Almuerzo en honor al presidente de Perú, Ollanta Humala: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ALMUERZO OFRECIDO EN HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ, OLLANTA HUMALA, EN CASA ROSADA.

 

 

Muy buenos días  a todos y a todas; señor Presidente de la República del Perú, querido Ollanta Humala; su comitiva que lo acompaña; miembros del Gobierno argentino; señor vicepresidente; señor presidente de la Cámara de Diputados; presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; organizaciones y miembros de la oposición, que hoy también nos acompañan, las bancadas opositoras; miembros de las organizaciones de derechos humanos; Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; artistas también e intelectuales que veo desde aquí, representativos de nuestra comunidad: queremos darle a usted y a toda su comitiva la bienvenida: un reproche que le hice que no voy a omitir al Presidente cuando lo vi caminar solo y le dije: “¿Y Nadine dónde está?” Nadine es su esposa, una encantadora mujer, pero fundamentalmente una militante política y un cuadro político que debo reconocer yo no la conocía y me la hizo conocer Néstor Kirchner, sin conocerla personalmente, porque como recuerda el  Presidente siendo Presidente Néstor lo recibió - en su primer intento para llegar a ser Presidente de la hermana República del Perú –a él y a Nadine y debo decirle, le comentaba al Presidente, que Néstor no era un hombre que fuera fácil de impresionar, no se impresionaba demasiado, pero él quedó muy impresionado precisamente por la figura de Nadine y me la definió como un verdadero cuadro político. Así que le pregunté al Presidente por qué no la trajo y me dijo que está trabajando. Y yo le dije: “¡que cosa nos hacen siempre los hombres! Nos dejan trabajando”.

Bueno, nada, qué poder decir de esta amistad entrañable, casi un ADN común y cuando hablo de un ADN común no lo digo como un ejercicio protocolar: la civilización incaica se extendió hasta nuestro país y se sorprendía el Presidente y su comitiva cuando yo le relataba que en la Casa de Tucumán están los textos originales, de 1816, de Declaración de la Independencia de nuestro país en español, en quechua y en aymarà; ya en 1816 quienes declararon la independencia de la República A argentina se reconocían parte de esa América del Sur, de esa América india, mestiza y también española.

Por eso la realidad, la pluralidad y la diversidad de lo que somos y yo le comentaba que también esta Presidenta es hija de españoles, no sé si hay una mezcla que no sé si es diferente al resto, mezcla que además – y bueno es decirlo – se ha hecho en un marco de respeto y de integración total y absoluta que nos permite ser, hoy, una nación sin conflictos étnicos, ni religiosos ni raciales. Yo le voy a decir a protocolo que la próxima vez nos suministren a los presidentes que hablemos un par de anteojos negros cuando tengamos que hablar debajo del sol, pero ya será la próxima vez.

Quiero decirle, además, que la tradicional amistad que se dio entre ambos países y que reconoce bueno hechos históricos como San Martín creo que hoy, voy a contar una infidencia a lo mejor, hay un aspecto especial que hoy les va a decir el Presidente, que habla de esa historia común entre Perú y la Argentina, a través de la figura del Libertador General San Martín, y también – por qué no - el reconocimiento eterno y es una palabra un poco desafiante “eterno”, pero yo la pronuncio sin ninguna duda, con total y absoluta certeza el reconocimiento eterno de todos los argentinos al rol y a lo que hizo el Perú, en este caso durante el Gobierno del Presidente Belaúnde Terry, cuando nos prestó sus aviones, nos mandó sus aviones y sus pilotos para combatir junto a los argentinos, frente a lo que constituía la invasión de los ingleses. (Aplausos). Por eso el reconocimiento eterno.

Decía el Presidente del Perú algo que es muy caro a nuestros sentimientos, a lo que pensamos y a lo que sentimos no solamente como gobernantes, sino además lo que hemos pensado y sostenido desde muy jóvenes en cuanto a lo que debe ser para nosotros el crecimiento económico y el rol que ese crecimiento económico debe tener para la inclusión.

Es precisamente el proyecto que inicia el Presidente Kirchner, el 25 de mayo de 2003, que hace hincapié en esto: en el crecimiento económico que solamente es válido, aceptable y sustentable en el tiempo si además se hace con redistribución del ingreso, esto es con inclusión social. Sabemos que esto no es fácil, sabemos que la redistribución del ingreso ofrece resistencias, no en el conjunto de la población-  por supuesto - que resulta ser su beneficiaria directa, sino en los sectores más concentrados económicos que durante décadas han usufructuado ese crecimiento económico.

