Inauguración de la Sala de la Juventud Néstor Kirchner: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA SALA DE LA JUVENTUD “NÉSTOR KIRCHNER”, EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS.

 

Ahí, están afuera: la verdad que hoy es un día casi perfecto, porque vengo recién de un acto maravilloso, en la fábrica de Kraft Foods, junto a los trabajadores con unas muestras de cariños similares a las de ustedes, jóvenes estudiantes. Felicitaciones a la Federación de Estudiantes Secundarios, que ganaron las elecciones, la verdad que cuando venía caminando veía unas caritas y le preguntaba: “¿Cuántos años tenés?”. Había dos o tres que me llamaban la atención y tenían quince años. Quince años y participando en política, cuánto hace que no se veía eso. ¡La pucha! Y la verdad que allá, en Kraft Foods los trabajadores, también jóvenes  y no tan jóvenes. Había uno que se estaba por jubilar y se quería sacar una foto conmigo, trabajadores y jóvenes que buena combinación para un proceso de transformación de la Patria.

Y estaba deteniéndome, este era su despacho, debe haber venido dos o tres veces este, no debe haber venido mucho más acá. Sé que estuvo con el matrimonio igualitario, ese día trabajó a destajo trabajó. Él que luchaba tanto por todas esas cosas, la inclusión, fundamentalmente, odiaba la discriminación y luchaba mucho por la inclusión.

Me detuve en el editorial, que pusieron ahí, el editorial de “La Nación”, porque el día anterior a hoy, el 14 de mayo, de aquel momento, del año 2003, teníamos que ir a segunda vuelta, habíamos salido segundos el 27 de abril, el día que hicimos el acto en Vélez. Mira que coincidencia… ¿o lo hicieron a propósito? (Risas). El día que hablamos en Vélez, eso sí yo quería recordar ese día que habíamos salido segundos y que todo el mundo decía, pero cómo festejar una derrota; es que de las derrotas se pueden construir grandes triunfos. Eso es lo que yo quería decirles a todos los jóvenes porque parece ser que algunos en la Argentina solamente participan para ganar y cuando uno participa para ganar lo más probable es que pierda siempre.

Yo creo que saber construir victorias se puede hacer muy bien cuando se empieza perdiendo. Nosotros, por lo menos, en la política empezamos perdiendo. Será por eso que no nos emborrachamos en las victorias, porque primero sufrimos derrotas.

Venía acordándome del editorial, porque se acuerdan que yo contaba, el 27 de abril, en Vélez, el tema de la legitimación porque nos preguntaban cómo íbamos a legitimarnos con apenas un 22 por ciento de los votos, si no había segunda vuelta, que era lo que iba a ser legitimante. Y yo dije: “bueno, haciendo cosas políticas, que realmente te legitimen”.

Y me acuerdo que una de las primeras cosas fue cuando se anunció que no iba a haber segunda vuelta y Néstor tenía que hablar y preparamos el discurso. Lo escribí yo el discurso. Me acuerdo que el jefe de redacción, o qué se yo quién era, no quiero ni nombrarlo porque no vale la pena, de “La Nación” habría escrito que se había resuelto la Argentina darse un gobierno de un año, de menos de un año, que no íbamos a durar un año, pero además hablaba de la influencia sobre él – aparentemente a su criterio perniciosa – de una senadora nacional, a la sazón su esposa, a la sazón esta argentina que está acá, Cristina. Y también mencionó como “ese discurso terrible”, lo criticó mucho el discurso y dijo debería echar a quien le hizo ese discurso. Bueno, la que hizo el discurso fui yo y aquí estamos, 9 años después y no me echó, por suerte. (APLAUSOS). Tuve mucha suerte, no me echó él, ni tampoco me echó el pueblo, que son las dos cosas más importantes que – por lo menos – me podían haber pasado.

