ante la Corte de Apelaciones en Nueva York, donde el eje central, precisamente, se centra en que lo que exige la justicia de primera instancia, no es un “pari passu” -“pari passu” es igualdad de condiciones términos legales-, sino simplemente se está exigiendo una inequidad absoluta respecto del 93 por ciento del que sí aceptó la deuda. No estamos ante un “pari passu”.
Pero quiero retornar fundamentalmente porque hemos sido capaces los argentinos de remontar una cuesta por la cual nadie pagaba, como se dice vulgarmente, 2 pesos por nosotros.
¿Quién podía decir en el año 2003 que íbamos a reestructurar una deuda si éramos parias en el mundo? ¿Quién podía decir que íbamos a reconstruir un sistema financiero solvente cuando los bancos estaban cerrados, tapiados con chapa porque la gente golpeaba con martillos para que les devolvieran sus ahorros y hoy son una de las actividades más rentables de la economía argentina? ¿Quién podía hablar de que íbamos a recuperar nuestra industria metalmecánica o la industria avícola, por ejemplo, o nuestra industria en materia automotriz…?, que bueno es señalar, somos muy importantes, junto con Brasil, en la industria automotriz, pero también tenemos que asumir que todas las automotrices son extranjeras, por lo cual nuestro deber, tanto Brasil como Argentina, es fortalecer a los proveedores de esas automotrices porque allí está la verdadera industria nacional brasilera y argentina. Todas las filiales automotrices son terminales extranjeras.
Diría alguien y me corregiría, no señora, son sociedades argentinas, empresas argentinas con accionistas extranjeros. Muy lindo todo, pero las utilidades las remesan todos los años. Son empresas argentinas.
Y también el milagro de esta Argentina, donde nos hablan de seguridad jurídica y se nos remontan a la década de los 90 donde se celebraron creo que algo así como 59 tratados bilaterales de inversión que es la renuncia a los tribunales locales para ir ante el CIADE.
Un día, en Montevideo, le pregunté a Dilma: “Dilma, ¿cuántos tratados tienen ustedes firmados en Brasil?”. “Cero”, me dijo, “ni amarrados firmamos un tratado bilateral de inversión”.
Y cuando uno mira las utilidades remitidas por las compañías de origen extranjero durante la década de los 90, donde se les daba seguridad jurídica “a través de los CBI”, fue aproximadamente entre los años 1991, 92 hasta el 2000, algo así como 18.000 millones de dólares, un 0,7 del PBI de aquel entonces.
En esta década que yo llamo “la década ganada”, las utilidades remitidas al exterior han sido de más de 41.000 millones de dólares, 1,7 del PBI, de un PBI que, por cierto, no es el PBI del año 2003, que era un poco más de 100.000 millones de dólares, sino que es un PBI que está cerca ya de los 500.000 millones de dólares, el doble del PBI de un PBI que también es el doble.
Quiere decir, entonces, que este modelo no solamente ha permitido desarrollar un mercado interno sólido, que tiene el mejor salario mínimo, vital y móvil de la República Argentina, que nos ha permitido, precisamente, la solidez, como recién decía también Dilma de nuestros mercados internos, apuntalarnos frente a la crisis, atalonarnos en la crisis y poder seguir sosteniendo el nivel de empleo, sin bien ha caído el nivel de la actividad económica producto de esta crisis mundial, esto nos ha permitido, precisamente, constituirnos también en un modelo de inclusión social y ser el país que ha duplicado su clase media de acuerdo con informes del propio Banco Mundial y de la CEPAL.
Esto es lo que nos ha permitido un sólido mercado interno hacer frente a la crisis. Pero también tenemos que ser lo suficientemente realistas para saber que con esto no podemos durante mucho tiempo si la crisis global se prolonga, seguir sosteniéndolo si no hacemos asociaciones estratégicas definitivas de integración y complementariedad, no solamente con Brasil, que es nuestro principal social, sino también, como hablábamos con Dilma, también mirar a nuestros hermanos del Pacífico en la América del Sur porque tenemos que pensar también, no solamente ya en Brasil y Argentina, sino en Argentina y Brasil, como las dos grandes poleas de la región para que la América del Sur sea realmente protagonista del siglo XXI. Esta es la clave.