Durante  la década de los 90 se creció a tasas aceptables del 7 u 8%, pero con tasas de desocupación del 25%, o sea un cuarto de la población sin trabajo y tasas de pobreza e indigencia  verdaderamente agraviantes a la condición humana. Y el desafío consiste precisamente porque esa resistencia, muchas veces, se hace en forma que tal vez no adopte las formas democráticas. ¿Por qué digo esto?  Porque las formas democráticas son las que se dan en las elecciones, son las que se dan en los debates democráticos en el Congreso cuando se discuten proyectos, que sostiene la mayoría, y bueno alguien gana y alguien pierde y quién gana tiene derecho a llevar adelante,  tanto en las elecciones  como los debates parlamentarios, los proyectos y la minoría el derecho a ser escuchada  - como todas minorías, pero también el deber de escuchar lo que dicen las mayorías porque eso es el verdadero ejercicio de la democracia, que todos los escuchemos, que todo podamos oírnos y que sea el voto democrático de nuestro pueblos y el voto de nuestros representantes que también se obtiene en base a la representación social, que cada fuerza política tiene la que decida el rumbo de un país.

El desafío es grande, señor Presidente - la Argentina tal vez uno de los desafíos más importantes,  el más importante fue el desmontar una deuda, el default de una deuda soberana que permitiera la reestructuración de deuda soberana más importante de la que se tenga memoria, un peso que durante décadas impidió el crecimiento de la Argentina. creo que no hay político - salvo contadísimas excepciones  - que alguna vez no haya manifestado o cierta política social no haya manifestado en la calle o en algún discurso en contra del Fondo Monetario Internacional por las condiciones a las que se sometía a nuestra política interna económica, social en materia de infraestructura.

Por eso sabemos bien, conocemos porque sufrimos en carne propia lo que significa adoptar la decisión de que el crecimiento sea con inclusión y llegar a los sectores más vulnerables de la sociedad. Y aquí me voy a permitir una digresión que tiene que ver también con la condición de mujer. Cuando quienes luchan por estas cosas además de ser militantes sociales y políticos, con esta visión de lo que debe ser un gobierno, además pertenecemos al género femenino, somos sustancialmente más atacadas, más denostadas, tal vez no usted que es hombre, que tiene la suerte de ser hombre en el que todavía los hombres tienen mayor poder que las mujeres, aunque eso lo vamos a disputar todos los días un poquito más, ¿no es cierto Hebe? Bien, aquí tenemos toda una autoridad en la materia que es Hebe de Bonafini, una autoridad en la materia porque lo hizo no solamente con hombres sino con hombres armados que es mucho más difícil. Yo ahora escucho a algunos que pelean contra las mujeres y dicen cosas en un ambiente de democracia, pero esta mujer hizo cosas y dijo cosas en un ambiente de represión sin antecedentes en la República Argentina, luchó contra hombres armados, y lo hizo con la palabra y con su cuerpo, sin una sola piedra en la mano, sin ningún ánimo de venganza, solamente pidiendo justicia, pidiendo verdad y memoria que es lo que se ha logrado con mucho orgullo en la República Argentina.

Por eso también quiero que cuando se encuentre nuevamente con Nadine, su señora esposa, le exprese toda mi solidaridad por algunos ataques agraviantes que ha sufrido, porque yo también los he sufrido, y no por militante política o porque se critique una idea, que todo el mundo tiene derecho a criticar, el hecho de ser mujer no me da un escudo especial, siempre y cuando la crítica sea vinculada a lo que yo pienso como militante política y no a cuestiones que tengan que ver con la condición femenina, que es lo que realmente debemos rechazar, es inaceptable. Así que toda mi solidaridad para con Nadine, esa brillante política peruana.