Y me acuerdo que escribí ese discurso y a él le encantó, porque había que escribirlo, porque Néstor era – cuando se le soltaban las emociones o las broncas – por ahí me ponían muy nerviosa. Yo nunca podía estar cuando él hablaba, me costaba un montón. En algún momento tuve que estar porque estaba obligada, pero los que nos conocen desde el principio lo saben. Yo no participé prácticamente  en ningún cierre de campa, en la provincia. Yo me iba porque me ponía muy nerviosa cuando él hablaba, porque nunca sabía lo que iba a decir. Y bueno podía decir cosas, pero por eso decidimos que ese discurso fuera escrito y me acuerdo que lo escribí yo en el departamento. Él se había ido a tomar un café con otra persona, que tampoco quiero nombrar y vinieron y yo ya lo había escrito. Fue esas cosas que te salen de un tirón y así quedó y a él le encantó y lo leyó con una polenta y una fuerza. Y yo me reía sola después cuando este señor periodista escribía que debía haber echado a quien había escrito ese discurso, que era un discurso de desunión. Como si los discursos desunieran, las palabras no desunen; en definitiva puede haber palabras más o menos felices, pero lo que construye una nación son los hechos, son las acciones, son las políticas. Si bastara solamente con los discursos que fácil que sería además, podíamos dar muchas cátedras acerca de eso.

Por eso cuando quería venir acá, sabía que iba a ser fuerte, lo estoy llevando bastante bien, bastante mejor de lo que pensaba que lo iba a llevar. Yo quise que este lugar – cuando me preguntaron - fuera de los jóvenes, pero no de los jóvenes que se identifican o que están en una determinada agrupación. No, de todos los jóvenes, porque él soñaba con que los jóvenes volvieran a militar y volvieran a incorporarse a la política. Por cada pibe que se incorporaba a la política, que tenía ideas y convicciones teníamos una probabilidad menos de que un pibe estuviera haciendo cualquier otra cosa que fuera perjudicial no solamente para la sociedad, sino también para él. Y además pibes que pueden trabajar, chicos que trabajan en un país democrático, con libertades, con posibilidades de militar. Y bueno cambio es el nombre del futuro es cierto y me encanta que le hayan puesto ese nombre y les agradezco mucho esto, que lo voy a llevar conmigo, este regalo que me hace la Federación de Estudiantes Secundarios, de su chapa. (APLAUSOS). Se ve que hay unos cuantos afuera, qué lindos, me hace acordar otras épocas. Pero estás épocas son mucho más lindas, mucho más lindas. No se equivoquen construyan su propia historia, sus propias experiencias que están, además, viviendo un momento histórico en el país y en el mundo realmente increíble por lo que está pasando. Hay un cambio de época muy fuerte, ustedes lo van a ver porque son muy jóvenes y van a ver las transformaciones que va a tener este mundo. No tengan dudas que habrá grandes transformaciones, se están viendo.

Me venía comentado Parrilli,  en el auto, que Grecia no pudo formar gobierno y tienen que convocar nuevamente a elecciones. Y yo me venía acordando porque vengo de un acto y tres teleconferencias de empresas argentina, que dan trabajo argentino, que elaboran productores argentinos, pero que tiene capitales de origen estadounidense y yo me veía acordando de qué diferente fue nuestra burguesía frente a la burguesía de Estados Unidos ¿no? Que uno explica porqué ese país es tan poderoso y nosotros con tantas capacidades hemos sufrido tantos retrasos, cómo reaccionaban ellos ante las grandes crisis mundiales, cómo reaccionaban ellos frente a lo que fue nuestra guerra civil, que terminó en Caseros. Ahí anda el flaco Kunkel con su esquema rosista. Allá ellos – los norteamericanos – ganaron el esquema industrialista, los que querían tener un país industrial que no fuera productor de materia prima. Los del Sur querían ser algodoneros y tener gran número de esclavos para trabajar barato en las plantaciones de algodón. Los del Norte querían tener a los negros libres para que se compraran camisetas y pudieran emplearlos – eso no es mío, es de Jauretche puro – y entonces para que trabajarán en las fábricas, ganarán plata y pudieran comprarse las camisetas con el tejido, con el hilado, con el valor agregado del algodón. Ahí también nosotros perdimos y ellos ganaron.