Para ello son imprescindibles algunos elementos. Dilma hablaba de solidaridad, muy importante; yo le agrego, además, de solidaridad, inteligencia de entender que necesitamos aunar esfuerzos. El desarrollo argentino y el desarrollo brasilero, hemos avanzado en materia de ciencia, de tecnología, nuestro país con inclusión social, con el acortamiento de la brecha digital, con la televisión digital…Hace poco inauguraba en Villa Constitución el tren de laminado de chapa naval, que no tenía la República Argentina y que con Dilma hemos hablado muchísimas veces de la necesidad que Brasil tiene también de la industria naval porque no da abasto su propia industria naval para poder abastecer sus propias necesidades.
Yo le decía a Dilma “tenemos ahora en Villa Constitución, un lugar emblemática de la industria en la Argentina, una producción de chapa naval…”, que fíjense las paradojas: lo hace una empresa italiana, a la cual le dimos crédito, y trasladó una fábrica de Europa aquí y me decía su propietario que recibe mejor calificación de sus bancos por haber invertido aquí en Argentina que si lo hiciera en Italia, porque saben de las posibilidades de esta región.
Y decía Dilma y comparto totalmente y en esto tenemos que ser responsables ambas y también convocar a los titulares de la uniones industriales, para que cuando se producen problemas que siempre se producen problemas, si se producen dentro de un país por competencia, por distintas diferencias, ¡cómo no se van a producir entre dos países o dentro de una misma región!
Es necesario abordar un sistema, una metodología que sea mucho más activa, que sea muchos menos protocolar, que sea mucho menos burocrática, que permita ir caso por caso solucionando los problemas, desde problemas de un producto primario, como charlábamos casi en broma y en serio, como los langostinos…Yo le explicaba a Dilma que nuestros langostinos no tienen competencia con los brasileros porque los nuestros son muy grandes y los brasileros son más pequeñitos.
Entonces, ¡cómo no vamos a poder ponernos de acuerdo en una cuestión como esta! ¡Cómo no vamos a poder ponernos de acuerdo en una cuestión como, por ejemplo, mejor y más inversión en materia de energía si vamos a reconocer un valor de 7 dólares y medio por millón de BTU que ya hemos firmado con nuestra empresa testigo, con el resto de las empresas! Queremos que nos aseguren, eso sí, inversión y volumen, por una razón muy sencilla, como se lo explicaba ayer al titular de la empresa, al CEO y a todo el bureau, que nos visitó de Apache, una de las principales compañías petroleras de los Estados Unidos que tiene fuertes inversiones en Argentina, vino a entrevistarse conmigo, su CEO y el bureau completo porque querían escuchar…¡Cómo no vamos a asegurar esto si, en realidad, a nosotros, entre pagar 3.500 millones de dólares de déficit y pagar 3.500 millones de dólares porque el gas se produce aquí, estamos produciendo más servicios en la Argentina, estamos creando más puestos de trabajo! No se trata de una cuestión de… se trata de una cuestión de inteligencia.
Y por eso también nos vimos obligados a recuperar Yacimientos Petrolíferos Fiscales, porque en realidad, había una remisión completa de utilidades a partir del mercado de los combustibles, con aumentos permanentes de las naftas, sin inversión en aumento de producción. Esto es simple y lo saben todos los empresarios, que cada vez se producía menos petróleo y menos gas, pero se seguía combustible y lo saben todos los empresarios, que cada vez se producían menos petróleo y menos gas, pero se seguía vendiendo combustible porque era… y además no faltaba.
Observaron ustedes, por ejemplo, y quiero decirlo acá públicamente que desde que recuperamos Yacimientos, ustedes recordarán, el año pasado, que había colas en todas las estaciones de servicio en todo el país, venía un fin de semana largo y no se conseguía nafta y colas y reclamos, pese a los sucesivos aumentos existentes del precio de la nafta. Bien, a Galuccio le dicen “el mago”, pero no es tan mago como por haber producido tanto combustible para que ahora no haya en las estaciones de servicio colas, era simplemente, tal vez - y debo decirlo con todas las letras - decisiones empresariales, que querían empujar a no se sabe qué cosa a la Argentina o a los argentinos molestos porque le faltaban combustibles. Tal vez sea una hipótesis demasiado arriesgada de esta Presidenta, pero bueno me han pasado tantas cosas en estos años de gestión que me he vuelto muy susceptible cuando pasan algunos hechos que no tienen la suficiente explicación racional por parte del empresariado, y lo que es peor luego que es retomado por el Estado, vuelven a funcionar las cosas correctamente, a las cosas por su nombre aunque duelan y molesten. (APLAUSOS).