En unos días más estaremos en Lima, ya yo de visita y usted recibiéndome como presidente de la UNASUR, es anfitrión de la UNASUR y allí creo que tendremos que debatir algunas cuestiones que hemos charlado hoy con el Presidente. Problemas que nos son comunes a todos los países de la América del Sur, problemas que hoy está teniendo la República Argentina respecto de cierto colonialismo judicial en cuanto al tema de deuda soberana, que es un tema que hoy afecta a la Argentina pero si uno lo mira con un poco más de proyección –no demasiada- es un problema que debiera interesarle no solamente a la Argentina o a los países de la América del Sur sino debiera interesarle a todos los países del mundo y sobre todo a aquellos países desarrollados que están hoy teniendo crisis similares y tal vez más graves que la que nosotros afrontamos en materia de deuda soberana.

Hoy es una reunión bilateral, no corresponde hablar de eso pero en el ámbito de la UNASUR sí porque creo que es un ámbito apropiado para que podamos tomarlo, profundizarlo y darle mayor densidad de la que hemos logrado. Yo digo que la UNASUR ha logrado una densidad inédita en la historia de la América del Sur. Hemos resuelto conflictos internos entre los países de la región que tal vez en otros momentos hubieran devenido en enfrentamientos armados, momentos graves que vivimos y que pudimos superarlos con nuestras propias instituciones y con nuestra propia diplomacia. Yo creo que es hora de darle mayor densidad y profundidad a esa metodología que se ha revelado como mucho más eficaz, mucho más eficiente que organismos multilaterales consagrados y reconocidos internacionalmente pero cuyos procedimientos y cuyas recomendaciones no son escuchados ni aceptados por nadie, con lo cual en realidad si uno es positivista -yo soy mezcla de positivista y de naturalista- pero en materia de derecho internacional finalmente el derecho termina siendo relación de fuerzas de quien puede imponer o no una determinada normativa. Usted es militar pero los que son abogados por ahí me entenderán.

Creo que estas cosas son las que tenemos que discutir y también fijarnos en las cuestiones que tenemos que tener en materia uniforme de legislación en América del Sur, en materia económica por ejemplo, en materia de inversiones, en materia de explotaciones, porque somos una de las regiones más ricas del planeta, no solamente por nuestros recursos humanos sino por nuestros interminables, no interminables porque nada es interminable, pero muchos recursos naturales y lograr criterios, lograr estándares comunes en la región para que realmente todos podamos aprovechar nuestros recursos naturales en beneficio de nuestras poblaciones y con un estándar regional que impida que por allí desde el exterior se pivotee sobre uno u otro país, logrando mayores ventajas en uno a costa de que ese país resigne cosas en detrimento de otros, que en definitiva terminan perjudicando a cada uno de los países y terminan impactando negativamente en el crecimiento global de la región, que ha sido uno de los sostenedores, junto al resto de los países emergentes, del crecimiento económico del mundo durante la última década. Usted hablaba de que no sea una década perdida, usted ha iniciado recientemente su gestión y nosotros decimos que la década que vamos a cumplir de gestión es la década ganada en la Argentina por lo que hemos logrado en materia de inclusión, en materia de desendeudamiento, en materia de educación, de cultura, de cobertura social para los sectores más vulnerables, se trata de nuestros niños, se trata de nuestros ancianos, por lo tanto queremos que esta década ganada sea también una década ganada para todos los países de la región. Para eso tenemos que estandarizarnos en la región de manera tal que los que vengan a invertir vengan a invertir en paridad e igualdad de condiciones por ejemplo para toda la región. Esto que por allí puede resultar para algunos países que dirán bueno, yo puedo dar una ventaja, pero toda ventaja que se da termina siendo estructuralmente y en el mediano y largo plazo una desventaja para nuestras sociedades. Por eso lo que primero tenemos que priorizar en nuestros países  en América del Sur es fijar para todos los países un estándar común de manera tal que el que venga a invertir venga porque le conviene, no porque hemos renunciado a la defensa de alguno de los derechos de nuestros pueblos para conseguir que venga una inversión más. Esto a la larga no da buen resultado y creo que tenemos que comenzar también a discutir estas cuestiones en la UNASUR.

Presidente Ollanta Humala, comitiva que lo acompaña, hermanos y hermanas, compañeros y compañeras: sepa Presidente que esta es su casa, la República Argentina, y no por casualidad está aquí en este lugar donde se fundó originalmente, en 1580, la Ciudad de Buenos Aires.

Los invito a todos a alzar su copa, a brindar por el presidente del Perú, a brindar por el Perú, por la Argentina, por su tradicional amistad y por todos los pueblos hermanos de América del Sur, salud.

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