Y después venía yo acordándome cómo reaccionamos en la Gran Depresión, de 1930, acá se reaccionó con el derrocamiento del gobierno popular de Don Hipólito Yrigoyen. Y en lugar de luchar, en ese momento, para modificar los términos de intercambio y hacer un proyecto industrial qué hicieron. Se quisieron sumar como “una perla más”, lo decían así: “como una perla más a la corona británica”.  Esto no son palabras ni razonamientos poéticos, fueron dichos por un dirigente político argentino muy importante. Bueno, por eso vino el peronismo, por todo eso. No es por ninguna otra cosa, el peronismo fue una consecuencia de esa entrega de toda una generación, que renunció a tener un país independiente. Y en Estados Unidos nuevamente su burguesía – a través de Rooselvelt – plantea un modelo de recuperación, un modelo de inserción, luego viene una guerra y terminaron siendo la potencia que es hoy. Esto es así, son los proyectos que pueden llevar adelante las clases dirigentes de un país, más allá de lo que puedan hacer sus pueblos, salvo que haya una gran revolución, como fue la Revolución Rusa, donde viene la cosa de abajo. Como dice Moreno: “si no viene de abajo, no es una revolución”. Así que si es debe ser por los de arriba lo que está pasando. Y hablando de eso, un poco, que me había olvidado y me estaba olvidando de vuelta, no correspondería hacerlo acá, tendría que haberlo hecho en la fábrica, donde empecé a hablar de lo que son los términos de intercambio comercial, hoy, entre Estados Unidos y la Argentina y cómo se marca claramente el proceso de industrialización en la Argentina.

Nosotros, cuando vino Néstor teníamos superávit comercial con Estados Unidos, o sea le vendíamos más a Estados Unidos de lo que nos vendía Estados Unidos a nosotros, pero estábamos como la miércoles. A partir del 2006, después de la reestructuración de la deuda y del pago al Fondo, cuando Argentina comienza fuertemente el proceso de reindustrialización comenzamos a tener déficit comercial. Claro porque empezamos a importar maquinarías para las fábricas; empezamos a importar bienes de consumo y cuestiones que tienen patentes. Por ejemplo, de la fibra de la que se hacen los chalecos antibalas, el tejido, la fibra es una patente exclusiva de una firma americana, son insumos que tienen patentes exclusivas o maquinarias.

Recién en Kraft Foods, haciendo el Mantecol, no saben lo que es la máquina, fue diseñada y pensada en la Argentina pero la máquina fue hecha en los Estados Unidos. Y la otra gran máquina, que también hace el Mantecol, el operario que la operaba, decía “esta fue hecha y pensada toda en Argentina”. El orgullo del pibe.

Pero yo le decía, “qué notable, porque cuando nosotros andábamos mal, teníamos superávit, pero cuando andamos bien tenemos déficit”, que obviamente yo quiero que baje también para tener nosotros que hacer nuestros propios fierros y me había olvidado…

El otro día, se acuerdan cuando hablé en el Salón de las Mujeres, hablaba del superávit comercial y la verdad que me equivoqué, bah, no me equivoqué yo, se equivocaron los del INDEC cuando me pasaron las cifras, pero a diferencia de la J. P. Morgan, que se equivocó, digamos, a favor de ellos, nosotros nos equivocamos en contra. En realidad, nos habían computado 800 millones de dólares de exportaciones que según me dijeron se debió… ¿Se acuerdan que hubo lío en la Aduana, de huelga de despachantes de aduana y demás? Bueno, aparentemente se traspapelaron papeles pero lo cierto es que en los primeros cuatros meses estamos con 4.795 millones de dólares, casi 5.000 millones de dólares, de superávit comercial. O sea, yo había dicho el otro día una cifra que era 800 millones, que era buena, muy buena igual, pero que eran 800 millones de dólares menos.   

Y aprovecho también, porque parece ser que hay gente que está empeñada en contar todos los días algo diferente, a ver cómo se puede perjudicar a la Argentina, cosas. Hoy leía titulares que el viceministro de Economía pensaba en 4, 5, 30 tipos de cambio. Realmente y gente que lo crea, con todas las cosas que vienen diciendo.