Y vamos a trabajar y hemos aumentado la producción y queremos también que todas las empresas energéticas en la Argentina puedan formalizar contratos similares al contrato que ha formalizado el Estado argentino con Yacimientos Petrolíferos Fiscales, vamos a exigir inversión y volumen porque lo que necesitamos es reducir, achicar y hacer desaparecer el déficit energético, más aún en un país que está ya reconocido internacionalmente con reservas suficientes como no solamente para proveer a su propia demanda, sino también proveer a su propia demanda. Uno de los principales problemas, que ustedes saben que tenemos es nuestra propia matriz energética, que es un 50 por ciento dependiente del gas. Estamos trabajando también arduamente en proyectos de inversión para diversificar esa matriz, que la hemos diversificado también. Por eso finalizamos Yaciretá, por eso finalizamos Atucha II, por eso hemos lanzado uno de los emprendimientos más ambiciosos en materia de energía hidráulica, como es la represa “Jorge Cepernic” y “Néstor Kirchner”, en la provincia de Santa Cruz, que nos van a proveer de 1.740 megavatios-hora. Le pregunto acá al ministro de Planificación – mi apuntador – para no equivocarme. Va a ser el tercer emprendimiento del país, luego de Yaciretá y Salto Grande, más grande que El Chocón, y a diferencia del resto de los emprendimientos hidroeléctricos es de carácter permanente porque su provisión, el caudal de agua del Río Santa Cruz no depende del régimen de lluvias, sino que al provenir directamente de los glaciares y de la masa de hielo continental que- ustedes saben – está parte en nuestro territorio y una parte en el territorio chileno, y es una de las mayores reservas de agua dulce del mundo provee los 365 días del año la misma cantidad de megavatios y estamos terminando las líneas de alta tensión, que tampoco teníamos.
Yo me acuerdo cuando era Diputada, muchos diputados de la oposición me hacían algunas chicanitas con eso, que aparece en la factura de electricidad, que es el 0,000 de un impuesto para la provincia de Santa Cruz y me decían: “¿qué es esto de la provincia de Santa Cruz?” Esto de la provincia de Santa Cruz es que Santa Cruz es la única provincia argentina que no está todavía conectada al Sistema Interconectado Nacional Eléctrico. Nosotros proveemos nuestra propia energía, no tenemos subsidios de ninguna naturaleza porque la energía que se produce se saca de la propia provincia. Y creo que luego de esta obra, que ya han comprado doce pliegos, con lo cual creemos que hay un gran interés internacional, luego del show room que se hizo en varios países, el primero – por supuesto – en Brasil, también en China, también en Rusia, más la usina de carbón que estamos terminando en Río Turbio y que va a proveer, en una primera etapa, de 240 megavatios, pero que tiene un dispositivo que pueden ir agregándose paneles y producir cada vez mayor cantidad de megavatios con una seguridad en materia ambiental, similar a la de Alemania, por ejemplo, que ustedes saben es un país líder en materia ambiental y su mayor producción energética es a base de carbón.
Entonces, creemos realmente que estamos en condiciones de, en el mediano plazo, superar el déficit energético… déficit energético, perdón, en materia de balanza, vamos a aclararlo porque si no mañana ya veo el titular: “Reconoció que hay déficit energético”. No estamos hablando en términos de balanza de pagos, que es la otra parte que yo tengo que cuidar. Yo sé que ustedes por allí lo que quieren es tener energía en sus fábricas, y es lógico, pero yo tengo que ver cuánto me queda en la caja para pagar las importaciones, para pagar la deuda y algunas otras cosillas que uno tiene que pagar y tiene que hacerlo en dólares además, porque bueno sigue siendo – y me parece que durante un tiempo más- va a seguir siendo la moneda de reserva.