Bueno, de la editorial esta que acabo de leer cuando ingresé, que íbamos a tener gobierno por menos de un año, a todo lo que dijeron desde que ganamos las elecciones, antes de ganarla, después de ganarlas y todavía hay gente que por ahí con buena intención o porque realmente con todo lo que le ha pasado a los argentinos tiene temores.

Por favor, no crean nada. Esta Argentina es una Argentina y, fundamentalmente, esta Presidenta, también quiero en ese sentido porque soy toma las decisiones obviamente, es absolutamente responsable y previsible, absolutamente responsable y previsible.

La verdad pedirles que no crean, porque les han mentido demasiadas veces y, segundo, a los que están empeñados en que a la Argentina le vaya mal, que cejen en los intentos, porque han hecho de todo, pero nosotros estamos empeñados en que le vaya bien. Y yo esto convencida de que a los argentinos que queremos que a la Argentina le vaya bien y le vaya mejor, somos absoluta mayoría contra los que quieren que le vaya mal.

Así que, me contaba recién una funcionaria muy importante, cadenas de mails y que esto y que el otro. No, olvídense, no va a haber nada raro, no va a haber ningún shock, no nos gustan los shocks a los argentinos, de ningún tipo. Vivimos ya demasiados shocks los argentinos; necesitamos, sinceramente y lo decía hace unos instantes, que también los dirigentes que tienen responsabilidades en otras latitudes comprendan la necesidad de revertir políticas absurdas que están llevando a trastornos políticos que puedan terminar mal. Porque, en definitiva, cuando un país comienza a cambiar y pasa de un gobierno de derecha a uno de izquierda, de un social democrático a uno de derecha, ahora parece que surgió en Grecia un nuevo partido de izquierda y así vienen los cambios, la verdad que no le va a ir nada bien al mundo porque el problema es esencialmente comprender que no se necesitan políticas de ajuste, sino políticas de crecimiento, que es lo que venimos desarrollando nosotros.

Y en esto, tienen que meter mano en el sector financiero para apoyar al sector productivo, que podamos generar trabajo, que haya más trabajo, que haya más consumo en todo el mundo para volver a restablecer el equilibrio y la cordura, no la gordura, que muchos dirigentes importantes parecen haber perdido con grandes responsabilidades institucionales.

Esta claro cómo está respondiendo la gente frente a estas políticas. Yo me pregunto: ¿es lógico que alguien piense que se pueden hacer políticas en contra de lo que piensa la absoluta mayoría de la gente? No, nosotros tenemos la historia, salvo que haya dictaduras militares. En la Argentina solamente se pudieron hacer esas cosas con períodos de dictaduras, por eso había dictaduras militares.

Entonces, yo creo que el aprendizaje que hemos hecho los argentinos, y no para que nos tomen de modelo, pero por lo menos para que se mire un poco lo que está pasando en el mundo, en la región, que realmente…Y cómo quieren envenenarnos también con muchas cosas.

Entonces, yo les pido a todos que seamos sensatos, que no creamos en la primera cosa que leemos o el primer mail que nos mandan, porque nos han mandado 20 millones de cosas que iban a pasar y ninguna de ellas pasó, al contrario.

Entonces yo digo: si ponemos todo ese esfuerzo, todo ese inmenso esfuerzo en hacer las cosas mejor y en trabajar y en discutir las cosas que tengamos que discutir, porque también es imposible que estemos todos de acuerdo en todo. Yo con él me agarraba de los pelos discutiendo muchas veces, mal, discutíamos, no era…Yo creo que por eso estuvimos tantos tiempo juntos, porque la gente se termina aburriendo si pasa lo de esos que finalmente les da los mismo que esté, que no esté, que esto y que el otro.