Esperamos también la pronta recuperación de la economía de los Estados Unidos, es una de las locomotoras del mundo, y esperamos que luego del proceso electivo que tuvo el Presidente Barack Obama, en este año. Todos sabemos que durante las elecciones es muy difícil tomar decisiones, porque obviamente el opositor siempre las va a tomar a su favor y por lo tanto se torna mucho más difícil. Esperemos – y lo charlábamos también, lo compartimos con la compañera Presidenta del Brasil – que se pueda recuperar la economía. Pero para ello es imprescindible algo que no me he cansado de repetir, desde el primer G-20, que se realizó en Washington, cuando todavía era Presidente George Bush: reconocí como reconocen todos que no se podía dejar caer a los bancos, no se podía cometer el error que se había cometido durante crisis del 30, que produjo una depresión que se prolongó durante más de 10 años, pero me parece que se le fue la mano en esto de sostener el sistema financiero y de tanto sostener el sistema financiero se olvidaron de los trabajadores, de las empresas, de la producción y se está cayendo todo y se siguen haciendo pingües negocios y derivados financieros y sosteniendo un sistema que necesariamente va a tener que ser replanteado a través de un sistema global de quiebras de Estado, de reestructuraciones de deudas soberanas, que permitan reinsertar nuevamente en el mercado de la producción y del trabajo los recursos. Si siguen fondeando únicamente a los bancos o siguen fondeando únicamente a las compañías aseguradoras esto no tiene salida. Es más puede tener la peor salida.
Me comentaba recién Dilma, que estuvo en España, yo no estuve oportunidad de ir a la Cumbre Iberoamericana y me comentaba que le impresionaba el drama y la tragedia que se vivía en las manifestaciones y movilizaciones populares por la caída del Estado de Bienestar, por la perdida de derechos, por la perdida de los puestos de trabajo. La gente se queda sin trabajo y se tira por la ventana porque le sacan la casa. Esto es literal, esto es lo que está pasando. ¿Cuánto tiempo puede sostenerse esto en el mundo y cuánto tiempo podemos nosotros – y esta es la otra gran pregunta que yo me hago – sostener este crecimiento, lo que somos y lo que hemos logrado si esto se sigue prolongando en el mundo desarrollado. Es clave, entonces, no solamente construir nuestras propias defensas y la integración – créanme – ya no es un mecanismo económico, es un mecanismo de defensa que tenemos que construir entre Brasil y Argentina para que no nos alcance este drama y esta tragedia, que envuelve a otras sociedades. Entonces, tenemos también – creo yo – tratar de persuadir, de convencer de que no se puede seguir – por ejemplo – yo escuchaba que ahora le van a volver a dar 37 mil millones de dólares o euros, o no sé cuántos a Grecia. Y es el blindaje y el megacanje que nos dieron a nosotros, en el año 2001, es un engaña pichanga, todos lo sabemos. Son movimientos virtuales de capital para salvar la posición de los bancos, que han colocado dineros en tal o cual país y necesitan retirarse. Todos lo sabemos, necesitamos entonces que alguien diga y dé un parate a esto.
Y yo creo sinceramente que Estados Unidos puede ser uno de los países que dé un parate a esto. ¿Por qué? Por su condición de líder global, de emisor de moneda de reserva. Yo siempre digo que el G-20 – y que nadie se sienta mal – en realidad es el G-2, se sacamos el cero y quedan Estados Unidos y China y son realmente las dos locomotoras del mundo. Esta es la realidad. Y nosotros aquí, en esta región de la América del Sur, tenemos que tratar de ser una pequeña locomotora, de enganchar la mayor cantidad de vagones. Lo dijiste vos lo de los vagones “Vasco”, ¿no? Bueno, los vagones si somos una gran locomotora, como es Brasil por escala, por volumen, porque además tuvo la suerte de que a pesar de tener determinados gobiernos, nunca se desprendieron de las cosas que no se debían desprender y siguieron adelante con un proceso de industrialización; si nosotros somos una locomotora más pequeña tenemos que además unir a estás dos locomotoras todos los otros vagones de la América del Sur para convertirnos en esa región, no de oportunidades, sino también de sobrevivencia e ir para adelante.
Por eso yo celebro que nuevamente vuelvan a encontrarse industriales brasileros y argentinos y además también con la comprensión de que muchas, importantísimas empresas brasileras han invertido en nuestro país, siguen invirtiendo, construyendo, son productoras de materias primas básicas también de nuestro país. Nuestros destinos ya están indisolublemente unidos, más allá de nuestros deseos, no le va a ir bien a Brasil si le va mal a la Argentina, y viceversa; no le van a ir bien a la Argentina si a Brasil le van mal, con lo cual tenemos que comprender que nos hemos convertido en una familia, que por ahí tenemos diferencias. Me acuerdo una anécdota: tú no eras Presidenta Dilma, era Lula y había surgido un problema. ¿Vos te acordás Débora, de zapatillas, esas famosas zapatillas, calzados textiles, que tantos roces provocan? Pero resulta que el roce no era entre un empresario argentino y un empresario brasilero; el empresario que estaba aquí era también brasilero, lo que pasa es que bueno producía en la Argentina y había entrado en colisión con otro empresario brasilero, en Brasil. No vamos a decir los nombres, no importan. Pero estábamos con Lula y le digo: “pero Lula vos sabés cómo es la cosa”, le digo. “No, no, no, pero el que está allá también es brasilero”, y le di el nombre. “Y el que está acá también, o sea se están peleando entre dos brasileros. Lo que pasa es que uno está produciendo en la Argentina y otro está produciendo…” Bueno, la cuestión es que se arregló porque esta es la realidad. Están ya tan entremezclados nuestros intereses… cómo no va a querer Brasil que se construya en la Argentina, si una de las principales productoras de cemento – insumo básico – en la Argentina es una compañía argentina, pero sus accionistas son brasileros. Cómo no se va a poner contento Brasil con el plan que hemos lanzado Pro.cre.ar, donde vamos a utilizar los fondos de pensión, o los fondos de los trabajadores para generar 400 mil nuevas viviendas y emprendimientos inmobiliarios si va a ser utilizado cemento de esta empresa, chapas de Siderar - de acá lo veo a Luís - y clavos y hierros y demás; cómo no se van a poner contentos si podemos generar mayor inversión en gas por los tubos sin costuras.
Lo único que le pedimos es que todos pongan el mismo esfuerzo en poder construir esta integración y en poder sostener estás economías que ha permitido que millones de argentinos y millones de brasileros que no conocían los electrodomésticos, en los cuales hemos batido récord de venta.
Me comentaba Lula - en una de las primeras reuniones, cuando lo conocía – que había pocas heladeras en Brasil porque la gente compraba para el día la comida y hoy la heladera es un boom en Brasil, y que decirle de los argentinos que cuando querían y tenían mucho calor lo único que podían tener era un ventilador o el más sofisticado, un turbo, los famosos turbos y ahora han podido comprarse un aire acondicionado por primera vez en su vida y que significa además sentirse… incluso una vez un dirigente político, que no es de mi partido, si no exactamente casi en las antípodas, mantuvo una reunión con él y me dijo: “Bueno, pero que la gente en lugar de calefaccionarse tanto se ponga una tricota”, me dijo, una tricota. La gente no dice tricota, dicen pulóver, qué se yo, no sé, se ponen un saco. Y le digo:”sabés lo qué pasa, que para muchos tener un aparato de aire acondicionado no es solamente estar más fresco, es haber llegado a un status aspiracional que le significa que ya no es pobre, sino que ha pasado a formar parte de esa mítica clase media argentina, a la que todos tienen derecho a aspirar, a integrar y conformar: (APLAUSOS). Lo mismo a millones de brasileros que a partir de la última década se han incorporado, han salido a conocer el mundo también. Nosotros, hoy, en materia turística el 36 por ciento, casi el 37 por ciento es de origen brasilero; un 11 por ciento de origen chileno; un 20 por ciento del resto de Latinoamérica, excluido Canadá y Estados Unidos, que son apenas el 8 ó el 9 por ciento obviamente tienen crisis, sobre todo Estados Unidos. Ni que hablar de Europa que era un gran proveedor en materia de turismo receptivo, y que hoy ha caído estrepitosamente, podemos dar fe en la Ciudad de Buenos Aires o en la Patagonia.