Yo creo que parte de los 35 años…El otro día preguntaba qué eran las bodas y eran las bodas de coral los 35. Viste que están las bodas de plata, las de diamante. La verdad que las últimas bodas que cumplí con él fueron las de coral y me gustó. Porque las bodas de plata, es un metal y está muerto; las bodas de oro, lo mismo; las de diamante…Pero el coral es un animal y está vivo y además es muy lindo, es muy vivo, de colores vivos y se mueve en el agua.

Así que, con él cumplí 35 años de casada, 35 años de peleas monumentales, imperdibles desde el primer día hasta el último. Pero eso era vida también, era discutir por lo que creíamos. Porque todas las parejas se pelean por los chicos, también peleábamos a veces por los chicos, pero muy poco o por otras cosas peores se pelean.

Pero la verdad que, bueno, qué se yo, era de otra generación en donde éramos muy especiales. No ni mejores ni peores, por favor, que nadie. Nos tocó ser sujetos históricos de un mundo y de un país muy especial, de cambio, de cambio en todo el mundo, veníamos del Mayo Francés, de la Revolución Cubana y participábamos hombres y mujeres a la par, no había ley de cupos en ninguna parte pero había tantas militantes mujeres como…y algunas que eran más jefas que los hombres. Entonces, para nosotros era algo común esa vida.

Bueno, no digo que todos tengan que vivir así, pero yo creo que el tener objetivos de vida comunes, el poder encontrarse en la vida con alguien que piensa lo mismo que uno, que tiene los mismos objetivos, las mismas ambiciones, que se yo, no sé…

Me acordaba también cuando venía para acá que el 14 de mayo de 1989, o sea, ayer se cumplieron unos cuantos años también, yo había salido electa por primera vez diputada provincial por el Frente para la Victoria Santacruceña, en Santa Cruz, y también un 14 de mayo del ’95, él resultó reelecto también gobernador de la provincia. Tantos recuerdos y tantas cosas y acá, el matrimonio igualitario y hace pocos días el tema de la igualdad de género y la muerte digna. Cosas que eran temas tabú antes, que no se podían discutir.

Yo no sé si ustedes tienen conciencia del momento histórico que estamos viviendo incorporando derechos personales, personalísimos que hacen a la vida y a los derechos de las personas que parecían imposibles de poder lograrse.

Nada, yo creo que el mejor homenaje que podemos hacerle, lo que él querría es que sigamos trabajando y luchando incansablemente. Y la verdad que cuando dijo “que florezcan mil flores”, no pensó que iban a ser tantos miles, muchos miles y necesitamos muchos miles más.

Son ustedes responsables de los tiempos que vienen; nosotros estamos trabajando, en algún momento habrá que pasar la posta porque así es la vida y así.

Lo decía el Chivo el otro día cuando hablaba en su discurso, “no podemos ser agua de estanque que se pudre de estar allí, el río tiene que correr y todo tiene que correr”. Y la nueva sangre también tiene que correr en el país, en el movimiento, en el partido, en todos los partidos políticos. La renovación es algo que hace a la subsistencia misma de un país, de una sociedad.

Yo la verdad que estoy muy contenta de que este lugar que era el lugar de él, al que vino tan pocas veces…La otra vez que vino fue a escucharme a mí el día que derogué el DNU, porque estaba sentado al lado tuyo, Chivo, y te decía “mirá quiero ver la cara que van a poner cuando les diga que derogó el DNU pero que sacó otro DNU”. Era por el FONDEA.

Fíjense, el FONDEA, que nos costó dos meses de pelea, de lucha judicial, que nos íbamos a fundir, que las reservas, que de aquí, que de allá y seguimos en un mundo adverso acumulando reservas y pagando sin endeudarnos la deuda que otros contrajeron y pensaban que se venía el mundo abajo. ¡Qué cosas no se dijeron y no se hicieron en esos días! Y acá estamos.

Por eso, yo les pido a todos los argentinos de corazón, no por mí, no por él, por todos estos pibes y si no les gustan estos pibes, los pibes de ustedes que están en la casa de ustedes, sus hijos, sus nietos, por todo ellos: basta de mala onda y de mala cosa y a laburar todos por Argentina.

Gracias, muchas gracias. (APLAUSOS)    

 

 

 

 

 

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