Entonces hoy también estamos sostenidos por este mismo mercado latinoamericano, en materia turística, por ejemplo. Por eso tenemos que ser muy inteligentes y tenemos que ser rápidos, además, no podemos ir de reunión en reunión sin resolver, de congreso en congreso porque me hacen acordar muchas veces… no lo voy a decir porque me va a costar algo, una rencilla de algún parlamentario, pero esas discusiones que son buenas en el Parlamento, pero cuando uno está en el Ejecutivo tiene que resolver, todos los días, cosas diferentes cada cinco minutos. Entonces, yo finalmente quiero pedirles a todos: a Dilma porque ya hemos acordado que vamos a establecer mecanismos más rápidos; políticas mucho más activas; políticas de consultas, no tan protocolar, sino más rápidas; pedirles a todos, a los funcionarios – y lo comentábamos con ella y que nadie se sienta ofendido sobre todo los funcionarios – que hay que estar atrás de cada uno. Y lo charlábamos recién, que ningún funcionario argentino o brasilero se sienta mal, las dos Presidentas decíamos que teníamos que estar corriendo siempre atrás de que las cosas se hagan, porque uno manda a hacer las cosas y tiene luego que ir a verificar y levantar el teléfono: “ ¿Y lo hicieron? ¿Lo presentaron? ¿Lo llamaron? ¿Cómo lo hicieron? Quiero verlo”. La verdad que me sentí muy bien porque yo pensé que era a mí la única que me pasaba, pero Dilma me dijo que ella es igual que yo y tiene que estar así, atrás de todo el mundo. Y no es malo, esa es la única manera en que funcionan las cosas, en las empresas de ustedes debe pasar exactamente lo mismo, deben tener un gerente de ventas, un gerente de producción, un gerente de personal, un gerente financiero, pero si ustedes no están controlando una cosas detrás de las otras las cosas no se hacen, se hacen mal o se hacen tarde.
Por eso yo digo que les pido a todos un gran esfuerzo: funcionarios, empresarios, diplomáticos, todos para solucionar problemas. Cada problema que se soluciona entre ambos países es el problema que se les soluciona a trabajadores, a empresarios, a la economía y en definitiva al país. Y reiterar, una vez más: esta integración ya no es un deseo, ya no es un reclamo, ya no es el Tratado de Ouro Preto, es una necesidad que tenemos y que tenemos que ampliar a toda la región, los tiempos urgen y la historia no nos va a perdonar si nos demoramos o nos equivocamos. Hay momentos de bonanza, hay momentos de holgura en las economías mundiales, regionales, nacionales que permiten deslizamientos, pero no es el caso que estemos viviendo hoy en el mundo. Hoy se exige una premura, una eficiencia, una eficacia y una inteligencia un poco mayor porque estamos también en una etapa de crisis sin precedentes en el mundo.
Yo creo que tenemos todos los elementos, y fundamentalmente los recursos humanos, porque también una de las cosas más importantes que tienen nuestras sociedades son los recursos humanos y el grado de capacitación que tienen nuestros recursos y que nos distinguen de otras regiones del mundo. Por eso la gran oportunidad y el gran compromiso, como Presidenta de la República Argentina, de no solamente trabajar como lo hago siempre con la misma pasión y el mismo fervor, sino de redoblar esfuerzos, de rompernos aún más la cabeza, pese a que nos tienen bastante ocupados por todos lados a nuestra cabeza para lograr precisamente que esta década ganada sea la base sólida del crecimiento y el despegue definitivo de la región. Y fíjense que hablo de la región, en la comprensión y con la certeza absoluta de que o salimos juntos o no salimos, y les puedo asegurar que vamos a salir y lo vamos a hacer juntos. (APLAUSOS)
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS). Y ahora los invito a todos ustedes a levantar nuestras copas por la hermana República Federativa de Brasil, por la República Argentina, por la integración, por la región y por todos nosotros: los argentinos y los brasileros. ¡Salud! Muchas gracias. (APLAUSOS).